Capitulo 37
—¿Qué quería Changbin?
Felix ni siquiera esperó a que se abrochara el cinturón de seguridad antes de preguntar. Hyunjin solo se relamió los labios, su mirada perdida en la distancia mientras acomodaba el cuello de su camisa y a sí mismo en el asiento.
—Solo devolverme algo.
La ceja levantada del mayor no pasó desapercibida, pero Hyunjin prefirió actuar como si no lo hubiera notado.
—¿Ah, sí?
—Sí.
—Y... ¿Por qué le dijiste que te esperara?
Hyunjin se giró a verlo, la pregunta temblándole en los labios. Sin embargo, le bastó atar un par de cabos para entender cómo el mayor había logrado adivinar.
—A veces eres demasiado inteligente para mi gusto.
Felix sonrió.
—Era bastante obvio, especialmente cuando ya llevamos un par de minutos aquí y Changbin aun no ha bajado.
Hyunjin finalmente suspiró, recostando su cabeza en el respaldo del asiento.
—Pues... creo que lo voy a intentar.
Felix puso el vehículo en marcha, asintiendo pausadamente a sus palabras.
—Por intentar, ¿te refieres a una relación?
—Al menos le diré lo que siento. Si él acepta una relación o no, ya depende enteramente de su decisión.
—No creo que te rechace.
—No lo sé... fui un poco idiota con él la última vez que hablamos. Sigue estando todo el asunto del sexo sin compromiso, su relación con Bang... hay muchas cosas en el camino.
—Nunca he sido la mejor persona para dar consejos sobre relaciones —Felix dejó salir un suspiro antes de seguir hablando, como si necesitara esa pausa para organizar sus palabras—. Siempre te he apoyado y te he dicho que vayas tras lo que quieres. Sin embargo, entiendo lo que es el miedo, la inseguridad y las dudas ante una persona por la cual sentimos algo. Así que te entiendo. Tú sigue con esa resolución. Decirle la verdad siempre va a ser la mejor salida.
—Es raro oírte dar un consejo así de sensato —Hyunjin se giró a verlo—. Normalmente me dirías que me lanzara de cabeza o algo como "solo se vive una vez".
—Últimamente he pensado en muchas cosas. Tal vez por eso me salió un poco profundo, pero, en esencia, es eso mismo.
—Hey... —Hyunjin rozó suavemente su muslo, cuidando de no distraerlo más de lo necesario de la carretera— Realmente nunca me has hablado de tu vida amorosa. Ese chico que fue a verte el otro día... ¿Realmente está todo bien?
Felix estiró sus labios en una sonrisa melancólica.
—No está bien, ni mal... solo está complicado.
—Podemos hablar de eso, si quieres.
El mayor negó, sus cabellos sacudiéndose ligeramente con el gesto. Hyunjin ya esperaba esa respuesta, sin embargo eso no significaba que no le preocupara lo críptico que podía llegar a ser Felix sobre su vida personal.
—No hace falta.
—¿Algún día confiarás en mi? —Hyunjin le dedicó una sonrisa algo triste.
—No es que no confié, solo... no me siento cómodo hablando de mis cosas.
—Estás en tu derecho, pero... ¿No te sientes mal así? Sin poder preguntar cuando tienes dudas, debatiéndote solo. Sin saber si hiciste bien o mal.
—Puede que un poco —Felix contestó aun sin mirarlo, su vista fija en el camino como siempre hacia cuando no quería afrontar directamente a Hyunjin—. Supongo que mientras nadie salga lastimado, nada está mal hecho. Es lo que siempre te digo.
—¿Y lo aplicas?
Lee apretó sus manos alrededor del volante.
—Es mejor si dejamos estos temas y nos enfocamos en el trabajo. Ni siquiera sabemos para qué rayos quieren movilizar a todas las unidades y eso me da mala espina.
