«Capítulo 24»
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T/Obidei y KakuHidan.
24. Momento amargo.
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Un ruido sordo hizo que Deidara reaccionara y empujara al moreno lejos de él, separando así sus labios. Cuando miro había donde provenía el sonido, encontró al azabache mirándolos fijamente con una expresión en blanco, en frente suyo había un vaso de vidrio roto en el suelo y un líquido de cristalino esparcido por el este. Ante ello los demás miembros aparecieron por el umbral de la puerta, intentando averiguar que sucedía. Hidan miraba desde lejos, sintiendo su corazón oprimirse y el aire faltarle, por supuesto que había visto lo mismo que el azabache y maldición...
La decepción dolía.
Se preparó mentalmente para un posible enfrentamiento entre el moreno y el azabache nuevamente, estando al tanto por si debía intervenir en algún momento para poder separarlos. La tensión e incomodidad en el ambiente era latente, todos ahí presentes se encontraban confundidos, otros pocos como Konan e Itachi consternados.
Todo a ojos de los ajenos a la escena parecía un guerra de miradas entre el rubio y el azabache, ambos se miraban fijamente sin apartar los orbes del contrario. La angustia era palpable en los ojos del rubio, el cual no sabía explicar la situación, ni siquiera el mismo sabía realmente lo que había sucedido con exactitud, todo le era tan confuso en aquel instante y lo único que deseaba realmente era poder ir hacia el azabache, explicarle lo que había sucedido en verdad y evita cualquier tipo de conflicto.
Obito se mantenía quieto, la mirada sería en sus ojos se mantenía, pero el brillo de estos desaparecía por completo, mostrándose... Vacíos, siendo notado por tres personas e específico; Konan, Hidan y Deidara. El albino no lo comprendía, sabía lo que el azabache había visto.
¡Joder también los vio con sus propios ojos!
Y aun así, las dudas le invadian, llenando su mente de preguntas sin respuestas, sintiendo dentro de si como un enorme conflicto se creaba en su mente, con una sola dudo carcomiendo si pensar, deseando profundamente encontrar la respuesta. Si Obito habia presenciado a la persona que amaba, unir sus labios con el moreno...
¿Por qué aun estaba quieto en su lugar?
Lo menos que hubiera creído que sucediera, es que esté se mostraste tranquilo ante la escena que ambos presenciaron, aunque siendo sincero consigo mismo... Tampoco comprendía en lo absoluto su propia calma, joder si, le dolía como los mil demonios, de quería golpear al avaro, desquitarse, pero también se mantenía quieto en su lugar. Esperaba ver al Uchiha mayor lanzarse contra el moreno, en una nueva lucha causada por los segantes celos, pero aún así, había ocurrido lo contrario.
En silencio, Obito se dio la vuelta y se marchó del lugar, ingresando nuevamente a la oficina del líder bajo las atentas miradas de todos, los que no estuvieron cuando sucedió lo ocurrido no entendían en lo absoluto lo que sucedía, mientras los implicados se mantenían en silencio. Kakuzu se alejo de la escena y se dirigió hacia el comedor, pasando a lado de los demás.
Hidan agradeció internamente el estar en la otra entrada de la sala, la que conectaba está con la cocina y no estar en la del pasillo como los demás. Cuando noto que sus compañeros se retiraban al comedor, se retiro hacia el pasillo, dejando al rubio completamente solo al rubio en la sala. Al estar en los pasillos se detuvo al frente de la oficina donde el azabache se encontraba, empezó a dar vueltas en su propia mente mientras aún se mantuvo frente a la puerta.
Sin más y sin pensar en las posibles consecuencias, la abrió e ingreso al lugar, donde adentro de esta encontró al Uchiha recargado sobre el escritorio sosteniendo su propia cien con una mano, mientras su mano restante estaba sobre el escritorio. Hidan cerro la puerta y se acercó con lentitud hacia el mayor, cuando por fin estuvo frente a este se detuvo.
Sabía que estaba siendo un maldito descarado al estar ahí, sabía que ni siquiera debería estar en aquel lugar, quizás estaba lanzando su plan de alejarse a la borda y aunque realmente deseara no estar ahi en aquellas circunstancias, no podía dejar que el azabache se carcomiera la mente con ello.
—¿Obito?— Preguntó en un tono bajo, casi titubeante.
El mencionado levanto levemente su mirada, aun sin apartar su propia mano de su rostro. Hidan se sintió alarmado dentro de si al notar el vacío en los ojos del mayor, el brillo de estos había desaparecido por completo. Obito soltó un largo y pesado suspiro, al mismo tiempo que se reincorporo y se volteo dándole la espalda al albino, apoyo ambas palmas de sus manos sobre la fría madera del escritorio y dejó caer su cabeza hacia adelante mientras se inclinaba levemente, los mechones de su cabello colgaron hacia abajo y así escondiendo parte del rostro del Uchiha.
