«Capítulo 8»
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T/Obidei y KakuHidan.
8. ¿Acercamiento?
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El rubio sentía como el agua fría recorría su cuerpo, su mente divagaba entre los últimos eventos ocurridos, como por ejemplo; el extraño acercamiento entre Obito y Hidan, sus miradas cómplices, el aparente baño que tuvieron juntos, esas pequeñas caricias en el sofá... Aquel supuesto beso que estos tuvieron, porque si, Deidara si creía firmemente que estos si pudieron haberse besado ¡Era muy obvio! Los labios del azabache se encontraban rojos, hinchados y rotos, como si los hubiesen estado mordiendo... Toda una noche.
Sacudió su rostro para poder alejar aquellos pensamientos, rogaba desde sus adentros el estar equivocado, no soportaba la idea de que la persona que le gustaba anduviese con otra, pueden llamarlo egoísta pero no podía evitarlo. Jamas había creído que ver al azabache tan cariñoso con otra persona lo afectaría tanto, simplemente no podía creer cuanto lo afectaba aquello. Sabia desde hacía un año que sentía algo más que amistad o compañerismo por el enmascarado, incluso había momentos en los que se sentía levemente nervioso con su presencia y uno que otro sonrojo adornaba sus mejillas cuando este invadía su espacio personal, orillando al rubio a lanzarle su arcilla explosiva para que el Uchiha se alejase un poco.
Cerro la llave de la ducha y tomo su toalla, la paso por su rostro secándolo, después la empezó a pasar por sus brazos, pecho y abdomen, repitiendo la misma acción en las demás partes de su cuerpo para después enrollarla alrededor de su cintura. Al ya estar afuera de la ducha se miro al espejo mientras empezaba a cepillar sus dientes, a los minutos ya había terminado y se encontraba con su pijama ya puesta por lo que solo tomo la húmeda toalla una vez más enrollándola en su cabello, después salio del baño hacia el interior de su habitación, llevándose una pequeña sorpresa.
El Uchiha estaba ahí.
Este se encontraba recostado en su propia cama mientras leía un libro, aparentemente concentrado hasta que sintió su presencia y cruzaron miradas, ninguno apartaba la vista del contrario, aquellos diamantes azules chocaban contra esos ojos color ónix perdiéndose entre si, todo a su alrededor se esfumo y ambos se perdieron en los ojos contrarios. Deidara sentía su corazón latir con fuerza mientras un ligero sonrojo invadía sus pálidas mejillas, Obito por su parte sintió su pecho saltar de emoción al por fin tener la mirada del menor en él.
Ambos se miraban sin apartar la mirada, aun perdidos en aquella guerra de miradas con los sentimientos a flor de piel. Ambos par de orbes sin pedirlo dejaban escapar ese sentir silencioso que ambos poseían, el azabache le sonrió de forma cálida y el sonrojo del rubio se extendió hacia sus orejas, avergonzado volteo la mirada empezando a secarse el cabello mientras se sentaba en la orilla de su cama, dándole la espalda al mayor.
Obito bajo la mirada aun sin borrar su sonrisa, la cual tembló un poco hasta que desapareció por completo y sintiéndose un poco rechazado dirigió su mirada a su libro, intentando ignorar el punzante dolor que invadía su pecho. El rubio seguía secando su cabello, el sonrojo en sus mejillas empezaba a desaparecer pero el fuerte golpeteo en su corazón le impedía regular su respiración.
—...— El rubio mira tímidamente al mayor, este se encontraba con la mirada en su libro una vez más, el menor pasa saliva apartando la mirada a sus rodillas, aun pasando la tela por su cabello.—¿T-Tobi?
Le llamo en un pequeño susurro tembloroso, sentía que el sonrojo volvía a invadir sus mejillas. El mayor se había sobresaltado un poco ante el pequeño susurro, dudando si realmente lo había oído, por lo que de forma lenta se reincorporo en la cama, sentándose y le miro expectante, esperando cualquier otra palabra que saliese del rubio. El azabache inhala un poco nervioso y decide contestar.
—¿Si, Dei?— Su cuerpo aun temblaba levemente.
Sabia que lo acababa de llamar por el apodo que empezaron a usar meses antes de que revelase su identidad y eso le aterraba un poco, pero, el rubio lo había llamado por su usual apodo y aquello le había dado la suficiente confianza de decirle eso. En la mente del rubio los recuerdos lo volvían a invadir, recordaba la forma en que el azabache había cargado al Jashinista fuera de la cueva, de como el albino al regresar lo tomo del brazo llevándolo hacia el baño y de como el mayor lo siguió sin objeción, recordó también la tenue sonrisa que adornaba el rostro del Uchiha cuando los miro durmiendo a ambos en el sillón.
Trago en seco.
Se preguntaba si seria prudente ir directamente y preguntarle al azabache el porque ahora estaba cerca del albino, el que había provocado aquella cercanía tan repentina, el porque pareciese que toda su atención ahora estaba en el Jashinista, ¿Realmente estaría bien preguntarle de forma directa? Negó levemente, no podría arriesgarse de esa forma y dejar expuesto lo que sentía. El nudo en su garganta se había incrementando y el dolor en su pecho seguía igual de punzante, debía aceptar que con su alejamiento el mayor empezaría a tomarle importancia a otras cosas y que también desearía pasar mas tiempo con los demás miembros de la organización, sabia que tenia que aceptar aquel hecho pero aun así... Le dolía, porque sabía que a pesar de todo, su amor solo había incrementado con el pasar del tiempo, que a pesar de la decepción que sintió cuando supo la verdad eso no había sido impedimento para hacerlo suspirar cada que miraba el artístico rostro de aquel azabache, porque si...
El rostro de aquel Uchiha era arte.
Un tipo de arte que le robaba el aliento, que robaba los suspiros de sus labios, aquel arte que lo hacia temblar al tenerlo al frente, joder... ¡Lo amaba! Lo hacía y con locura, su corazón latía con fuerza aun mas que antes cuando sentía su presencia, ese hombre lo enloquecía a tal punto que lo dejaba sin habla alguna. Un recuerdo llego a su mente, haciéndolo volver a la realidad, logrando así que el rubio voltee ligeramente su rostro y mirase al Uchiha.
«Quizás deberías comprender la situación de Obito.» La voz del Akatsuna llego a sus oídos en un vago recuerdo, de como este lo había aconsejado cuando se fue de la cueva molesto a los segundos de que el albino y el Uchiha se habían retirado al baño.«¿Tu te alejaste primero, no?» Recordó cuando dejo de golpear con furia aquel árbol que había tomado como saco de boxeo para despejar su ira cuando escucho la voz del mas bajo, volteando a mirarlo y para después asentir un poco confundido.«Vi que te fuiste enojado y aparentemente celoso. Así que tome la decisión de seguirte y poder darte un consejo.» Para ese punto el pelirrojo se había sentado en una roca cerca de él.«Tú te alejaste de Obito y él solo te dio su espacio, imagino que ya tuviste suficiente tiempo para aclarar tu mente. Creo que deberías hablar con él e intentar recuperar lo que perdieron ¿No lo crees así, Deidara?»
El recuerdo termino cuando noto que azabache se había levantado hasta posicionarse a su lado tomando su hombro, pasando un poco de saliva medita las ultimas palabras del pelirrojo en su mente. Sabia que ese no sería el momento indicado para decir el revoltijo de emociones que había en su pecho, tampoco tenia el suficiente valor para decirle el porque se había alejado, ese mar de pensamientos lo abrumaban en exceso.
—¿Qué sucede?— Susurra.
El rubio lo miro fijamente, en los ojos del azabache había un pequeño brillo de preocupación y aquello solo hizo que el rubio sintiera una punzada de culpa en su pecho, en ese instante se dio cuenta de cuan estúpido había sido, no importaba que actitud tuviese el mayor, fuese infantil o seria, tampoco importaba si este usase una mascara o no, ni que su nombre fuese Obito o Tobi, nada de ello importaba en absoluto... Porque él seguiría siendo aquel chico tierno, gracioso y torpe, el que preocupaba en exceso por los demás, aquel que sin importar que siempre pondría a los demás por sobre si mismo, el rubio sonríe cálidamente.
—¿Te gustaría peinar mi cabello?— Noto como una gran sonrisa creció en el rostro del azabache.— Ya sabes, como antes.
La sonrisa del azabache era radiante, llena de vida y aquello solo logro que un calor se instalase en el pecho del menor, quien sonrió aun mas lleno de una felicidad desbordante, tan hermosa era la sonrisa del rubio que el azabache no pudo evitar suspirar embobado.
—Por supuesto.—Sonriente tomo el peine que le extendía el rubio. En sus adentros se preguntaba si todo aquello se debía a ese estúpido plan del albino, con delicadeza tomo entre su mano el sedoso y húmedo cabello rubio, empezando a pasar con calma el peine por este.
Por otro lado, cierto albino iba por el pasillo de las habitaciones hasta detenerse en una en especifico, la suya, entro en esta quitándose sus zapatillas y tirándolas a algún lado de aquella habitación, se dirigió a su cama sentándose mientras miraba el techo con aburrimiento y un pequeño brillo llego a su ojo izquierdo, entonces volteo hacia la cama encontrando así al objeto que le había segado un poco. Cuando lo miro mejor su rostro se lleno de confusión y tomo con su mano el objeto acercándolo hacia sus ojos. Al tenerlo de frente noto que aquello era un collar de su religión, Aquel collar era nuevo, lo sabia porque este brillaba en exceso y no tenia ni un solo rayón, tampoco le pertenecía.
¿Como había llegado a su cama?
Se sintió desconcertado y lo examino, ese collar era especial, no solo porque era dificil de conseguir sino porque era extremadamente caro, desconocía el como había llegado aquello ahí y solo atino a mirar hacia la cama del moreno, este ya se encontraba dormido y el albino lo miraba sorprendido, pues él era el único que sabia que el albino queria ese collar desde hacia un tiempo ya que lo habia visto en una tienda cuando ambos estaban en una misión, Hidan sonrie emocionado.
¡Su plan estaba empezando a dar frutos! Aunque... ¿Aquello contaba como un acercamiento? Bah, lo hablaría con Konan y Obito al dia siguiente, solo se recostó en su cama y abrazo el collar sonriendo hasta quedarse dormido. Kakuzu abrio sus ojos y volteo mirando al menor, sonrió ligeramente mientras negaba y se volvio a acostar.
Quizás con ello el Jashinista dejaria de estar enojado.
Continuara.
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¡Hola!
¿Que les pareció?
¡Lo prometido es deuda gente! Aquí tienen su momento Obidei y un pequeño vistazo del KakuHidan xd.
Apuesto que creyeron que pondría a Sasori de malo, ¡Pues no mi ciela! Aquí no hacemos eso. Cuentenme ¿De que team son? ¿KakuHidan? ¿T/Obidei? O ¿ObiHidan?
Espero les haya gustado, pues me esmere mucho en este capitulo y por ello me quedo un poquis largo (Para esta historia, porque he escrito cosas mas largas ajlaakks)
¿Cual fue tu parte favorita?
Escrito:05/06/21
Publicado: 06/06/21
1869 Palabras.
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