¿Te atrevez a soñar?
Capítulo 8:
️🔞| +18 Esta historia contiene escenas de violencia que pueden resultar sensibles para el o los lectores. |❗️
Matías se volteó hacia mí, su sonrisa tierna se transformó en una mirada severa. En sus ojos, vi hostilidad y frialdad, y mi sonrisa se borró al verlo acercarse de una manera extraña. Algo en mi mente me gritaba que debía alejarme, que seguirlo había sido un error, y mi respiración comenzó a agitarse.
— ¡Te dije que no te acerques a ese tipo! —gritó mientras golpeaba la pared con fuerza. Di un respingo, mi corazón latiendo con fuerza, y fijé la vista en sus puños, que se apretaban con rabia. Mis lágrimas luchaban por salir, y volví la mirada hacia Matías con el ceño fruncido.
¿Y quién te crees para decirme con quién debo juntarme y con quién no? —pregunté con voz temblorosa. Matías pateó una silla con furia y me empujó contra la cama.
— Tú eres mía, y no me gusta que estés con otros, como si fueras cualquiera —contestó con rabia, su mano rodeando mi cuello, apretando con fuerza hasta que me costaba respirar. Sus ojos destilaban odio y furia, y me negué de nuevo, lo que solo lo hizo más violento, más aterrador.
Matías me golpeaba cada vez con más fuerza, mientras yo ahogaba mis ganas de gritar. Las lágrimas fluían sin control. Finalmente, se detuvo y, con la respiración agitada de la rabia, agarró mis muñecas con sus manos.
¿Por qué no quieres que me junte con ellos? —pregunté con temor, mi voz apenas salía del nudo en mi garganta y del dolor en el cuello. Sus manos apretaban aún más mis muñecas, haciéndome jadear de dolor. Mis lágrimas salieron en torrentes, lo que solo lo hizo más violento y aterrador.
— Desde que te juntas con esos tipos, no estás conmigo. Siempre estás con ellos —respondió con brusquedad, haciendo énfasis en sus palabras—. Me tienes harto con tus malditos Jonas. Por eso, siempre estarás sola, pareces una estúpida, no tienes nada en la cabeza, tarada. Esos tipos te están cambiando —y, con esas palabras crueles, salió de la habitación y azotó la puerta tras él.
Me esforcé por levantarme con dificultad, mi cuerpo dolorido. Me miré en el espejo con la respiración agitada y el corazón aún latiendo a mil por hora. Mi labio inferior estaba lastimado, mi mejilla me dolía, tenía moretones en el brazo y rasguños en el cuello. Mis lágrimas seguían fluyendo, y una idea se coló en mi cabeza. Miré la mesa debajo del espejo y vi algo que nunca pensé que usaría. Tal vez, si me maquillaba, podría ocultar los moretones. Esta vez, decidí seguir esa voz en mi cabeza.
Cuando logré cubrir las heridas con una técnica bastante torpe, me decidí a salir. Esperaba que nadie notara nada. Llegué rápidamente a la sala, y me sorprendí al ver a Joe en el mismo lugar en el que lo dejé hace unos minutos. Su rostro reflejaba seriedad y enfado mientras miraba su celular. Levantó las cejas al verme y entrecerró los ojos un poco. Tal vez me había pasado con el maquillaje, pero no debería importarle. Joe siempre es sincero y directo, no sabe disimular.
– ¿N-No te habías ido vos? –pregunté sorprendida, con los ojos bien abiertos.
Sólo fui a buscar agua –contestó de manera seca, y me pareció como si estuviera enojado conmigo. Su mirada me atraviesa mientras me observa– ¿tenés algún problema? –cuestionó con sorpresa, me acerqué a Joe con cuidado.
– Emm... no –respondí, mi voz se agudizó, y noté que Joe mantenía su mirada fija en la mía, lo cual me ponía incómoda– ¿querés mirar algo? –pregunté, tratando de desviar su atención, y él me miró con los ojos entrecerrados– ¿qué pasa? –inquirí, frunciendo el ceño.
Joe suspiró y esbozó una sonrisa sospechosa– Nada, nena, nada –se levantó del sillón y se encaminó hacia el pasillo que conducía a su habitación.
«¿Y ahora qué habré hecho?»
...
Han transcurrido once semanas desde que los Jonas se cruzaron en mi vida. Hace poco retomamos las clases; mientras Nick tomaba clases en línea, Joe y Kevin ya no tenían que preocuparse por estudiar, al haber alcanzado la edad de 18 y 20 años. Qué suerte no tener que levantarse temprano para ir a la escuela. No es que me agrade mucho la idea de asistir, pero, lamentablemente, no tengo otra opción cercana a casa. Siempre he sido un bicho raro en el colegio, y no entiendo por qué no caigo bien a nadie. Siempre termino sola en mi pupitre, ya que Fer está un curso por encima del mío, y luego están Lucía y Linda, que no pierden oportunidad para fastidiarme. No es que brille académicamente, mis calificaciones máximas son 8.50, y si se trata de Matemáticas, soy un desastre total. Siempre acabo gastando dinero en profesores particulares. Además, no soy como las protagonistas de las novelas que leo en Fotolog. Lo único que se acerca a esas historias es que me crucé con los Jonas una vez, pero no me hago ilusiones de que esa situación dure. En cuanto estén de vuelta en su casa, se olvidarán de mí. Son celebridades, y deben de tener mil cosas que hacer en sus vidas.
Siempre he querido aprender a tocar el piano, así que le pedí a Nick que me enseñara. También le pedí a mi Guitar Hero favorito, Kevin, que me enseñara guitarra. La guitarra es el instrumento más hermoso y perfecto que he tocado, aunque me cueste un poco, me encanta. Me hace sentir acompañada, aunque me cuesta coordinar mi voz con la guitarra, porque a veces necesito concentrarme en la nota que estoy tocando y no puedo cantar al mismo tiempo.
"Debes creer más en ti, niña", es algo que Joe me repite todo el tiempo. A veces, me parece irritante. Esa frase, "CREE EN TI", me persigue hasta en sueños.
El piano lo llevo genial, aunque nunca lo había tocado. Aprendí rápido, aunque a veces me atasque con algunas notas. Nunca antes había sentido una conexión tan intensa con un instrumento. Las notas del piano me dan una paz inmensa. Puede que sea un piano eléctrico, pero es algo mágico. Sin embargo, lo más fabuloso es escuchar a Nick tocar el piano. No solo tiene una voz espectacular, también es un compositor talentoso. Escucharlo es pura magia.
En cuanto a Joe, es un tema complicado. ¡No tiene paciencia para nada! Se enoja cada vez que me equivoco y, sin saber por qué, empiezo a temblar, a jadear. Me dan ganas de correr, pero Joe me lleva al escenario a rastras. "¡La próxima vez que intentes escapar, te voy a atar al suelo!", me amenaza. No podemos pasar más de 2 horas sin pelear. Es casi una rutina. Él me tira una indirecta y yo le respondo a la altura. Las discusiones son moneda corriente.
Eran las 17:30 de la tarde, y estábamos Kevin, Nick, Fer, y yo, todos embolados mirando la tele. Pasábamos los canales, pero no había nada que valiera la pena. Puse Disney Channel, y justo estaban dando un episodio repetido de Zack y Cody.
– Me estoy muriendo de aburrimiento –se quejó Fer con voz apagada, se tiró en el sillón y largó un suspiro de pesar.
Sí, ¿qué hacen ustedes cuando se aburren? –preguntó Nick con esa dulzura suya, mirando a Fer.
– Pues, no mucho, especialmente si vivís con un hermano sobreprotector –me quejé encogiéndome de hombros.
Podríamos ir al bar más tarde –propuso Fer, lo cual era lo de siempre, no había muchos lugares a los que podíamos ir, menos con celebridades cerca – y, ¿qué les parece ir a dar una vuelta ahora? – añadió, levantándose del sillón.
– Creo que es una buena idea –asintió Kevin con una sonrisa de aprobación. Nick y Kevin se pusieron de pie – ¿vamos? –nos preguntó Kevin, mirándonos a los tres.
Los miré desde arriba y me sentí pequeñita. – No, prefiero quedarme en casa. Además, en un rato empieza Patito Feo, y quiero ver si Anto y Patito vuelven a sus propios cuerpos. Después, quiero ver Casi Ángeles para averiguar por qué Justina regresó al hogar mágico –argumenté mientras cambiaba el canal.
– Bueno, entonces vamos nosotros –decidió Fer, y los tres se marcharon después de saludarme.
Cuando se fueron, Joe apareció en la sala y se sentó a mi lado – ¿dónde están mis hermanos? –preguntó mirándome.
– Se acaban de ir a dar una vuelta con Fer, o eso creo –respondí, dejando el control remoto a un lado.
Joe me observó fijamente. – Tú no sueles salir mucho, ¿verdad? –dijo, cruzando los brazos frente al televisor y arqueando una ceja.
Me di cuenta de que se avecinaba una charla seria. – Bueno, tampoco es que me dejen salir mucho. Además, prefiero quedarme en casa mirando mis programas favoritos –contesté, tratando de darle una idea de quién era.
Joe no se guardó nada. – Primero dices que quieres cambiar tu vida, dejar atrás esta vida aburrida, pero no haces nada para cambiarla –protestó en tono duro. Me acomodaba en el sillón y entrecerraba los ojos.
Pensé que vendrían tormentas. – Lo sé, pero tampoco sé cómo cambiarla –respondí en un hilo de voz, sabía que Joe era hábil para notar los pequeños detalles.
El viento comenzaba a soplar fuerte. – Una buena forma es dejar de estar sentada todo el maldito día viendo la televisión –dijo sin rodeos, de forma directa como siempre. Me sentí aliviada por el viento en mi rostro.
– Tienes razón, Joe. A veces soy muy pasiva y no hago nada por cambiar –admití, ladeando la cabeza. La tormenta se acercaba. – Quiero cambiar, pero no puedo –me quejé y lo miré. Joe asintió con empatía y luego se sentó a mi lado. Se formó un primer rayo en esta tormenta. – Me dijiste que no debía cambiar por nada ni nadie, pero luego quieres que cambie mi vida –añadí.
El tornado se desató. – Solo te di un consejo, no dije que no debías cambiar tu vida. Fingir ser alguien que no eres no cambiará tu entorno. Eso solo pasará cuando dejes de tenerle miedo a todo. Para cumplir tus sueños, debes confiar en ti misma y no permitir que nadie te subestime. Tú eres mucho más de lo que crees. No es fácil aprender a confiar en uno mismo, pero es peor quedarse sentada de brazos cruzados esperando que algo suceda. Eso no pasa en este mundo. Aquí, las cosas se obtienen con esfuerzo y perseverancia. Es mejor intentar y fallar que nunca haberlo probado y arrepentirse –me dijo Joe, y me quedé sin palabras. Sus palabras me motivaban a intentar algo diferente. Joe tenía razón. Yo no quería ser esa niña asustada. Durante toda mi vida, deseé que algo interesante ocurriera, y ahora que los Jonas Brothers estaban cerca de mí, no los estaba aprovechando al máximo. ¿Podrían ser la señal de que mi vida estaba a punto de cambiar para siempre? No lo sabía, pero como decía Joe, nunca lo sabría si no lo intentaba.
Mi pecho se llenó de emociones mientras lo miraba. – Si en verdad deseas cumplir tus sueños, puedes empezar por levantarte del sofá y venir conmigo. Pero si no lo haces, dejaré de darte clases de música, porque no tiene sentido enseñarte algo que luego no mostrarás –se levantó del sillón, se paró frente a mí y me miró con determinación–. Así que, ¿qué dices? ¿Te atreves a soñar? –propuso con una media sonrisa y extendió su mano.
Por primera vez en mi vida, me sentí segura de algo. Tomé su mano y me levanté del sofá, y al hacerlo, sentí un estallido de emociones cuando su piel rozó la mía. Mi corazón latía con rapidez, mis mejillas ardían, y aunque no entendía lo que sentía, sabía que no era malo, aunque me asustaba un poco. Ojalá hubiera alguien que pudiera explicármelo.
Después de eso, subí a mi habitación para cambiarme. Me puse unas zapatillas blancas con detalles en lila, un pantalón de tela fina de color negro, una blusa de cuello en V también en lila y un saco, por si hacía frío. En Buenos Aires, el clima no es muy predecible, y además, no suelo ver los pronósticos del tiempo. Son bastante aburridos.
Mientras Lola se cambiaba, me quede esperándola, pensando en Lola, desde que la conocí muchas cosas pasaron, la verdad que, si me dolió la vez que me mintió, quizás exagere un poco, pero es que la primera vez que nos vimos, algo me dijo que podía confiar en ella, sus ojos llenos de lágrimas, me hicieron pensar que tan solo es una niña asustada, quizás se sentía sola o nadie la escucharía nunca, porque ella al primer instante confió en mí y me contó la razón por la que lloraba.
Estaba esperando a Lola, y escuché que alguien gritaba, seguí esa voz, ya que de su parte escuché el nombre de Lola, y vi que era Matías hablando por celular. Ese tipo la verdad no me cae muy bien, se ve demasiado peligroso y violento, Matías no me da muy buena espina, siento que la lastima, y eso no pienso permitirlo. Hay un día en particular que no puedo sacar de mi mente. Recuerdo cuando estábamos hablando y nos interrumpió, ella se fue con Matías y luego volvió con su cara llena de moretones, cuando le pregunté qué le había pasado, me dijo que se había "caído", y yo por supuesto no le creí ¡NADA! No quiero suponer cosas sin tener prueba, por eso no le dije nada a nadie, porque quiero verlo yo mismo.
Me enojé con ella cuando me dijo que había vuelto con Matías, pero luego entendí que es tan solo es una chica inocente, con buenos sentimientos, ella solo está ilusionada con algo que debo impedir que ocurra, no está nada bien, aunque no pueda decirle, la verdad a Lola, puedo al menos impedir que ese tipo la lastime.
Recuerdo que el día en que la conocí, que nos quedamos en su casa, vino ese amigo de ella, Guillermo y quería hablar con ella por algo y Matías la tomó del brazo, ¿Será verdad lo que pienso? Solo espero que no. no entiendo los hombres que golpean a las mujeres, ellas son lo mejor que le paso al mundo.
– ...Bueno no pude evitarlo... Esta nenita ya me tiene cansado... Si esos tipos se siguen metiendo en mi camino, no voy a poder seguir con el plan... ¿Qué?... Sí, hoy a la noche le espera algo muy especial, como adelanto por su cumpleaños –dijo en un tono irónico– Si la verdad que está muy bonita... tu dijiste que eso no te importaba... seguro que ella hará esa locura... cuando te vea no lo podrá creer... no hay tiempo, tenemos que actuar rápido... –cortó la llamada de golpe.
De repente escuche a Lola, llamarme desde la sala, fui hasta allí, lo más rápido que pude, antes de que Matías me descubriera, por suerte soy bastante cauteloso para escapar.
No iba a dejar que este Idiota le arruine el cumple años a Lola, sea lo que este tramando. Yo sabía que este tenía algo que no me gustaba. Lo sentí desde el primer momento en que lo vi, desde que vi cómo la trataba y ella solo sigue perdonándole como si nada, esto podría ser peligroso.
Cuando llegamos al parque, apareció Lucía, es la chica más hermosa que he visto, y desde que la conocí pegamos mucha onda, creo que en cualquier momento voy a animarme y pedirle que sea mi novia.
Cuando salimos para ir a la plaza, vi a Joe con una mirada algo extraña, parecía preocupado por algo, le pregunte y dijo que luego me lo diría. Llegamos a la plaza, nos sentamos en el césped, la verdad es que los Jonas, a pesar de ser conocidos, no son para nada quisquillosos, como algunos famosos que antes de tocar el barro, se mueren, todo estaba tan tranquilo hasta que, apareció ¡Lucy! Creo que nunca se los conté, pero ella es casi prima, porque es familiar de Máximo, mi padrastro, mi madre me contó que mi verdadero padre, se fue cuando era una bebé, por eso creo que no me parezco en nada a mis "padres" y cuando dije que soy bastante desconfiada, me refería a que, tampoco confió en que ella sea mi verdadera Madre, por el simple hecho de que no tiene una sola foto mía embarazada, o conmigo de bebé.
– Eh, amiga ¿Qué pasa? –preguntó mi mejor amiga en tono motivador.
Eso –miré con tristeza a Joe y Lucía que se sonreían, hablaban y miraban con ternura y gracia.
– ¿Qué pasa Lola? –Me miró Nick con una sonrisa amable.
Es esta chica –la miré con los ojos bien abiertos.
¿Qué tienes en contra de Lucia? – preguntó Kevin, en voz baja, es todo un chismoso, me gusta ahre.
– Que chismoso –bromee y él se echó a reír, Kevin tiene la sonrisa más linda del mundo.
yo pienso que es una buena chica –añadió Nick con tono amigable, mientras Joe se acercaba luego de estar hablando Lucia.
— Fer y yo nos miramos y nos reímos al unísono– BUENA CHICA –gritamos y reímos súper fuerte.
¿Por qué les cae mal? –pregunta Joseph mientras se sentaba a mi lado, ¿Por qué a veces me pone nerviosa?
– Solo ten cuidado –contesto Fer, yo me quedé en silencio mirando a los niños jugar en la plaza, nunca he contado a nadie, todo lo que pase en los primeros años de escolares, solo lo sabe Fer y Sebas, que siempre estuvieron ahí para defenderme, porque siempre me dio mucho terror defenderme, jamás podría decirle algo ofensivo a alguien, ni tampoco podría pegarle a alguien, no me gusta la violencia, casi no eh dormido en estos días, pensando en ese tipo con la máscara, casi nunca lo mencionó, aún sigo soñando con sus ojos grises y su voz diciendo "algún día tu y yo nos volveremos a encontrar".
De a poco veía como el cielo pasaba de celeste a un color naranja, el sol se empezaba a ocultar en el horizonte, las nubes eran entre rosadas y violetas, algunas estrellas se hacían visibles, se veía tan hermoso, si así se ve la vida, entonces quiero más de ella, me entro unas ganas de escribir inmensas.
– Pensar que te perderías de eso –comenta Joe, yo giro para ver su rostro, y mis ojos se detienen en los suyos, él me sonríe con complicidad y yo hago lo mismo.
Igual no te perdonaré, que me hayas hecho perder el capítulo de hoy de mis novelas –comente fingiendo estar molesta, y le saco la lengua.
– Ash que dramática –reprocho entrecerrando los ojos con fastidio.
No soy dramática, nunca me he perdido un capitulo, y ahora perderé el hilo de la historia, ¿te parece bien eso? –me levante enojada, y cruce mis brazos.
– ya van a pelear otra vez –se quejó Kevin– vámonos, dejémoslo que se maten solos –agregó mientras se paraban.
Nick y Fer se ríen y siguen a Kevin.
– ¿Por qué siempre terminamos peleando? Seguro es porque te gusto –alardea mirándome de arriba abajo.
¡Jamás! me enamoraría de ti, aunque mi vida dependiera de eso –le digo, acercándome a él– no me gustan los creídos, y menos los que se creen el centro del mundo –reproche en su rostro, intento seguir a los chicos y Joe me toma del brazo suavemente me acerca a él, como la vez que nos conocimos.
– espero que este muy segura de lo que dices, no vaya a ser que suceda –susurra de forma burlona y sonríe victorioso– deberías tener cuidado, porque la vida da vueltas y puede que te toque alguien como yo –advierte y acaricia mi mentón, luego me suelta y sigue caminando.
¡Eres un Presumido! –Le grité, cruzándome de brazos.
– ¡ya quisieras tener mi confianza! –me sonrió falsamente «Punto para Joe».
¡Flogger*! –grite da igual sigue siendo altanero.
– tan solo eres una nena berrinchuda –incriminó con voz burlona.
Loser –Le saqué la lengua e hice una L con mis dedos.
– Que insulto tan original –comentó con ironía en su voz, se acerca a mí– Petiza.
Tu deberías ser menos superficial y ver que no todas las caras lindas, son buenas –agregue, cruzada de brazos– al menos, yo acepto lo que soy.
– se ríe a carcajadas, yo lo miro con incredulidad– ¿acaso tu sabes quién eres? –pregunto arqueando una ceja.
Te odio –le dije con una sonrisa falsa.
– Dices eso, porque sabes que tengo razón –replicó, me voy con los chicos, ignorando sus palabras.
Volvimos a casa, eran como las 19:40 de la noche.
No vi a Matías en toda la tarde, eso es un alivio, los demás estaban en la sala mirando una película. Aproveche para estar un rato sola en mi habitación y poder probar poder escribir una nueva canción, sí, tengo mis propias canciones, las cual nadie conoce, ni siquiera Joe, temo que piense que son tontas e infantiles, así es como él me ve, hasta ahora solo escribí esto;
«Donde hay esperanza, está mi casa, donde hay amor, está mi casa, donde estas vos, está mi casa y al final yo, vuelvo a casa» la cantaba en un tono muy bajito, cuidando que nadie me escuchara, pero no encontre más inspiración, ni la melodía.
Alguien toco la puerta– Lola – escucho a Joe llamarme, le deje pasar.
– Justo pase por aquí, y escuche algo interesante –comentó intrigado– ¿qué tienes ahí? –indago mirando hacia mi escritorio.
N-nada –respondí intentando esconderlo, pero él fue más rápido y me lo quito –hay cosas personales ahí –le advertí, justo cuando estaba por hablar, entra Lucía a mi habitación, interrumpiendo como si esta fuera la habitación de la república.
Se acerca a mí– Oye, bobita. Me dijeron que te dé esto –entregándome un sobre
– ¿Quién me lo envía? –dije, miré atrás y no decía nada.
Como si me importara –contestó con arrogancia, se acerca a Joe, quien sonrió cuando la vio.
Abrí el sobre y leí la nota:
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Hoy a las 22:30 alguien te llevará hasta un sitio maravilloso, donde nadie nos impedirá estar juntos, donde podremos soñar juntos, para siempre... por favor ponte bonita y ¡No me falles!
Pd: No te asuste, por favor, Solo debes confiar en mi
XOXO
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Tengo un admirador –me sorprendí, y mis mejillas ardieron, jamás pensé que tendría un admirador secreto– Tengo que averiguar quién es, debo ir allí –comente a Joe, ni siquiera estoy ahí, y ya me ilusione, ¿será mi príncipe azul?
¿y si es peligroso? –cuestiono Joseph desconfiado, pero, él me dijo que debía enfrentarme a mis temores y no dejar pasar las oportunidades que me da la vida.
No lo sé, pero lo averiguare –respondí algo segura, porque su cara de preocupación me hizo dudar un poco, fruncí el ceño y sacudí mi cabeza– Ya no quiero seguir dudando, así que iré, aunque no sea lo que espero –agregue y mire a Joe con un poco de seguridad.
Llame a Fer para que me ayudara a prepararme, ella no estuvo muy de acuerdo que fuera, al igual que Joe, se preocupó, justo ellos que siempre me dicen que debo ser valiente y enfrentarme a la vida, yo no los entiendo.
Me empecé a preparar, me puse un pantalón ajustado negro simple, una blusa larga de rayas rojas y blancas, y las costuras del cuello negro, encima un buzo corto rojo de tela fina con capucha, me alise el cabello y lo dejé suelto, luego me puse una boina negra. «¿les dije que mis colores favoritos son el negro y el rojo?» y unos borcegos blancos sin plataforma, casi no me maquille, solo me puse brillo labial, más que brillo parece un humectante de labios, pero tiene sabor cereza y me gusta, no tiene color, cuando acabe me puse un perfume de Casi Ángeles, tampoco es que pueda hacer mucho, no tengo mucha ropa para salir a citas.
Cuando acabe, escuché una bocina, vi un taxi en la puerta «Que esperabas, ¿una limusina? esto es Argentina, papá» me estaba por subir al auto, pero Joe me lo impidió.
– Creo que no deberías ir, ¿le has pedido permiso a tus hermanos? –dijo nervioso y preocupado.
Sí, le pregunté a Fede, y me dijo que si, ¿por? –pregunté de tranquilizarlo.
– Es una trampa –dijo seguro, mientras me lleva hacia donde pudiéramos hablar.
¿Que? –me sorprendí, Joe se detuvo, se inclinó hacia mí, y me miro a los ojos.
– Es Matías, él te envió esa carta, porque está tramando algo –contestó lentamente, esperando a que reaccione.
¿En serio? –Pregunté, estaba sorprendida– ¿Él hizo esto por mí? –me extrañaba un poco, pero no creo que sea nada malo, Mati, quizás él recapacitó y se dio cuenta que no estuvo bien pegarme, y tal vez quería disculparse, debe sentirse mal.
– Sí, pero no es lo que tú crees. Él te quiere hacer daño –agregó, impaciente e incrédulo.
¡Mentira! –No puedo creerlo, ¿Joe me acaba de decir eso? él estuvo hablando, hace rato con mis hermanos, «Joe no miente» dice la voz en mi cabeza, «es claro que Guille, le dijo esa mentira, porque ellos te sobreprotegen» ¿por qué siempre hacen esto? ¿Y Joe que le importa? es mi vida no la suya.
– Escúchame por favor –suplica, Joe no suele mentir, pero tal vez escucho eso de Guille.
¡Eso es mentira!, ¡Mi hermano te dijo eso, seguro! –acuse enojada.
Me subí al taxi, por el otro lado, ignorando sus palabras.
Cuando partimos me empecé a poner nerviosa. Qué lindo que Matías haya hecho esto por mí y para mí. Lástima que me arruinaron la sorpresa, intentare hacer como si no hubiera pasado nada. Cuando Joe me dijo eso me enfureció, no le voy a volver a hablar «¿Y si es verdad? Joe no miente, y no le gusta tampoco» No es cierto, Matías jamás me haría daño, él me lo prometió de corazón.
Cuando llegamos vi a Matías parado ahí, al frente mío, se veía guapísimo, aunque no sé porque ahora se veía más grande, estaba vestido zapatos negros, pantalón de vestir negro, camisa blanca y saco negro, también tenía una corbata, a diferencia de mí que parecía una niña. No podía creer, que él había preparado todo esto para mí. Es tan romántico y tan tierno. Siempre sabe cómo tratarme y hacerme sentir bien cuando estoy triste.
Matías me llevó hasta una especie de porche. Había una mesa de camping muy bonita, decorada con velas y algunos utensilios de cocina. Vi que no había comida aún. más atrás había unos sillones blancos, parecían camas, el lugar estaba tapado por una tela blanca, y las luces tipo como las de navidad, de esas amarillas, me di vuelta y Mati estaba sonriendo de forma extraña «¿Por qué hay camas? ¿pretende que pasemos la noche aquí? ¿por qué su sonrisa me incomoda?».
– Es un lugar, muy hermoso –comente dando vueltas, algo nerviosa.
Es que, tenía que disculparme, por haberte lastimado –dice mientras empieza a acercarse a mí, intenta tocar mi mejilla y yo me espanto, pero luego siento como me toca suavemente.
– me ruborizo y sonrió –no te preocupes, sé que a veces puedo ser muy tonta –agregó sin dejar de mirarlo.
¿En serio? –interroga mirándome con pena– ven –dice llevándome hasta los sillones, sin esperarlo, Matías besa mi cuello.
– ¿qué haces? –lo miré inocente y asustada, no me gusta esa sensación que me dio cuando me beso el cuello, me estoy empezando a sentir algo incomoda, mi respiración se agitó de forma extraña, no me gusta nada lo que está pasando.
Pero Lolita, todos los enamorados lo hacen como forma de demostrarse que se aman de verdad –me explica, con un tono suave–. además, pensé que me habías perdonado –dijo triste, intentando pararse.
– Claro que te perdono, solo que no entiendo mucho lo que intentas hacer –confesé mirando mis dedos, él me hace mirarlo.
Te prometo que no voy a lastimarte, es algo que las parejas enamoradas hacer ¿y tú me amas verdad? –guiña un ojo, ¿yo lo amo? ¿no estamos yendo muy rápido? ¿aún ni siquiera sé lo que siento por él? Pero no quiero herir sus sentimientos, lo miro a los ojos y me mira con ternura, entonces...
Hasta ahi, no olviden de dejarme un comentario o simplemente una estrellita.
Patito Feo: Patricia, conocida cariñosamente como Patito, tiene que abandonar junto con su madre, Carmen, la vida humilde en San Carlos de Bariloche para mudarse a Buenos Aires. Por motivos de salud, ambas viajan para que Patito reciba el tratamiento médico que necesita. Para sorpresa de Carmen, el médico encargado de este tratamiento será su inolvidable antiguo amor, Leandro.
Debido a su pasión por la música, Patito ingresa al colegio Pretty Land School of Arts, donde conocerá a Antonella, la reina del prestigioso colegio privado. Antonella es la hija de Blanca, quien está prometida con Leandro por interés económico. Antonella desconoce que su familia está formada por un grupo de estafadores.
Patito y Antonella, a pesar de sus diferencias, ambas comparten los mismos sueños: reencontrarse con sus respectivos padres y triunfar en la música.
En el Pretty Land School of Arts se formarán dos grupos decisivos: Las Divinas, lideradas por Antonella y Las Populares, lideradas por Patito, quienes competirán por representar al colegio en el intercolegial de comedia musical.
Casi Angeles: es la historia de un grupo de chicos y jóvenes desamparados, que son explotados y obligados a robar por Bartolomé Bedoya Agüero y Justina Merarda García. Pero todo cambia cuando entran a sus vidas Cielo, acróbata y bailarina, y el Dr. Nicolás Bauer, un arqueólogo aventurero. Cielo, a través de su música y su amor; y Nicolás, con su protección y sus sueños, les darán a los chicos la posibilidad de volver a creer en la alegría.
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