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El ingreso

Barley apenas tuvo oportunidad de despedirse de los Rosefield, ya que le volvieron aponer las esposas con las manos hacia su espalda, antes de volver a subirlo a una patrulla de policía, hubo una parada en la estación pero solo fue para que el oficial recogiera el sobre con el resto de las cosas de Barley, o eso creía ya que no tardaron nada en regresar.

Después condujeron la patrulla por las calles de la ciudad, Barley miraba por la ventana intentando mantenerse lo más tranquilo posible, podía verse bien por fuera pero por dentro el joven luchaba para no entrar en un colapso nervioso, ya hasta parecía estarse convirtiendo en su hermano Ian, pero no podía permitírselo ya que debía mantenerse fuerte y firme y disfrutar de la vista de la ciudad que no volvería a ver en un tiempo, durante el trayecto pudo vislumbrar a varios niños jugando con sus familias, seguramente irían a la escuela por la tarde.

Después del viaje en la patrulla lo llevaron a las afueras de la ciudad hasta un edificio dónde después de pasar por una enorme puerta de acero, la patrulla se estacionó en la parte central pese a que no había otros automóviles.

Los oficiales bajaron de la patrulla, uno de ellos le abrió la puerta a Barley y jalándolo del brazo saco al chico mientras que le decía de forma brusca.

-camina-

El chico salió de la patrulla, el estacionamiento al que habían llegado era bastante expenso, la luz del sol daba justo en el centro y casi no había sombras, lo que hizo pensar a Barley que probablemente tenían ahí a los prisioneros parados en el sol durante horas como castigo.

Barley también sintió la brisa y el olor a agua de mar, lo que indicaba que estaban cerca de la costa, quizás la prisión estaba en la playa, obvio que no les dejarían visitarla, o que podría estar en una isla, Barley no estaba muy al día sobre las ubicaciones de las prisiones.

-camina- le volvieron a decir- ya tendrás tiempo de sobra para observar el lugar- le regaño el policía mientras que lo volvieron a empujarlo hasta que llegaron a lo que parecía ser una caseta de vigilancia dónde un policía ogro estaba leyendo el periódico.

-buenas tardes, no me avisaron de su visita- dijo mientras que no dejaba de leer el periódico.

-debiste haber sido avisado el juicio fue hace dos horas-

-pues como casi no me han traído presos este mes, salvo por el día de hoy, además ya saben cómo es Jackson, nunca avisa de nada-añadió mientras que dejaba el periódico a un lado.-acabas de salir algunos que acabamos de procesar, sus juicios fueron hace días, uno fue la semana pasada pero los trajeron hasta hoy.

-hasta hoy ¿por qué?-

-ni idea, creo que por las irregularidades en el informe de arresto-bien el tiempo apremia, si se dan prisa el camión no tendrá problemas en especial-explicaba mientras que sacaba de un cajón una tabla de madera con una hojas con formulario para rellenar.

-por lo general lo completo para evitar retrasos, solo pongan sus nombres, el nombre del detenido, la fecha, sus firmas y la de el- le dijo

Le pasaron el formulario a Barley y en la parte de hasta abajo dónde decía firma del acusado, Barley firmo no era una firma muy llamativa.

-bien dejen lo llevo a que se cambie, quítenle las esposas y no intentes nada- añadió volteando a ver a Barley- se cómo defenderme de una pluma, así que si vas a encajármela mejor ni lo pienses y la puerta es de sellado especial te tomaría media hora abrirla-

Los oficiales le quitaron las esposas a Barley, el hombre de la recepción que por su voz ya debía tener una edad avanzada y aunque fuera parte de la guarida de una prisión su voz sonaba muy serena.

-vamos-le dijo mientras que los guardias comenzaban a rellenar el formulario

Barley sin las esposas siguió al hombre a la habitación de al lado ahí el hombre fue a unas letrinas de madera.

-vete quitando la ropa, solo la exterior, que talla eres y habla en voz alta tengo inicios de problemas de audición- añadió golpeando suavemente la base de su oreja izquierda

-mediana-respondió el elfo levantando ligeramente su voz esperando no haberle gritado.