Hidan se mantuvo en silencio, observando desde su lugar el actuar del mayor, al mismo tiempo que sentia su pecho doler y sus orbes cristalizarse levemente. Quizás había hecho mal en seguir al azabache hasta ahí, ya había jodido su amistad por completo, ya le había alejado y ahora se le acercaba como si nada hubiera sucedido, como si lo que habían presenciado hace varios más minutos no le hubiese afectado en lo absoluto.
¿Cuánto más debía dañar al Uchiha con su imprudencia?
El albino deja escapar el aire de sus pulmones con lentitud, decepcionado, no sabiendo si era causado por el Uchiha o por si mismo. Se dio media vuelta dispuesto a marcharse de aquel lugar, cuando la voz del azabache lo saco de sus pensamientos y lo hizo detenerse en seco.
—Los vi.— Admitió con aquella característica voz ronca, manteniendo aún su cabeza baja y dándole la espalda al menor.—Se que tú también, viste lo que yo vi.
Gira su cabeza tan solo un poco, mirándole de reojo, Hidan baja la mirada y apreta sus manos, antes de devolverle la mirada por sobre su hombro.
—Si.— Susurro.
—No parecía planeado, no hablaron.— Sostuvo su cabeza.—...Tan solo...— Su voz se cortó unos segundos.— Sentí el chakra de ambos y la... Maldita curiosidad me carcomía.— Confesó.— Me deje llevar, fui a ver qué sucedia y... Los vi.— Gira su cuerpo por completo.— Uniendo sus labios.
Se acercó con lentitud, hasta quedar atrás del albino, siendo separados por tan solo unos pocos segundos. El silencio les invadió, la impotencia les llenaba por completo, la tensión en aquella oficina subía tanto hasta volverse asfixiante. Hidan guardo si silencio, mordiendo con fuerza su labio inferior.
Sus manos se habían vuelto puños gracias al mar de emociones que eran en aquel instante, su pecho subía y bajaba con fuerza mientras luchaba por retener las cristalinas lagrimas que amenazaban con escapar de sus orbes. Un ligero temblor habia empezado a hacerse notar en sus hombros y Obito no están mejor, él mordía su labio inferior con fuerza mientras una lágrima traicionera resbalaba por su mejilla. La decepción de ambos era latente, cada uno comprendía el dolor emocional en el pecho de su contrario y aún así...
La barrera que se había creado entre ambos en tan pocos días, les impedían el siquiera apoyarse mutuamente, su amistad estaba jodida y lo sabían, también sabían que sus propios sentimientos por quienes amaban... No cambiarían, porque todo lo que estaba sucediendo ellos mismos lo habían provocado.
—Obito... Yo...
El azabache niega a pesar de que el menor no pudiese verlo, más lagrimas escapaban de sus ojos de forma dolorosa, podía sentir el calor de estas sobre sus mejillas y sin poder evitarlo, Algunas pocas también son expulsadas de los orbes del albino.
—Hidan.— A pasar de la firmeza en su propia voz, está se oía levemente quebrada.— Nunca debí... Confiar en ti.
La respiración de Hidan fallo, abrió sus ojos de par en par y giro lo más rápido que pudo, hasta quedar frente a frente con el Uchiha. Sus miradas cristalinas chocaron, el temblor de sus cuerpos eran notorios y aún así ninguno le prestó atención a ese detalle.
—¿Por qué dices eso... Tan derrepente?— Inquirió entre sollozos.
—Porque acabo de tomar una decisión.— Soltó sin más, sin apartar su mirada de los orbes del albino.— Me iré a una misión con tiempo indefinido.— Le informó.— Realmente... No debí aceptar este plan.— Hidan sintió su pecho oprimirse.— Partire en la noche.
El azabache sin más limpio sus lágrimas, camino hasta pasar por el lado del menor y al estar frente a la puerta sujeto el pomo de está, Hidan mantuvo quieto en su lugar, sin saber realmente como reaccionar. Obito le dio una última mirada y salió de la oficina.
Aquello había sido un... Momento amargo.
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Continuara.
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¡Hola!
¿Que les pareció?
De antemano me disculpo por sus lágrimas, l@s amo a todos ustedes mis dulzuras y me complace afirmar, que con este cap se termina el drama, al menos el mal drama y sus ganas de llorar jsjsjsj
¿Les gusto esta extraña idea? Espero que si.
¿Cual fue tu parte favorita?
Aquí dos imágenes como disculpa, créditos a sus creadores xd
Escrito:29/09/21
Publicado: 17/10/21
1533 Palabras.
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