Todos quedaron sorprendidos ante lo dicho por el alcalde. 

¿Cuidar a una bebé? 

Eso era un poco... ¿Demasiado bueno para alguien como él? 

Al inicio no tenían una buena imágen de él, por venir de una familia noble y todo empeoró cuando se enteraron de los rumores que había matado a su padre. 

Ahora, no podían creer la "bondad" que este presentaba. 

—- Tú castigo será... —- mencionó Seungho viendo a la mujer directamente a los ojos —- Trabajar mucho más, para que puedas una vez al mes, traer regalos a tu hija. De ahí, simplemente desaparece de su vida. 

Era algo extraño, pero lo primero que se le ocurrió. Realmente no planeaba ser malo con la menor quién se notaba más que asustada. 

Con la situación resuelta, cada persona simplemente volvió a su casa, excepto los trabajadores del alcalde y Na-kyum tomaba al bebé entre sus brazos. 

—- ¿Usted tiene hijos? —- preguntó el oji ámbar a una señora, que previamente sostenía al bebé, recibiendo un asentimiento de parte de ella —- Entonces puede cuidarla, ¿no? Solo por este día, mientras los demás preparan un cuarto para la menor. 

La señora sorprendida solo asintió, tomando a la bebé entre sus brazos y dejando a un Na-kyum algo triste. 

—- Ustedes —- mencionó el alcalde señalando a otras personas —- Busquen lo necesario, cuna, pañales, biberón, lo que sea que se use para el cuidado correcto de un bebé. 

Todos se dispersaron, siguiendo la orden del líder y tan sólo quedaron los amantes en medio de la calle. 

—- Yo quería cuidarla —- susurro el menor con un puchero en el rostro, inflando sus mejillas. 

—- ¿Un bebé cuidando otro bebé? —- se burló Seungho —- ¿No deberias primero darme tu atención? ¿Al menos por esta tarde? 

El pelinegro abrió los ojos sorprendido, aún sentía que seguía en un sueño, por lo que solo siguió al mayor nuevamente hasta su oficina. 

—- ¿No deberias darme otro beso? —- preguntó el mayor tomando suavemente el rostro del más pequeño. 

—- Te amo —- susurro Na-kyum para luego besarlo suavemente, olvidando la situación por un instante y concentrándose en su amante. 

—- Yo también te amo —- respondió el mayor cuando ambos separaron, dejando a un pelinegro sentando a horcadas de este

El constante choque en la entrepierna por el miembro de Seungho era sentido por el menor, quién sonrió al verlo tan excitado por un simple beso. 

—- ¿Deberíamos continuar aquí? —- preguntó Na-kyum desponjandose de su chaqueta lentamente, dando vista de sus hombros blanquecinos y algo pálidos. 

—- Si. Nadie vendrá —- contestó su pareja —- Ahora sólo somos tú y yo. 

El menor sonrió, tomando la vestimenta del mayor y bajando con rapidez sus prendas, dejándolo solo en su ropa interior y acariciando su miembro por encima de la tela. 

—- Veo que te gusta ir rápido —- sonrió Seungho pero quedó rápidamente callado, cuando su miembro fue tocado por los dulces y suaves labios de su amante, sin dejarlo procesar, Na-kyum comenzó a lamer la punta de dicho pedazo de carne. 

Verlo lamer y chupar con tanta dedicación, le excitaba en sobremanera, sintiendo la humedad de dicha pequeña cavidad bucal. 

Por el tiempo que habían pasado separados, el menor había olvidado la magnitud del tamaño del miembro de su señor. Sorprendiéndose al sentirlo cada vez más duro y grande. 

Humedeció sus labios, pasado su lengua alrededor de ellos y sonrió de lado intentando ser seductor, cosa que logró... Una mirada seductora con un toque muy tierno, hizo sonreír al oji ámbar, quién se encontraba complacido de ver a su amante debajo de él.

El menor con sus manos, tomó la base de dicha carne y comenzó con un vaivén lento y suave, para luego introducir la punta del falo con dificultad en su boca. 

Con el tiempo pasando, Na-kyum iba agarrando más práctica, pudiendo meter hasta la mitad del miembro de Seungho en su pequeña y caliente boca. 

Subía y bajaba, en un movimiento práctico, llenando su garganta por completo.

Se separó un rato, para respirar con tranquilidad y sintió una mirada que prácticamente lo desnudaba con rapidez. 

—- Creo que es mi turno —- sonrió el mayor, quitando el resto de ropa que tenía el pequeño. Y tumbándolo con delicadeza en el suelo.

Bajó con un camino de besos, por el cuello, hombro y clavícula del menor.

Siguió hasta llegar al abdomen, delgado de este y lo beso, dando ligeras lamidas que hacían temblar a su amante. 

Llegó hasta la parte "privada" de Na-kyum y sonrió —- Abre las piernas para mi, cariño.

Las palabras del mayor, solo hicieron que el pequeño se sonroje y atienda la orden que le fue dada. 

Con timidez y vergüenza, separo lentamente sus piernas y dejo a la vista toda su intimidad.

La Introducción de un dedo en su interior, lo hizo retorcerse y arquera la espalda, había olvidado las sensaciones que esto le brindaba, recorriendo un escalofrío por todo su cuerpo. 

—- Joder... —- gruño el oji ámbar —- Que apretado estás Na-kyum. 

El menor gimió fuertemente ante la intromisión de un segundo dedo en su interior, sintiendo sus emociones revoloteadas cada que estos se movían simulando embestidas y formando tijeras.

—- Ah ~ Ah ~ Más... —- jadeo el menor —- Más lento, por favor... Ah ~

Seungho tomó los labios del pintor con posesividad, besó con dedicación y lamió aquellos rosados, voluminosos y suaves labios, ingresando su lengua por toda su cavidad bucal sin dejar de mover sus dedos en su interior. 

—- ¿Cómo esperar recibirme si sigues tan apretado? —- sonrió el mayor —- Sabes muy bien que mi polla es más gruesa que dos simples dedos.

Na-kyum no pudo responder, su mente estaba nublada de todas las sensaciones que tenía en ese momento, su corazón latía frenéticamente y sus caderas se movían involuntariamente.

Sin que se diera cuenta, ya se encontraba frotando su trasero, queriendo que el mayor ingrese aún más al fondo y lo llene más.

Continuará...

No puedo creer que escribí gogogo en tan solo el segundo cap jajaj.