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Capitulo 35

Chris dejó salir un ligero suspiro luego de separar la botella de agua de sus labios. La sensación del líquido bajando por su reseca garganta le hizo sentir mejor enseguida. Amaba su rutina de sus días libres precisamente por lo revitalizante que era. Correr al aire libre, beber su café sin prisas, leer un rato o ver alguna película... Tomarse unas horas para hacer eso, sin pensar en el trabajo, era justamente lo que le ayudaba a rendir adecuadamente durante el resto de la semana.

Especialmente cuando había tantas cosas dando vueltas en su cabeza.

Ya había recibido una advertencia de su jefe por el video "inapropiado" que Changbin había subido a sus historias. Los comentarios al respecto solo se habían esparcido como pólvora entre sus compañeros de trabajo pues, obviamente, no iban a desperdiciar la oportunidad de chismear sobre alguien de apariencia tan correcta. Cuando hizo el video, no pensó en eso como una impactante salida del closet pero, al parecer, lo había sido. Realmente le molestaba menos de lo que pensó que lo haría, pero aun así, no dejaba de ser una fuente de estrés para él. Tenía que seguir lidiando con las preguntas indiscretas y las miradas furtivas. No soportaba ser el centro de atención y esa semana definitivamente lo había sido.

Changbin había intentado calmarlo diciéndole que al menos ya era una cosa menos de la que preocuparse y que, al final de la historia, lo que él hiciera no era asunto de nadie. Le había hecho sentir mejor oír eso, sí, pero no quitaba que los comentarios ya lo tuvieran al límite de su paciencia.

Salir a correr esa mañana le había ayudado a disipar una buena parte de su incomodidad. Hacía buen clima y no muchas personas parecían haber pensado lo mismo que él, así que se encontró con un parque que estaba relativamente vacío en el cual podía correr sin preocuparse por nada más. Ahora solo le restaba comprar su café y dirigirse de vuelta a casa para tomar una buena ducha y entrarle con ganas a ese libro que le esperaba en su mesita auxiliar desde hacía ya unas tres semanas.

Pero su teléfono sonó.

La vibración dentro de sus pantalones deportivos lo hizo detenerse y maldecir en silencio. Podría ignorar la llamada, aun si sonaba insistente. Era su día libre después de todo. Sin embargo, sabía claramente que solo tres personas lo llamarían en su día libre: su jefe, Changbin... y Jisung.

Y no podía permitirse ignorar a ninguno de los tres.

Tomó el teléfono después de unos segundos. No le sorprendió ver el contacto de Jisung en la pantalla, sin embargo, sí le hizo sentir un brinco extraño en su estómago. El chico había estado muy tranquilo en los últimos días. No iba a decir que lo extrañaba, pero sin dudas era inusual no haber oído su voz o leído sus mensajes.

Bueno, sí lo extrañaba, pero no podía simplemente admitirlo.

—¿Qué? —contestó con su tono usual y la suave risa que escuchó del otro lado le hizo sentir levemente irritado.

—Por lo que veo ese saludo tuyo no va a cambiar.

—Al igual que tu hábito de tutearme cuando claramente te he dicho que no lo puedes hacer.

—¿Ups?

—¿Qué necesitas, Jisung? Es mi día libre.

—Oh, no sabía que el Sargento Bang también disfrutaba de sus días libres.

—Soy humano, Jisung. No una máquina.

—Mmh... no lo sé... a veces realmente no pareces humano.

—Deja de dar rodeos. Si solo quieres conversar me imagino que has de tener amigos con los que puedes hacerlo —Chris se dejó caer en una de las bancas del parque, mirando distraídamente hacia el cielo mientras sostenía su teléfono cerca de su oído—. Escupe.

—Bueno... Tengo una duda, Sargento.

—¿De qué se trata?

—Creo que mejor te lo muestro. —Fue la enigmática respuesta que le dio Jisung antes de colgar la llamada. Chris miró la pantalla donde se veía la duración de la llamada para luego dar lugar a su inicio. La duda lo asaltó pero recibió la respuesta en menos de diez segundos.

Jisung te ha enviado un video.

La notificación apareció en la parte superior de su pantalla y, sin siquiera pensarlo, oprimió el cartel para abrir el chat.

Y allí estaba él, con Changbin encima, besándose como si no importara absolutamente nada más en esta vida. El rubor en su propio rostro y en el del castaño hacía obvia la embriaguez de ambos. Sin embargo, era el tono de su voz, bajo y rasposo, casi al punto de arrastrar sus palabras, lo que más duramente lo delataba.

Chris no había tenido oportunidad de ver el video pero sabía perfectamente que se trataba del video que habían subido al Instagram de Changbin.

—Mierda... —murmuró, mirando fijamente la pantalla del chat luego de que el video se acabara. Un nuevo mensaje apareció debajo del video en ese instante.

"Mi duda era, Sargento, ¿Qué tan mal tengo que portarme para recibir ese tipo de tratamiento?"

—Tienes que estar jodiéndome. —Chris se dispuso a contestar rápidamente.

"Donde conseguiste el video?"

En cuanto se envió el mensaje, una llamada entrante se apoderó de su pantalla y respondió antes de siquiera pensarlo.

—Veo que capté tu atención. —El tono burlón de Jisung envió un escalofrió a lo largo de su espalda. Maldita sea. Tenía tantas ganas de hacer que se callara.

—Solo responde.

—Lo encontré en una página de videos guarros.

—¿En serio? —Chris sonó alarmado.

—Por supuesto que no —Jisung rió—. Digamos que lo encontré por ahí.

—¿Cómo puedes haberlo simplemente encontrado por ahí?

—Eso no importa, sargento —Jisung cambió ligeramente el tono de su voz a uno más bajo y cargado de complicidad—. Solo dígame... realmente quiero saber cómo se siente un azote dado por sus manos... tiene esas manos perfectas... ¿Nunca se lo han dicho? Ese chico debe haber salvado al país en su vida pasada para tener la suerte de ser tratado así por usted.

—Te he dicho que...

—Aquel día en la tienda me tomó por sorpresa. Ni siquiera pensaba que usted fuera gay... o bi... lo que sea. Pero ahora sé que no estoy meando en el poste equivocado.

—No estas meando en ningún lado, Jisung. Si me acuesto con hombres o no, eso no es de tu incumbencia. Ahora deja de joder antes de que realmente te procese por acoso sexual.

—¿Haría eso? ¿En serio? ¿Incluso cuando se lo estoy pidiendo de forma tan educada? Por lo que veo realmente necesitas que me porte mal para ponerte como te quiero... eso es tan pervertido, Sargento.

—Cállate —espetó, ante lo que Jisung rió, bajito.

—No quiero.

Chris apretó su teléfono, usando su mano libre para pasársela por el rostro.

—Jisung... te he dicho que tienes que obedecer lo que te dig...

—Si quieres que obedezca, haz que te obedezca. ¿O no tienes las bolas para hacerlo?

—No quieres comprobar eso, créeme.

—Créeme tú, pensar en comprobar eso es lo que me ayuda a dormir por las noches...

—Me importa poco si te quita el sueño o no.

—No me estás entendiendo... pero no creo que necesites los detalles de las cosas que hago antes de dormir. Por lo que veo no me vas a complacer a las buenas... tendrá que ser a las malas.

—¿Ahora de que mierda estás hablando?

—Nos vemos esta noche, Sargento. Por cierto... no debería ponerse esos pantalones para salir en público. Puede provocarle un infarto a alguien con esas piernas.

—¿Qué? ¿De qué? ¡Jisung...! —Pero ya Jisung había colgado. Chris se puso de pie, mirando a su alrededor en búsqueda de la delgada silueta del menor. Sin embargo, a los alrededores solo había algunas personas acampando o corriendo, más allá, la calle y los edificios que rodeaban el parque. Si realmente Jisung lo estaba observando, podría estar en cualquier parte.

Intentó llamarlo de nuevo, pero el teléfono del menor estaba apagado o fuera de cobertura. Una nueva maldición partió de sus labios a la vez que lanzaba el móvil en su bolsillo y agarraba la botella de agua vacía, enojado, para dirigirse rumbo a la cafetería donde tenía planeado ir cuando recibió la llamada.

Mientras caminaba, las últimas palabras de Jisung rondaban en su cabeza.

Nos vemos esta noche.

Conociendo a Jisung, esas no habían sido palabras vacías ni alguna referencia a que se masturbaría pensando en él. Sabía cuándo tomar en serio a Jisung y esta era una de esas veces.

Revisó la agenda del menor para saber si había algo especial esa noche, pero no. Era sábado. No tenía trabajo, ni ningún evento al que asistir. Tampoco tenía ninguna asignación de las que a veces le encargaban como parte de su servicio comunitario. Nada. Esa noche Jisung tenía que estar tranquilo en su casita y eso era lo más sospechoso del asunto.

Tal vez su plan era simplemente atraerlo y hacerlo ir a casa del menor. Sí, probablemente era eso. Chris dejó salir una sonrisa de suficiencia al llegar a esa conclusión. Lo hizo justo al abrir la puerta de la cafetería. El aire acondicionado lo hizo sentir como el sudor en su piel se enfriaba de forma agradable.

No iba a darle el gusto a Jisung, por mucho que quisiera hacerle tragar sus palabras una por una... y lo que no eran sus palabras, también. No podía dejar que Jisung sintiera que podía manipularlo a su antojo. Ya tendría tiempo para hacerle pagar por su atrevimiento.

—¿Señor Bang...? —La dependiente de la cafetería llamó su nombre al verlo acercarse al mostrador y si bien él era cliente regular, le extrañó que la chica supiera su nombre. No solía ir a la misma hora siempre, así que probablemente ella solo lo había atendido un par de veces.

—¿Cómo...? —ladeó su rostro, curioso.

—¿Es usted? —Ella sonrió, tomando una nota que tenía detrás del mostrador— "Un tipo de unos veintiocho con cabello negro, desordenado, que parece que acaba de volver de correr. Lleva una camiseta ajustada gris y pantalones de gimnasia Adidas negros, muy apuesto"... —hizo una pausa para mirarlo con obviedad— Parece que se trata de usted.

Chris pestañeó, incluso más sorprendido.

—Parece que sí.

—Un cliente que estuvo aquí hace un rato pidió esto para usted —La chica le extendió un café—. Me dijo que se lo entregara cuando pasara por aquí.

Chris estuvo a punto de preguntar cómo era ese cliente pero le bastó ver lo que había escrito en el vaso plástico para saber.

"Tus piernas no son lo único que se ve muy bien con esos pantalones. Nos vemos esta noche, Sargento"

—Mocoso de mierda... —masculló, sacando los billetes para pagar.

—Oh no. La persona que ordenó ya pago el café por usted. —La sonrisa de la chica hacía obvio lo divertido de la situación, sin embargo, Chris estaba al borde de la ebullición. Se retiró con un sencillo "gracias", dispuesto a volver cuanto antes a casa.

En su interior, se revolvían la emoción casi adolescente junto con la más salvaje de las iras. Solo Jisung podía hacerlo sentir de esa forma tan ambivalente. Aun así, a pesar de la emoción, seguía plenamente consciente del abierto desafío. Sabía que Jisung haría algo y era su trabajo estar al tanto de eso. Aun si, muy a su pesar, no podía esperar para saber de qué se trataba.

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