Días de la prisión
Barley abrió los ojos, si hubiera sido por él se hubiera quedado dormido una hora más pero las alarmas provenientes de los altavoces despertaban a todo el mundo a diario, Barley parpadeó se hubiera quedado dormido de no ser por el ruido que hizo el guardia golpeaba las rejas con su macana y gritaba.
-¡despierten hijos de puta!- gritaba con mucha fuerza el guardia cosa que impidió que Barley volviera a dormirse, en especial porqué si no salía de la celda en unos minutos, cuando la macana hubiese golpeado de ida y de regreso los barrotes de todas las celdas ellos entrarían a golpearlo, cosa que casi ocurre el primer día en que llego.
El elfo sacudió su cabeza y comenzó a levantarse mientras que los golpes de la macana del guardia se acercaban a golpear por primera vez la celda de Barley, si no era un guardia eran tres a veces cuatro.
Barley comenzó a levantar la cabeza y a levantarse, la cama en la que dormía era en verdad una colchoneta colocada sobre la cama de debajo de la litera que estaba asegurada a la pared del lado izquierdo de la celda.
Para fortuna o para desgracia el chico no tenía compañero, así que tenía la celda para él solo. Claro que sin saber porque escogió la cama de debajo de la litera, si la primera noche durmió en la cama de arriba y con la cabeza más hacia la pared de la celda
La celda de Barley no era muy grande a parte de la litera, en la parte de la derecha tenía tres bancos grises asegurados a la pared, Barley no sabía que si eran de concreto o no, uno de los banco era ligeramente más grandes que los demás y por la forma en como estaban acomodados, se podía deducir que los dos de abajo eran para sentarse y el de arriba era para escribir o recargarse.
En la pared estaba una ventana no muy grande pero obviamente que tenía barrotes, tampoco estaba muy alta, estaba a la altura del elfo, por la noche la luz de la luna se veía bastante bien también al fondo estaba un lavabo con un espejo roto y un inodoro de metal, desde afuera de la celda no se podía ver esa parte.
El elfo se levantó descalzo fue hacia el otro extremo de la cama, dónde tenía la ropa naranja del uniforme, debido al calor Barley dormía en ropa interior, se puso la camisa blanca, después los calcetines y luego la parte naranja del uniforme, lo más rápido que podía, al final se puso los zapatos, ahí comenzaron de nuevo los golpes que ya iban de regreso, así que una vez vestido agarro la cobija y la sábana de la cama para doblarlas, poner la almohada arriba y salir con ellas, ya que era día de enviarlas a la lavandería.
Cuando los golpes terminaron sonó una alarma y las rejas se abrieron mediante un seguro electrónico que usaban, cuando la puerta se abrió Barley salió dando un paso mientras que pasaba un carrito empujado por un prisionero que trabajaba en otro horario, o eso creía Barley, ene se carrito los prisioneros dejaban las sábanas, cobijas y almohadas.
-bien ahora pasaremos lista malditos perros
Ah si la lista de asistencia, como si alguien se hubiera fugado de la noche a la mañana, ya que antes de dormir también les pasaban lista y pobre de aquel que no dijera su nombre, se lo llevaban a otra parte quizás a una celda de castigo o a ser azotado, cosa que Barley deseaba con todas sus fuerzas que no le pasara.
-¡Lightfoot Barley!-
-¡presente!-
Continuaron con la lista no era muy larga, ya que solo era ese pasillo, una vez terminaron de pasar listo de forma ordenada caminaron hacia el comedor, dos pisos abajo, les dieron unas bandejas y les sirvieron el desayuno, claro que eran otros reos los que servían la comida.
Después de eso pasaban a comer en las mesas de metal, el primer día Barley se las ingenió para alcanzar una que estaba más al fondo y así no tener que ver a nadie, claro que la mesa no fue solo para él también fue para otros reos., claro que la mayoría se quedaban muy callados otros se dirigían la palabra el uno al otro, como en otras mesas, claro que no solían hacer mucho ruido para no llamar la atención de los guardias.
O al menos en la mayoría de las mesas ya que habían unas dos mesas juntas, que aparentaban ser más grandes que las demás incluso estando separadas, esas mesas estaban reservadas para una padilla, Barley había escuchado que se hacían llamar GUECIU, que significaba Guerreros Cíclopes Unidos, o eso escuchó Barley, aunque parecía ser una especie de broma ya que solo eran doce, todos estaban rapados y con la cabeza llena de tatuajes, lo que los hacía muy temibles y según no aceptaban a nadie que no fuera un cíclope y por lo que dijo otro de los reos tenían más miembros en otro de los sectores dónde tenían más miembros, como se comunicaban era un misterio, quizás sobornaban a los guardias.
Mientras que Barley desayunaban llegaron los miembros de otra pandilla llamada REVERA, que significaba Revolución Elfica Racial, todos ellos elfos de hongo la mayoría rapados, pero no todos algunos se habían dejado crecer moderadamente el cabello, pero a diferencia de los cíclopes estos entraban gritando a todo volumen al comedor y claro eran más, Barley llego a contar unos quince hombres, intentando quedarse viéndoles para que no fueran a reclutarlo por eso no pudo contarlos bien, además no quería llamar su atención, ya que también había escuchado que tanto los GUECIU como los REVERA prohibía a sus miembros tener relaciones homosexuales, así que Barley tenía que controlarse mucho, en especial algunos bajaban sin camisa y se podía ver que en la parte superior de sus espaldas se podía leer que tenían el nombre de su pandilla tatuados.
Era evidente que las pandillas eran enemigas, a Barley le había tocado ver en su primer día una pelea bastante fuerte, uno de ellos fue a la enfermería y días después regresó como si nada, claro que había otras pandillas como las de los elfos oscuros que no eran tan ruidosas, o la de los minotauros que parecía ser una bastante grande, sin contarlos se podía ver que eran más de treinta.
Después de la comida los prisioneros salieron del comedor, dejaron sus bandejas a un lado de la salida para que los reos que trabajaban en las cocinas las tendrían que ordenar.
La mayoría de los reos que estaban en el comedor salieron por una puerta de forma ordenad en fila india, algunos fueron llevados a otra sección del lugar, lo más probable era que trabajarían en la lavandería.
Los subieron a un camión, que por la pintura ya era bastante viejo, que los condujo hacia la parte dónde no había una muralla y los sacó del terreno de la prisión, que iban a hacer ahí, simple era el bloque de la prisión que estaba en construcción y que iban a construir.
Cuando ajaron del camión, y les dieron instrucciones de que hacer, la construcción parecía apenas estar comenzando ya que solo estaba escarbada unos metros hacia abajo que debían ser los anexos o las celdas de castigo.
Les dieron herramientas y comenzaron a trabajar, a Barley le dieron la tarea de seguir escarbando en una zona hasta que quedara lo más parejo posible, el elfo agarro el cincel y con fuerza comenzó a picar la tierra de aquella zona mientras que sus compañeros depositaban la arena en las carretillas para acomodarla en otra llega, claro habían prisioneros de otros bloques, entre ellos los miembros de otras pandillas, igual de racistas, en ese caso unos troles que el primer día de Barley le tiraron las herramientas al piso.
Claro que los guardias estaban ahí y no solo para vigilar, algunos les ayudaban a los prisioneros cuando se daban cuenta de que no sabían utilizarlas correctamente, otros guardias bajan a trabajar también, quizás lo hacían por lo aburrido que debía ser el ver como trabajaban todo el día, solo un rato, el único que trabajaba casi todo el turno, y era bastante amable era Ryan un elfo al que Barley pudo haber encontrado bastante atractivo al verlo sin camisa, ya que se cambiaba ahí mismo el uniforme de guardia por uno de trabajo, claro sin dejar a un lado su arma.
Después de unas horas Barley se quitó la camisa debido al calor, con lo que desearía poder hacer magia para acelerar el proceso de construcción de aquel lugar. Horas después llegó la hora de la comida, o no los trasladaban al bloque, comían ahí mismo y luego volvían a trabajar aunque solo para acomodar las herramientas para que otros compañeros que trabajaban en la tarde comenzaran a trabajar.
Regresaron al bloque, los dejaron usar el patio, usar los equipos de gimnasio, vagar un poco por los pasillos del bloque o podían regresar a sus celdas que estaban abiertas.
Barley escogió que era mejor el gimnasio al menos así podía distraerse un poco y quizás darse un taco de ojo, claro teniendo en cuenta de que no podía ser tan obvio, no sabía que problemas podría tener al ser gay en ese sitio, claro que aun así entrenaba sin camisa
El chico agarro los discos de veinte kilogramos y puso uno de cada lado de la barra se acomodó en la barra y comenzó a levantarla y a bajarla para hacer la repeticiones, cuando termino paso a hacer una variación del mismo ejercicio pero con mancuernas, después paso a otro ejercicio está vez con el banco inclinado y luego declinado, después hizo fondos en una barras paralelas poniéndose una mancuerna de diez kilogramos en las piernas, otro reo que para suerte de Barley no pertenecía a las pandillas le explicó cómo hacerlo, después paso a los ejercicios de tríceps y al final entreno abdomen, al terminar fue a bañarse, claro que primero a hacer fila, y cuando entraba y se desnudaba, las regaderas eran de mosaicos de color blanco, y a diferencia de lo que esperaba estaban bastante limpias, lo malo estaban juntas, solo habían unos diez regaderas y entraban en grupo de a más de quince, todos entraban y salían al mismo tiempo así que algunos debían acercarse entre ellos, lo que significaba para Barley respirar profundamente para no tener una erección, cosa que le fue difícil y que no siempre conseguía, ese día no pudo ya que le tocaba estar muy cerca de un elfo de hongo como él y para su mala suerte era muy atractivo, pee a estar rápido y gracias a su musculatura estaba bien bueno, y cuando por entrar un poco más para que todos cupieran la cadera de Barley toco la del así que sintió como su pene comenzaba a ponerse duro, lo que eran malas noticias.
El chico respiró lo más profundo que podía, pero no ayudó mucho así que levantó la mirada y vio que el elfo que le estaba provocando la excitación tenía el tatuaje que rezaba REVERA en la espalda así que era de esa pandilla y al darse una mirada a los demás que estaban en la regadera se dio cuenta de que todos eran los de REVERA.
-hay no-
Salió de las regaderas lo más rápido que pudo y se volvió a poner la ropa una vez que salió decidió alejarse lo más rápido posible, pero sin correr llego a su celda, se recargo en la mesa que estaba ahí empotrada a la pared, respirando profundamente.
-tranquilo, tranquilo, solo debo evitar que vuelva a pasar, necesito a Ian-dijo eso ultimo con un tono de lastimado.
Sabía que su madre no permitiría que Ian fuese a visitarlo, y fuera de algunos excompañeros, ninguno sabía que lo habían arrestado
Llego el atardecer los prisioneros tuvieron la orden de volver a sus celdas, una vez dentro las cerraron de nuevo con ese mecanismo electrónico antes de que volvieran a pasar lista.
-ahora los que mañana tienen visita, Adrían Rodríguez, Bruce Anderson, Leodas Walkers, Barley
Lightfoot-
Barley levantó la mirada tras escuchar eso, no esperaba visitas, quizás el abogado o los Rosefield.
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