—Suena a que no vamos a volver temprano —Hyunjin entendió que Felix realmente no quería tocar el tema así que cedió al cambio de rumbo en la conversación, relajándose en su asiento y odiando con todo su ser a lo que fuera que lo hubiera llevado a tener que salir de casa ese día, justo ese día—. Y eso que era nuestro día libre.
—Uhm —Felix asintió, aun sumido en sus pensamientos.
"Mientras nadie salga lastimado".
Sus propias palabras parecían querer volver y golpearlo en la cara. No tenía moral para dar un consejo como ese cuando toda su relación con Minho se basaba en eso. En lastimarse mutuamente. Y estaba mal, tan jodidamente mal, que aun sabiendo eso no lo pudiera dejar ir.
Incluso después de lastimarlo, Minho volvía. Volvía y él lo lastimaba una vez más. De alguna forma, él también salía lastimado en el proceso y ya era un círculo vicioso del que no tenía idea cómo salir. Antes las cosas le parecían más sencillas, cuando no le importaba nada y solo tenía a Minho a su lado para hacer lo que quisiera. Todo se complicó luego, de una forma que le hacía dejar de entender hasta sus propias razones.
Sabía que, la conclusión de todo, era que su propio egoísmo lo estaba llevando a dilatar aquella relación. O, más bien, aquel vínculo. No había forma de llamar a lo que tenía con el menor, una relación.
—Tal vez yo debería decir las cosas de una vez también. —murmuró, consiguiendo que Hyunjin lo mirara, confuso.
—¿Hay algo que deberías decir?
—Sí... debería decir adiós de una vez por todas.
—Ah... —Jisung sonó emocionado al bajarse del auto y acomodar la chaqueta de su traje— Extrañaba esto.
Minho se bajó por su lado del auto, asegurándolo antes de acercarse a Jisung, quien lo esperaba para engancharse de su brazo. Ambos observaron en silencio la entrada de la enorme mansión donde se estaba llevando a cabo la fiesta. Incluso desde afuera, podía escucharse el retumbar del bajo y oírse las risas sonoras de las chicas. Minho permanecía con una expresión insegura, mientras Jisung parecía no caber en sí mismo de gozo.
—Pensé que iba a ser algo un poco más... discreto —comentó Minho, sin dar un solo paso hacia la entrada donde unos cuatro guardias de seguridad se encargaban de verificar a todos los que llegaban. Los autos deportivos y limusinas estaban aparcados a lo largo de toda la cuadra y en la entrada de la casa, señal de que el sitio estaba lleno de gente ostentosa y con demasiado dinero como para hacer algo sensato. Minho recordaba esos ambientes, y lo incómodo que solía sentirse cuando tenía que trabajar en lugares así. Sin embargo, por alguna razón, estar junto a Jisung le daba un poco de confianza. Ese era el elemento de Han. Si él le había dado el visto bueno, pues entonces no habría problemas.
—Cuando estás podrido en dinero, no tiene gracia hacer nada discreto. —Fue la respuesta que le dio Jisung antes de darle una última ojeada a su atuendo y acomodar su cabello para jalarlo hacia la entrada.
Una vez dentro, Jisung sonrió como si finalmente pudiera respirar. El lugar estaba repleto de gente, incluso afuera, en la piscina y en el jardín. Las bebidas iban a y venían en manos del personal de catering y la música apenas le dejaba escuchar algo que no fueran los susurros intranquilos de Minho cerca de su oído.
—Tu hombre debe estar en el salón o afuera, en la piscina, rodeado de chicas en traje de baño —le susurró, ya cansado de que Minho le hiciera preguntas cada dos segundos—. Tú ve y encárgate de tu dinero rápido, antes de que esté muy borracho para recordar lo que te debe. Yo estaré por aquí.
Minho lo miró, la preocupación notándose en su ceño fruncido.
—Estaré bien —le contestó, alzando su voz hasta casi gritar—. No pienso meterme en problemas.
Minho lo miró con desconfianza una última vez antes de darse la vuelta y perderse entre la gente, dejándolo solo. Una vez que Minho se hubo alejado, con una rápida ojeada alrededor y una copa de champán que agarró de una bandeja que pasó a su lado, buscó un sitio donde mezclarse mientras esperaba a que Kim resolviera sus asuntos.
Con descuido, metió su mano libre en el bolsillo de su pantalón y se acercó a un sillón donde había varias chicas y un par de tipos compartiendo unos tragos y fumando algo que Jisung conocía de sobra. Ese sería el lugar perfecto, así que se acercó con confianza, tomando asiento en una de las esquinas del sillón semicircular.
—Hola —saludó con una media sonrisa y bastó apenas un segundo de confusión para que las chicas se emocionaran y se llevaran las manos a la boca, sorprendidas.
—¡Wow! ¿En serio eres tú? —La chica que estaba junto a él se aferró enseguida a su antebrazo, sonriendo ampliamente— ¡Jisung!
—Es cierto —Uno de los chicos cayó en cuenta al oír su nombre—. El de la televisión. Vaya, pensé que estabas guardado en alguna prisión después del escándalo ese. ¿Qué haces aquí?
Jisung dejó su copa sobre la mesita que había frente a ellos y se acomodó, cruzando una pierna.
—¿Crees que alguien como yo terminaría en la cárcel por algo como eso? —contestó, sonando displicente.
—No lo sé... parecía como si fuera un buen lío. Los medios lo cubrieron bastante. —respondió otra chica, mostrando interés.
—Solo fue una multa y arresto domiciliario.
—Ah, ya. ¿Por eso ya no sales tanto en televisión?
—Exacto. Solo estoy haciendo modelaje y trabajando en otras cosas que podré despegar cuando tenga más libertad sobre mis movimientos.
La chica que estaba junto a él le sirvió un trago de la botella que tenían con ellos y se lo ofreció aun con esa sonrisa interesada y artificial en su rostro.
—Por cierto... ¿Es cierto eso de que eres gay? ¿O solo es un rumor para joderte?
Todos allí parecieron agradecer que ella preguntara creando un silencio atento y pesado, ante lo que Jisung solo aceptó el trago, sonriendo.
—Pues, pronto verán al precioso chico de un metro ochenta que traje conmigo.
Las chicas se mostraron decepcionadas lo cual pareció divertir a los chicos. El que ya le había preguntado antes apoyó sus antebrazos sobre sus muslos, metiéndose más en la conversación.
—Me sorprende que estés aquí con un chico cuando se supone que estás bajo arresto domiciliario.
—Bueno —Jisung dejó el vaso de vuelta sobre la mesita—, digamos que me importa poco.
—Realmente te importa un carajo tu imagen. —el chico sonrió, negando suavemente.
—No existe tal cosa como mala publicidad —citó Jisung, retomando su champán—, ahora mismo, cualquier escándalo me viene bien. Tengo veintidós, puedo hacer este tipo de cosas y luego disculparme —Se encogió de hombros—. Y, mientras eso sucede, mi nombre estará en el top de búsquedas por un par de días. Lo considero como una ganancia sin importar cual sea el resultado.
—Debo admitir que parecías superficial y estúpido —Una chica que aun no había hablado alzó su voz , inclinándose hacia adelante para verlo mejor—, pero ahora creo que eres un bastardo inteligente. Interesante.
—En este negocio hay que ser inteligente. —respondió con una sonrisa arrogante y justo en ese momento, sintió su teléfono vibrar.
Lo sacó de su pantalón, percatándose de que era un mensaje de Minho.
"Ya tengo mi cheque. ¿Dónde estás?"
Su sonrisa se amplió mientras tecleaba la respuesta.
—¿Pasó algo bueno? —la chica junto a él acarició confianzudamente su antebrazo. Jisung solo la miró por un par de segundos, haciendo que ella se pusiera ligeramente nerviosa.
—Va a pasar —contestó, acercándose más a ella a la vez que le pasaba una mano por los hombros—, pero eso no importa ahora. Tomémonos una selca.
Con eso bastó para hacerla sonreír ampliamente, acomodándose para quedar en el mejor ángulo y que en la foto saliera la cantidad exacta de muslos y busto. Los demás también se acomodaron para salir en el cuadro y Jisung tomó un par de fotos en poses distintas, para luego entretenerse en subirlas.
—Etiquétense —les dijo, pasándoles el móvil, su sonrisa aun imborrable sobre sus labios.
—Hey —Minho llegó en ese preciso momento, apoyándole una mano en el hombro—, ya está.
—Lo sé. Ya me dijiste —contestó Jisung, estirando su cuello para mirarlo, satisfecho—. Definitivamente hice bien en ponerte ese traje.
—¿Ese es tu chico? —preguntó la chica junto a él, devolviéndole el teléfono— Es guapo.
—Es precioso. —respondió Jisung, estirando su brazo para apretarle cariñosamente las mejillas a Minho, quien frunció el ceño ante ese gesto.
—¿Por cuántas copas vas?
—Solo una, bebé —Jisung cambió de apretujar cariñosamente su rostro a palmear su mejilla mientras se ponía de pie—. Ven, tómate una foto conmigo cerca de la piscina. Un placer, chicos —se despidió de los demás pero, antes de retirarse, se inclinó para recuperar su copa, aprovechando para susurrar en el oído de la chica que había estado sentada a su lado—. Y tú... deja de pegarte tanto a los hombres. El perfume que traes es asqueroso.
Y, con una sonrisa igual de tranquila, se enderezó para sujetar el brazo de Minho y llevárselo consigo.
—Oye, ¿quiénes eran esas personas? —inquirió Lee, dejándose arrastrar entre el gentío.
—No tengo la más mínima idea. —respondió descuidadamente Jisung, buscando otro mesero con la vista para agarrar una copa y dársela a Minho.
—No has cambiado nada. Solo te fijas en las personas que te interesan.
—No tengo espacio en el disco para recordar a gente que no me sirve para nada —Jisung encontró finalmente un mesero y lo llamó con un gesto de su mano para tomar una copa. Se la dio a Minho y la chocó suavemente con la suya, a modo de brindis—. Ahora la foto.
Minho ladeó su cabeza, confundido, dejando que Jisung se parara frente a él y le apoyara la cabeza en el hombro para tomar una selca.
—Sonríe, idiota. Como si realmente tuvieras deseos de estar aquí conmigo. —Jisung lo golpeó con el codo en el estómago ante lo que Minho sonrió genuinamente, sorprendido por el suave golpe.
—Idiota, ¿vas a subir eso?
—Por supuesto que yes —canturreó mientras editaba la foto para subirla— ¿Tienes Instagram?
—No...
—No importa. Con tu cara basta.
—¿Basta? ¿Para qué?
Pero Jisung no le respondió, solo publicó la foto y cerró la app, fijándose en la hora.
—Ya debería faltar poco. —comentó, haciendo que a Minho le fuera difícil entender lo que había dicho.
—¿Qué? —Se inclinó más cerca, curioso— ¿Dijiste que falta poco? ¿Para qué?
A modo de respuesta, Jisung se terminó su bebida de un trago y, justo en ese momento, la puerta principal de la mansión se abrió violentamente, dándole paso a un montón de policías a la vez que los gritos de "todos abajo" se apoderaron del lugar, causando que se desatara el pánico entre los invitados.
La policía irrumpió en el sitio de forma sorpresiva y, mientras todo parecía volverse un infierno de sirenas, gritos y la música que aun sonaba, Jisung se mantuvo impasible de pie donde estaba, cerca de la terraza mientras Minho, a su lado, parecía petrificado, solo mirando la escena.
—Si quieres ahorrarte los problemas —Le apoyó una mano en el pecho, llamando su atención—, será mejor que corras, Lee —Sonrió de lado—. Y rápido.
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