Ojo de escritora.
cuando empecé a escribir, jamás pensé que sería así. jamás pensé que miraría a mi alrededor entre las cosas que nadie más ve.
Un árbol ya no era solo un árbol, sino que podía ser el hogar de alguna misteriosa criatura o el portal a otro reino, o el alma de un espíritu o la señal para no ir por ese camino.
Una sonrisa ya no era solo un gesto, era un pensamiento, una posibilidad, una expresión de diversión, cariño, picardía y sueño. Una sonrisa podía decirlo todo, solo había que prestar atención a los detalles, de la forma que un escritor lo hace.
Una lagrima ya no era solo agua corriendo por mis mejillas. Una lagrima significaba que algo se está rompiendo dentro de mi o que se había restaurado.
Tenía nueve años cuando decidí que quería ser escritora. Todos pensaban, todos a mi alrededor creían, que era un simple capricho de niña, pero yo era la única que sabía que nunca había sido así.
Escribir... que es para mi?
Marcó un hito. Marcó un antes y un después. Marcó una nueva forma de ver, no solo al mundo a mi alrededor, sino que a los humanos que proclamaban quererme, pero siguen sin creerme. Seguían pensando que ser escritora era algo así como un resfriado que pronto se pasaría, pero parece que lo que ellos creían que yo padecía, era muy crónico y no tenía cura.
Divertido, cierto?
Escribir tiene sus consecuencias, sabes. tener ese "ojo de escritora" no te hace la más popular, la más agraciada, la que se integra a su grupo de pares fácilmente, la que tiene asegurado un futuro o la que tiene asegurada la vida. Es todo lo contrario. Es vivir nadando contra la corriente! Es vivir rompiendo estereotipos, realidades, normas, ideales...
Ser escritora no es gratis, y sale bien caro. Pero desde que tenía nueve años, supe que estaba dispuesta a pagar aquel precio tan alto por perseguir mi sueño.
Escribir forjó mi identidad. Leer alimento mi deseo por seguir juntando letras, formando palabras y soñando con mundos más allá del nuestro. Escribir me convirtió en lo que soy, escribir me salvo de mis demonios, me hizo más fuerte, me hizo madurar, me alejo de mis dolencias, me alegro y lleno todas mis carencias, porque...
Un árbol ya no era solo un árbol.
Una sonrisa ya no solo una sonrisa.
Una lagrima ya no era solo una lagrima.
Y yo ya no era solo una humana.
Era escritora.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro