Capitulo 27
El sol del mediodía calentaba las calles dejando que un vaho caliente subiera desde el concreto o desde la claridad que se reflejaba en los cristales de los edificios, haciendo que estar en la calle fuera francamente molesto. Sin embargo, a Changbin no le molestaba mucho. Salir de la oficina, del papeleo y de las aburridas quejas del personal siempre era agradable para él, más cuando su mente no estaba ni remotamente enfocada en esos asuntos de trabajo.
—Es inusual encontrarte aquí.
Changbin levantó la mirada del billete con el que jugueteaba. La voz de Chris a sus espaldas lo distrajo de sus pensamientos, llevándolo a sonreír levemente y girarse para encontrarle a unos pasos, acercándose con expresión algo cansada.
—El café de la máquina expendedora no me gusta —contestó, señalando con el mentón hacia la cafetería frente a la cual estaba sentado, esperando a que le trajeran su orden—. Pero a ti sí, lo que hace que encontrarte a ti aquí sea aún más inusual.
Dejó el dinero sobre la mesa y separó una de las sillas, ofreciéndole asiento a Chris. En pleno mediodía, se agradecía más el aire acondicionado del local. Sin embargo, Changbin había preferido las mesas de afuera. Algo calurosas, cierto. Pero, en aquel horario convulso, estaban mucho más tranquilas que el abarrotado interior de la cafetería.
Chris se sentó, con un suspiro, recostándose descuidadamente contra el respaldo del asiento. Su mirada se fue a la distancia, perdiéndose en contemplar las ventanas del lateral del edificio de la policía que se alzaba, algo imponente, del otro lado de la amplia avenida.
—Vengo con frecuencia —afirmó—. El café de la oficina es para cuando no tengo tiempo. Solo los chicos que patrullan suelen beber ese por la prisa que llevan.
—Tienes un punto. —Changbin apoyó su codo sobre la mesa, sujetando su rostro para dedicarle una mirada divertida a Bang, quien no tardó en notar la curiosidad brillando en aquellos traviesos ojos.
—¿Qué? —inquirió, incómodo.
—Quieres contarme algo, ¿cierto?
Chris levantó una de sus cejas.
—¿Ahora te crees adivino?
—No —negó, sin inmutarse ante el tono arisco del oficial—, pero con lo ocupado que sueles estar, se me hace raro que en vez de ir al mostrador y pedir directamente tu orden, te hayas sentado aquí conmigo.
—Tal vez no estoy tan ocupado.
—O tal vez quieres hablar —ripostó Changbin, sabiendo ya que estaba en lo correcto. Su sonrisa se tornó triunfal al ver como Chris bufaba y sacudía su propio cabello, apartando nuevamente la mirada.
—Pasó algo.
—Pensé que la parte en la que te aclaraba que yo no era adivino había sido bien comprendida. Vas a tener que dar mas detalles.
—Solo cállate un segundo —Chris sonó frustrado, cubriendo su rostro con las manos—. Yo... creo que dije algo estúpido.
—¿Le confesaste tus sentimientos a Jisung? —Changbin ignoró deliberadamente su petición de silencio, aquel tema siempre era uno que le resultaba entretenido.
—No exactamente. Le dije que quería follarlo hasta volverlo sumiso y obediente.
Sus palabras salieron en tropel, como si supiera que, de dudar, terminaría sin decir nada. Changbin se quedó inmóvil, mirándolo fijamente con sus ojos un poco más abiertos de lo normal.
—Contigo no hay punto medio, Bang.
—Ugh... —Chris metió de nuevo sus manos en su cabello, obviamente estresado— No quiero pensar en eso, pero llevo días sin poder conciliar el sueño como es debido. No tenía que haber dicho eso.
—Pero... ¿Por qué lo dijiste? Digo, sabemos que mueres por hacerlo, pero no sueles perder el control así como así.
—Él me provocó. Fue... ni siquiera sé bien qué pasó, solo recuerdo que me jaló al probador de una tienda, intentó tocarme y... lo perdí.
Una suave carcajada de Changbin lo hizo girarse hacia él, quien lucía aún más divertido que antes.
—¿De qué te ríes?
—Es que... —hizo un gesto de obviedad— no le veo el problema. Si él también quiere hincarte el diente pues... solo hazlo.
—No puedo simplemente hacer eso. Él es un criminal y yo soy su agente de libertad condicional. Si...
—Te recuerdo que eres su agente porque tú mismo solicitaste un traslado para ocupar ese puesto, tú mismo quisiste convertirte en su agente para estar más cerca de él. Todo lo que has hecho hasta ahora, ha sido con ese objetivo.
—Pero hay un límite. No lo hice para tener sexo con él...
—Deja de engañarte a ti mismo, Bang. —Changbin lo miró con displicencia— ¿Qué pasa con los consejos que me pediste? Según tú, querías aprender a tener sexo con un hombre... y lo has hecho varias veces ya. ¿Me vas a decir que la idea de tener sexo con Jisung nunca pasó por tu mente? Y no hablo de desear hacerlo, hablo de crear la situación para hacerlo.
Chris mordisqueó el interior de su mejilla, pensativo. Un poco de lo testarudo que había en él quería seguir llevando la contraria y decir que no, que solo estaba actuando como un admirador, que nunca tuvo intenciones reales de buscar sexo con Jisung. Sin embargo, ya sabía mejor que eso lo acertado que podían llegar a ser los comentarios de Changbin. Muy a su pesar, él parecía conocerlo mejor de lo que se conocía a sí mismo.
—No negaré que lo tuve en mente. Y que... de cierta forma me he estado preparando para eso. Pero... sé que no debo. Está mal.
—Bueno, de que está mal, está mal... pero no creo que tus principios sean muy fuertes cuando se trata de ese chico. O sea, solo con tocarte un poco casi sale cojeando. Si se pone serio, no vas a resistirte. Tienes un autocontrol jodidamente bueno, pero cuando se trata de él —abrió una de sus manos con un leve movimiento—, desaparece.
En ese momento un mesero se acercó con la orden de Changbin, dejando dos vasos de café sobre la mesa. Chris aprovechó para pedir su orden, sin embargo, no pudo evitar notar lo inusual en el pedido que acababa de ser entregado.
—¿Dos? —Lo miró, curioso— O tuviste una muy mala noche o le estás haciendo un favor a alguien. Ambas son cosas bastante raras para Seo Changbin.
—Muy gracioso —Changbin tomó uno de los vasos y bebió cuidadosamente un sorbo—. Pero no, la noche fue muy buena, precisamente por eso necesito el café, y el otro es porque estoy siendo considerado con la persona que me brindó una noche así de buena.
—Oh —esta vez fue Chris quien sonrió con malicia—, ¿acaso Hyunjin domó a la fiera?
Changbin le dedicó una mueca y bebió un nuevo sorbo.
—No todos tienen bestias que domar. Y más te vale que traigan rápido tu café, o te quedaras aquí solo.
—Ok, no te molesto más —Chris cubrió su sonrisa con una mano—. Pero debo admitir que es inusual. No sueles repetir tanto con una persona. Hyunjin debe ser bueno.
—Lo es —contestó Changbin—. Pero eso no significa nada. Soy alguien simple. Si me gusta, voy a repetir.
—¿Y eso no les crea sentimientos... o compromiso? Pensé que no te iban esas cosas.
—Ya hemos hablado claramente. Esto es solo sexo.
—Entonces... ¿realmente no sientes nada por él?
—Es agradable —se encogió de hombros— y me gusta hablar con él, lo cual hace que no me incomode pasar tiempo a su lado... pero eso no sig...
—¿Lo abrazas en la cama? —interrumpió Chris, mirándolo fijamente.
Changbin arrugó el entrecejo, dejando su café sobre la mesa.
—¿Qué tiene que ver eso?
—Cuando es solo sexo y no sientes nada, no se hacen cosas como esa.
—Bueno. Nos abrazamos la primera vez, solo porque quise... y hemos seguido pero... no creo que eso...
—Changbin... si algo he entendido sobre ti es que, primero: Detestas que invadan tu espacio, que alguien manifieste posesividad sobre ti. Segundo: Para ti, el sexo es sexo. Abrazos, caricias después de follar, citas, cenas, besos... eso no tiene nada que ver contigo. Sin embargo, aquí estás: pasando casi todas las noches con alguien, comprándole café después de una noche ocupada porque quieres ser "considerado". Perdóname, pero creo que hace rato pasaste la frontera de "solo sexo".
—Eso no importa —El tono de Changbin sonó levemente testarudo—. No puede ser igual con todas las personas. Además... si algún día decido que quiero una relación, eso es asunto mío. Ya soy un adulto.
—Por supuesto, no te estoy recriminando nada. De hecho, sería agradable verte con un poco de estabilidad. Mientras te sientas bien, yo me alegro, porque soy tu amigo. Sin embargo, me preocupa que estés confundiendo las cosas. Tal vez pienses que es solo sexo, pero puede que ya no lo sea. Puede que termines sintiendo cosas que no estás preparado para sentir.
—¿Y eso qué?
—Hyunjin no es un hombre estable, Changbin. No lo digo pro mal, pero tienes que pensar. Ha tenido más relaciones que arrestos en su expediente. ¿Acaso sabes por qué?
—La verdad es que no... —Changbin agachó su mirada, sonando dudoso.
—Exacto. Obviamente el sexo es bueno, así que esa no es la razón por la cual sus relaciones duran poco. ¿Qué pasaría si, de repente, esa razón, sea la que sea, los afecta a ustedes también?
—Pues... —Changbin lo pensó por unos segundos— lo dejamos y ya.
—Es muy fácil decirlo. Pero... ¿Qué pasaría si ya estás enamorado?
...
—Vas a matar a alguien con esa mirada —comentó Felix, notando que Hyunjin ya llevaba varios minutos parado cerca de la ventana de la oficina, bebiendo un vaso de agua que parecía ser eterno. Al notar el ligero sobresalto del más alto ante su voz, se acercó a él para también mirar, notando enseguida como, en la cafetería que había del otro lado de la calle, Changbin y Chris compartían una mesa y un café—. Oh... ¿Esos son Changbin y Chris? Ya veo la razón.
—No hay ninguna razón —Hyunjin empujó al mayor, alejándose finalmente de la ventana—, solo estaba mirando.
—Mirando con odio.
—Mirando, Felix, mirando. —Hyunjin ignoró la expresión burlona en el rostro de Felix y lanzó el vaso plástico a la basura, dirigiéndose de vuelta a su escritorio.
—¿Acaso Changbin sigue viendo a otras personas? —Felix lo siguió, tomando asiento en su silla. Uso sus piernas para impulsarse hacia el puesto de Hyunjin, incapaz de dejar ir la oportunidad de distraerse con el menor.
—No sé. Supongo. No somos exclusivos. —Hyunjin se desplomó en su asiento, dejando caer una de sus manos sobre el teclado de su computadora, perezoso.
—Oh, pensé que las cosas iban un poco más serias entre ustedes. Se van juntos todas las noches. Y, conociéndote, también tienen sus escapes en horario de oficina.
—Solo es sexo —Le restó importancia al asunto—. Mientras tenga eso no necesito nada más.
Felix lo miró, sin creerse una sola de esas palabras.
—A veces algunas cosas surgen sin que uno las necesite.
—No me voy a enamorar de Changbin, Felix. Si es a eso a lo que quieres llegar.
—No he dicho eso. Sin embargo pareces hervir cada vez que lo ves con Chris. Si su relación es abierta, cosas así no deberían importarte.
—Te dije que no los estaba mirando. Además, si quiere quedar con Chris eso no es asunto mi... —sus palabras se cortaron súbitamente al ver que el propio Changbin abría la puerta de la amplia oficina, buscándolo con la vista. Su mirada adquirió un brillo extraño al ver la escena, o más bien, a Felix formando parte de ella de una forma que podía considerarse demasiado cercana. Aun así, no dijo nada, solo se acercó, poniendo una sonrisa antes de dejar el café, aún caliente, sobre el escritorio de Hyunjin.
—Hola, Hyun —lo saludó con una sonrisa cómplice antes de mirar a Felix, cambiando su expresión a una sonrisa de labios apretados—, Felix...
—Hola, Changbin —Felix captó enseguida la indirecta, apartándose para volver a su escritorio—. Los dejo para que hablen, tengo que terminar un informe.
Hyunjin se extrañó ligeramente. El único informe que debían entregar estaba ahí, abierto en su computadora, esperando a que él tecleara las últimas palabras. Sin embargo, la voz de Changbin desterró esas ideas de su mente.
—Te compré café. Me sentía mal por no haberte dejado dormir bien.
Felix tosió aparatosamente desde donde estaba, haciendo que ambos se giraran hacia allá.
—Perdón —se excusó—, no me hagan caso, iré a por agua —dijo, poniéndose de pie, incapaz de contener la risa.
—Gracias —Hyunjin tomó el café, sonriendo—. Estaba a punto de ir a por uno. Este... —observó el vaso— es de la cafetería de allí abajo, ¿cierto?
—Oh, sí. Su café es muy bueno. Me da lástima que siempre tomes el café instantáneo de aquí arriba.
—Qué considerado. —bebió un sorbo, dedicándole una suave sonrisa al castaño.
—Solo me hago responsable de mis actos... Hyun —Changbin apoyó sus manos sobre el escritorio, inclinándose un poco hacia adelante—. Además... si te compro un café, te será difícil rechazar una invitación.
—Desde que entraste por esa puerta me hiciste muy difícil rechazarte cualquier cosa. —Hyunjin se relamió, limpiando los imperceptibles restos de café sobre su labio superior.
—Entonces... —Changbin elevó una de sus comisuras— ¿Tu casa o la mía?
El mayor sonrió, ladeando su cabeza, fingiendo tener que pensarlo seriamente.
—No sé... pensé que a lo mejor ya tendrías planes para hoy.
Changbin retrocedió, notando el ligero tono cínico en esas palabras.
—Me viste con Chris. ¿Cierto?
—Puede ser —Bebió de nuevo—. Tampoco estaban en un lugar privado.
—Pues no. No tengo planes con Chris. A menos que quieras incluirlo.
—Creo que paso.
—¿Seguro? Pensé que te gustaba compartir con tus amigos. —esta vez fue Changbin quien dejó caer el comentario con doble intención.
Hyunjin alzó su mirada para verlo a los ojos.
—Si me sigues tirando indirectas vas a meterte en problemas.
—¿Te excita que haga eso?
—No, pero me gusta la expresión que pones mientras lo haces.
Changbin se inclinó de nuevo, esta vez mucho más cerca.
—Está bien, no creo que haya un problema —bajó el tono de su voz—, si te excitas, yo me encargaré de manejarlo.
—Entonces, en mi casa —Hyunjin se terminó el café, levantándose de golpe, lo cual sorprendió al propio Changbin, quien retrocedió levemente—. Hoy es viernes... —se acercó a él, siendo ahora Changbin quien debía alzar levemente la mirada— puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
Changbin dejó pasear su vista a lo largo de su anatomía para luego volver a sus ojos, sin ocultar en lo más mínimo el descaro en su mirada.
—No tengo ropa para varios días.
—No te preocupes —Hyunjin acarició levemente su mentón—. Te ves muy bien con la mía.
—Ok. —Changbin solo asintió, mordiendo su labio inferior antes de darse la vuelta para irse. Hyunjin lo dejó ir sin esperar una nueva réplica, sabiendo que, si seguían así, iban a dar un espectáculo innecesario en medio de la oficina. Solo se acercó al contenedor de basura junto a la nevera, dejando allí el vaso vacío de café, notando que Felix seguía junto a la ventana, bebiendo su agua, en una situación opuesta a la que habían tenido hace unos minutos.
—¿Sigues seguro de que es solo sexo? —inquirió el mayor, mordisqueando el borde de su vaso.
—¿Vas a seguir? —Hyunjin se dio la vuelta, dispuesto a volver a su escritorio.
—Solo digo —Felix sonaba ahora levemente más serio—, Changbin no es como todas esas chicas. Puede que seas tú quien salga lastimado esta vez.
—¿A qué te refieres? —levantó una de sus cejas.
—Karma is a bitch —fue la simple respuesta del mayor, quien se terminó su agua y, con una palmada en el hombro, instó a Hyunjin a volver al trabajo.
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