|10| Adopción.
Seungho se encontraba sumido en un momento de ternura con Na-kyum, disfrutando de la calidez de su cercanía y la dulzura de su mirada. Sin embargo, su asistente irrumpió en la escena, recordándole sus responsabilidades como alcalde. Con un ligero enfado, Seungho se despidió de Na-kyum y siguió a su asistente hacia la oficina.
Al llegar, se encontró con una sorpresa inesperada. Un señor desconocido estaba esperando en la sala de recepción, con una expresión tranquila en su rostro. Seungho se acercó a él, intrigado por su presencia, no recordaba tener una reunión con dicha persona.
—-¿En qué puedo ayudarle? —- preguntó el alcalde, intentando disimular su curiosidad y mostrarse lo más amable posible.
—-Alcalde Seungho, he venido a hablar con usted sobre la bebé que se encontró —- respondió el hombre, con una voz llena de emoción.
El pelinegro se sorprendió por la rapidez con la que se había divulgado la noticia. Habían encontrado a la bebé apenas unas horas antes, y ya había gente interesada en adoptarla. Ni siquiera había hecho un anuncio oficial.
—-¿Cómo se enteró de la noticia tan rápido?—- preguntó Seungho, intentando entender la situación.
—-Un amigo mío me lo contó—- respondió el hombre, sin dar más información —-Me gustaría adoptar a la bebé.
Seungho se sintió confundido por la solicitud del hombre, sabía que debía proceder con cautela, había algo en él que no le gustaba. Además, la adopción de una bebé era un asunto serio, y debía asegurarse de que el hombre era apto para cuidarla.
—-Entiendo su interés —-dijo este —- Pero debemos hacer las cosas de manera oficial. ¿Puede proporcionarme más información sobre usted y su familia?
El hombre asintió, ansioso por proporcionar cualquier información que fuera necesaria. Había ido preparado con todos los documentos necesarios. Seungho, por su parte, escuchó atentamente, evaluando la situación y considerando las opciones.
Mientras tanto, Na-kyum se encontraba en su taller, pintando un nuevo cuadro. Se sentía un poco triste por la interrupción de su momento romántico con Seungho, pero sabía que su amor debía esperar. La responsabilidad de su pareja como alcalde era importante, y Na-kyum estaba orgulloso de su dedicación.
Con cada pincelada que hacía, pensaba en la bebé que habían encontrado. Se sentía cada vez más conectado a la bebé, y esperaba que pudiera quedarse con ellos, para darle un hogar amoroso y cuidarla con mucha dedicación.
Lentamente terminaba su pintura, retratado en esta a él junto a su pareja y la pequeña bebé entre sus brazos, los 3 con una sonrisa sutil y tranquila.
..
.
.
(☆^ー^☆)
El señor había abandonado la oficina del alcalde con una sonrisa en el rostro, era muy probable que la solicitud fuera aceptada. Se despidió con toda la cortesía y seriedad del mundo, dejando a Seungho dar un largo suspiro.
Al pelinegro, le parecía un poco extraña la situación. No entendía como todo había pasado más rápido, pero observaba seriamente las hojas de documentación que le había entregado dicha persona. Era demasiado perfecto el historial que podia observar, una familia conformada por dos personas que intentaban tener hijos y no podían.
El señor era un comerciante, su esposa, una escritora. Más de 5 años de casados, sin ningún problema legal, bien acomodados. Con una casa respetable en la ciudad.
"¿Por qué siento que algo anda mal?" se preguntó una y otra vez el alcalde, hasta el punto de frustrarse. Y encaminarse en dirección del cuarto dónde le había dicho Na-kyum que estaría.
El estudio que había preparado para el menor. estaba algo desordenado, algo de pintura por el suelo, los pinceles sucios esparcidos por ahí, la ventana abierta y más cosas alrededor. Pero, lo qué más destacaba era dicha pintura... Completamente terminada, diseñada y armónica.
Su corazón sintió una pequeña opresión al ver como Na-kyum había retratado una imagen de los 3, incluyendo a la pequeña... ¿Cómo le diría que pronto la bebé no estaría con ellos?
Odiaría ver su rostro triste al saber que la pequeña pronto sería adoptada. Suspiro nuevamente, ordenando un poco el lugar, poniendo los pinceles en una caja para lavarlos luego, tomó un paño para quitar el exceso de pintura en el suelo y recogió algunos papeles.
Terminado eso, decidió buscar al menor, ¿por qué había salido con tanta prisa?
.
.
.
(ㅇㅅㅇ❀)
Tan pronto Na-kyum había terminado de dibujar, la señora que cuidaba al bebé, lo llamó con cautela, no quería enfadar a una persona que era importante para el alcalde.
—- Disculpe, joven... —- susurro la mayor —- Quisiera su ayuda en una cuestión.
El menor, sonrió y se acercó a la mujer —- Claro, digame... ¿Qué sucede? —- aún no podía acostumbrarse a ser tratado con tango respeto.
—- La bebé, parece que estuviera buscándolo —- susurro la señora, no sabía como poder explicarse. No podía decirle que lloraba incansablemente —- ¿Puede acompañarme solo por un momento?
Tan pronto mencionó eso, Na-kyum no perdió tiempo y corrió en dirección del cuarto de la pequeña... ¿Por qué no se lo había mencionado antes?
Prácticamente obligo a la señora a correr y dar indicaciones "Vuelta a la derecha, la puerta de la izquierda" mientras respiraba agitadamente.
Abrió la puerta, observando como otras mujeres intentaban tranquilizar el llanto de la bebé, la movían de un lado a otro, intentaban darle biberón, hacer muecas para divertirla... Absolutamente nada funcionaba.
Na-kyum, realmente nervioso, se acercó lo suficiente y cargó a la menor con tanta delicadeza, que todas las presentes quedaron sorprendidas.
La bebé, abrió sus pequeño ojitos, observando la mirada del ojicastaño, quién cuidadosamente acercaba su mano para acariciar el pequeño rostro de la pequeña, quién apretó con cuidado el dedo del menor y sonrió.
Nuevamente, todas las presentes quedaron sorprendidas... ¿Cómo había logrado calmarla con un solo gesto? ¿Cómo con solo cargarla hizo que sonriera?
Na-kyum, se movía lentamente por la habitación, sus pasos eran suaves casi no hacía ruido al caminar, acercándose a la señorita que tenía el biberón en su mano y sin desconcentrar su mirada de la bebé, pidió dicho objeto.
Seguía dando vueltas, pero con cuidado daba de tomar leche a la menor mediante el biberón, mientras tarareaba una canción.
Tu tun tun tu tun, tu tu tun tu tun... Tan ta ta tan ta... Turururu, tu tu turu tururu....
La naturalidad de Na-kyum era realmente impresionante, su instinto de protección y cuidado fueron vistos por Seungho qué pasó por ahí.
.
.
.
(☆^O^☆)
¿Qué les pareció el cap?
¿Cómo se sentirá Na-kyum cuando Seungho le diga que no volverá ver a la bebé?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro