Cuentas conmigo para siempre
Capítulo 10:
Cuando llegué no había nadie, cruzó las dos cortinas blancas y veo a Matías intentando besar a Lola, antes de que pudiera hacerle algo, tome a Matías del brazo, para alejarlo de ella, él intenta pegarme, pero Guillermo lo tomo violentamente del cuello de su camisa.
¿Joe? ¿Guille? ¿Qué hacen? Dejen a Matías –comenta en un tono elevado y algo asustada, se acomodaba la blusa, temí lo peor.
– me acerque a ella, rápidamente y tomé sus manos– Lola, no voy a permitir que nadie se aproveche de ti –explicó a Lola, quien me mira con molestia.
¡Por qué me hacen esto!¡por qué no me dejan ser feliz! –se queja con sus ojos llenos de lágrimas.
– Quiero que seas feliz, no haría nada que te hiciera daño –agregue intentando tranquilizarla– El otro día escuché a Matías hablando por celular sobre un supuesto plan de traerte aquí, no entendí muy bien, pero este infeliz, solo quiere lastimarte, por medio de alguien más –intente explicarle con cuidado de no herir sus sentimientos.
Dile la verdad, maldito bastardo –acusó Guillermo sacudiendo a Matías, creo que lleva esperando esto hace mucho, la verdad no lo culpo.
Veo a Joe y luego a Guillermo, por último mire a Matías, para que por fin pudieran aclarar, ya esta situación y dejar de acusarlo, que él jamás me usaría, que me ama y que siempre fue sincero conmigo, deseaba que no fuera cierto, en mi cabeza pasaban las veces que Matías me prometió que jamás me lastimaría, con la mano en el corazón, pero también sus maltratos, recordé las veces que me golpeaba.
Tan solo mírate, ¿en serio pensaste que alguien podría amarte? –ríe con malicia, Guillermo le pega un puñetazo en la cara, haciendo sangrar su nariz.
Me quedé inmóvil y luego me encontré con los ojos de Joe, ellos me dieron paz, y es ahí cuando reaccione, luchaba para no llorar, sin pensarlo, salí corriendo, quería que el mundo me llevara lejos, ya no tenía fuerza para nada. ¿Por qué a mí? ¿Por qué conmigo? ¿Qué le hice para que me hiciera esto? Muchas preguntas más giraban en mi cabeza.
Guillermo y Joe me lo advirtieron, y yo no los escuché. Que estúpida fui, por dios. Matías tiene razón, yo no valgo nada para nadie, a nadie le importó, ¿quién podría enamorarse de mí? ¡nada! no tengo nada de interesante, todo lo que veo es una chica común y aburrida, ¿cómo pude creer que Matías me quería? ¿cuál es el objetivo de lastimar a alguien? ¿Quién me odia? dejó de correr y me detengo cerca de un árbol, mi vista comenzó a nublarse y no podía respirar, sentía que me quedaba sin aire, mi corazón latía a mil por horas, otra vez sentía esa sensación horrible de que me iba ahogar, sentía mucho miedo de repente, me giré y vi a Joe corriendo tras de mí, luego todo se oscureció.
Fui tras Lola, cuando se ella salió corriendo, vi cómo se detenía cerca de un árbol, parecía cansada, me aproxime, ella se giró, y me preocupe al verla, su rostro estaba de un color pálido como un papel blanco, me acerque más a ella, y verifique que estuviera bien, cuando se desmayó, la atrape antes de que cayera, y la cargue en mis brazos, la lleve hasta el coche de Guillermo.
– Joe –mencionó Lola, me detuve antes de abrir la puerta y la miré.
Tranquila, todo va a estar bien –comenté suavemente, pude ver un pequeño brillo en sus ojos, y un impulso me llevó a darle un beso en la frente, «es solo una niña, no debería pasar por estas cosas», con mi mano derecha acaricié su rostro, y una punzada en mi corazón fue la señal que necesitaba para protegerla, pero debía encontrar el momento indicado para hacerlo, y no quiero herirla en este momento. Abrí la puerta trasera del auto y la ayudé a subir ahí.
– No te vayas, quédate conmigo –me pido antes de que cerrara la puerta, me quede viéndola– tengo miedo –agregó, no pude resistirme cuando me vio con sus ojos húmedos, me senté a su lado, y ella suspiro aliviada.
– ¿Puedo decirte algo? –pregunte sin saber cómo iba a reaccionar luego, Joe asintió– sé que prometí que no volvería a mentirte, ni a ocultarte nada – hable insegura y se giró para verme, él suspiró– sé que no debí hacerlo –musite y Joe arqueó una ceja, me miraba serio. – no sé, cómo decirlo – agregue, sentía el calor en mis mejillas.
pues, quizás por el principio –mencionó cruzándose de brazos.
– suspire mirando mis manos– Es sobre Matías –aclare de golpe, subiendo la cabeza, Joe levantó sus cejas un poco, y luego los entrecerró; quizás algunos dirán que estoy loca, pero, aunque apenas conocía a Joe, puedo saber qué es lo que piensa con solo verlo, es bastante expresivo, y por eso me doy cuenta cuando está enojado; intente bajar mi cabeza, pero Joe lo impidió, mirándome a los ojos – ¿te acuerdas el día que hicimos el pacto? – interrogué y él asintió– ese día, estaba lastimada y te había dicho que me había caído –continúe un poco apenada, él tomó mi mano, sin esperarlo mis ojos se nublaron, y lágrimas salieron de ellos, Joe me miro confundido, y con su mano izquierda, limpia una lágrima– no era cierto, en realidad, Matías, él m-me pego –confesé con la voz entrecortada, no pude guardarlo más, y sin pensarlo, lo abrace, Joe no dijo nada y sólo me abrazó, y así nos quedamos por un rato largo, no quería despegarme de Joe en ningún momento, mis lágrimas salían una detrás de otra sin parar, Joe me transmitía calidez y seguridad, no suelo mostrarme cuando lloro, y menos a los hombres, me hace sentir débil, pero, con Joe era distinto, en ese momento, entre su brazos, sintiendo una extraña conexión, como si lo conociera de toda la vida, escuchando los latidos de su corazón, ahí en ese momento, me sentía protegida, todo el dolor que sentía y mi corazón roto en pedazos, se volvía a ser como antes.
¿Por qué no me lo dijiste en ese momento? –cuestionó mientras se separa un poco de mí.
– Porque tenía miedo, y no sabía que iba a pasar, además, no quería meterte en esto, tú ni siquiera deberías estar acá, para empezar –conteste y Joe me miro un poco enojado.
Lola, si yo estoy acá, es porque me importas, y aunque no lo creas, yo te quiero mucho, y no me gustaría que te pasara algo malo –comentó serio– ¿Y si volvía a pegarte? –cuestiono con la voz un poco elevada.
– lo mire a los ojos, no podía mentirle, ya no podía, después de tanto esperar, la vida me trajo una persona que por fin podía entenderme y la cual, a pesar de tener algunas diferencias, me escucha y me presta atención, al fin tenía a alguien en quien podía confiar, y era Joe, hasta ahora me ha demostrado que puedo confiar más en él. Suspiré antes de hablar– hubo una segunda vez –solté con un poco de miedo de su reacción, Joe se quejó y se apoyó contra la puerta, negó con su cabeza antes de voltear a verme con molestia.
No puedo creerlo, pensé que confiabas en mi –reprocho algo defraudado, y si lo había defraudado, yo le prometí algo y ahora sí, ya no va a confiar en mí, me sentía tan mal, soy una idiota, al fin tengo alguien que me escucha y me comprende, y lo echó todo a perder– debiste decirle a alguien, ese tipo, podría haberte hecho mucho daño, y ni siquiera quiero pensar en que te hubiera hecho si no hubiéramos llegado a tiempo – se queja quizás pensando en lo que hubiera ocurrido, y sus ojos reflejan preocupación.
– Pero, lo dude por un momento –confieso despreocupada, y Joe me mira con ojos alarmante– ¿Qué? –lo miro sin entender.
Joe me mira extraño, pero luego se acomoda en el asiento nervioso– ¿Por qué hubieras aceptado? – interroga.
– Pues, porque yo lo quiero y Matías, me dijo que las personas enamoradas lo hacen para demostrarlo –argumento, me pone nerviosa hablar de estas cosas.
¿y tú lo amabas? –pregunta suavemente haciendo énfasis en la última palabra.
– ¿yo lo ame? Lo pensé un rato, y en ese momento me di cuenta que, en realidad, nunca he sentido lo que es estar enamorada, tampoco sé cómo saber cuándo sé que lo estoy– creo que nunca eh estado enamorada, bueno la verdad es que tampoco sé que es estar enamorada –aclare y lo mire.
Como lo he dicho antes, aun eres muy joven para pensar en esas cosas, deberías ocupar tu cabeza en otras cosas, por ejemplo, en tus sueños, en tus amigos, o el colegio, te estas adelantando mucho a tus etapas, mi madre siempre me ha dicho que hay que vivir las cosas tiempo a tiempo –agregó mientras volvía acercarse a mí, Joe toma mi rostro con sus manos– créeme que crecer no es divertido, vive tu vida ahora como si fueras una niña, sueña, juega, diviértete, y lo más importante, sueña, sueña siempre Lola, como siempre te digo, lo más importante, siempre se tu misma –finalizó con suavidad en sus palabras, yo lo miraba a los ojos, y otra vez comencé a sentir esta sensación, entre el miedo, alegría, y emoción, sentía ese cosquilleo raro en el estómago, le sonreí y lo abrace, y me puse de todos los colores del arcoíris, y por primera vez sentía las ganas de expresar lo que siento, era una mezcla rara de emociones, pero no entendía que era, solo sabía que me hacía sentir más viva que nunca.
– me separo de su abrazo, sus brazos me reconfortaban tanto, que me hacían sentir tan bien, eran cálidos y suaves, sentía que todo estaba bien, que nadie podría lastimarme– perdón, por mentirte, sé que no debí hacerlo –comente apenada, pero esta vez, Joe me miro con una cálida sonrisa, y luego me dio un beso en la frente.
Entiendo que te dio miedo y por eso no me lo dijiste –señaló y luego me señalo con su dedo índice– pero, debes prometerme a partir de ahora, que no importa lo que pase, tu siempre me dirás la verdad, sea lo que sea, no tenga miedo de decírmelo, tú tienes que saber que – señalándose con la mano en su pecho– cuentas conmigo para siempre – afirmó con seguridad– si tu confías en mí, tu y yo podríamos llegar a ser muy grandes amigos – agrego y una vez más mostrando su dedo meñique – ¿confías en mí? – pregunta Joe, lo mire a los ojos cuando lo hizo, sé que lo conozco hace 4 meses, que aún sigue siendo un extraño por más que sea mi ídolo, no deja de ser un extraño, pero, es excepcional como me conoce a hace tan poco, y se ha vuelto alguien recurrente en mi vida, por lo que, sin pensarlo más, coloque mi dedo entrelazándolos con el suyo– bien, ahora tiene que demostrarme que puedo confiar en ti, y que no volverás a mentir –comentó cruzándose de brazos con mirada arrogante.
– ¿Qué tengo que hacer ahora? –pregunte indignada.
Debes decirle lo mismo que me dijiste a mí, a Guillermo –respondió con voz mandona, y luego me sonrió con malicia, Joseph a veces podría ser bastante odioso, en especial cuando pone esa cara de tonto.
– Iba a negarme, pero quería demostrarle que puede confiar en mí, y si esa es una forma de hacerlo, entonces lo haré – está bien – accedí sin rechistar, no puedo creer que esté haciéndole caso a Joseph.
En ese momento Guillermo entró en el coche, y cuando estaba sentado, el volteo a ver, yo estaba un poco asustada, pensando que quizás me regañaría, pero me miró con preocupación, ahora que lo pienso, es probable que, si ellos no llegaban, quizás hubiera hecho algo de lo que quizás me hubiera arrepentido, y pensándolo bien, él intentó lastimarme de una manera muy cruel, me daba miedo de pensar que Matías, me hubiera tocado– Dime que no te ha hecho nada –implora; en español; con preocupación.
No me ha hecho daño –conteste en inglés, demostrándole que no había nada que ocultar, y menos a Joe– pero, tengo que confesarte que –trague saliva antes de continuar, con sus ojos se cerraron lamentando el "Pero", mire a Joe de reojo, él asintió mientras prestaba atención a la escena, esto me dio a entender que se dio cuenta que lo veía,volviendo mi vista a Guillermo, estire mi mano para tomar la de Joe en busca de apoyo emocional, él la toma y es ahí cuando le confieso todo, sin poder contener mis lágrimas Guille me abrazo. Luego volvimos a casa en silencio,pensaba que probablemente me cueste volver a confiar en alguien.
Hasta aquí, espero que les guste el capitulo de hoy.
💋–A
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro