Joe vs Lola: Round 1
Capítulo 3:
Nos acercamos a ellos "disimuladamente" para no asustarlos y que salgan corriendo. Ese momento se detuvo en mi vida como si fuera el único en el planeta; todo a mi alrededor desapareció, solo estábamos ellos y yo. La timidez comenzó a surgir cuando nos encontramos cara a cara. Las chicas, sin pelos en la lengua, saludaron a los tres con un beso en la mejilla. Me aproximé para saludar a Nick y Kevin, pero cuando me acerqué a Joe, sus ojos se posaron en alguien más, su mirada tenía un brillo diferente. Ojalá no hubiera volteado, allí estaba ella, Lucía. Se acercó a ella, tomó su mano y le depositó un beso en la muñeca. Ella le sonrió. No puede ser, siempre lo mismo, siempre ella. ¿Por qué no puedo ser como ella?
- Siempre lo mismo -miré a Fer y ella me abrazó.
Lola, no te hagas mala sangre. Lucía es muy linda, pero como persona es una mierda. Además, vos sos hermosa por dentro y por fuera - intentó animarme, pero no sirvió de nada.
- Lola, ya te lo he dicho. Debes tener más confianza en ti misma. Ella puede ser muy bonita, pero su corazón está muy vacío, o al menos eso es lo que me han contado ustedes -comentó Anto, tratando de animarme.
Da igual. Él simplemente ni me vio, soy invisible para el mundo. Nadie me tiene en cuenta, soy menos visible que un fantasma. Si me pareciera a ella, tal vez todo sería distinto -dije decepcionada. A sus ojos, soy nada. Él ni notó mi presencia. Simplemente caminó hacia Lucía como un mosquito atraído por la luz. Me puse delante de mis amigas con los brazos cruzados.
- Pues claro, algo llamó su atención y no soy yo -crucé los brazos frustrada-. Ella ni siquiera es fan de ellos -fruncí el ceño mientras me daba la vuelta y todos me observaban. Mis mejillas se tornaron de un color rosado. Al menos, no entendieron nada de lo que dije.
Ve el lado positivo, ahora sí tienes su atención -Añadió Fer mientras se burlaba, yo le saqué la lengua.
Nos volvimos a casa, y mis hermanos no estaban muy contentos por lo tarde que llegamos, pero los tres chicos nos acompañaron hasta allá. Íbamos caminando y les lanzamos preguntas típicas de fanáticas, lo cual los hizo reír con nuestras ocurrencias y comentarios. Me acerqué a Joe, quien seguía charlando animadamente con Lucía, como si el resto de nosotros no existiera. Intenté hablarle, pero Joe parecía no oírme. Me sentía invisible, y eso ya era mi estado natural; siempre me he sentido así. Joe estaba tan concentrado en Lucía que ni siquiera notó mi intento de conversación. Mi autoestima se iba al subsuelo mientras me apartaba hacia un costado. Opté por escuchar a Nick y Kevin, quienes nos contaron que habían venido a Buenos Aires para una entrevista en Radio Disney, como una sorpresa para las fans. Luego, cuando salieron del edificio, se dirigieron al aeropuerto, pero las fans argentinas, tan apasionadas como somos, los reconocieron y comenzaron a seguirlos. Fue así como llegaron hasta nuestra caminata.
Les rogamos que se quedaran en nuestra casa para que pudieran comunicarse con alguien, ya que sus teléfonos estaban sin batería. Les prometimos que nadie los molestaría. Cuando llegamos a casa, le conté a mis hermanos lo que había sucedido, y aunque Matías no estaba muy de acuerdo, cedió a regañadientes. Al final, creo que Gastón o Guillermo tomaron la decisión. Guillermo, el mejor amigo de mi hermano, es un tipo alto, de cabello castaño oscuro lacio que llega hasta los hombros, con unos preciosos ojos verdes. Debe tener alrededor de 20 años y ha sido mi amor platónico desde que era niña.
Mi hermano Fede bromeó diciendo que los habíamos secuestrado y que éramos las chicas que los perseguían. Mientras tanto, Kevin llamó a sus padres, y aunque no entendía todo lo que decían en inglés, me sentí hipnotizada al verlos conversar. "Ojalá cerraran el aeropuerto y tuvieran que quedarse aquí para siempre", pensé para mis adentros. Suena un poco cruel, pero no quiero que se vayan, porque si lo hacen, seguiré siendo solo una más del millón de fans para ellos.
Estaba ensimismada, como siempre, soñando con cosas imposibles, cuando una mano pasó frente a mi cara. - ¡Eh! Lo siento -me disculpé, aún algo desorientada, sacudiendo la cabeza para volver a la realidad. La mano pertenecía a Kevin, y luego noté que Nick y Joe también estaban ahí.
Una media sonrisa se escapó de los labios de Kevin. - ¿Te asusté? Perdón, aún no sé tu nombre.
Yo soy Lola -le contesté con una sonrisa, todavía estaba sorprendida- ¿Sucedió algo? -pregunté inclinando un poco la cabeza hacia Kevin.
Nos dijeron que no podrán enviarnos los pasajes, porque están agotados y hay problemas con los vuelos -respondió con amabilidad. Mi hermano Gastón entró justo cuando Kevin habló y les ofreció quedarse aquí hasta que puedan irse. Ellos aceptaron después de que les insistimos. En ese mismo instante, me levanté y miré a Fernanda. Nos miramos sorprendidas. Luego me di cuenta de que lo que pedí se hizo realidad.
- Espero que puedan sentirse a gusto con nosotros -comentó Gastón amablemente.
Sí, sí, muchas gracias -agradeció Kevin con cierta pena. Siempre sentí que los Jonas eran buenos chicos, que no se meten en líos con otras celebridades y esas cosas. La verdad es que son artistas auténticos.
« ¿Qué podría arruinar este momento? Los Jonas estaban en ¡MI CASA! » Estaba gritando internamente.
- Pero, ¿dónde van a dormir? -pregunté con curiosidad. Guille, que se encontraba frente a mí, me miró arqueando una ceja, y yo encogí los hombros.
«Sí, soy curiosa» bromee para mis adentros.
Guillermo apartó sus ojos verdes de mí con una sonrisa pícara disimulada. - Podríamos hacerlo así -hizo una pausa para pensar-. Kevin y Nick pueden dormir en la habitación que está desocupada.
- Muchas gracias -agradecieron.
Miré a Joe, quien no había dicho una sola palabra desde que entramos en la casa. - Joe, ¿podés dormir en la habitación de Lola? Hay otra cama -añadió Federico con malicia y me miró de reojo, creyéndose muy gracioso.
«¡¿Qué?! ¿Dormirá en mi habitación?» Me quedé sin aliento disimuladamente.
- ¡NO! -todos me miraron, esto se volvía incómodo, me sonrojé- ... es que en esa habitación no hay aire acondicionado, y hoy hace mucho calor en Buenos Aires -expliqué, y cuando hubo un breve silencio incómodo, me di cuenta de que nunca había hablado tanto en mi vida. Miré a Joe, y él entrecerró los ojos, luego volvió su mirada hacia mis hermanos.
Tienes razón, hermanita. Por lo tanto, tendrán que dormir en la sala de entretenimiento, ahí hay un *sofá-cama* y podrán descansar bien -aseguró Gastón. Me salvó. Cuando escuché que Joe dormiría en mi habitación, pensé en todos los posters que tengo de Joe pegados junto a mi cama. No me da miedo, ni vergüenza que sepan que los amo demasiado, pero tampoco quiero que piensen que estoy obsesionada con ellos. Además, es un chico y no lo conozco lo suficiente.
Joe asintió y me observó una vez más, se cruzó de brazos y luego negó con la cabeza, mirando hacia otro lado.
Después de arreglar todo, nos sentamos a cenar, lo curioso es que los Jonas se integraron muy bien. Tanto así que parecen tres personas comunes y corrientes, como nosotros. Dos de ellos son amigables, mientras que Joe es algo callado y observador. Siempre pensé que Joe sería el divertido, el más extrovertido.
Guille se sentó a mi lado y se inclinó hacia mi oído.
Tenemos que hablar en privado -susurró, enfatizando el "en privado", y me miró seriamente.
- Está bien -asentí, me levanté de mi silla, y noté que Matías nos miraba nerviosamente.
¿A dónde vas? -masculló entre dientes, parecía enojado, y me agarró del brazo.
- No empieces con los celos ahora y suéltame, que me duele. Además, tú tienes novia -respondí molesta. Él finalmente me soltó. Matías siempre me decía que era como su hermanita y que se ponía celoso de mí como lo harían Gastón o Federico.
Haz lo que quieras -se quejó Matías, gesticulando con la mano.
Me giro para ir con Guille hasta la cocina, siento que me observan. Cuando miro, noto que Joe arquea una ceja con molestia mientras mira mi brazo, pero lo ignoro y me dirijo a la cocina.
Entramos en la cocina, yo me siento en la mesa y tomo un frasco lleno de gomitas dulces, mi debilidad. Guille ocupa una de las sillas y toma mi mano, depositando un beso en ella. Él es quien mejor me trata.
- ¿Qué querías decirme? -pregunto inclinando la cabeza.
Guille respira profundamente- Matías está involucrado en el plan de otra persona, aún no sé quién. Esa persona solo quiere hacerte daño. No conozco el motivo, pero Matías no es quien dice ser. Ese tipo esconde muchas cosas, por favor, debes alejarte de él.
Frunciendo el ceño, niego con la cabeza, me bajo de la mesa y lo miro de nuevo- No te creo, Guillermo. No mientas. Él me considera como su hermana, por eso actuó así en tu fiesta. Prometió que nunca me haría daño, y todo esto es mentira -Me levanto y cruzo los brazos- ¡Ya no soy una niña! No necesitas vigilarme como un guardaespaldas -le reprocho y me voy de la cocina.
- ¡Cuando abras los ojos, te acordarás de mí! -me grita. Miro a Guille; él nunca me mentiría, pero tal vez lo hace por cuidarme.
A la hora de irme a dormir, como no tenía sueño, decidí llevarme mi mp4 para escuchar música. Cuando entré a la habitación, me encontré con Joe, que ya estaba acostado, tratando de ver la tele o algo en su idioma. Me acosté a su lado, un poco tímida.
Dirigí mi mirada al televisor, y de repente, me di cuenta de que estaban pasando "Camp Rock". No pude evitar soltar un pequeño grito de emoción. Miré a Joe con disculpas-. Lo siento -susurré mientras me tapaba la boca con la sábana.
Joe me miró con una expresión divertida y encogió los hombros.
Abrí los ojos de par en par al escuchar la canción "Gotta Find You".
Me quedé mirando la pantalla, y el simple hecho de que el chico que estaba cantando en ese momento estuviera a mi lado hizo que me pusiera más colorada que un tomate. Agradecí que mis mejillas no emitieran luz propia, porque en ese momento habría muerto de la vergüenza.
✨ Gotta Find You - Joe Jonas; Camp Rock ✨
Luego de que terminó Camp Rock, apague la tele y encendí mi mp4. Puse "Start of Something New" de High School Musical. Me encanta esta película, y tengo una especie de crush por Zack desde que vi la película por primera vez. Siento que Joe me llama.
—¿Qué pasa? -pregunté, quitándome los auriculares.
Sentí que alguien se movía -contestó.
- No fui yo -bromeé con diversión y me reí, tapándome la boca tímidamente.
Joe sonrió y frunció el ceño, un tanto desconcertado.
- Y aquí va mi risa nerviosa.- Lo siento.
No te preocupes, no estaba durmiendo aún -dijo, restándole importancia- ¿Te gusta High School Musical? -preguntó, con un toque de ironía.
Me reí- Me sé todas sus coreografías -respondí.
Él se rió- A mí también me gusta High School Musical. ¿Sabes bailar? -preguntó con interés.
-Sí, bailo desde que tengo memoria, y también sé cantar -contesté. Joe me miró con más interés.
¿En serio? -preguntó, más intrigado.
-Asentí- Sí, aquí en Argentina, soy un poco conocida -mentí, no sé por qué dije eso. Las palabras salieron sin parar, y aunque creo que en el fondo lo hice para llamar su atención, de alguna manera me creyó. Soy pésima mintiendo. «¿Me acabo de mandar la gran Mitchie Torres?»
¿Has grabado un disco? -preguntó. Lo miré a los ojos por un momento y luego bajé la vista a mis dedos.
-Sí, por supuesto -respondí, mi voz se volvió un poco aguda, y un suspiro escapó de mí. Nunca me había sentido así, como si mi estómago se contrajera.
Genial -me sonrió, y yo me sentí como la peor persona del mundo.
-Fingí un bostezo- Creo que ya me da sueño -señalé, suspirando. Sentía un vacío en mi interior, no sabía cómo explicarlo.
Al día siguiente, desperté con una sensación extraña, mi cabeza me palpitaba un poco. Permanecí acostada por un rato, mirando el techo. Finalmente, decidí levantarme, me dirigí a mi habitación y opté por ponerme algo más cómodo. Elegí una camiseta larga de color blanco con la estampa de mi telenovela favorita, Chiquititas, unos leggins negros y mis ojotas de Hannah Montana que estaban un poco desgastadas de tanto uso. Dejé mi cabello tal como estaba, sin preocuparme en peinarlo, porque soy bien rebelde ¿verdad?.
Salí de mi cuarto, caminando por el pasillo, aún medio dormida. La primera puerta del corredor daba acceso a las otras habitaciones, y la siguiente te llevaba a la sala de estar o el living, como prefieran llamarlo. El sueño nublaba mis pensamientos mientras avanzaba por el pasillo, y el día apenas comenzaba.
Cuando entré, me quedé paralizada al ver a Nick y Kevin charlando con Fer. Ambos me saludaron al notarme, y yo, con mi estilo de "niña perdida", seguía sin poder creer que los Jonas Brothers estuvieran en mi casa. Pensé que todo había sido un sueño. Luego, observé cómo Joe entraba en la casa con ropa deportiva, con un poco de sudor en la frente. Quedé hipnotizada por su rostro, pero volví a la realidad cuando él me miró y su expresión cambió drásticamente. Esta vez, rió de manera irónica, pero parecía más bien irritado. Aunque no lo conocía bien aún, podía sentir que algo extraño pasaba cuando me miraba.
- ¿Qué te pasa, amiga? -pregunta Fer, tocándome el brazo.
Siento una extraña molestia en el estómago -respondo, incómoda.
- Eso se llama remordimiento, lo que sucede cuando alguien miente -comenta Joe, con los brazos cruzados. Su voz suena fría y cortante.
¿Qué? -lo miro, confundida.
- No entiendo cómo pudiste tener el valor de mentirme. Por un momento, pensé que podía confiar en ti. Lo peor es que parecías pensar que me tragaría esa mentira -me dice, acercándose y entrecerrando los ojos.
- Joe, yo solo... -intenté explicar, pero me interrumpió alzando la mano.
No hay necesidad de que sigas. Si sintieras remordimiento, no lo habrías hecho. Odio que me mientan -me mira, enfadado, y luego me observa de arriba abajo- Bueno, no debería esperar mucho de una niña -agrega, haciendo hincapié en la última palabra.
- Alzo la cabeza, molesta, y cruzo los brazos. Detesto que me traten así- Sé que te mentí, pe... -trato de responder, pero Joe me interrumpe nuevamente.
NO QUIERO ESCUCHARTE... SOLO ALÉJATE DE MÍ -grita y sale al patio de nuevo, azotando la puerta.
Miro a Fer, quien simplemente sacude la cabeza. No es que haya cometido un crimen, pero sé que estuve mal. Después de que él confiara en mí, solo quería captar su atención. Joe simplemente se enfocó en Lucía, ni siquiera notó que yo estaba frente a él. Solo la tenía a ella en su radar. Pero, ¿qué hombre no la miraría? Es tan hermosa. Me paro frente al espejo. No podría nunca compararme con ella.
A la hora del almuerzo, todos ya estaban sentados, y solo había un lugar en la mesa. Lamentablemente, era al lado de la persona que probablemente más me desprecia en este momento. Me acerco tímidamente a la mesa, y él simplemente me ignora. Esta vez, el desdén duele más profundo.
Me miró de reojo con una sonrisa irónica. -Es un poco absurdo pensar que una niña como vos podría ser famosa -comentó cruzándose de brazos.
-No pude evitar lanzarle una mirada de desprecio cuando me llamó "niña". -Presumido -añadí, rodando los ojos.
-Decir mentiras es algo de inmaduros -volvió a arremeter, mientras yo tomaba un plato para servirme pizza-. Además, además de ser mentirosa y egoístas, podrías ser una buscadora de fama, ¿quién te dice? -añadió haciendo un ademán con la mano.
-¡Ah, ya fue! Yo me voy a otro lado donde no tenga que aguantar a semejante engreído -tomé mi plato y me fui, dejando atrás la escena.
Gastón me ordenó que me sentara. -Siéntate, Lola.
-No pienso sentarme al lado de un engreído -respondí molesta, mientras me dirigía a la sala de estar.
-Al menos se alejará de mí -murmuró en voz baja mientras daba un sorbo a su refresco. En el fondo, deseaba que se atragantara, pero al mismo tiempo me dolía, ya que Joe, mi ídolo, parecía odiarme.
Joe y yo éramos como el agua y el aceite, nos llevábamos para el traste. Nuestra relación era un abismo de odio profundo; él me odiaba, y yo le correspondía con creces. El tipo era insoportable, siempre enojado por cualquier cosa. Uno de esos episodios memorables sucedió durante una de nuestras noches en la misma casa. Esa vez, Joe tuvo la ingeniosa idea de poner una araña de plástico en mi camino, sin considerar mi TERROR hacia esos bichos. Afortunadamente, Nick y Kevin estaban cerca para evitar que la situación se saliera de control, o juro que Joe no la contaba entera. Nuestra relación era tan mala que había olvidado que en algún momento Joe había sido mi ídolo, el chico al que había deseado conocer. Nunca imaginé que nos llevaríamos tan mal.
En un acto de venganza por la broma de la araña, decidí agregarle un poco de picante al plato de Joe. Sin embargo, al verlo luchar con la irritación, me embargó la culpa. Me di cuenta de que las cosas podrían haber salido mucho peor y mi corazón no me dejó en paz. Finalmente, me vi forzada a disculparme por mi travesura, aunque Joe, por supuesto, seguía odiándome.
Kevin, Nick, Fer, y mis hermanos estaban cansados de nuestras peleas constantes. A veces, Fer intentaba evitar a toda costa que nos cruzáramos, ya que era un espectáculo similar a un perro enfrentando a un gato, lleno de gruñidos y desacuerdos.
Un día, después de una de esas agotadoras discusiones con Joe, mi cabeza me dolía de tanto pensar en nuestras peleas sin sentido. Entonces, noté algo sospechoso. Matías, estaba teniendo una conversación enigmática por teléfono. Su comportamiento al verme después de la llamada fue igual de extraño. Pensé en la charla que había tenido con Guillermo, pero creer que Matías solo quería hacerme daño me parecía una locura. Después de todo, él me había prometido que nunca me lastimaría. Seguramente estaba hablando con Linda o alguna otra chica que había conocido.
Finalmente, nos estábamos preparando para ir a dormir. Me acomode en la cama mientras veía una vez más "High School Musical 2", mi película favorita. Estaba tan enamorada de esa película que ya me sabía todas las coreografías de memoria. Mi parte preferida era cuando Miley hacía su aparición al final. Cuando terminó, apague la televisión y me dispuse a dormir. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que me despertara agitada y empapada en sudor.
Hasta ahí, esta edición se está haciendo algo lenta, a veces mi cabeza se me bloquea, espero que les guste las reformas que le estuve haciendo a la novela, pronto subiré mas.
No se olviden de Comentar y darme una 🌟 no saben lo feliz que me hace.
Sofá-Cama:
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Ojotas/Chinelas/Chanclas:
🎶 Momento Musical 🎶
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💋-A
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