— He estado pensando... tal vez para la próxima entrevista deberíamos tomarnos más veces de las manos o ser algo más cariñosos, aunque ha salido bastante bien la última pienso que deberíamos pre-

— ¡Jungkook! —Exclamó el mayor asustado al escuchar la puerta del baño abrirse y el pelinegro entrar a él hablando—. ¡Sal del baño ahora mismo, estoy duchándome!

— No es nada, Chim, la mampara me impide ver a través de ella. —Contestó sin más sentándose en el inodoro para seguir con la argumentación—. ¿Tú que piensas al respecto?

Jimin asomó solo su cabeza tras la mampara de la ducha.

— ¿Sobre invadir el espacio personal del otro? Creo que eso está infravalorado. —Contestó sarcásticamente—. ¿Para qué tener intimidad si puedes tener un Jeon Jungkook que entre al baño y cualquier día te pille desnudo?

— No me gusta el tono que usas conmigo, hyung. —Reprochó—. Yo solo venía a hablarte y tú, en cambi-

Pero la charla del más joven se vio interrumpida cuando un teléfono comenzó a sonar encima del mueble de mármol del baño. Jungkook se acercó a él y lo tomó deslumbrando el remitente de la llamada.

— ¿Por qué traes el teléfono al baño, Jimin? —Preguntó mirándolo—. Puede dañarse.

— A veces pongo música. —Confesó—. ¿Quién llama?

— Es tu papá. ¿Debería cogerlo?

— ¡Si! Dile que ahora cuando salga de la ducha hablaré mejor con él.

Jeon asintió a la vez que aceptaba la llamada y dejaba el teléfono sobre su muslo, el más lejano a la ducha de Jimin para que no se escuchara un ruido de fondo.

— ¿Jimin?

— ¡Señor Park, cuanto tiempo sin hablar con usted! —Habló Jungkook emocionado—. Jimin está en la ducha, ¿quiere que le ponga en altavoz?

— ¿Están ambos en el mismo lugar? ¿Los dos en el baño? —Inquirió.

— Si, papá. —Se oyó la voz de fondo del más bajo—. Jungkook y yo hablábamos sobre las próximas entrevistas mientras tomaba una ducha relajante. ¿Para que llamabas?

— Exactamente para eso, Jimin. —Su voz se escuchó dura—. ¿Por qué no he sido enterado de que mi hijo está en una relación con otro miembro del grupo?

— Ehm, papá... verás, no es lo que parece.

— ¿Debería pedirle la mano a usted antes, señor? —Se metió Jungkook—. Hice las cosas mal, perdóneme.

— ¡Jungkook, cállate de una maldita vez! —Casi gritó—. No le hagas caso, papá. Lo que pasa es que este idiota tuvo la culpa de todo.

— Sin faltar, Jimin. Jungkook sigue siendo un buen hombre.

— Lo siento. No sé si sabrás de un revoloteo en Twitter por algunas fotos de dos... dos chicos besándose de BTS. Eran Yoongi y Hoseok, pero Jungkook tuvo la maravillosa idea de decir que éramos nosotros dos por protegerlos. La gente ha tomado la relación de buena manera y ahora tenemos un contrato en el cual tenemos que fingir ser pareja por seis meses. —Aclaró—. ¿Lo entendiste? No es real, todo es ficticio.

— ¿Pero desde cuando te gustan los hombres, Jimin? —Preguntó confundido, Jungkook rió.

— Señor, a lo que Jimin quiere llegar es a que nuestra relación es falsa. Ni nos gustamos ni nos gustan los hombres, todo lo que forme parte de esta relación es falso. Todas las anécdotas y curiosidades también.

— ¡Por el amor de Dios, Jimin! ¿Sabes lo mal que está mentir de esa manera? —Regañó.

— Papá, no tuve yo la culpa. Todo fue muy precipitado, lo siento por eso. No tuve más remedio que seguir con ello.

— Pues espero que esto termine pronto, jovencito. —Suspiró—. No jueguen con sus fanáticos, mucho menos con los sentimientos del otro. Tu madre también estaba confundida, incluso los padres de Jungkook nos llamaron por si nosotros sabíamos algo de la supuesta relación.

— Todo ha sido muy precipitado. —Intervino Jeon—. Hablaré más tarde con mis padres, tal vez podríamos hacer un grupo familiar, si fingimos ser pareja lo deberíamos hacer bien.

— Lo que digas, Jeon. —Rodó los ojos.

— Y tú, pequeño saltamontes, ¡espero que vengas muy pronto con nuestro Jimin a visitarnos! —Habló el señor Park con ilusión en su voz. Jungkook sonrió.

— ¡Se lo prometo, señor Park! —Prometió—. Ahora tengo como deber cuidar a mi hermoso novio.

— ¡Jeon Jungkook! ¡Deja de llamarme así!

— Bueno, yo os dejo, tengo una señora a la que atender y explicar cosas. —Se despidió a través de la línea—. ¡Nos vemos en otra ocasión, cuídense!

— ¡Adiós! —Hablaron al unísono.

Jungkook apagó el teléfono y lo dejó de nuevo sobre el mueble. Jimin cortó el agua.

— Tu padre sería un buen yerno. —Murmuró pensativo.

— Se dice suegro. —Le corrigió—. No para ti. Ahora, por favor, sal. Tengo que vestirme y dudo mucho que me guste tu presencia.

— Aburrido. —Bufó levantándose del inodoro y saliendo por la puerta.

Park pudo respirar tranquilo desde que Jungkook había invadido su privacidad. A veces, esto se compartir apartamento con el menor del grupo le aterraba porque él no medía su cercanía ni su nivel de confianza. Estaba acostumbrado a eso ya.

— Me volveré loco algún día. —Murmuró.