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Capitulo 3

-Su cara cuando se callo, debiste de haberla visto Tía.

- Carrie esta hablando con Mama.

-Así que se callo de la nada.- Dice mi madre, lanzándome una mirada acusadora.

 -Si de la nada. Vamos Carrie tenemos que hacer tarea.- Dijo tomando a Carrie de la mano.

 -Adiós Carrie, Ven ha acá Ann.- Dice mi madre haciéndome una ceña un el dedo. Me paralizo al momento, me regañara seguro. 

Carrie me mira con ojos muy abiertos y me dice en voz bajita "Sea lo que sea lo que te diga, suerte", me dice y sube corriendo las escaleras.

 Me acerco temerosa hacia el sillón donde esta sentada mi madre, tomo asiento enfrente de ella, y la miro a los ojos. 

 -Tu has sido la responsable de esa tal Karly se cayera, ¿Verdad?.- Tomo un suspiro para tranquilizar mis nervios. 

-Si. Pero ella estaba molestando a Carrie por lo de sus padres y no pude contenerme, ademas ella decía que nosotros no teníamos di...- Me detuve cuando tome consciencia de lo que iba a decir.

 -Que nosotros no tenemos, ¿Que?.

-Di... gnidad.- Tonta es lo único que se ocurre decir? 

-¿Dignidad? 

-Ya sabes cosas de chicas. 

-Bueno creo que es momento de que des el siguiente paso.- ¿Paso? ¿Que paso? 

-¿De que hablas?.- Le pregunte frunciendo el ceño. 

-Sube al auto.

-Aveces me asustas madre.- Dije dándome la vuelta para ir hacia la cochera. 

 -¿Ha donde la llevo señora?.- Dice Luck, dirigiendoce a mi madre. 

-Lo siento Luck, me temo que este sera un paseo Madre e Hija.- Me dio escalofrió de solo escuchar el tono de voz en que lo decía. 

-Pero, no estoy cambiada. 

-Sube y ponte algo cómodo, pero presentable.- Cómodo y presentable, para mi algo como eso seria mi pijama,  y mis pantuflas, pero mi madre no me dejaría salir con ella si me viera así, después de todo su negocio es la moda. 

Subo a mi habitación, ha cambiarme, como tengo poco tiempo tomo unos jeans y un suéter blanco, unos converse blancos y solo paso mis dedos por el pelo y me pongo un poco de labial y lista. Bajo rápido las escaleras y justo cuando giro a la derecha me topo con Carrie en traje de baño, ¿Pero que?.

 -¿Que haces?.- de digo. 

-Voy a la piscina, y ¿tu?. 

-Mama quiere darme una platica de sexo.- Le digo sabiendo que con esto no me preguntara mas.

-Bye.- Me dijo corriendo hacia la piscina.

-Lista, Mama.- Le digo mientras me subo al auto. Amo su auto en pequeño y acogedor es tan lindo.

-Perfecta.

Salimos de la casa, con dirección a las afueras de la cuidad, mi madre esta perdida en sus pensamientos parece darle vueltas a la misma cosa una y otra vez.

-Ann, ¿Puedes pasarme la bolsa que esta atrás?.- Me dice con voz nerviosa.

-Si.- Me estiro y tomo la bolsa, una bolsa negra que en el frente tiene el logotipo de una A con un diseño original.- Ha qui esta.

Mama estaciona el auto en una casa que parece estar abandonada. Sale del auto y yo la sigo a un con la bolsa en brazos, por que me da miedo quedarme sola. Camina unos cuantos pasos y se posiciona en frente mio.

-Es momento de que empieces con tu preparación, como Hechicera.- ¿Preparación?.- Abre la bolsa.

Tomo la bolsa y la abro, adentro hay una caja de madera con un listón morado atado al rededor, tiro de el para revelar que adentro hay una varita plateada con detalles al rededor de ella.

-¿Que es esto?.- Le dijo a un consternada por la sorpresa.

-Una varita, que sera tu fiel compañera por toda tu vida, y aun que no estas familiarizada a un con ella, a qui en este lugar te enseñaran a usarla.- Dijo apuntando hacia la casa abandonada.

-¿A qui?, pero si esta desierta.

-Eso crees.- me dijo con una sonrisa burlona.- Acompáñame.

Mi madre camina por un pequeño camino entre el pasto, parece que muchas personas lo frecuentan pues esta tan bien hecho. No entiendo como es que aquí me encañaran a hacer una hechicera, ¿Quien me enseñara? los vagabundos, ¿Solo a mi?, y supongo que mi Maestro sera un viejo amargado, ya me lo imagino con barba hasta los pies, con una túnica y gordo. Si no hubiera hecho que la estúpida de Karly se cayera, no estaría a qui si no en la piscina con Carrie.

-Llegamos.- Mama se detiene en la puerta, y da unos ligeros golpecitos, estoy nerviosa, siempre le he tenido miedo a lo desconocido, y esto me causa fobia.

La puerta se abre y puedo ver a alguien que asoma su cabeza.

- Señora Williams la estábamos esperando.- Responde un Joven chico con cabello castaño y ojos bonitos, en la puerta.- Pacen.

-Gracias Andrew.- Responde mi madre y yo la sigo por que estoy aterrada.

Con inseguridad doy un paso hacia adentro, y lo que parecía ser una casa abandona por fuera, por dentro es una enorme y maravillosa casa decorada con un exquisito gusto, floreros casi, o mas grandes que yo, cortinas de ceda, y dos enormes escaleras, una de cada lado, que llevan la comienzo del segundo piso, donde en la pared esta un cuadro que tiene implícito a una mujer y un hombre, jóvenes según refleja la pintura, los ojos de la mujer son expresivos y al mirarla te da una sensación de confianza y ternura, el hombre tiene una mirada firme, segura, podría decirse que hasta controladora, pero también tiene una aura de bondad. Hay muchos chicos que pasean de a qui a  aya, también hay un hombre mayor que platica un unos señores y señoras, no mucho menor que el. Mi madre se acerca a saludarlo, y parezco que chicle pegado a sus zapato.

-Hola, Robert.- Parece que se conocen de hace mucho pues hasta se tutean.- Ella es mi hija, Ann Williams.

- Hola.- Le respondo con voz tímida.

-La famosa Ann Williams, tu madre me ha hablado mucho de ti, ella cree que estas lista para recibir entrenamiento necesario para convertirte en hechicera.- Y lo único que oí de esa oración fue "Famosa".- Soy Robert Parker el director de este instituto.- Me da la mano, para saludarlo, y el me estrecha en un cálido saludo.

-Bueno, tengo que irme pero estarás bien aquí.- Dice mi madre, y puedo sentir como el color abandona mi rostro.

-¿Me quedo?.- Esperaba que solo me hubiera traído para conocer el instituto.

-Si, mi pequeña Garritas tu te quedas aquí, es momento de que aprendas a utilizar con responsabilidad tus poderes.- Odiaba que mi madre me dijera Garritas, y mas cuando lo decía en publico.

-Ven conmigo Ann yo me encargare de mostrarte en que aula te impartirán tus clases.- Me dice el director Parker, y aun que inspira confianza, temo a lo desconocido.

Tomo el valor suficiente como para dar un paso y seguir al director Parker escaleras arriba.

-Te amo!, No te metas en problemas, por favor Ann lo dijo en serio.- Dice mi madre casi llorando. Me limito a hacerle la mejor sonrisa forzada que puedo, y sacudiendo la mano en señal de despedida.

El director Parker habla de como se fundo y quienes fueron los fundadores de este instituto y resulta que quienes fundaron el instituto son la mujer y el hombre que están en el cuadro al subir las escaleras, pero no logro escuchar como se llaman.

-A qui es tu nueva aula, perdona que no pueda acompañarte adentro, pues tengo muchas cosas que hacer pero no tienes de nada de que preocuparte.

-No se preocupe, y gracias.

El director me da un asentimiento de cabeza y se marcha por las escaleras. Llego el momento, tomo la perilla de la puerta y con todas las fuerzas que hay en mi la giro, pero no tome en cuenta que al otro lado de la puerta también la abrirían, así que pierdo el equilibrio, y estoy a punto de tocar el suelo, cuando siento unos cálidos brazos al rededor de mi, levanto la mirada y es un joven alto de cabello castaño, rasgos bien definidos y esos ojos, sus ojos, yo se que los he visto en alguna parte.

- Esta bien señorita?.- Me pregunta con ojos muy abiertos. Es un dios Griego, un adonis.

-S..i, si.- Dijo tartamudeando, creo que me he quedado mirándolo por mas de cinco minutos, o eso es lo que ciento, cuando caigo en cuenta de que estamos en un salón de clases. El me ayuda a recobrar el equilibrio, y se separa un poco de mi, que mal por que me gusta como sus manos se acoplan a mi piel.

-¿Como te llamas?.- Si, me esta coqueteando, es un buen paso, ademas creo que es mi hombre ideal, es mi príncipe azul, es mi adonis.

-Ann, Ann Williams.- El me hace una ceña hacia los lugares vacíos.

-Hola Ann, yo soy Colton Thomson, y seré tu Maestro de hechicería, toma asiento por favor.- ¿Que? ¿Pero que?, soy una estúpida, solo me falto guiñarle un ojo para ser mas obvia, y pensar que ya me había imaginado los nombres que les pondríamos a nuestros tres hijos, siento que la cara me arme, debo de estar ruborizada, debo de parecer un tomate, untado en salsa picante.

Doy la vuelta para después dirigirme a uno de los asientos vacíos que hay al final del salón, no puedo creer que Mi Adonis sea mi Maestro, que estoy diciendo "Mi adonis", el jamas sera mio, en primera es mi maestro, en segunda después de que casi me caigo en medio de su clase no creo que quiera saber de mi, y en tercera seguramente tiene novia, eso se puede deducir en el momento que lo vez, seguramente tiene miles de mujeres que están tras ese cuerpo tan escultural, y aun que parece muy serio, seguramente tiene una sonrisa impecable.

Esos labios, me pregunto como es que besara, tal vez es lento y pausado, o tal vez es apasionado y pícaro, estoy imaginandome a mi adonis y ami en un bosque besándonos cuando siento que me dan un empujón, volteo y es el chico que nos abrió la puerta a mi madre y ami, le sonrió pero el me hace una señal con la cabeza hacia al frente.

-Señorita Williams, me puede repetir lo que acabo de decir.- Mierda no escuche nada, maldito ceas Adonis.

-Lo ciento Profesor, no estaba prestando atención.- vaya al parecer tiene carácter fuerte. Tengo puestos en mi todos los ojos de la clase.

-Si, pude notarlo.- Me dice en un tono frió que advierte problemas.

El resto de la clase permanezco callada y en silencio, lo que daría por estar ahora mismo con Carrie en la piscina. De pronto suena una campaña y el profesor sierra su libro y da por terminada la clase, debería acercarme a el para disculparme, que estoy diciendo, solo me distraje un momento no fue para tanto. Tomo mi bolso y me dispongo a salir de hay, mientras paso por su escritorio pienso vagamente que después de su llamada de atención no miro ni una sola vez a mi lugar y eso me desilusiona un poco. Estoy a pocos centímetros de la puerta cuando escucho su varonil voz.

-Espere señorita Williams.- Me detengo en seco y doy vuelta.

- ¿Si?.

- Espero que no se lastimase, cuando entro.- Eso es todo.

-No, gracias por preocuparse, hasta mañana Profesor.

- Hasta mañana Señorita Williams.

Salgo del salón aturdida por esa platica que aunque fue corta e insignificante me puso los pelos de punta. Me ciento en un sillón que esta al lado le lo que debe ser la oficina del Director Parker, y empiezo a contar los minutos para que aparezca mi madre.

-Hola soy Andrew.- Me saluda el chico de la puerta y el empujón.

-Mucho gusto, soy Ann.

-Primer día y en la oficina del director.- Me dice al ver que estoy afuera de la oficina.

-Oh, no solo espero a mi madre.

-Oh, solo quería que me disculparas si te empuje un poco fuerte en el salón de clases, pero el Profesor Colton llevaba un buen rato hablándote y no contestabas.

-No te preocupes, estoy bien, y gracias.- Mmm Colton me gusta como su nombre acaricia mi lengua.

-Por cierto ¿en que pensabas? te veías muy concentrada.- Si supieras, pensé para mis adentros.

-En nada.

-Bien, también quería preguntarte si te molestaría que mañana te diera un tour por el instituto, dijo para que lo conozcas mejor y no te cueste trabajo movilizarte aquí.

-Claro, me encantaría.- El sonrió como si se hubiese ganado algo. Estaba a punto de preguntarme otra cosa cuando sonó un claxon de un auto y era mi madre.- Me tengo que ir, pero mañana me das el recorrido esta bien?-

-Claro Ann, que tengas linda noche.

Tome mi bolso y salí del instituto, afuera estaba mi madre en el auto esperando el momento en que me subiera al auto para atacarme de preguntas, y así fue pero a todo le respondí con un "Si" después de todo no le iba a contar que casi me caigo, que le coquetee al Profesor y que no estaba poniendo atención a las clases.

Llegamos a casa y por el color del cielo deben ser como las 7:00, bajo del auto y subo corriendo las escaleras para llegar a mi dormitorio.

Abro la puerta y corro hacia la cama, para acostarme y sentir su calor que me proporciona seguridad, estoy quedándome dormida cuando escucho que tiran de la palanca del baño, doy la vuelta y hay esta mi Amiga de la infancia Mell Price, en pijama y con unas pantuflas de conejito, seguro sus padres se fueron de viaje, de nuevo.

-Hola Ann, espero que no te incomode pero mi padres se fueron de viaje y sabes que no me gusta quedarme sola en mi casa.- Me dijo confirmando mis sospechas.

-Claro que no Mell, tu nunca incomodas, y dime ¿a donde se fueron esta vez tus padres?

-Ashhh... Mi madre fue a París, a la semana de la moda y mi padre esta en Inglaterra arreglando negocios y mas negocios.- Se quedo callada un instante.- Sabes, esta vez ni siquiera se despidieron de mi. Pero bueno, y tu ¿a donde fuiste?.

Como nadie de mis amigos o familiares conocía de mi no muy común don, decidir mentirle.

-Fui a unos cursos de Matemática avanzada, deberías ir son muy buenos.- Me miro como si estuviera loca.

-No gracias, no quiero que los científicos descubran mi super inteligencia y me lleven presa.- Dijo en tono sarcástico.

Nos quedamos un buen rato calladas asta que se me ocurrió contarle sobre mi adonis.

-Sabes hoy conocí a un chico y....- No me dejo terminar la oración.

- ¿Esta bueno?, oh claro que esta bueno, te conozco y no te fijarías en alguien sin antes mirarle el culo.

- ¡Mell!, si esta bueno pero ese no es el punto, el punto es que es prohibido.- Mell cerro el puño y golpeo una almohada.

-¿Quien es la zorra a quien tenemos que matar para que este libre para ti?.- Típico de Mell queriendo matar personas, cuando todos saben que no mataría ni una mosca, recuerdo que cuando era niña sus padres le compraron un necesito y Mell siempre lo traía con sigo en una pecera, un día se le callo la pecera y por lo tanto el pez murió, Mell se sintió tan culpable que sus padres tuvieron que llevarla a terapia  por dos meses.

-Nada de eso Mell simplemente creo que no podrá ser.- Solté un largo suspiro.- bueno a dormir que es tarde.

-Claro a dormir.- Se metió al lado de mi en la cama.- Que tengas dulces sueños o mejor dicho que sueñes con ese imposible.- Soltó una risita.

-Buenas noches para ti también.- Claro que soñare con mi Adonis.

    

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