2 de Junio
Capítulo 20:
Abro lentamente mis ojos, escuchando el canto del benteveo que anuncia el comienzo de la mañana. Aunque aún parecía estar oscuro, me muevo en la cama quejándome del frío helado. El calor del edredón me envuelve y me convierte en un osito queriendo hibernar. Me estiro un poco y me siento en la cama, observando a Fer aún dormida a mi lado, abrazada a su almohada como si fuera un osito de peluche. Mis ojos vagan hasta los colchones vacíos, pero se detienen cuando escucho que alguien entra en la habitación. Mientras me rasco el ojo izquierdo, veo a Joe, y un bostezo escapa de mis labios, dejando en claro que todavía estoy en modo sueño profundo.
Me muevo en la cama para sentarme en el borde, con cuidado de no despertar a Fer, y miro a Joe con los ojos entrecerrados.
«odio levantarme temprano»
— Buenos... ¿días? —respondo a su saludo anterior, pero todavía estoy en esa nebulosa del sueño matutino, así que no estoy muy segura de lo que digo. Joe se ríe al ver mi cara de "sigo medio dormida".
«Tengo que ir al colegio...»
¡Feliz cumpleaños, Lola! —me susurra, y luego me acaricia la cabeza con su mano. Me levanto de la cama, y me dirijo al baño como un zombie hasta mi habitación, buscando algo de ropa para ponerme.
De repente caigo en cuenta de que hoy es mi cumpleaños. — ¡Guau! ¡Soy oficialmente un año más grande! ¿Puedo exigirme un aumento de mesada? —bromeo para mi misma mientras rebusco entre mis ropas.
«¿Que hora sera?»
Después de ducharme, vuelvo a mi habitación para vestirme. Hoy es día de colegio, aunque intenté convencer a mis hermanos de que deberíamos quedarnos en casa por mi cumpleaños, no accedieron. Me pongo un jean semi ajustado de mezclilla azul oscuro, la chomba roja con el logo del colegio, que es mi favorita, y mi confiable campera negra algo ajustada con tres rayas blancas en las mangas hasta los hombros. Esparzo perfume en la ropa y desodorante también, mientras pienso para mí misma «Todo a último momento» mientras cepillo y aliso mi cabello para domar el frizz. Hoy tengo ganas de escuchar música en el colegio, así que preparo mi mp5, busco mis cascos y los cuelgo alrededor de mi cuello. Finalmente, salgo de mi habitación y me dirijo a la sala de estar.
Entro en la sala, lo primero que veo es el reloj, eran las 6:45 a.m. de la mañana. No hay nadie en ella, así que me dirijo a la cocina, pasando por el comedor, donde tampoco hay nadie. En la cocina, tampoco hay señales de mis hermanos. Incluso dejaron una nota en la nevera diciendo que saldrían hoy. Desayunar no me apetece, y últimamente mi estómago parece estar cerrado. Aunque en el fondo estoy triste porque esperaba que al menos mis hermanos recordaran mi cumpleaños. Sé que ayer me hicieron una fiesta, pero al menos podrían haberme dejado un mensaje. Suspiro con tristeza y espero en la sala hasta que aparece Fer, ya eran las 7:10 a.m. Normalmente salimos un poco más tarde. Como no he desayunado, decido ir a mi habitación para tomar algo de dinero y salir.
El día en la escuela es tranquilo. Hoy tendría dos horas de clases libres ya que la maestra faltó. Por suerte, desayuné algo en la escuela, aunque no tenía mucha hambre. Me siento algo extraña últimamente, quizás porque falta tan poco para que los Jonas se vayan y tengo miedo de que todo lo que ha pasado mientras ellos estuvieron aquí, de todo lo que ha cambiado mi vida desde que conocí a Joe, se vaya cuando ellos no estén. Durante las horas libres, escucho música mientras mi mente divaga pensando en los Jonas, quienes están sonando en mis auriculares. Sonrío recordando las cosas que hicimos en el verano con ellos. Al final de la clase de historia, me fui a clases de música, lo único que me pone feliz, ya que hoy tenía ganas de hacer algo diferente. No sé si las clases con Joe están dando sus frutos, pero quizás algo está cambiando en mí.
Cuando entro al salón donde tenemos las clases de música y los actos escolares, veo algunas decoraciones con mi nombre en ellas. Aunque solo tengo dos amigas en la escuela, Fer y Anto, en clase de música tengo buenos compañeros. Además, el profesor es copado, siempre que hay algún cumpleaños hace alguna mini fiesta para que nadie se sienta mal.
—Muchas gracias —agradezco sonriendo con timidez cuando el profesor me llama para ir al frente. Los compañeros comienzan a cantar el feliz cumpleaños y una vez más agradezco con amabilidad.
—Es un buen momento para decirte que espero algún día te animes a subir a cantar —me dice Agustín, el profesor, en voz baja. Le respondo que quiero intentarlo ahora, a lo que él acepta con mucha felicidad.
Con decisión, y aun sin entender por qué lo hice, subo al escenario. Busco en mi mochila el pendrive y la lista de las canciones que escribí a mano para no olvidarme de cuáles eran. Al principio me cuesta empezar a cantar, tengo mucho miedo, pero cierro los ojos e imagino que Joe, Nick y Kevin están ahí en ese momento. Mis manos y mi voz tiemblan al principio, pero tomo coraje y comienzo a cantar una de mi autoría. Aunque claro, no muchos saben que las canciones de las series conocidas en la actualidad son escritas por mí realmente. Igual no me quejo, me siento orgullosa de pensar que Mar de Casi Ángeles canta una de mis canciones o la mayoría de ellas.
✨ Escapare – Lali Esposito — Ver al final de este capitulo ✨
Canté una versión más lenta de la canción, pero aún no me siento cómoda ni confiada para moverme en el escenario. Una de las tantas razones por las que Joe se enoja conmigo o pierde la paciencia, lo cual no es nada difícil que suceda.
Al final, todos aplaudieron y me felicitaron por animarme a subir. El profesor se sorprendió por mi voz, aunque dijo que aún me faltaban algunos ajustes.
— ¿Has estado practicando fuera de clase? —preguntó intrigado por mi técnica de canto.
—Sí —respondí con ilusión, deseando contarle sobre mis geniales profesores de canto. Le di la versión corta, aunque la mayoría me miraba raro—. Los Jonas se ofrecieron a ayudarme con clases de canto —cuando terminé de contar sobre los Jonas, todos me miraron extraño, pero los ignoré. Yo dije la verdad, así que allá ellos si no me creen.
Después de terminar la clase, me sentía un poco incómoda porque todos me miraban raro y murmuraban cosas sobre mí, pero seguí mi camino. Cuando estaba a punto de salir, un grupo de chicas se acercaron a mí, diciéndome cosas como que era una mentirosa y que todo lo que dije en clases de música era un invento. Decían que a veces parecía muy tonta. Una de ellas me agarró del brazo e intentó hacerme hablar, pero yo repetía una y otra vez que era cierto que conocía a los Jonas y que eran mis amigos. Sin embargo, seguían sin creerme. Unas lágrimas salieron de mis ojos, pensando que era injusto que me hicieran esto. Intenté detenerlas, pero el temor me lo impidió. Mi respiración comenzó a agitarse y sentía que mi garganta se cerraba.
De golpe escuché a Fer que me defendía, pero, sentía que no podía concentrarme, sentía como si me estuviera ahogando, no podía respirar. Escucho cómo Fer rectifica lo que dije en clases, pero, a ella tampoco le creyeron.
— Dejen a Lola en paz, ella solo dijo la verdad —indica con determinación, mientras las empuja y me toma de la mano para alejarnos de ellas.
—No debí contarle a nadie —comenté mientras nos sentábamos en la medianera de ladrillos rojos de la entrada de la escuela, suspirando frustrada conmigo misma, arrepentida de haber contado sobre los Jonas.
—No te pongas mal —me abraza intentando tranquilizarme—. Vos dijiste la verdad, además, no te preocupes por esos, vos y yo sabemos que es verdad, y cuando llegamos a casa, ellos están ahí —agrega mientras me hace señas para que vayamos a casa. Mientras caminábamos, puse mi mp5 para escuchar juntas, bailábamos y cantábamos canciones de los Jonas. Cuando íbamos llegando a casa, encontramos a los Jonas parados afuera de casa. Fer corrió cuando vio a Nick, y se abrazaron y besaron con cariño, pero luego se separan para notar que Nick tenía una guitarra en sus manos al igual que Kevin, quien me saludaba con la mano al igual que Joe, quien sonreía con ternura. Yo estaba intrigada al verlos con instrumentos, de pronto, se acercan a mí un poco, me sonríen, al mismo instante comenzaron a tocar y cantar "Happy Birthday" al unísono.
Me acerqué con euforia y saltando, y tapé mi boca con mis manos mientras sonreía. Les aseguro que sentía como si estuviera en el cielo, escuchando un coro de ángeles. Cuando terminaron, corrí a abrazarlos a lo que ellos respondieron. Cuando me separé, vi a Fer, quien al instante me abrazó. Respondí el abrazo con alegría.
Después del mal día que tuve en la escuela, puedo decir que estos son mis momentos favoritos del día, cuando llego a casa y ellos están aquí esperando, y siento que es la primera vez que alguien me da atención. No me importa si nadie me cree, yo soy feliz sabiendo que ellos son mis verdaderos amigos. Ahora que lo pienso, no necesito que alguien me crea. Suspiro mirando al suelo, a lo que Joe, como siempre, toma mi mentón haciendo que lo mire.
— ¿Estás bien, Lola? —pregunta mirándome a los ojos, no sabía qué responder, porque creí que se enojarían conmigo por contar sobre ellos, por lo que me salió abrazarlo—. Oye, puedes contarnos si hay algo que te esté pasando —agrega mientras me abraza.
—Unas niñas, la molestó afuera del colegio hoy —contesta Fer, mientras me separo del abrazo de Joe, y ellos me miran con algo de pena.
Si es que...—balbuceé mientras jugaba con mis dedos, y suspiro mirándolos, sentía la calidez del sol transmitiéndose en mi cuerpo, les conté lo que pasó en clases de música y de que me animé a cantar. Ellos estaban felices por mi valentía, y les conté algo de lo que dije en clases—. ¿No se van a enojar? —pregunté apenada mirándolos. Joe se acerca a mí y apoya su mano en mi hombro derecho.
—No temas, dinos, quiza podamos ayudarte —responde con cariño.
Caminé hasta la medianera de la entrada de casa, y salté para poder sentarme en ella, del lado del hall. Los chicos me siguieron y se sentaron. Fer y Nick estaban abrazados sentados juntos frente a Kevin, al lado, Joe al otro lado y yo en el medio—. Les dije a mis compañeros que ustedes son mis amigos —un sollozo se escapó de mis labios—. Y que me estaban ayudando con el canto, y así —les confesé mientras miraba al suelo apenada, y algo angustiada porque nadie me creyó—. Yo solo dije la verdad —me encogí de hombros sin entender por qué no me creerían.
— ¿Y por eso esas niñas te intimidaron? —cuestiona Kevin mientras tocaba las cuerdas de la guitarra con sus dedos, podía escuchar una melodía suave y muy bonita que salía de su guitarra.
En realidad, esas niñas siempre me molestan —confieso como si fuera algo normal, y a lo que ya estaba acostumbrada.
—Igual, piensa que es algo difícil que alguien te crea eso, niña —comenta Joe con seguridad, asiento, imaginando que yo tampoco creería algo así.
Solo estaba orgullosa de contar que ustedes eran mis amigos —agrego frunciendo el ceño y giro mi cabeza para ver a Joe, a lo que él responde con una media sonrisa—. Siempre me molestan con que nunca iba a conocerlos en persona —finalice mientras me paraba y me cruzaba de brazos molesta.
Un rato más tarde, Nick y Kevin entraron para dejar sus instrumentos, Fer y yo nos cambiamos nuestros uniformes, y nos vestimos algo mejor.
Lo único que cambié fue la chomba del colegio por una camiseta roja algo desgastada con un estampado de Pucca, una de mis caricaturas favoritas. Luego salgo afuera de la casa y veo a Joe allí, distraído mirando su celular. Él se percata de mi presencia.
— Hoy es tu cumpleaños —comenta con gracia. — No dejes que nadie te haga sentir mal —me aconseja mientras guarda su celular en la cintura. — No le hagas caso si no te creen, algún día les demostrarás que se equivocan —finaliza con seguridad y me guiña un ojo.
Vuelve a tomar su celular, chasquea la lengua y lo cierra bruscamente, suspirando con frustración. — ¿Estás bien? —pregunto intrigada. Casi nunca lo hago, pero esta vez siento que debo.
Me mira entrecerrando sus ojos y luego aparta la vista. Su mirada se oscurece un poco, como si estuviera pensando, y luego vuelve a posarla en mí con una suave risa. — Estoy bien —asiente con seguridad y sonríe. — No todos los que dicen ser tus amigos lo son —añade con seriedad en su voz.
— Yo soy una buena amiga, ¿verdad? —pregunto rápidamente, buscando su aprobación. Joe me mira con afecto.
Nah —responde mientras hace un ademán con la mano. Lo miro con tristeza.
— Encogí un hombro y lo miré. — Entiendo, seguro tú... —pero me interrumpe con un gesto de su mano.
No eres una buena amiga —indica levantando su dedo índice. — Niña, tú eres mi mejor amiga —determina con seguridad. Una sonrisa se escapa de mis labios cuando lo dice, y como siempre, lo abrazo. Joe se queja cuando lo hago. — ¡Lola! —exclama mientras me aleja de él. — Tus abrazos son muy lindos, pero eres muy brusca a veces —me advierte con el ceño medio fruncido.
— Lo siento, tengo que controlar mis sentimientos —me disculpo y Joe me mira asintiendo.
Fer, Nick y Kevin salen de la casa y se acercan a nosotros. — Lola, los chicos me dijeron que como hoy es tu cumpleaños... —me dice Fer cuando me separo de su abrazo, y miro a los chicos. Nick me guiña un ojo y me sonríe con ternura. — Podríamos salir a pasear y eso —me comenta abriendo los ojos. Yo la miro igualmente. Si ya nos cuesta creer que los conocemos en persona, al mismo tiempo nos cuesta creer que ellos son nuestros amigos. En el caso de Fer, ella aún no puede creer que Nick Jonas es su novio. Ella que siempre estuvo enamorada de él, ella que los vio en vivo cuando fue de vacaciones a Nueva York el año pasado.
— ¿De verdad? — los miré ilusionada y ellos asintieron, lo que me hizo saltar contenta y aplaudir.
Tomamos un taxi para llegar más rápido y seguro al centro. Por supuesto, había chicas que reconocieron a los Jonas, aunque ellos iban vestidos para pasar desapercibidos. Fuimos al lugar donde los conocimos, al Planetario. Paseamos por los Bosques de Palermo, fuimos al Alto Palermo y a otros lugares más. Los Jonas nos llevaron a mí y a Fernanda a almorzar a lugares a los que jamás pensé que iría. Ellos estaban muy felices. Luego, fuimos a un salón recreativo y nos divertimos jugando a todos los juegos. Le gané varias veces a Joe en el tejo, 4 a 3, aunque sospecho que por momentos se dejó ganar. Después, fui a una máquina de baile y gané un osito panda de peluche. Fernanda y Nick encontraron una cabina de fotos, y nos turnamos entre todos para sacarnos fotos, haciendo caras tontas y todo eso. Estábamos volviendo a casa, y mientras miraba por la ventana del auto, me di cuenta de que no había dejado de sonreír. Cada momento de este día lo guardé en mi corazón. Me pone triste saber que falta poco para que se vayan, pero estos momentos con los Jonas son eternos.
Estábamos a punto de llegar, y miré a Joe sonriendo— Este es el mejor cumpleaños de mi vida —confesé en voz alta. Joe me miró sonriendo y me abrazó con cariño.
Más tarde, cuando llegamos a casa, mis hermanos todavía no estaban. Seguramente se quedaron en casa de unos amigos, como si yo no existiera, incluso en mi cumpleaños. Pero ya me estoy acostumbrando a que no me hagan caso. El único que me presta atención en esta casa, además de Fernanda, es Guillermo. Parece más un hermano para mí. Me regaló un micrófono con detalles en rojo, así que ya no tendré que usar mi cepillo de pelo como micrófono. Estaba en el living viendo Disney Channel. Hoy es mi cumpleaños y no quería hacer nada especial. Como todos los días, tuve clases de música con mis profesores favoritos, Nick, Kevin y Joe. Hoy fue una clase divertida, llena de anécdotas sobre cómo empezaron en la música. Es tan linda su historia, aunque yo ya sabía algo de ella, como buena fan que soy.
— Fer, ¿pasa algo? —pregunto, confundida por verla en pijama cuando pensé que iría al bar con Nick. Vi a Nick pasar frente a mí, ignorando a mi amiga, y salir de la casa, dejando un aire de tensión.
Nada, solo tuvimos una discusión —responde ella, intentando parecer fuerte, pero sus ojos transmitían algo distinto. — Ya sabes, ellos se irán y no tiene sentido tener una relación con alguien que quizás nunca más veas —añade, abrazando un cojín.
— Frunzo el ceño, sin saber qué decir. — Creo que si se aman, entonces no hay kilómetros que los separen —intento animarla, aunque nunca he tenido experiencia en eso.
¿Tú crees que podría funcionar? —pregunta, con angustia en su voz, y yo solo la abrazo, tratando de tranquilizarla. — Igual, ya está, terminamos y él se irá, y se olvidará de mí —dice, con angustia. La abrazo sintiendo su pesar. No quiero que esto se termine. Desearía poder cambiarlo, pero me siento impotente.
— Yo creo que sí puede funcionar si se quieren —aparece Kevin en la sala de estar y se sienta cerca del televisor—. Además, ustedes podrán venir a vernos en vacaciones, ¿o ya se olvidaron? —añade con una sonrisa amigable.
Es verdad —recuerdo con alegría. — Quizás cuando se vuelvan a ver, todo podría ser mejor —intento animarla mientras la sigo abrazando.
Después de un rato, Fer y yo nos ponemos a ver una maratón de películas de Barbie. Mi favorita es "El Diario de Barbie". Ojalá pudiera tener un diario mágico como el de ella para hacer mis sueños realidad.
Joe aparece en la sala de estar y se sienta a mi lado mientras nos saluda a ambas. — ¿Qué hacen? —pregunta con curiosidad. Lo miro y le señalo la televisión. — Son buenas las películas de Barbie, ella hace de todo —comento mientras él sonríe.
Después de terminar las películas, nos dimos a la tarea de buscar algo para comer y preparamos unas hamburguesas con papas fritas y Coca-Cola. Una vez que acabamos, me levanté de un salto y corrí a mi habitación en busca del micrófono que Guillermo me había regalado. No sé por qué, pero tenía muchas ganas de cantar y bailar. Conecté mi mp5 al equipo de música, lo puse en modo aleatorio y empezó a sonar una canción de Hannah Montana. Llamé a Fer para que cantara conmigo, pensando que quizás eso la animaría un poco. Ambas cantábamos diferentes canciones. Miré a Joe, que estaba absorto en su celular, y fruncí el ceño con fastidio. Pensé que Joe sería más divertido, pero siempre estaba tan serio o regañándome cuando me subía al sofá.
✨ We got the Party — Hannah Montana ft. Jonas Brothers ✨
—Me siento en el sofá, cruzo los brazos y frunzo el ceño, molesta por su actitud seria y nada divertida— Y yo que pensaba que eras más divertido —me quejo, apoyando una mano debajo de mi mentón mientras lo observo frunciendo el ceño. Joe solo hace gestos para que haga silencio— Eres muy aburrido —digo haciendo hincapié en "aburrido", lo que hace que él levante la mirada rápidamente y arquee una ceja, dejando claro que no le gustó nada mi comentario.
Él se señala a sí mismo— ¿Yo, aburrido? —cuestiona Joseph, tratando de confirmar si mi comentario iba dirigido a él— ¡JA! No tienes ni idea de lo que dices —responde mientras deja su celular en el sofá y me mira nuevamente con una mirada fulminante.
—Pues siempre tienes esa cara seria y aburrida —le respondo, cerrando los ojos y sacándole la lengua.
Joe chasquea la lengua y se levanta del sofá indignado. Yo hago lo mismo y, acto seguido, Joe se sube al sofá grande y comienza a caminar sobre él, cantando como si estuviera en un escenario. Fer y yo nos reímos ante las ocurrencias de Joe y cómo imita los gritos de las fans. Creo que Joe entendió que estaba tratando de animar a Fer, así que se puso a bailar con ella, mientras yo cantaba una canción de Miranda y bailaba sobre el sofá, imaginando que estaba en un concierto lleno de fans.
✨ Yo Te Dire — Miranda ✨
Unas semanas después, todo era tan divertido con los Jonas que temía que en cualquier momento todo se acabaría. Era como si estuviera en una burbuja que podría reventar en cualquier momento, y entonces todo volvería a ser como antes, cuando la vida era gris y aburrida.
En el colegio me siguen molestando. A veces me dejan encerrada en el baño o me agarran en el recreo y me golpean. Antes solo se reían de mí, pero ahora, de la nada, empezaron a hacerme la vida imposible. Ya me daba miedo que me hicieran cosas tan feas. Le conté a Joe porque confiaba en que él no le diría a nadie ni me juzgaría. Él me dijo que debía aprender a defenderme, pero me daba miedo.
Estaba terminando de desayunar y Joe estaba a mi lado, mirando su celular.
—Joe —mencioné su nombre con voz suave.
Él respondió con un zumbido de sus labios y me miró mientras se corría el flequillo, como siempre hacía.
—Antes de que se vayan a Estados Unidos —comenté mientras tomaba un sorbo de mi chocolatada.
Joe asintió, escuchándome.
—¿Podrían ir a la clase de música de mi escuela? —le pedí mirándolo a los ojos, y le sonreí esperando una respuesta, con un poco de ilusión de que dijera que sí.
Joe me miró de perfil, inclinando y arqueando una ceja, dudando.
—Ya veremos —comentó sin ánimo de dar esperanzas en su voz.
Yo le sonreí y lo abracé efusivamente.
Más tarde, me fui a la escuela con Fer. Ella sabía que esas chicas me molestaban y decidió que me acompañaría a todos lados para cuidarme, al igual que Anto, que siempre estaba en clase de música conmigo.
Cuando acabó el horario de escuela, salí algo perdida y apurada, buscando a Fer antes de que Linda, la "líder" del grupo que me molestaba, me encontrara. Pero para mi mala suerte, ella me sorprendió detrás de una de las columnas de la escuela. Estaba a punto de abrir un cartoncito de jugo de naranja.
—¡Mira quién está aquí! —dijo Linda con una sonrisa maliciosa.
Mi corazón comenzó a latir rápidamente, y traté de retroceder, pero sus amigas me bloquearon el camino.
—¿Qué quieres, Linda? —traté de sonar valiente, pero mi voz temblaba.
Linda se acercó más, sosteniendo el cartoncito de jugo como si fuera un trofeo.
—Solo quería darte una refrescante bienvenida —dijo antes de apretar el cartón, rociándome con el jugo.
Las risas de sus amigas resonaron en mis oídos mientras me quedaba empapada y temblando. Justo en ese momento...
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✨ Momentos Musicales:
✨ Escapare — Lali Esposito ✨
https://youtu.be/jLNxtfTbmPM
https://youtu.be/TVwsgiN6aHk
https://youtu.be/sdBXfBh2Ibg
Aquí va otro capitulo, espero les este gustando ❤❤❤
💋–A
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