~Estoy bien~
Elsa
El día entero se había tratado de mi madre y Norte mimando al bebé, cosa que más se había convertido en lo único que habían estado haciendo desde que Jack y yo desayunamos. Mientras Norte nos contaba anécdotas sobre como la pasaba él mientras Jack era un bebé recién nacido. Al parecer nuestro bebito removía los recuerdos del padre de mi novio.
Al caer la noche, todos nos abrigamos un poco ya que la temperatura había descendido, y nos abstuvimos a subir más en la calefacción ya que si lo hacíamos probablemente el calor se encerraría de forma insoportable, con los abrigos mantendríamos una temperatura ambiente, y como Derek lograba sofocarse muy rápido, solo lo mantenía calentito en mis brazos.
Jack y yo nos mantuvimos un momento en nuestra habitación, esperando un poco nerviosos la llamada de mi papá...
Era completamente extraño, porque desde hace meses me había hecho a la idea de que mi padre no estaría presente un momento más en mi vida, ni siquiera esas obligadas vacaciones a las que iba para convivir un poco con él. Pensaba que incluso él no quería saber nada de mí o de mi hijo. Y ahora con todo eso era increíble, no era lo que pensaba obviamente. Saber qué era lo que nos iba a decir era importante para mí.
Mi celular vibró y comenzó a cantar el todo predeterminado en llamadas, en cuanto vi la pantalla, supe que era papá de inmediato. Miré a Jack un momento, él señaló con su quijada el teléfono — Anda... Contesta.
Deslicé el dedo por la pantalla para que la llamada iniciara, sentía que el estómago se me retorcía ante la expectativa.
— Hola... — la voz de mi papá salió del dispositivo, haciéndome sentir un poco más pequeña de lo que me apreciaba — ¿Estoy en alta voz, cierto?
— Sí... Hola — respondí con la voz queda y la garganta seca.
Él suspiró un poco — Lamento si esto es incómodo para ambos, yo estoy un poco igual a ustedes — luego de aclararse la garganta, continuó — Primero... eh, quiero disculparme contigo, Jackson.
Jack miró de reojo, algo sorprendido en realidad. Sin pronunciar una palabra, pero poniendo toda la atención del mundo con recelo.
— Sé que dije muchas cosas hacia tu persona...Cosas en las que me agarré de una estúpida posición social. Entiendo que fue estúpido de mi parte, porque además estuve cegado y muy equivocado. Lamento mucho haberte subestimado de esa forma, pensando que no serías lo suficiente como para ayudar a Elsa y a su bebé... — pausó por un segundo — No fue justo, no tenía derecho a infravalorar tu persona cuando ni siquiera te conozco. Ni si quiera voy a justificarme con el hecho de que estaba enojado, porque incluso mi enojo fue estúpido, por una decisión que no era mía. En fin... Quiero que sepas que te respeto mucho por cuidar de Elsa hasta ahora, por todo lo que hiciste por cuidarla desde aquí en Nueva York, en realidad.
Jack se enderezó — Señor Agnar... — suspiró con pesadez, acomodándose para sentirse cómodo de alguna forma — La verdad le agradezco, ¿sabe? Lo que dice y aparte por lo que hizo en nuestro hogar... Pero no creo que este sea el medio correcto para hablar de este tema, no cuando trata de disculparse por lo que pasó hace meses... Que en realidad no he podido superar algunos hechos. Entiendo su posición, y que quiera arreglar las cosas con Elsa... pero no creo que debamos hablar de esto por teléfono, y usted debe ser consciente de eso.
— Yo sé eso, Jackson, y créeme... no te culpo si me odias, todo lo que hice debe tener una reacción de tu parte... de ambos, en realidad.
— Sí, en eso tiene razón — Jack se levantó de la cama, frunciendo un poco su entrecejo. Sus ojos se veían opacos, me hacían desear poder leer su mente para conocer lo que pensaba — Por mi parte... Ni siquiera sé que decir exactamente, pero no es conmigo con el que debería arreglarse, señor Agnar, es con su hija. Voy a dejar a Elsa a solas con usted para que hablen.
Levanté la mirada rápidamente a mi prometido, que parecía molesto Jack — susurré, llamando su atención, pero parecía que él se iba a ir de todos modos — P-Papá, ¿puedes esperar un segundo, por favor?
— Claro...
Salí con Jack de la habitación dejando el teléfono sobre la mesita de noche, Jack tomó a Derek de mis brazos mientras yo le pedía que se quedara conmigo, pero él simplemente insistía que era mejor que habláramos a solas.
— Jack... por favor.
— No — negando con la cabeza — ¿Recuerdas cuando hablé por primera vez con mi mamá?
— Sí, pero...
Asintió — Bien, esto no es diferente. Habla con él, es a ti quien te debe una enorme disculpa, Elsa. No a mí. Necesitan este momento a solas. Y como tú aquel día, voy a respetar eso.
Apreciaba una sensación de presión en mi pecho que me ahogaba conforme los minutos pasaban. En mi garganta se agrandaba un nudo que amenazaba con hacerme romper a llorar. Me desesperaba un poco.
Terminé por acceder a que Jack no estuviera conmigo y que encima despegara a Derek de mí. No soportaba eso, de verdad, no podía con que me apartaran de mi bebé así fuera por un segundo.
Entré de nuevo a mi alcoba y apagué el altavoz — Estoy de nuevo aquí...
La voz de mi papá tardó un poco en llegar a mis oídos, en cuanto lo escuché, la voz era queda y muy suave — Estoy tan apenado contigo, Elsa... Ni siquiera tengo el valor de decirte hija, porque no me siento con el derecho de llamarme Tu padre, porque nunca me he comportado como uno... Te grité tantas cosas horribles, hice que me tuvieras desconfianza y que por poco tomaras una decisión que no venía de tu corazón, sino del miedo que te provoqué — un suspiró pesado interrumpió su hablar — La verdad es que no espero que tú me perdones así de fácil, tampoco, sé que dañé nuestra relación, pero aun así quiero pedirte perdón, Elsa, por todas las cosas horribles que hice, incluso de cómo me expresaba de su bebé. Como si no fuera nada más que un problema más que solucionar...
Todas mis emociones se encontraban como colores de diferentes matices dentro de mi cabeza. Estaba llorando, realmente llorando. Se me estrujaba el corazón y me encogía escucharlo y al mismo tiempo recordar toda esa horrible experiencia con odio, recordaba esos gritos y esos insultos. No podía pasarlo por alto.
Tragué el nudo de mi garganta — El hecho que estés pidiendo disculpas significa mucho para mí... No me gusta recordar todo eso, de verdad que no — negué con mi cabeza con suavidad, limpiando mi rostro — Todos cometemos errores, pero, así como a Jack, o incluso peor que él... No puedo olvidar nada de lo que hiciste.
Una vez yo se lo dije a Jack, justo cuando él conoció a su madre. Que la escuchara, porque ella era humana y cometía errores. Merecía ser escuchada. Porque la mayoría merecen segundas oportunidades. Yo debía escuchar mis palabras y ponerlas en práctica. De verdad quería no sentirme hipócrita al dar consejos que yo misma no seguía, pero me dolía. Me dolía todo lo que mi propio padre me había dicho y hecho, no era algo que fuera fácil de olvidar. Así no lo haya mencionado en los últimos meses.
Él admitió sus errores. Los reconoció y con toda la humildad del mundo nos pidió disculpas a Jack y a mí, incluso a mi bebito. Pero pensar en mi papá, era pensar en la traición misma.
— No quiero tener rencor hacia ti, papá, pero no puedo perdonarte justo ahora — traté de mostrarme fuerte y no sollozar, pero estaba tan sentimental que no pude evitarlo — Ponte en mi lugar, ¿sí? Me mentiste, papá, me gritaste cosas horribles que aún repican en mi cabeza. Y aparte de eso me secuestraste para abortar a mi bebé en contra de mí voluntad... Y, además, ¿qué esperas que haga cuando ni siquiera te esforzaste un poco para presentarte en persona? Y créeme, te agradezco de corazón por lo que hiciste en mi hogar, pero necesito más que cosas materiales para saber que te importo.
— Elsa, por favor necesito que entiendas por qué no pude ir hasta allá... Mi trabajo, el gobierno...
Limpié mis lágrimas — Es siempre la misma excusa. Llevo escuchando la misma respuesta desde que tengo siente años.
— Yo... toda tu vida te he fallado, Elsa. Desde que eras una pequeña... Sé que no será fácil para mí recibir tu perdón, menos cuando es una simple llamada, pero créeme cuando te digo que trataré de ser un padre que merezcas.
— Yo espero que trates... porque no quiero vivir una vida llena de rencor acumulado por años hacia ti, pero tampoco esperes que yo te perdone con tanta facilidad...
— Yo lo sé, Elsa... lo sé. Prometo que trataré ganarme debidamente tu perdón, hija.
⸎⸎⸎⸎⸎
Días después, tuvimos la primera visita al pediatra con Derek y yo debía ir con una ginecóloga para saber mi estado actual. Muy temprano, por cierto, Jack debía comenzar a trabajar esa misma tarde, ya que había decidido que quera mucho mejor el turno de la tarde, para así al menos ayudarme si Derek se despertaba por la madrugada.
Nada me había dolido más que ver a mi bebé llorar de miedo ante las agujas de su primera vacuna contra la Hepatitis B. Una enfermera lo tomó en sus brazos para que la pediatra lo vacunara, pero mi bebito lloraba en brazos desconocidos y verlo tan desesperado y aterrado me achicaba el alma. Tan pronto como lo atendieron, me pidieron que lo alimentara, porque al ponerle su primera dosis, debía ir sin haber comido nada. Así que mi niño estaba aterrado y con mucha hambre probablemente.
— Dentro de dos meses tiene que venir en esta misma fecha para su segunda vacuna, ¿está bien? — indicó la doctora — Él bebé está un poco tenso este momento y tendrá una leve fiebre como consecuencia a la vacuna, pero deben saber que esto es completamente normal, y se le pasará en un día.
— ¿No podemos darle algún medicamento para que la fiebre le pase más rápido? — cuestionó Jack a mi lado, sabiendo que yo estaba más concentrada en el bebé que a mi alrededor.
Ella asintió con una sonrisa contagiosa y amigable — Pueden darle Ibuprofeno, la mitad de una pastilla — le pasó a Jack la receta por escrito — Ahora, la madre debe pasar con la ginecóloga.
— Muchas gracias.
Antes de salir de la habitación de la pediatra, le pedí a Jack que cubría desde mi hombro a Derek con una manta blanca, puesto a que me avergonzaba que otras personas del hospital vieran mi pecho mientras alimentaba a Derek. Era natural, claro, pero a mí me daba mucha pena. Mi mamá se levantó casi de un salto del asiento duro y frio de la sala de espera, para mi sorpresa, ella no estaba sola. Sharon se levantó con ella sonriéndome bastante contenta al verme.
Abrazó a Jack primero, dejando su brazo alrededor del torso de Jack y el pasó su brazo por sus hombros abrazándola — ¡Estoy tan contenta de verlos por fin! Esperaba poder cargar a Derek, pero veo que él está muy ocupadito.
— Luego tendré que dejarlo, debo ir a mi consulta.
— ¡Oh! — extendió una bolsita azul brillante a Jack — Le traje esto, espero que les guste.
Jack sonrió y tomó el obsequió — Oye, gracias — soltó a su madre para ver el contenido dentro de la bolsa, en cuanto vio que era, soltó una carcajada — Esto es genial.
Sacó de la bolsa un chupete que como decoración tenía un pequeño hombre araña, en cuanto lo vi, también me reí, me recordó mucho a Anna — Realmente está genial.
— ¿Les gustó? ¡Cómo me alegro! — chilló emocionada — ¿Lloró mucho él bebé ahí dentro?
Asentí con pesar acariciando a mi niño dentro de la manta — Me partió el corazón, estuve a punto de llorar ahí dentro junto con él. Fue horrible.
— Oh, pobre bebé. Pero pronto lo consentirán sus dos abuelitas, sí que sí.
Noté que mamá se estremeció, para luego reírse cubriendo su boca — Abuelitas... me haces sentir tan vieja.
No sentí el tiempo pasar para cuando llegó mi turno con aquella nueva doctora. Estaba tan nerviosa con todo eso, ya que estaría sola, ni siquiera mi mamá estará conmigo. Me pidieron que me quitara la ropa y la cambiara por una bata de hospital.
— ¿Ya le paró el primer sangrado? — preguntó una mujer con una mirada amarga y casi sin emociones mirando una tabla en su mano.
— S-sí, hace dos días — respondí nerviosa ante esa mirada cruda. No me hacía sentir segura en ese lugar, para nada.
Asintió y lo anotó — Antes de su embarazo pesaba cincuenta y cinco kilos, hum... veamos cuanto subiste ahora, recuerda que es normal — dijo con esa voz de no querer estar ahí conmigo — Póngase sobre la báscula — en cuanto lo hice, revisó su tableta de nuevo y el aparato — Subió diez kilos más.
Miré hacia abajo rápidamente para comprobarlo. No estaba acostumbrada a ese peso, es más, nunca creí que iba a verme a sí. Repetía en mi mente que era normal, y que muchas mujeres habían pasado por eso y lo habían aceptado como algo tan normal por su embarazo. Pero en cambio yo, tenía un asunto obsesivo y casi compulsivo de recuperar mi peso.
Quería tener el mismo amor a su cuerpo como otras mujeres, las admiraba y envidiaba tanto por eso, pero yo no podía. No podía dejar de pensar en esos diez kilos, pensé que solo habían sido unos pocos. ¡Pero eran diez! ¿Tanto había comido durante mi embarazo? ¿realmente no me medí al comer?
— Siéntate en la cama — ordenó la doctora lanzándome una mirada irritada — Es la tercera vez que te lo repito.
— L-Lo siento.
— Solo revisaré las mamas y te podrás ir — pon tus manos en la cintura.
Era extremadamente incómodo que alguien más me tocara los pechos, digo, sabía que era un asunto profesional. Pero era incómodo de todas formas. En cuanto supe que tenía una probabilidad muy baja de que la lactancia parara prematuramente, me vestí y salí con un visto bueno de parte de la doctora. Estaba aparentemente saludable, pero no estaba feliz. A pesar de todo, no estaba contenta.
⸎⸎⸎⸎⸎
Llegando a mi casa, pude sentirme un poco más libre. Mi mamá y Sharon cuidaban de Derek, mirándolo en su cuna mientras dormía, compartiendo diferentes apodos adorables a su nieto.
Mientras Jack se preparaba para ir al trabajo, supe que realmente me haría falta en la casa. Solo iba a irse unas horas, pero él era mi luz en toda esa oscuridad que me comía lentamente.
Deshice mi trenza mirándome fijamente al espejo. Al cambiarme de ropa no duré un segundo mirándome al espejo, ese no era mi cuerpo. Al menos, no quería que lo fuera. Me vestí lo más rápido posible porque no quería que Jack saliera y notara a esta nueva Elsa que ni siquiera se gustaba a si misma. Porque ahora solo podía sentir encima todo ese peso, veía mi vientre extraño, mis piernas más llenitas al igual que mis brazos. El espejo me regresaba un horrible reflejo, solo quería ocultarme tras capas de ropa y eso me provocaba una profunda tristeza. Porque quería usar mis vestidos, quería usar mis shorts, pero estos probablemente no me entrarían. Lo único que me quedaba probablemente era esa horrible y simple ropa deportiva.
Estaba más cansada, noté las ojeras en mis ojos, estaba tan cansada. Derek no dormía nada durante la noche, y me preguntaba si era buena idea dejarlo dormir por mucho tiempo en el día.
— ¿Estás bien?
Levanté la vista para encontrar a Jack con la toalla cubriéndole nada más, con su cuerpo firme y sexy todo mojado y listo para que yo lo lanzara a la cama.
— Sí, no ocultes que te gusta lo que vez — palpó su abdomen, alzando sus cejas con diversión — Sé que te vuelvo loco.
— Ay por — cubrí mi rostro colorado tratando de ocultar una sonrisa que él siempre lograba sacar, sin importar como estuviera mi ánimo — ¡Eres tan idiota!
Jack se acercó al closet riéndose a carcajadas — Tal vez lo soy, pero sabes que no puedes vivir sin mí. Soy tu droga, Arendelle, admítelo.
— Y sigues siendo tan egocéntrico — me levanté y dejé un corto beso en su mejilla fría — Te adoro.
Sonrió, una sonrisa fácil que sencillamente me iluminaba — ¿Ahora sí vas a decirme porqué tu cara larga al salir de con la ginecóloga?
— Oh... — me senté en la cama — Fue grosera, es todo.
Enarcó una ceja, borrando su luminosa sonrisa de su rostro — ¿De verdad?
— Sí. Es que ya me había acostumbrado a las doctoras amables sabes, pero no todas son así... Creo que eso me afectó un poco.
— Esa vieja... Ella sabía que estas sensible, ¿por qué no son más empáticas?
— Tranquilo, no es nada.
Se tiró a la cama, quejándose como si fuera un niño chiquito — ¡No quiero ir a trabajar!
— No vayas — me aproximé a él, a su fresco aroma a jabón y el cuerpo húmedo, abrazándolo para sentirlo más cerca de mí — Yo quiero que te quedes.
Acorraló mis hombros con su brazo y comenzó a jugar con mi cabello — Sí, sí, sí. Si nos vamos a la quiebra será tu culpa.
— Podríamos ser actores porno, dicen que ganan bien.
Jack se estremeció lanzando una carcajada — Creo que es buena idea.
Me reí y nuevamente besé su mejilla — Ten cuidado, por favor... Avísame cuando llegues y cuando estés por venir a casa. Siempre que sales paso todo el tiempo preocupada...
— Lo sé, pero estaré aquí a las ocho, ¿sí? No tardaré mucho.
— Eso espero — me senté al mismo tiempo que él — Me daré un baño.
— Cuando salgas probablemente ya no estaré, ¿no merezco un beso de despedida?
Me levanté sonriéndole coqueta — Estás casi desnudo, podría violarte.
— ¡Estás demasiado ocurrente ahora! — se rió tirándose de nuevo a la cama — Sí, sí, largo, ve a darte una ducha fría. Descarada. Espero que estés así cuando tengamos luz verde.
— Me esforzaré — tomé una toalla y me di la vuelta dispuesta a tomar es ducha fría, pero la voz de Jack me regresó a él — ¿Sí?
Suspiró fuertemente, borrando su sonrisa de la cara — ¿De verdad estás bien? No lo digas solo por hacerme sentir menos preocupado, Elsa. Realmente te vi mal cuando saliste de esa consulta. Si ella te trató muy mal podemos hacer algo, ¿sí? Pero dime...
Me dolía ver esos ojos azul rey en su estado más triste. Tenso o preocupado. Quería decirle exactamente lo que pasaba por mi mente. Lo que realmente pensaba. Pero no era precisamente fácil para mí, aseguraba muy en el fondo que él me juzgaría de alguna forma. No estaba segura de como él reaccionaría, creía que él iba a tomarlo como una tontería. No quería decirle porque me sentía opacada e insegura de lo que podría llegar a pensar de mí, prefería quedarme todo mi problema yo sola. Ya vería como lo solucionaba. Podía hacerlo yo sola.
No le des más preocupaciones.
Le sonreí — Estoy bien, Jack, te lo aseguro.
.
.
.
.
.
Aclaraciones :3
Bueno, si unas no lo han notado, Elsi está pasando una fase de leve depresión postparto que puede llegar a ser normal en las madres primerizas y se frecuenta más si son adolescentes. Por ejemplo, el cambio de peso puede llegar a afectarles muchísimo. Más de lo que uno piensa. Además, que es normal que al principio noten de más los defectos en su cuerpo y se llenen de inseguridades. En el caso que lleguen a tener una clase de depresión, claro esta.
Ahora, no se les vaya a ocurrir que yo pienso que las mujeres que suben de peso o son gorditas, se ven mal. NO. Los pensamientos de Elsa son negativos conforme a su peso, porque ella está entrando en una leve depresión postparto. Creo que las mujeres somos hermosas sin importar nuestro peso, si quieres cambiar hábitos y hacer ejercicio, ¡Perfecto! Pero si no, ¡Perfecto! Cada quien es feliz como quiera ser.
Por favor, no malinterpreten lo escrito con lo que de verdad pienso :3
Aclaro esto porque no quiero que nadie se vaya a ofender o algo por el estilo. También para que sean un poco más comprensiva con Elsi TuT
¡Espero que les haya gustado el capítulo! La verdad es que estoy inspirada y es probable que no me tarde mucho en traerles el siguiente :3
Gracias a las que votan y comentan, de verdad las amo muchísimo.
#JackSexyActorPorno :V comenten esto si llegaron aquí 7u7 Y espero que hayan llegado aquí porque no volveré a aclarar nada de la situación de Elsi a menos que me lo pidan >:v
Los amo :3 cambio y fuera :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro