Capitulo 4
—Y bien... ¿Dónde está Bang?— Hyunjin dejó las llaves del auto encima de su escritorio y miró a Felix, quien lo vio de vuelta, ligeramente sorprendido.
—Eh... ¿Ya quieres hablar con él? Puedo decirle que lo estás...
—No, tú también vas a hablar con él. Sería demasiado raro si yo le preguntara de la nada.
Felix frunció el ceño, un poco incómodo.
—De acuerdo... Déjame ir a ver si ya llegó. — aceptó finalmente mientras se alejaba pasillo abajo para volver a los pocos minutos, acompañado de un chico de cabello castaño que ya Hyunjin conocía de vista.
—No tengo todo el día, así que espero que esto no sea una estupidez. — fue el saludo que Bang le dedicó a Hyunjin, parándose frente al escritorio con los brazos cruzados sobre su pecho.
—¿Estás apurado? — Hyunjin se reclinó en su asiento, acomodándose. Sabía que Christopher no tenía precisamente las mejores pulgas, así que no se preocupó por devolverle el saludo.
—Sí, tengo trabajo, igual que ustedes.
—Bien, entonces no te robaremos mucho tiempo...-miró de reojo a Felix quien estaba sentado en el borde de su propio escritorio, a un par de metros de distancia, haciendo todo su esfuerzo por actuar como si no tuviera nada que ver en el asunto. Bien, si Felix no iba ayudar, él solo podría arreglárselas. Volvió a mirar a Chris a la vez que apretaba sus labios en una suave sonrisa. -Es sobre el tipo de recursos humanos con quien que te acostaste...
Esa simple frase bastó para hacer que el rostro de Bang palideciera. Se abalanzó por encima del buró, agarrando a Hyunjin por la solapa de su camisa y tirando de él hasta acercarlo.
—¡No digas eso tan alto! — reclamó, abriendo notablemente los ojos a modo de advertencia. Miró nerviosamente en todas las direcciones. — Ya me basta con él como para que vengas tú también a estar llamando la atención. — se giró a ver a Felix, quien seguía mirando el techo con mucho interés. — Te pedí que mantuvieras eso entre tú y yo Lee. — le reprochó.
—Solo se lo conté porque pensé que le convendría saberlo. — se defendió Felix.
—¿Por qué te interesaría saber eso? — Christopher volvió a mirar a Hyunjin, quien lucía fastidiado, aun con el agarre de Chris en su camisa y su torso inclinado sobre el escritorio.
—Si me hubieras dejado terminar de hablar...— agarró la muñeca de Chris y la apartó, acomodando de nuevo su uniforme. — Necesito que me digas quien es ese tipo.
—¿Changbin? ¿Para que necesitas a Changbin?
Hyunjin mordisqueó el interior de su mejilla, pesando en una forma adecuada de decirlo.
—Tengo unos asuntos que tratar con él.
—¿Asuntos? ¿Con Changbin? ¿Quieres un cambio de puesto o algo así? ¿Te piensas trasladar?
—No, no es un asunto de trabajo.
—¿No? — Chris ya estaba genuinamente curioso. Una idea loca estaba dando vueltas en su mente, pero prefirió no saltar a conclusiones. Tan concentrado estaba en la conversación que no notó como alguien se acercó a él por detrás, aprovechando que aún estaba inclinado sobre el escritorio. -Si no es de trabajo, entonces ¿Qué podría s...?
—Con que aquí estaba el mejor trasero de la Policía Metropolitana. — el recién llegado nalgueó ruidosamente a Chris justo antes de pasarle una mano por los hombros, haciendo que Bang se incorporara de un brinco y lo mirara con una genuina expresión asesina.
—Mierda, Seo. Deja ya de hacer eso. — volvió a mirar en todas direcciones, notando como varias personas habían presenciado la escena. — Echa para allá. — lo apartó.
—Pero si yo solo te estaba buscando porque tengo lo que me habías pedido. -el tal Seo le enseñó una memoria USB que traía consigo. Bang se la arrebató, guardándola en su bolsillo, visiblemente nervioso.
—Bueno, ya que estás aquí. — lo agarró por los hombros y lo puso frente él, enfrentando a Felix y a Hyunjin quienes solo habían contemplado la escena, bastante sorprendidos de que alguien tuviera esa familiaridad con Chris. — Este es Changbin. — dijo, dirigiéndose a ellos. — Aquí lo tienen.
—¿Me buscaban para algo? — Changbin se giró para mirar a Chris por encima de su hombro.
—Sí. — Bang le enderezó la cabeza y lo soltó. — Habla con ellos, estaban preguntando por ti y no era para un asunto de trabajo, así que ya sabes. — concluyó, alejándose rápidamente antes de que verse forzado a formar parte de una escena aún más vergonzosa.
Hyunjin recorrió a Changbin con la vista, incapaz de controlar el impulso de analizarlo. En realidad, se alejaba mucho de cualquier cosa que pudiera haber imaginado. Changbin tenía un cabello castaño rojizo peinado con cierto desenfado debajo de un beanie rojo, llevaba gafas, pero no lucía como un ratón de biblioteca, su sentido de la moda estaba justo en su lugar, cada cosa armoniosamente ubicada. No llevaba uniforme, aunque Hyunjin supuso que sería algo obvio, dada su línea de trabajo. Un polo negro y pantalones del mismo color, todo ceñido adecuadamente a su cuerpo constituían un conjunto simple pero elegante. Una figura ágil y esbelta, aun si no era precisamente alto, ojos grandes y una sonrisa contagiosa formaban parte de un todo que Hyunjin no conseguía descifrar por completo aun, pero que, sin dudas, llamaba la atención. No homo, pero tenía que admitir que Changbin era apuesto.
Changbin, por su parte, los miró a ambos, ligeramente confundido, notando el repentino escrutinio del cual estaba siendo víctima.
—¿Es cierto lo que dijo Bang?— preguntó, su vista viajando desde Felix, quien lucía un poco avergonzado y jugueteaba con un bolígrafo entre sus manos, hasta Hyunjin, quien solo seguía sentado, su rostro apoyado en una de sus manos y el codo en el brazo de la silla, analizándolo con la mirada.
—Sí... es que...— Felix habló, aun si sonaba un poco incómodo. — Escuchamos los rumores sobre ti... sobre... ya sabes...
Changbin alzó una de sus cejas.
—¿Qué? ¿Quieren hacer un trío o algo así?
Las orejas de Felix adquirieron un tono carmesí en milésimas de segundo.
—¿Qué? ¡No! ¡Mierda, Hyunjin! — dijo, pateando la silla del pelinegro. — ¡Habla tú de una jodida vez! ¡Eres el interesado!
—Aish...— Hyunjin se alborotó el cabello, luciendo aún más fastidiado. — Está bien. — se puso de pie, mirando directamente a Changbin. — Necesito hablar contigo, ¿Podrías acompañarme un segundo?
[...]
Changbin se recostó sobre el capó de la patrulla, bebiendo un sorbo del café que Hyunjin había insistido en comprarle antes de hablar. A pocos metros, un camión de comida llenaba el aire con el apetitoso olor del deokbbokki y el sonido del tráfico y de las personas lo llenaban todo de una familiar algarabía. Aun así, Changbin estaba un poco incómodo. No era que no disfrutara el aire libre, pero haber sido llevado hasta la calle solo para tener una conversación le parecía un poco demasiado.
Hyunjin estaba a su lado, también bebiendo su café con la vista perdida en la distancia. Había decidido esperar a que simplemente le dijera, pero ya se estaba tardando demasiado.
—Y bien...— habló de repente, notando como Hyunjin se estremeció un poco ante el súbito sonido de su voz. — ¿Exactamente qué rumores fueron los que escuchaste?
Hyunjin bebió un sorbo más antes de hablar, como si necesitara aliviar un nudo en su garganta.
—Supongo que lo que yo escuché ya estaba ligeramente distorsionado, pero... en resumen, se trata de tu vida sexual. Escuché que eres... ¿Cómo decirlo?
—¿Un pervertido que solo puede pensar en sexo y que se acuesta con cualquiera que de lo pida? — Changbin lo interrumpió, removiendo los hielos dentro de su vaso.
—Sí, algo así.
—No te llegó tan distorsionado entonces. — acotó tranquilamente. Hyunjin se giró a verlo, obviamente un poco sorprendido con la relajada confesión.
—Entonces...
—¿Exactamente qué quieres, Hwang Hyunjin? Pensé que sería Felix el interesado, pero resulta que eres tú, así que dime...— Changbin le devolvió la mirada. — ¿Por qué mi vida sexual debería interesarle a alguien como tú, cuyo historial de relaciones podría tomarnos todo el día para recitar?
Hyunjin puso su vaso sobre el auto y dejó salir un suspiro. Toda esa situación era considerablemente rara para él. Si se tratara de una chica, simplemente podía intentar seducirla, pero ese no era el caso. No sabía cómo actuar con Changbin. Además de ser un hombre, Changbin tenía una personalidad un poco compleja. Su jovialidad de hacía un rato había dado paso a una seriedad pasmante. Sería vergonzoso ser rechazado, pero también sería vergonzoso intentar hacer lo que usualmente hacía. No tenía experiencia ninguna en ese campo.
—Quiero intentarlo con un hombre. — dijo finalmente, asumiendo que lo mejor sería simplemente ser directo. A pesar de que su voz sonó monótona e impasible, por dentro se sentía nervioso, ansioso, demasiado pendiente de la respuesta que Changbin podía darle.
—Ah... ¿Es así? — Changbin elevó una de sus comisuras y bebió nuevamente de su café, haciendo un sonido de satisfacción al apartar el vaso de sus labios. Hyunjin asintió, aunque se esperaba una respuesta un poco más... distinta. — Un poco de bi-curiosidad... ¿Nunca lo has hecho con un hombre? — Hyunjin negó. — ¿Absolutamente nada? — de nuevo la misma respuesta. — ¿Ya no te gustan las chicas?
—No es eso.
—¿Solo estás curioso?
—No es exactamente eso tampoco...
—Bien. — Changbin se separó del auto y se paró frente a él, invadiendo ligeramente su espacio personal. Su vista se paseó desde los desarreglados mechones que sobresalían debajo de la gorra de Hyunjin, hasta la punta de sus pies, como si estuviera analizando un producto. Una sonrisa complacida adornó sus labios a la vez que alzaba una de sus cejas.— Siempre quise hacerlo con alguien hetero.— se terminó su café y lo puso también sobre el auto, teniendo que, para ello, acercarse aún más a Hyunjin, quien lucía visiblemente consciente de la cercanía.— Espérame cuando termines tu turno.
A modo de despedida, le dio una suave palmada en el pecho, alejándose de vuelta al interior del edificio. Hyunjin lo siguió con la vista, demasiado atónito como para siquiera responder algo de vuelta.
—Al menos tiene buen trasero. — se dijo a sí mismo antes de buscar su celular para decirle a Felix que bajara con sus asignaciones para patrullar.
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