|4| Cuidado
—- Otra vez —- volvió a decir el oji ámbar.
¡Era más que suficiente!
Na-kyum negó inmediatamente, su cuerpo estaba agotado, su mente cansada y con sueño.
Había visto por la ventana, el cambio del tiempo, observó la oscuridad de la noche y el nuevo amanecer.
—- Solo bromeaba —- se burló el mayor —- Quita esa cara de asustado.
El menor respiro con tranquilidad recostándose en el hombro de su amado y cerró los ojos por un momento.
—- Señor alcalde —- tocó la puerta con cuidado un ayudante —- Disculpe la molestia, todas las cosas estás listas para la bebé.
El oji ámbar dio una respuesta afirmativa, separándose momentáneamente del menor y suspirando.
No era lo que más quería en el mundo pero era su obligación hacerse cargo de esa bebé, especialmente por lo que había dicho el día anterior y porqué quería ver feliz a su amado pintor.
El menor, sobó sus ojos suavemente, bostezando producto del sueño profundo que tenía, entonces solo se recostó en el suelo, abrazando una manta que estaba a su costado y se acomodó.
—- Quiero dormir un rato —- susurro cansado este —- ¿Está bien, mi señor?
El pelinegro sonrió al verlo con la carita un poco desubicado, aún faltaba limpiarlo, por lo que tendrían que ir a su casa y no seguir en su oficina, afortunadamente estaba cerca, en la parte de atrás de dicho lugar.
—- Dejen a la bebé en la cuna con una cuidadora hasta que les indique —- mencionó el mayor a su asistente, quién seguía parado del otro lado de la puerta esperando órdenes.
Luego, cargó con delicadeza al menor, quién aferró sus brazos en sus hombros para recostar su cabeza en su pecho.
—- Vamos a limpiarte y dormirás, ¿está bien pequeño? —- preguntó Seungho recibiendo un asentimiento.
Al llegar a su habitación, el menor fue tumbado entre las mantas del suelo, abrazando una almohada y recostando su cabeza en ella.
—- Abre las piernas y levanta un poco tu cadera —- ordenó el mayor para poder hacer más fácil su trabajo.
Introdujo dos dedos en el interior del pequeño y los movió de afuera hacia adentro, sacando el resto de semen que había en su interior.
Tomó una toallita mojada y paso por esa zona, limpiando cualquier excedente que hubiera.
Na-kyum gemia suavemente ante algunos toques, tratando de controlarse pues no quería provocar más al mayor.
—- Listo —- contestó Seungho —- Puedes descansar.
El menor se dio la vuelta, levantando sus brazos y acercando al mayor en un abrazo. Para luego besar cortamente sus labios
—- Me levantas después por favor —- susurro este —- Quiero ver a la bebé —- sus ojitos se fueron cerrando, relajando todo su cuerpo y suavizando su respiración.
El mayor asintió, revoloteando los cabellos del pequeño y salió de la habitación, caminando en dirección del cuarto de invitados que ahora estaría con una inmensa cuna y una pequeña bebé.
—- Buenos días joven alcalde —- reverencio la cuidadora, hablando entre susurros—- La bebé está durmiendo.
Este asintió —- ¿Hay algo que deba saber? —- preguntó dudando.
La mayor dudó un momento, sabía que el alcalde no tenía experiencia en la crianza... Entonces, no sabía si debía advertirle de cosas básicas o no.
—- Alcalde —- dijo ella —- La bebé no despertará por al menos dos horas, recién quedo dormida. Cada cierto tiempo, tiene que revisar que esté respirando, puede pasar su dedo cerca de su nariz y sentir su aliento.
Este asintió, con algo de confusión... ¿Acaso los bebés se olvidaban de respirar?
—- También, debe vigilarla, puede haber algún riesgo de que se voltee y una posible asfixia —- comentó la mayor —- Cualquier duda que tenga, no dude en llamarme o cualquiera nana que esté de servicio a esta hora. Si la bebé llora, revise primero el pañal.
La señora reverencio nuevamente, dispuesta a irse, pero fue detenida por el alcalde quién tuvo una duda de último momento.
—- Uh... ¿Quién la alimentará? —- preguntó este —- ¿Cuántos meses tiene? ¿Qué come?
La mayor suspiro un poco —- Tiene 2 meses, por el momento se alimenta solo de leche materna. Ya le dimos de lactar, su próxima comida será dentro de 3 horas.
El pelinegro asintió, simplemente observando la cuna.
El espacio donde se encontraba la bebé, durmiendo plácidamente.
Era como una pequeña bolita de masa, rellenita y adorable.
Se acercó un poco más, para poder observar bien sus rasgos faciales. Sus mejillas sonrojadas, su cabello en un tono ¿algo marrón? No podía definirlo bien.
Sus manitas pequeñas y su tez clara...
¿A quién le recordaban esas características?
Rió un poco ante eso, definitivamente se parecía a Na-kyum... Era su viva imagen, solo que de sexo femenino.
Intentó acariciar su cabello, pero tan pronto llevo su mano dispuesto a tocarla, se alejó.
¿Y si... Le hacia daño sin querer?
¿Podía golpearla? ¿Quizás aplastarla por no medir su fuerza?
Tal vez la hacia despertar y llorar mucho, eso era algo que no quería.
Suspiro con frustración, estar frente a un ser tan pequeño lo ponía nervioso. Nunca había lidiado con algo así y... No podía negar que tenía miedo.
No tenía una buena referencia de lo que sería una buena crianza, su infancia había sido un completo asco y desastre.
Pero no tenía que preocuparse mucho por eso, ¿verdad?
Tan pronto encontrarán alguien que la cuide, esa niña desaparecería de su vida y responsabilidad. Entonces, su corazón no tendría tantas dudas respecto a cuidarla.
Sus manos temblaban ligeramente, sintiendo algo de frustración.
Algo era bueno... Y es que a una edad tan pequeña, no recordaría nada de lo que pasaba en ese instante.
Entonces... No tendría que lidiar con la memoria de haber sido cuidada por una persona como él... Un asesino a sangre fría, con el temperamento volátil y los traumas acrecentados... Un completo Yoon.
—- Siento ser yo quién te cuide pequeña —- mencionó el pelinegro sentándose en el frío suelo —- Pero no será por mucho tiempo, no te preocupes.
𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐫𝐚...
Seungho tiene severos traumas familiares, así que que quiero plantarlos a lo largo de la historia y cómo influye en su crianza de la bebé Jsjs
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