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10 ↬ Desayuno


— ¿Estás cansado? —Preguntó Jimin observando al menor recoger el set de grabación. Éste negó.

— Solo un poco. Creo que llegaron tus padres, ¿escuchaste la puerta?

— Si, deben haber llegado hace rato. —Suspiró sonoramente, girándose en su cama para mirar de frente a Jungkook—. ¿Crees que se arme mucha bulla por la canción?

— Si, pero es la que te ha gustado a tí y, sinceramente, creo que va muy acorde a nuestra situación falsa. —Se encogió de hombros, Jimin asintió.

— Ven aquí. —Ordenó—. Me merezco algo.

— Hyung, eres muy malo. Te doy a elegir la canción, cargo tus maletas y ahora me ordenas un masaje. —Bufó.

— No mientas, tú me dejaste elegir la canción y me ofreciste el masaje.

— ¡Pero lo de las maletas no lo niegas!

— Porque eso ha sido verdad. —Rió—. Mañana te haré el desayuno.

Los ojos de Jungkook brillaron.

— ¿De verdad? ¿Me lo prometes?

— Te lo prometo. El mejor desayuno que hayas probado. —Aseguró.

— No sé yo... tienes que competir con muchos desayunos de Seokjin. —Sonrió de lado.

Jimin volteó los ojos y le dio la espalda.

— ¿Puedo quitarte la camiseta? —Preguntó el menor.

— Ajá.

Dejó que Jeon sacara su camiseta y volvió a situarse de la misma forma. Jungkook se colocó sobre su espalda baja y calentó sus manos frotándolas una con la otra para comenzar a masajear la espalda del chico bajo él. Jimin suspiró pesadamente en cuanto esos largos dedos hicieron contacto con su nuca y hombros, apretando suavemente y tirando de la piel para destensar los músculos.

Pero su estado de relajación no duraría demasiado cuando la puerta de su habitación fue abierta minutos más tarde por su hermano y su madre. Park bufó tomando su camiseta para colocársela al menos por encima y Jungkook se bajó inmediatamente del mayor con las mejillas sonrojadas.

— Para ser una pareja falsa, sois muy reales. —Rió Jihyun. Jimin le propinó un golpe con su propia camiseta—. Solo hemos venido a avisar de que estamos aquí, prometemos no molestar más hasta mañana.

— Dije que no molestaran. —Habló Jimin resoplando. Su madre se encogió de hombros.

— No me dio tiempo a pararlo. Nosotros nos iremos a descansar y ustedes... sigan con lo que hacían. No molestaremos de nuevo.

El mayor enarcó una ceja mientras miraba de soslayo a Jungkook, notablemente sonrojado y tímido, mirando al suelo. Su madre no dijo más y tiró a Jihyun de la camiseta para que ambos pudieran tener la intimidad que se les vio arrebatada.

— Perdona eso. Ya sabes lo que vas a tener que vivir este fin de semana. —Jungkook negó restándole importancia.

Sus ojos ahora estaban entretenidos mirando algún punto en el pecho descubierto del mayor. Cuando recuperó el habla, murmuró sonrojado:

— N-no sabía que tenías... un piercing justo ahí. —Dijo señalando con miedo su pezón, Jimin rió—. Debió haberte dolido.

— Dentro de lo que cabe. —Se encogió de hombros—. Fue divertido.

— Ehm... ¿supongo?

Park rió y sujetó a Jungkook de la cintura para llevarlo hasta su cama.

— Creo que deberíamos dormir, ha sido un día agotador.

El pelinegro asintió aún algo avergonzado. Ni siquiera se desvistió como solía hacer antes de ir a la cama. Aunque ya hubiera tomado una ducha, él solía dormir en ropa interior, pero no quiso incomodar al mayor. Éste se mantuvo sin camiseta y se recostó a su lado apagando la luz.

— Buenas noches, Jungkookie.

   • . * ˗ˏˋ🥀🥀🥀ˎˊ˗ * . •


Jungkook miró su teléfono con una mueca. ¿Cuándo fue que el mayor escapó de sus brazos para hacerle el desayuno? ¿Llevaba más de veinte minutos durmiendo sin tener a Jimin a su lado?

Se levantó refregando sus ojos y salió en busca de Park. No había nadie o no escuchó a nadie más en las demás habitaciones, así que se tomó la libertad de sorprender al mayor. Lo encontró en la cocina de espaldas, preparando la masa de unos... ¿hotcakes? No sabría definirlo bien, pero se acercó con cuidado y tomó su cintura a la vez que lo abrazaba contra su pecho.

— ¡Ah! ¡Jungkook! —Gritó asustado. El menor rió y le guiñó el ojo al teléfono que transmitía en vivo.

— Buenos días, ¿ya desde tan temprano dando guerra? —Sonrió. Jimin asintió girándose y tendiendo su dedo con chocolate para que Jeon lo saboreara—. ¿Es chocolate normal?

— Con leche. Pruébalo para echarlo por encima al desayuno.

Ambos se habían olvidado de las cámaras y de que más de dos millones de personas les estaban viendo en directo. Jungkook aceptó la ofrenda gustoso y metió el dedo del castaño en su boca para probar el dulce.

— Uhm... —Alardeó subiendo las cejas—. Está bueno, me gusta.

Park asintió rápidamente con las mejillas sonrojadas y se acercó al teléfono para leer algunos comentarios.

— Jungkook. —Le llamó con tono divertido—. Aquí dice que no me has saludado bien.

— Pero si te dije buenos días. —Habló confuso.

Jimin negó sonriente y se acercó de nuevo para tomar más chocolate. Untó en su dedo y manchó con delicadeza la mejilla del pelinegro, cerca de la cicatriz que la decoraba. No esperó reacción del contrario para pasar su lengua por ella y luego dejar un casto beso donde mismo.

Jungkook parpadeó unas cuantas veces tratando de enfocar, pero no era capaz. La risa de Park inundó sus canales auditivos y le observó dirigirse frente a la pantalla de nuevo.

— Buenos días a tí también, Jungkook. —Sonrió.

Éste solo pudo girarse, dar media vuelta y buscar su teléfono de inmediato.

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