-bien ahí te va- el hombre le paso la bolsa con unas ropas de color café degradado y caminaba hacia el otro lado de la habitación fue hacia un teléfono y comenzó a marcarlo.

-Vamos póntela, quedarte aquí no solucionara tus problemas, ah y pon tu ropa en esa caja-

Barley decido no discutir se quitó el saco del traje, luego se desató la corbata, seguido de los zapatos, después la camisa, el cinturón y los pantalones, los doblo con cuidado ya que sería un desperdicio, y si por si lo volvía a ver o a ponérselo valía la pena que se quedara bien guardado así que doblo bien la ropa para meterla en la caja.

-si dame unos minutos, o este se quedará hasta la tarde, muy bien gracias-

Barley terminó de doblar la ropa que le dieron para el juicio.

-llévala contigo aquí no guardan nada-le dijo el ogro- déjame darte unos consejos- levantó el dedo meñique –sin importar lo que pase, que tanto te insulten no inicies una pelea, si lo haces disminuyes la probabilidad de que te exoneren antes de tiempo, segundo ni te metas en ninguna pandilla, por más llamativo que sea eso hasta podría generarte más tiempo en este lugar, si no puedes socializar eso no importa, no estás aquí para hacer eso, si no para cumplir una sentencia, si es necesario que te quedes solo en tu periodo de tiempo aquí hazlo, sé que puede ser duro pero es mejor eso y que te acorten la sentencia a que te la alarguen, además de esa forma no te enviaran a las celdas de castigo, tampoco insultes a nadie ni a los guardias ni a los reos, si puedes sientes que te extralimitan con los insultos tu intenta hacer como que no los escuchas, si es por visitas te avisaran desde un día antes, entendido-

-si-

-¿Cómo dijiste?-

-Ah si- le volvió a hablar levantando su voz intentando no gritarle

-bien ahora sigue a la puerta-

Siguió sus instrucciones, lo siguió hacia la otra puerta dónde otros oficiales le pusieron las esposas, antes de subirlo a un camión dónde esperaban otros diez prisioneros, todos hombres entre ellos estaba el otro ogro que había visto el día en que lo detuvieron, desde ese día ya no le había vuelto a ver, aunque por solo esas horas en que Barley lo vio podía suponer que era un hombre peligroso.

El elfo camino hasta los asientos de la mitad del camión dónde no había nadie, el ogro estaba sentado hasta enfrente y sentándose atrás sus miradas no se cruzarían

El autobús arrancó y comenzó a rodar por aquel solitario camino, Barley no pudo evitar mirar por la ventana para ver el puente por el que el camión cruzaba, desde ahí se podía ver el oleaje del mar revelando que la prisión estaba en una isla.

El camión siguió andando a baja velocidad, pese a que no había tráfico, claro que el conductor tenía un vidrio grueso de seguridad para protegerse, por un segundo Barley se imaginó que pasaría si hubiese una explosión en ese momento.

Que los cómplices de alguno de los reos llegaran a rescatar a uno de os que estaban ahí y de paso rescataran a todo el grupo, vivirían toda su vida de fugitivos, el acompañado claro va a buscar a Ian, consiguen báculos mágicos nuevos y ambos huyen juntos para siempre.

Pero eso no ocurrió el camión llego a su destino a salvo, paso por unas puertas enormes, y luego se estacionó al final del camino, la puerta se abrieron mientras que un oficial que subía al camión gritaba.

-¡bien hijos de puta bajen rápido ya!-

Los prisioneros comenzaron a ponerse de pie poco y fueron avanzando hacia la salida, en fila recta, bajaron del camión, una vez abajo la luz del sol se veía opacada por un enorme muro, el elfo no podía medir con la mirada la altura de ese muro, pero lo más curioso no era el muro si no el diseño en forma de castillo que lo hacían parecer más una fortaleza medieval que una prisión.

-¡fórmense rápido!-les ordenaron

Los reos caminaron para ponerse en fila recta todos de frente mirando a las puertas de la entrada de la prisión, ahí Barley vio a una docena de hombres vestidos con lo que parecían ser uniformes policiacos, pero con un logo tipo estampado en el lado derecho del pecho, aunque Barley no podía verlo a distancia, todos ellos apuntándoles a ellos, en caso de que ellos intentaran escapar, eso quería decir que ya lo habían intentado, una vez que se formaron de una de las casetas de seguridad salió un guardia, un rinotauro obeso que por su uniforme que era bastante diferente al de los guardias ya que tenía franjas azules al frente, quizás sean tirantes.

-¡a ver hijos de su puta madre!-comenzó a gritar con una voz prepotente, que no necesitaba un altavoz para que lo escucharan-¡soy el jefe de seguridad de la prisión del centro de seguridad de San Arbal!- continuó gritando cosa que le provocó a Barley el preguntó cómo era que podían gritar tanto sin cansarse.

-¡no están aquí de vacaciones, están aquí por ser mierda para la sociedad!- gritaba mientras que comenzaba a caminar de un lado a otro deteniendo la mirada en cada uno de ellos-comprenderán que San Arbal tiene una entrada, una salida, que es el puente por el que entraron, la prisión no abarca toda la isla, hay una zona en construcción que será construida por ustedes y aunque está fuera del muro y hay edificios cerca ni se les ocurra intentar esconderse en los edificios o lanzarse a nadar, ya que las torres de vigilancia tiene francotiradores que dispararan a matar y la marea es muy alta, y veloz, peligroso incluso para las sirenas-

Barley sintió cuando el hombre se puso frente a él, y como lo penetraba con su mirada, no sabía que emoción tenía ese hombre, si estaba lleno de rabia o solo era estricto.

-se les servirá de comer tres veces al día, dependiendo el bloque al que vayan trabajaran por la mañana, por la tarde o la noche, fuera de su horario laboral podrán estar en los patios de su sección, tendrán máximo diez minutos...-

Continuó dando instrucciones durante los siguiente minutos, horarios, procesos, visitas, hasta que culmino diciéndoles-y nada de alcohol o drogas, ahora caminen de forma ordenada para una revisión.

Caminaron hacia el interior, caminaron pasaron por varios pasillos hasta llegar a la entrada de una oficina, una vez ahí los formaron en línea recta frente a una puerta y de tres en tres los fueron metiendo a la puerta que por lo que Barley alcanzó a asomarse era una oficina.

No paso mucho antes de que escuchara un gemido de dolor proveniente de la puerta, en lo personal Barley había escuchado de esas cosas en la televisión pero esperaba que fueran ficción, pero algo le decía que no era así, quizás no lo pensó bien al entregarse.

Pasaron apenas unos minutos, tres que entraron ya no volvieron a entrar, quizás salieron por otra puerta.

-tú, tú y tú- señalo el hombre salió con bata de laboratorio del cuarto y los señalo al azar.

Los tres reos pasaron, fueron segundos de tensión, sin que se oyera nada proveniente de la puerta, después el doctor volvió a indicar a los reos que haría entrar, Barley no estaba entre ellos y menos el ogro agresivo, y con las ganas que tenía Barley de no volver a estar cerca de el y en cualquier momento lo revisarían con ese tipo viendo.

-ahora ustedes dos- les indico el doctor volviendo a salir al pasillo.

El horrible momento llego Barley camino hacia la puerta, intentando pensar en mal tiempo darle prisa, entre más rápido acabara con eso mejor.

Antes de entrar a la oficina el oficial, otro elfo le desabrocho las esposas a Barley dejándole las manos libres-

-no intentes nada-le dijo el guardia- y ve hacia el circulo de la derecha-

Barley siguió la indicación y camino hacia dónde le indicaron una vez ahí el doctor le reviso las pupilas en los ojos con una linterna de poca intensidad, después los oídos, después la nariz, después la boca, al terminar apunto algunas cosas en una hoja.

-tu nombre-

-Barley Lightfoot-

-talla de ropa-

-mediana respondió-

-¿de calzado?-

-siete y medio-

El hombre caminó hacia la parte trasera de la habitación para hablarle a otro de los custodios para que mantuvieran listo el uniforme con esa medida.

-ahora quítate la ropa, toda y ponla en la caja enfrente de ti.

Barley se desabrocho los zapatos y luego se quitó la ropa que el dieron en la otra caseta de al inicio, era evidente que se lo tendría que quitar, aunque se le hizo raro que le preguntaran su talla por una ropa que solo usaría una vez.

El joven término de quitarse la ropa incluso la ropa interior quedando completamente desnudo, así que se tapó con las manos, era gay pero no un exhibicionista.

-ahora pon tus pies en las marcas- le dijo.

Barley solo dio un paso hacia enfrente para colocar sus pies en las huellas de papel ubicadas en el piso mientras que el doctor le ponía la base redonda de un estetoscopio en el pectoral derecho para oir.

-tose-

Barley fingió un tosido, luego el doctor le puso el estatoscopio en el pectoral izquierdo y le dijo que le hiciera de nuevo a lo que el elfo obedeció.

Hizo lo mismo pero con ambos lados de la espalda al final el doctor no se quitó el aparato del cuello.

-ahora pon tus manos en esa base y tus rodillas en esa base- le dijo

Era el momento que Barley tanto temía, no quería hacerlo, pero porqué lo harían, dudaba que fuera un control médico, o algo parecido.

-¡apúrate mariquita!-

El chico temblando se acercó a aquellas marcas, se agacho poniendo sus manos y rodillas en las marcas, vio como el doctor le daba la vuelta alrededor de él y se ponía detrás de él, si había tenido relaciones pero en ambas ocasiones había sido el que penetraba no el penetrado.

El doctor finalmente metió su fría mano en el recto de Barley de golpe, el elfo sintió la presión que de golpe se convirtió en un dolor muy fuerte ahí, Barley no puedo evitar dejar salir un ligero grito que intentó contener y de pronto se detuvo.

-bien puedes levantarte y ve después ve a la otra habitación-

Barley se puso de pie, usualmente a estar desnudo le venía una erección, pero en aquella situación no le ocurrió, tapándose de nuevo con sus manos camino, aún descalzó por la habitación, esperando a que le dieran el uniforme de la prisión.

-¡no se atreva a tocarme!-grito el ogro de repente-¡puede que aquel maricon se dejara, pero yo no! –

Barley pasó a la otra habitación.

-siéntese- le ordenaron-

El joven se sentó en una silla de metal que había al lado, en seguida uno de los guardias encendió una máquina de cortar cabello, le inclinaron la cabeza hacia enfrente y comenzaron a cortarle el cabello de forma rápida de parte por parte primero la parte trasera, después la parte de los lados y al último la parte de atrás

-de pie póngase en medio le dijo el guardia que le paso un letrero con el número de serie a otro guardia.

-pónganse en la parte de en medio y con las manos en los costados, si le da pena debió pensarlo antes de romper la ley-

Por desgracia tenía razón, bueno una vez él y unos compañeros del gimnasio se tomaron unas fotografías para una página de citas, claro que usaron apodos en lugar de nombres reales, pero aquello fue diferente.

Barley se colocó de nuevo en aquellas líneas dónde medían la estatura y le sacaban la fotografía con él desnudo, primero una de frente luego de costado, otra del otro costado y otra de espaldas, entrego el número, después paso a otra habitación, en ella lo rosearon con una manguera parecida a la que el cuerpo de bomberos usaba, para bañarlo con agua fría, pasó a otra habitación se secó con una toalla y luego le dieron el uniforme, una ropa interior blanca bastante bien lavada, luego una ropa naranja, también limpia y al final unos tenis blancos, que se volverían negros en unos días.

Lo volvieron a esposar, lo comenzaron a conducir por unos pasillos, bajaron unas escaleras pasaron por unos pasillos oscuros, luego volvieron a pasar por otra escaleras subieron otros dos pisos y dieron la vuelta a dos pasillos y por fin llegaron a la celda mientras que un guardia abría con la llave, le leyeron un informe.

-Barley Lightfoot, diecinueve años, elfo de hongo, detenido por posesión de fuego artificiales no autorizados, destrucción de una montaña sentenciado a tres años, está es la sección B, piso uno celda número B-103, número de prisionero B-310087655, agradece que te toco este bloque que son dos compañeros por celda, los del bloque A y C son celdas de hasta diez prisioneros, y no sueñes con la celda S que son celdas de un prisionero

Le abrieron una reja, Barley dio un paso hacia enfrente, sintió como le desabrochaban las esposas para quitárselas, una vez que ya las tenía libres, se sobo las muñecas mientras que cerraban la reja

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