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|13| Suplicas ✨

Na-Kyum

Estaba siendo castigado, oh, realmente se sentía de esa manera producto del tacto que Seungho estaba teniendo sobre él.

La mano de su pareja había bajado a su intimidad, acariciando suavemente por encima de la ropa, haciendo que este se estremezca lleno de placer, sin dejar de pedirle que vaya más rápido.

Necesitaba despojarse de cada prenda estorbosa para pasar al acto principal, a lo que realmente su cuerpo estaba deseando.

—- Por favor —- suplicaba constantemente el menor, sintiendo como los dedos de su amado hacían un desastre en su interior.

Ya había sido lo suficientemente cuidadoso como para aflojarlo correctamente. Realmente no necesitaba más, sus paredes internas temblaban de lo mucho que habían sido estimuladas. 

Se sentía muy desesperado, meneando las caderas con desenfreno porque muy a su pesar, los dedos que introducía Seungho dentro suyo, no alcanzaban a tocar el punto más profundo, lo que verdaderamente le hacía sentir bien.

Aquel punto que podía hacerle gemir desesperado mientras nublaba su visión, dejando de pensar en absolutamente todo, incluso en su propia respiración.

Y estaba enfadado por ese hecho, realmente enfadado... Porque Seungho lo estaba haciendo con voluntad, buscando impacientarlo.

—- Más adentro, por favor —- volvió a mencionar Na-kyum, sujetando la mano del pelinegro, con sus propias manos, empujó un poco al contrario, como enseñándole a donde debía ingresar.

Seungho solo pudo sonreír ante tal reacción, negando con la cabeza y sin dejar de mirarlo. 

—- ¿No estás siendo muy desesperado? Eh, ¿cariño? —- preguntó este haciendo énfasis en cada palabra, hablando muy pausadamente.

El menor, frunció el ceño en medio de su negación.

"¿Desesperado?" pensó, creyendo haber escuchado mal "Eres tú quién no se apura" claramente, no era algo que pudiera mencionar abiertamente, así que solo se quedó expectante ante el siguiente acto.

Seungho sabiendo que no encontraría todavía la respuesta que esperaba, decidió continuar fastidiando un poco más al menor. Aunque, quizás el castigo que había planeado no duraría mucho tiempo, porque su polla estaba apretando y realmente estaba desesperado por introducirse en el más pequeño. 

Él, quería realizar con devoción ese movimiento frenético que ambos disfrutaban, llevándolo por un vaivén veloz mientras perdían lentamente la cordura que les quedaba, dejándose llevar por los placeres del sexo. Sexo duro, sexo con amor.

Na-kyum podía observar todos esos pensamiento a través de los ojos lujuriosos de su pareja, por lo que se encontraba aún más ansioso que antes. 

Lo que no esperó, es que su pareja bajara hacia su miembro, dándole ligeras lamidas en la punta.

Estaba siendo tan lento, tan suave y casi imperceptible, a penas podía sentir la lengua de este. Empezaba a frustrase por esos movimientos tan lentos, tan... Tan poco comunes en él.

Seungho ni siquiera chupaba correctamente, no había hecho lo suficiente para meter su miembro en su boca. Simplemente se había dedicado a acercar sus labios, dejando un pequeño beso, quizás una corta lamida y su caliente aliento que solo lo hacía estremecerse.

—- Seungho... Por favor —- suplicó nuevamente Na-kyum, incapaz de pensar correctamente, pues ya no sabía que hacer para que su pareja le pudiera follar con desenfreno.

El mayor se detuvo, poniendo un rostro algo serio mientras se acercaba al lóbulo de su oreja, lamiendo suavemente esa zona, cosa que realmente le hizo sonrojar y desviar la mirada.

Luego, con la cercanía en la que se encontraban —- ¿Por favor qué? —- al decir eso, se separó y sonrió de lado, mirando de manera algo acusadora a su pareja, esperando una respuesta.

El menor, apretó un poco los puños, aún con la mirada desviaba y agregando que había cerrado con fuerza sus ojos, producto de la vergüenza—- Por favor... Apúrate —- respondió, incapaz de mencionar algo más.

 Seungho aún no estaba contento con esa reacción, necesitaba avergonzar un poco más al pequeño, porque, solo así aprendería a no quitarle algo tan importante como el sexo.

"Debería haber un trato" pensó seriamente "No importa si estamos peleados, no deberíamos dejar de unir nuestros cuerpos por algo así"

—- Debes ser más especifico, querido —- recalcó, intentando mantenerse firme, aunque si era sincero, cualquier cosa le bastaba. 

Mucho habían jugado y parecía más una tortura para sí mismo, que para Na-kyum, necesitaba sentir la calidez que solo el pequeño le brindaba.

Por su parte, Na-kyum estaba mordiéndose el labio inferior y al mismo tiempo, movía uno de sus pies en búsqueda de encontrar algo de valor para lo que iba a hacer.

Su naturaleza, tierna y avergonzada, no le iba a impedir a revelar lo que realmente deseaba, porque no quería seguir suplicando de manera sencilla si su pareja no hacía caso a sus peticiones.

Inhaló unas cuantas veces, para levantarse bruscamente del suelo en el que estaba recostado y ante la atenta mirada del mayor, unió sus labios a los de él, en un torpe y feroz beso.

No sabía como besar, no sabía como hacer que su pareja entendiera lo que necesitaba, no podía encontrar la manera de guiarlo a la excitación.

Su toque se notaba inexperto, pues nunca había tomado la iniciativa de esa manera, y su beso era más rudo que sensual, chocando con fuerza y presionando los labios de su pareja. 

Aguantando la respiración, hasta que se quedara sin aire y tuviera que separarse, llevando una mano al hombro del pelinegro y tratando de acercarlo más, indicándole que debía tomar el mando.

Pero, al no sentir ninguna reacción favorable, simplemente se separó y bajó la mirada, sintiéndose abochornado por la situación, oh... ¿Por qué había actuado de esa manera?

—- Fui muy malo, ¿verdad? —- susurró, con un hilito de voz, luego tomó el valor para continuar, ¿qué más podría pasar? —- Yo solo quería... Decirte que deseo ser follado y me desespera que no actúes.

Seungho aún seguía quieto, no estaba incomodo ni mucho menos había creído que su pareja había hecho algo mal. Simplemente estaba tan sorprendido que no podía moverse, su corazón latía tan rápido que incluso llegó a asustarlo.

—- Mi señor... Lo necesito —- concluyó Na-kyum, con todo el rostro sonrojado —- Necesito su polla llenando mi interior, y que me haga retorcer de placer... Mi señor Seungho.

Esas palabras fueron más que suficientes para que la poca cordura que mantenía Seungho dejara de existir, y se dejara llevar por completo por su instinto, su deseo, su amor, todo de él, todo iba a ser dirigido a su querido pintor.

—- Después no te arrepientas, cariño —- sonrió Seungho, relamiéndose los labios.

Habían despertado a la bestia, liberado la lujuria, todo a base de pequeñas... "suplicas

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Continuará...

¿Qué les pareció el capitulo? 

¿Verdad que estaba ardiente? 😚😉😏😏✨✨

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