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«Capítulo 8»

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ObiHidan.
8. Hermosa Sonrisa.
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Hidan parpadeo con rapidez, abriendo y cerrando la boca de un momento a otro, buscando las palabras adecuadas para responder a la propuesta del azabache. Obito por su parte juegueteaba con la cintura del albino de forma inconsciente, debido a sus nervios y sus orbes se encontraban fijos en los del menor. Las yemas de sus dedos acariciaban con lentitud y cuidado la suave piel del torso desnudo del Jashinista, sintiendo como está se erizaba ante su más pequeño toque, pero ninguno de los dos era realmente conciente de ello.

Hidan inhala un poco antes de soltar el aire retenido y responder.

—¿Por qué quieres eso?— Inquiere el albino, después de unos largos minutos de silencio.

Obito apartó un poco su rostro.

—Siendo sincero, no lo se...— Suspira.— Me siento bien contigo, hay confianza y ambos sonreímos más juntos. No es que quiera usarte como reemplazo es solo que, sería lindo y algo distinto intentar tener algo y...

—Obito.— Le llama el menor, aguantando una pequeña risilla.

—Pero ahora que lo reconsidero parece como si te fuera a usar como un reemplazo, pero no es así..

El albino le miraba expectante, disfrutando internamente el ver cómo el azabache se enredaba con sus propias palabras y de vez en cuando murmuraba cosas sin sentido para si mismo.

—Obito.

—¿Sabes qué?— El azabache ignoraba el llamado del menor, perdido en su propia ensoñación.— Creo que mejor dejemos el tema, ¿Dormimos? Si, creo que dormir está bien y...

Hidan tomo las mejillas del azabache, obligandolo a observarle fijamente. Casi se sintió atragantar con su propia saliva, al notar el gran sonrojo que abarcaba el rostro del mayor, llegando hasta sus mejillas. Sin poder evitarlo, siente su propio rostro calentarse y su pequeño tic en el labio aparecer. Vale, comprendía lo difícil que era para el azabache mostrar su idea sin que se malinterpretara, pero Hidan comprendía lo que él quería decir. Y tampoco lo veía como mala idea, estar juntos como una pareja falsa les había funcionado muy bien, bastante de echo, a pesar de lo que provocaron con ello.

No podía negar que habían cosas que le daban curiosidad desde que iniciaron aquel plan, tales como; Qué se sentiría ir más allá, que tan suaves serías sus labios, el cómo besaría. Estaría mintiendo si dijera que no pensó en eso más de una vez, mayormente por la curiosidad de la gran cercanía que tenían sus rostros en diversas situaciones. Las caricias sobre su cuerpo también ayudaban en su imaginación, sus cálidos abrazos o la forma en que revuelve si cabello. Absolutamente todo eso, eran la causa de la gran curiosidad que abarcaba si ser, el querer ser... Algo más.

Aunque, siempre lo creyó imposible debido a su propio amor hacia el avaro y el de su compañero por el rubio explosivo.

—Obito, seamos pareja.— Acepta el albino, asintiendo para si mismo.— Aunque no se ni siquiera cuando es tu cumpleaños.— Intrigado, lleva una mano a su barbilla u  le mira interesado.— Hablando de eso. ¿Cuando es tu cumpleaños?

Obito estaba en blanco, primeramente por la respuesta positiva y lo segundo era debido a que... Carajo, no recordaba cual era la fecha exacta de su cumpleaños y no sabía cómo admitirlo. Desde que reveló su identidad a sus compañeros, Itachi era quien siempre insistía en decirle que alguna vez debían celebrar esa fecha, también era quien se la recordaba con uno que otro regalo. El Uchiha mayor solo los aceptaba con la condición de que su sobrino, no revelarse la fecha.

Era algo infantil, lo sabía, pero no podía evitarlo. Su cumpleaños no tenía nada de especial.

—...Hidan...— Con un suspiro largo y pesado, decide sincerarse con el menor.— La verdad es que, yo... No sé cuándo es mi cumpleaños.

Silencio, un fuerte e incómodo silencio invadió la habitación una vez más en aquella madrugada. Hidan observaba al azabache con una mirada inexpresiva en su rostro, mientras que Obito hacia lo mismo, aunque muy dentro de si se sentía realmente ridículo.

¿Cómo es qué no sabes cuándo es tu cumpleaños, Obito?— Inquiere.

Deje de celebrarlo hace mucho, es todo.

El mayor se encoge de hombros, aún sin soltar su cintura. El albino suspira y pasa sus brazos por su cuello, abrazándole al mismo tiempo que unía sus pechos, sintiendo así ambos el calor corporal de sus torsos desnudos.

—¿Y cómo sabré cuando es el cumpleaños de mi «Novio»?— Le pregunta con inocencia.

Sus dedos jugueteaban con las finas hebras del cabello azabache que sobresalían de su nuca. El que Hidan utilizará esa palabra, tan pequeña y común pero que aún así tenía un gran peso, le había tomado por sorpresa. Sus defensas bajaron, su rostro enrojeció cada vez más casi rivalizando con el cabello de Sasori. La mirada tierna que le lanzaba el albino, le desequilibraba y antes de que pudiese notarlo, la respuesta salió de sus labios.

—Itachi. Él cada año recuerda esa fecha, a pesar de que yo no le preste atención a ello.— Hidan asiente para si mismo, anotando la información recién dada en su mente.

De forma inconsciente volteo su rostro hacia la pequeña ventana que había en aquella habitación, notando como unos cuantos rayos de sol se colaban a través de las cortinas que le tapaban, anunciando así las seis de la mañana. Una sonrisa apareció en su rostro, jalo al mayor del cuello y le beso en la mejilla, para después levantarse de un salto y correr por el pasillo rumbo a la cocina.

Obito parpadeo con rapidez.

—¿Qué carajos acaba de suceder?— Murmura para si mismo.

~♡𝕆𝕓𝕚ℍ𝕚𝕕𝕒𝕟♡~

Itachi bostezaba con pesar, sus manos se movían con rapidez por las encimeras, ya había cortado y preparado todo para el desayuno. Su café hirviente en sus manos se notaba delicioso, a su lado el de tez azulada terminaba de tomar la suya propia. Ambos estaban acostumbrados a siempre hacer el desayuno para todos juntos, puesto que deseaban pasar tiempo el uno con el otro.

Kisame se levantó y camino hacia el menor, colocandose justo atrás suyo y rodeando la pequeña cintura de su pareja. Su largo cabello atado en un pequeño chongo para evitar esparcirlo en la comida, le daba un aire tierno que el Hoshigaki no podía resistir y sin poder evitarlo, deja un pequeño y cálido beso sobre su mejilla. El menor tenía la mirada perdida después de dejar su taza de café sobre la encimera una vez más, después se dispuso a freír los huevos en el sartén, las rebanadas de pan se encontraban ya en la tostadora.

Kisame observaba todo en silencio, hasta que las manos de su pequeño se desocuparon, luego le dió la vuelta y le abrazo por completo. Desde hacía días que le notaba extraño y eso no podía hacer más que preocuparle, su mano sube hasta su mejilla, acariciándola con su pulgar.

Itachi-san, tu café se enfría.— Señala.— Lo has sostenido varias veces en lo que lleva de mañana y no lo has probado, ¿Sucede algo?

El Uchiha sonríe con pesadez y niega, no deseaba preocupar a su pareja por algo que no él mismo entendía.

—No sucede nada, Kisa. Descuida.

—Te conozco, pequeña comadreja. Se que algo te sucede, sabes que puedes decirme lo que sea.— Itachi parece dudar, pero el firme agarre que el azulado le daba, le entregaba una tenue calidez que siempre le reconfortaba.

Un suspiro escapa de sus labios, para después hundir su rostro en el pecho del más alto y pasa sus brazos a través de su cuerpo, correspondiendo así su fuerte abrazo.

—Es mi tío. Desde que Inició está extraña cercanía con Hidan a estado distante, le pregunté que qué sucedía y no me respondió.— Kisame oía atentamente, acariciando su cabeza con suavidad y cariño.— Durante años hemos reforzado el lazo que alguna vez estuvo roto al creerle muerto, pero ahora... El que esté alejándose una vez más, duele.

—Cariño, ¿No has pensado que quizás no sucede nada malo?— Itachi levanta su rostro, conectando sus miradas.— Quizás, Obito-san te está dando tu espacio o simplemente, está buscando el auto propio. No está mal que tenga nuevos amigos.

El menor asiente, por supuesto que sabía que no estaba mal el que su tío tuviera más amistades, de hecho, eso le alegraba. Pero sabía que ello no era solo una amistad.

—Lo se. Pero tú y yo... No, todos aquí en la organización sabemos que es otra cosa, esa cercanía tan extraña no es solo una amistad.

—Entiendo eso, pero si realmente fuera algo muy importante él te lo diría, lo sabes.— El Uchiha volteo su rostro inconforme, por lo que el mayor niega y toma sus mejillas.— ¿Te gustaría ir en la tarde a comer unos dangos al pueblo? Te ayudará a distraerte.

La sonrisa de su pareja le alegro. Aquello siempre había funcionado para elevar su humor, puesto que amaba verle así como nadie más.

—De acuerdo.— Asiente.— También debo ir pensando en un regalo.

Antes de que el Hoshigaki siquiera pudiese decir algo, la intromisión de un albino en la cocina les distrajo. Por supuesto que ni Itachi ni Kisame se alejaron, se mantuvieron en la misma posición a pesar de la mirada del albino. Hidan sintió un poco de pánico, al igual que incomodidad, pero aún así decidió acercarse de todas formas.

Em, Itachi. ¿Podemos hablar?

Los nervios en la voz del albino hicieron que el Hoshigaki y el Uchiha se mirarán entre si confusos, pero el mayor fue más rápido y dando un beso a su pareja se dirigió a la tostadora, dándoles un poco de privacidad. Itachi suspira en rendición, sabiendo que alguien dormiría en el suelo en aquella ocasión.

—¿Qué sucede?— Comienza de forma neutra, sus brazos ya cruzados en su pecho.

—Se que esto sonará raro pero... Quisiera saber cuándo es el cumpleaños de Obito.

El menor abre sus ojos por completo, esperaba cualquier cosa menos ello. Aquella situación solo le tomo por sopresa, pero al mismo tiempo le confirmo que eso no podía ser una simple amistad por más que eso quisieran mostrar. Dudo varios segundos en asimilar realmente la pregunta, también el si debía responderla o no.

¿Por qué tanto interés en eso?

La curiosidad en el rostro del Uchiha era realmente muy bien disimulada, con aquella expresión tan indiferente que siempre portaba. Hidan no sabía exactamente que responder, maldijo en silencio el no haber enviado al Uchiha.

—Obito me pidió que te preguntara, porque él no la recuerda.— Soltó y casi al instante maldijo, puesto que su voz salió un poco aguda debido a los nervios.

Itachi quiso refutar, pero eso realmente sonaba como su tío. A veces no podía comprender como era posible que el no recordase si propio cumpleaños, era algo super básico a decir verdad. Sin más, decidió simplemente responder la pregunta del albino.

—Es hoy.

—Espera... ¿Hoy?

Vaya casualidad, su cumpleaños era justo ese día. Hidan no sabía que reaccionar ante eso, pero casi al instante el azabache entro a la cocina soltando un gran bostezo. Saludo a todos y se sirvió un poco de café en su taza favorita.

—Oye, itachi.— Le llama en un susurro, al notar como el Uchiha mayor centraba su atención en hablar con el Hoshigaki, Itachi arqueo una ceja.— ¿Qué regalo crees que le guste a Obito?

Quizás no entendía mucho lo que sucedía, sabía que quería respuestas pero... El ver cómo el albino se mostraba interesado en el azabache, en su cumpleaños o en siquiera darle algo, calentó su pecho y no de una de una mala forma, no. Se trataba de un tenue calor, una calidez de alegría que abarcaba su ser. Por fin alguien se empezaba a interesar realmente en lo que le sucedía a su tío y por primera vez, no le preocupo que fuese Hidan.

«Puede ser que... ¿Hidan sienta algo por él?» Se pregunto en su mente, mientras una pequeña e imperceptible sonrisa aparecía en su rostro.

¿Sabes, Hidan?— Le responde igualmente en un susurro.— A mi tío le gustan los dangos. Sus favoritos son los de una pequeña tienda en el bosque, la dueña es una señora de edad avanzada.

El albino sonrie y asiente.

—¡Entonces lo llevare a desayunar!

Su elevado tono de voz llamo la atención de los dos mayores, quienes voltearon a observarlos con curiosidad. Obito se acercó a ellos dejando la taza vacía en la encimeras, para después acariciar la cabeza de Itachi y despeinar el cabello de Hidan con cariño.

—¿A quien llevarás a dónde?— Pregunta curioso al albino.

—Vamos a colocarnos nuestras camisas, Obi. ¡Iremos a desayunar!— Exclama emocionado. Itachi sonríe aún más.

—¿Alguna razón?

La pregunta de Obito quedó en el olvido, puesto que el albino tomo su mano con rapidez y se lo llevó arrastrando fuera de la cocina. Dejando a un Itachi sonriente y a un Kisame confundido.

~♡𝕆𝕓𝕚ℍ𝕚𝕕𝕒𝕟♡~

Hidan jalaba de la mano del Uchiha con emoción, ambos caminando por el bosque de forma apurada. Obito tan solo se dejaba hacer, siendo guiado por el albino a través de los árboles, buscando en lo más profundo de su mente la razón del porque el Jashinista se encontraba haciendo ello. Vale, comprendía que el día había iniciado un tanto extraño, con ambos levantándose en la madrugada, la propuesta aceptada de ser pareja, el repentino interés por su cumpleaños y ahora le llevaba a quien sabe dónde.

Vaya día. Joder y a penas eran las ocho en punto.

Extrañamente la dirección a la que se dirigían le parecía conocida, pero era muy difícil descifrar si se debía a los árboles porque siendo sinceros, ¿Quién memoriza un árbol en un bosque? Obviamente nadie, pero eso no negaba que realmente sentía ya haber pasado por ahí. El silencio que les rodeaba no era tenso o incómodo, para Obito era algo tolerable a pesar de lo extraño de la situación, pero el ver al Jashinista caminar con rapidez y una gran sonrisa adornando su rostro, era algo que deseaba ver mucho más.

Una sonrisa apareció en su propio rostro.

—¿Podrías decirme a dónde vamos?— La pregunta rompió el silencio y Hidan le miro por un instante antes de volver a mirar hacia el frente, su gran sonrisa adornando su rostro.

—¡Es una sorpresa!

Obito ríe y asiente. Poco a poco los árboles empezaban a desaparecer pero no en su totalidad, en una pequeña distancia se notaba un local casi en medio de la nada, con un gran letrero con la palabra «Dangos» escrita en el. Ante ello su cuerpo se paralizó en su lugar al reconocer ese puesto de comida, deteniéndose unos metros antes de llegar y la sonrisa de su rostro se borró por completo. Hidan le observo confundido, deteniéndose también y dándose la vuelta.

—¿Qué sucede?— Su tono se mostraba preocupado, al notar la angustia en el rostro del Uchiha.

—¿Qué haces aquí, Hidan?

Su voz tembló, pero casi al instante carraspeó para controlarla. El mencionado sintió una presión en su pecho, por lo que se acercó hacia el mayor y tomo sus mejillas con ambas manos, haciéndole verle.

—Pues, quería que desayunaramos aquí. ¿Sucede algo?

Obito Inhaló y exhaló unas cuántas veces antes de negar, el Jashinista se mantuvo en silencio, intentando a analizar aquel cambio en su actitud y la rigidez de su cuerpo.

—No... No es nada, Descuida.— La seriedad del albino le hizo suspirar.—Bien, lo admito. Este era el lugar por donde siempre descansaba junto a Deidara en las misiones.

Hidan sintió el aire irse de sus pulmones, sus manos bajaron hasta los hombros del Uchiha. Repentinamente un sentimiento de culpa le invadió.

Lo siento, Obito. No lo sabía. Si quieres podemos ir a otro lado y...

Su voz se detuvo cuando le vio negar, Obito abrazo su cintura y sonrió.

—Tranquilo, vamos ahí. Me parece un buen lugar para, no lo se, ¿Una primera cita?— Ríe aún más.

—Por Dios, ¿Quién tiene una cita en la mañana?— Niega Hidan sonriendo.

—No somos normales, no lo veo de malo. Aunque no mencionaste el porque querías venir aquí en primer lugar.

Sus inquietas manos se metieron a través de su camisa, acariciando su piel contra las yemas de sus dedos. Un pequeño suspiro escapó de los labios del menor, quien se pegó al azabache y le abrazo enredando aún más sus brazos por su cuello. Su cercanía era nula y a ambos no parecía importarles eso, puesto que sus sonrisas tan solo crecían cada vez más. Quizás no fue tan mala idea el aceptar ser pareja.

—Feliz cumpleaños, Obi.

Asi que era eso, ¿En serio es hoy?— Suelta al mismo tiempo que una pequeña carcajada escapaba de sus labios.

—Así es.— Ríe con él.—Entonces tengamos esa primera cita, novio.

—Vamos, novio.— Dijo Obito, decidiendo seguirle aquel juego.

Sus rostros se encontraban realmente cerca, disfrutando de la cercanía que había entre ambos. Sus cálidos alientos se mezclaban entre si y en medio de aquello, Hidan pudo observar una gran sonrisa, una que jamás había visto en el rostro del mayor y no pudo evitar pensar que aquella realmente era...

Hermosa. Una hermosa sonrisa.

Continuara.
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¡Hola!

¡Hoy es el cumpleaños de Obito e Izuna! ¡Feliz cumpleaños a ambos bebés!

Les pido perdón por la inactividad, puesto que está es debido a que tengo un fuerte bloqueo de escritora y estoy haciendo lo posible por deshacerme de el, espero hayan disfrutado este cap. ¿Que opinan del nuevo noviazgo? ¿De la escena kisaita o de nuestro Ita celoso?

¿Que les pareció?

¿Les gusto esta extraña idea? Espero que si.

¿Cual fue tu parte favorita?

Escrito:10/02/22
Publicado: 10/02/22

2942 Palabras.



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