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Capitulo 21

Changbin llevó a Minho hasta una de las esquinas del bar, bien lejos de donde Felix y Hyunjin estaban intercambiando saliva. Se aseguró de que desde allí, Minho no pudiera seguir mirando hacia allá, no quería distracciones mientras hablaban.

—Hey, te necesito aquí. —Chasqueó sus dedos frente al rostro del menor, reclamando su atención. Minho dejó de estirar su cuello para mirar por encima de las personas y simplemente se recostó sobre la mesa alta a la que se habían arrimado, acercándose para poder oír bien a Changbin por encima de la música.

—Habla rápido, tengo cosas que hacer.

—No me des esa actitud cuando el principal interesado eres tú. —Changbin apoyó su rostro sobre su mano, displicente—. ¿Cuánto dinero tienes?

—Unos veinticinco grandes, pero puedo conseguir diez más para la semana que viene. ¿Será suficiente?

—¿Treinta y cinco? —Changbin lo pensó por un par de segundos, retirando su mirada como si hiciera cálculos mentales—. Unos treinta y cinco mil dólares bastarán para una primera cuota. Lo demás puedes irlo pagando después, ya que tienes tanta prisa.
Minho apretó sus labios, ligeramente inconforme.

—Voy a necesitar que me hables claro. ¿De cuánto dinero estamos hablando? ¿Cuánto tendré que pagarte después?

—Unos veinte grandes más y considéralo hecho. Pero con los primeros treinta y cinco puedes relajarte, seré comprensivo con el resto.

—Qué bondadoso. —ironizó el menor.

—Te sorprenderías con lo bueno que puedo llegar a ser. —Changbin mordisqueó levemente su meñique, sosteniéndole la mirada con una expresión sugerente.

—¿En serio haces eso con cualquiera? —Minho le dedicó una mueca, ligeramente incómodo con el sutil coqueteo del mayor.

—Está en mi naturaleza.

—Lo que sea. Acepto tu trato. Tendré el dinero para la semana que viene, te contactaré de nuevo entonces para reunirnos y cerrar el negocio.

—Por mi está bien. Eres tú quien esta apresurado.

—Por supuesto que estoy apresurado.

—¿Tu prisa está relacionada con esa escena que acabas de presenciar? —Changbin señaló con su mentón hacia donde había estado sentado antes con los dos oficiales y enseguida las cejas de Minho dejaron ver su descontento.

—Él es de quien te hablé.

—¿Quién?

—Felix... es él.

—Oh... —Changbin retrocedió levemente, sorprendido ante la información— ¿Él es el oficial que tenía una relación contigo? Vaya, ni yo sabía eso. De hecho... mierda. Lo que me contaste... él...

Minho asintió.

—¿Quién lo iba a pensar? —Changbin sonrió con malicia—. Felix parece un chico tan angelical y tranquilo.

—No lo es... a menos que haya cambiado, y estoy seguro de que no lo ha hecho. Felix es como un depredador disfrazado. Y no lo digo por mal, es increíble, pero te puedes sorprender con lo mucho que su aspecto difiere con su personalidad, especialmente con ese cabello. Parece una pequeña cosita adorable cuando definitivamente no lo es.

—Bueno, parecía a punto de morderle un pulmón a Hyunjin, ciertamente muy angelical no debe ser.

—¿Quién es ese Hyunjin? ¿Ellos tienen algo?

—No creo... al menos no que yo sepa. Eso sí, Hyunjin ha sido su compañero por años, me extraña que no lo conozcas. De hecho, hasta hace poco Hyunjin era un heterosexual intachable.

Minho dejó salir un apenas perceptible suspiro.

—La comunicación no era nuestro fuerte... espera, ¿hasta hace poco?

Changbin alzó una de sus manos haciendo una "v" de victoria con sus dedos a modo de respuesta.

—Ya. Ya entiendo. —Minho apoyó sus antebrazos uno sobre otro, acomodándose mejor—. Pero... entonces por qué Felix lo besó. ¿Iban a hacer un trío o algo?

—No descartaría la posibilidad, pero nunca se mencionó eso. —Changbin se encogió de hombros—. De hecho, la idea era solo venir a beber unos tragos luego del trabajo. Hyunjin se iría conmigo a casa hoy. No sé qué planea hacer Felix.

—Darme celos... —Minho ató los cabos gracias a la explicación de Changbin— o tratar de que me alejara de él.

—La segunda opción parece más plausible.

—Lo que sea. No me voy a rendir por algo así. Si Felix quiere ser infantil, yo también puedo serlo.

—Bueno... —Changbin se separó de la mesa, dispuesto ya a retirarse— tú sabrás cómo encargarte de eso. Los asuntos de ustedes no me conciernen. Solo no te busques un nuevo arresto. Ya estoy contando con tu dinero.

—Tranquilo. —Minho también se dispuso a retirarse—. Yo sé lo que hago.

Felix se separó de Hyunjin después de casi un minuto de besarlo. Ambos se miraron en silencio, Hyunjin lucía confuso y violentado, su cabello un poco desordenado, sus labios húmedos y rojos unidos a la expresión sorprendida de su rostro lo hacían lucir casi adorable a los ojos de Felix. Él, en cambio, solo se aclaró la garganta con cierta incomodidad, sonrojándose levemente ante la confusa mirada del pelinegro.

—Perdón por eso —se excusó—, fue necesario.

—¿Necesario? —Hyunjin se acomodó en su asiento, incorporándose mejor ahora que no tenía a Felix encima de él— ¿Cómo demonios podría ser eso necesario?

—No te enojes, por favor. Solo necesitaba deshacerme de alguien.

—Oh... como hacen las chicas.

Felix rodó los ojos.

—Sí, exactamente así. Perdón por hacerte pasar por semejante cliché de telenovela.

—No, no... bueno... está bien, si era necesario. No me molesta ayudarte con eso. Solo... me tomó por sorpresa.
Felix le dedicó una mirada escéptica a la vez que tomaba uno de los tragos que había sobre la mesa y se lo bebía.

—Está bien. Gracias por no tener un gay panic o algo así. Lo hiciste más creíble.

—¿Por nada? —Hyunjin ladeó su cabeza, notando que el trago que Felix se había bebido era el suyo—. A todas estas, ¿a quién demonios tenías que espantar? ¿Alguien te molestó?

—Solo me crucé con un ex. Nada importante.

—Oh... —Hyunjin no supo que contestar— ya veo.

—Changbin se está tardando un poco. —Felix miró a su alrededor, notando justo en ese momento que Changbin se acercaba con una botella en la mano.

—Hey... —el castaño los saludó antes de llegar a la mesa, dejándose caer en uno de los asientos con una sonrisa triunfal—. Miren lo que conseguí por ahí.

Hyunjin iba a protestar, no planeaba beber tanto en una noche de semana, pero Felix se le adelantó, arrebatándole la botella a Changbin.

—Genial —leyó la etiqueta—, esto es bueno. —Abrió la botella, sirviendo licor en el vaso que él mismo había vaciado hacia un momento.

—Alguien tiene bien alto el espíritu esta noche. —Changbin sonrió, aprobando su actitud a la vez que tomaba la botella y bebía directamente de esta—. Y tú ¿por qué luces tan descontento? —Miró a Hyunjin— ¿No te quieres divertir?

—Eh... supongo que sí —contestó hwang, consiguiendo que Felix sirviera otro trago y se lo diera a él.

—Toma. Mañana yo asumiré las consecuencias.

Hyunjin sabía que eso era pura mierda. Felix solo tendría una resaca asquerosa y se quedaría dormido sobre la guantera del auto mientras patrullaba. Sin embargo, Changbin le dedicó una mirada demasiado sugerente, solo una leve sonrisa, tan tentadora como inocente.

—No te preocupes, hyun... solo serán unos tragos. —Changbin bebió de su vaso, relamiendo sus labios al separar el pulido vidrio de estos—. Yo te cuidaré si bebes de más.

—Ahí lo tienes. —Felix tomó su mano y le colocó el vaso a la fuerza—. Solo bebe, no seas anciano.

Hyunjin finalmente cedió con un suspiro, bebiendo del forzado trago, notando que estaba lo suficientemente fuerte como para que una botella los afectara a los tres, pero no dijo nada, solo tragó, disfrutando el leve mareo y la sonrisa cada vez más amplia de Changbin.

Bastó poco más de una hora para que la botella se acabara. Tal vez no era muy sorprendente que solo Hyunjin sintiera que el mundo daba vueltas a su alrededor. Changbin aun lucía tranquilo, completamente sobrio, solo sonreía un poco, ligeramente más alegre de lo normal. Felix también estaba bastante bien, y Hyunjin se preguntó entonces como él, el más corpulento de los tres, era el que peor toleraba la bebida.

—Tienes que beber más seguido, hyun. Apenas y aguantas unos tragos. —Changbin lo ayudó a ponerse de pie, rodeando su cintura con uno de sus brazos—. Puede que algún chico malo se aproveche de ti en este estado.

—Dejen de coquetear, por favor. —rezongó Felix, caminando junto a ellos, estirándose después de haber estado sentado tanto tiempo.

—¿Cómo volverás a casa? —inquirió Changbin, dejando que el mayor abriera la puerta del bar para que él y Hyunjin salieran primero.

—Supongo que tomaré un taxi.

—¿Estás seguro? Puedo llevarte.

—Sí, no te preocupes, te encargo a Hyunjin. Asegúrate de que mañana esté en la mejor condición posible.

—Ok... —Changbin sonrió—. Eso haré. Nos vemos.

—Nos vemos.

Ambos se despidieron con gestos de sus manos. Felix observó cómo Changbin llevaba a Hyunjin hasta el estacionamiento. Hyunjin lucía somnoliento, lo cual era usual cuando bebía, así que Felix no se preocupó realmente y solo cruzó sus brazos sobre su pecho, protegiéndose de la brisa fría de la noche mientras buscaba con la vista el mejor sitio para pedir un taxi.

—¿Necesitas un aventón?

La voz que oyó a sus espaldas no lo tomó por sorpresa en lo más mínimo. Ni siquiera se dio la vuelta, solo respondió sin considerar necesario mirar.

—No. Estoy bien.

—¿Seguro? Tu cita parece que se ha ido con alguien más. No parece como la noche más exitosa para mí.

—Para que una noche te sea exitosa basta con que no duermas en la estación de policía. ¿Qué quieres Minho? —Felix caminó hacia el borde de la acera, escuchando como el chico lo seguía con pasos tranquilos.

—Darte un aventón.

—¿Tienes auto? ¿Te lo ganaste en un sorteo en la cárcel o algo así?

—Muy gracioso. Y no, tengo una motocicleta, pero al menos no camino. ¿O eres demasiado maduro para montar algo así?

Felix lo miró esta vez, girándose hacia él, recorriéndolo de pies a cabeza con su vista. Esta vez Minho no estaba siendo imponente o agresivo. Sabía que todo podía ser una farsa, podía ser solo así en público, pero fuera lo que fuera, eso le dio un poco de valor.

Eso y el alcohol. El alcohol nunca puede quedar sin culpa.

—Y una vez que me lleves a casa ¿Qué vas a hacer? ¿Me forzarás de nuevo?

—Sabes que cediste la última vez.

—Igual me forzaste. No quieras quitarte la culpa de encima.

—No te culpé a ti ninguna de las veces que lo hiciste.

—Tienes razón. ¿Y?

—Al menos yo no te lo estoy reprochando.

Felix se giró por completo hacia él, cortando la leve distancia con un paso decidido, su cuello estirado, su mirada enfrentando la del menor.

—Suena como que quieres que lo haga de nuevo. ¿Es eso?

Minho mordió el interior de su mejilla, sosteniendo la mirada del mayor.

—¿Y si te digo que sí?

Felix ladeó su cabeza con una sonrisa satisfecha a la vez que extendía una mano hacia Minho.

—Dámelas.

—¿Qué cosa? —El menor se mostró confuso.

—Las llaves. No pienses que voy a dejar que conduzcas tú.

—Estás bebido. No voy a dejar que conduzcas mi moto así.

—Tú también lo estás.

—Nos podemos matar.

—Vas a tener que confiar en mí.

Minho finalmente elevó una de sus comisuras, sacando las llaves de su bolsillo y depositándolas en la palma del mayor.

—No me hagas arrepentirme.

—Lo siento, Minho. Pero planeo hacer que te arrepientas de cada cosa que has hecho después de haber salido de esa cárcel.

La sonrisa del menor se amplió al ver la expresión ligeramente cruel que surgió en el rostro de Felix.

—Ok, me gustaría verte intentarlo.

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