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Capítulo 8: Recuerdos Ensangrentados

Créditos:
a los respectivos dueños de las imágenes mostradas durante los capítulos

Este es el opening de "OnMortal-Line".
Grande ReoNa y grande kurebai que me recomendó la canción :v

Miércoles 17 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-Orfanato ¨Drasil¨ para niños semihumanos, 1:40 PM-

La Policía Nacional de Sefiro (N.P.S.) había intervenido. Muchos oficiales se encontraban investigando la escena de aquel acto horrendo.

Antes de que se enterara la N.P.S., Kurebai y Sole aún estando impresionados, se mantuvieron bastante responsables y actuaron con calma. Contactaron con el grupo de Orion y estos rápidamente llegaron.

Lo acordado fue lo siguiente: debido a que el asunto era algo realmente serio, Kisara propuso que a la hora de que llegara la N.P.S., se encontraran con un elenco diferente.

En otras palabras; como se sabía la cantidad de miembros que se requería para la misión, pero no sabían los nombres de los que participaron en ella (solo el de Tsuki que firmó como la solicitante y representante de aquel semigrupo), hicieron un pequeño cambio en el elenco. En vez de Danna, Orion ocupó ese lugar para no involucrar más de lo necesario a gente de Esmelt (ya que obviamente, un hecho de esta magnitud podría ser usado en contra del reino de la semihumana y mitad demonio). Como no quedaban más miembros de Sefiro que pudieran sustituir a Yuki y Sole (las únicas que quedaban de los de Esmelt que tomaron parte en la misión del bebé dragón), ellas tuvieron que mantenerse con el grupo encargado de recibir a la N.P.S.

Que los oficiales interactuaran con Danna sería problemático dado al importante cargo que la semihumana ejercía en Esmelt. O al menos así todo lo analizó Kisara.

En el peor de los casos, la N.P.S. en un entendible intento de descubrir quiénes fueron los culpables de aquella masacre, podían sospechar del grupo de Tsuki y de paso indagar acerca de todos los ¨Humility Brotherhood¨, pero ya esa igual sería una interacción con las autoridades, menos peligrosa para los habitantes de Esmelt y la misión que tenían acá en Sefiro.

Así fue como ahora, la N.P.S. había llegado y se encontraba analizando la escena del crimen. Los ocho miembros de los ¨Humility Brotherhood¨ encargados de la misión del bebé dragón (Orion sustituyendo a Danna) se quedaron cerca de los oficiales que procederían a hacerles algunas preguntas como dictaba el protocolo policial.

El resto de los miembros del grupo, o sea, Kisara, Danna, Mary, Selik y Sarah; se mantuvieron ligeramente alejados, sin llamar la atención entre la multitud que se había reunido al frente de la mansión, obviamente intrigados por lo sucedido. Las tres chicas de Esmelt y los dos huéspedes del Imperio Sandler podían conversar en voz baja sin temor a que sospecharan de ellos, gracias al bullicio de las personas curiosas.

-Este es realmente un caso grave-dijo uno de los policías dentro de la sala de la mansión.

-Sí-afirmó su compañero.

-¡¿Jefe Zasgard?!-preguntó un tercer oficial, muy sorprendido, llamando la atención de todos los presentes dentro de la sala, y de paso también del grupo de Kisara afuera de la mansión, cuando observaron entrar a la misma, a un hombre alto, de pelo blanco y corto.

-¿Quién es?-preguntó Josh confundido, en voz baja.

-Edgard Zasgard-dijo Kurebai en voz baja, llamando la atención de sus compañeros.

-¿Quién?-preguntó aún confundido Josh.

-¿Zasgard?-Hawk estaba sorprendido, ya que le sonaba ese apellido.

-Es el padre de Zay-aclaró Kurebai, sorprendiendo levemente a todos.

-¿Qué está haciendo aquí, Jefe Zasgard?-preguntó el mismo oficial que se había dirigido anteriormente al hombre de pelo blanco, el cual se mantenía serio, inmutable. Tenía una mirada fuerte. Se encontraba con los brazos cruzados y su abrigo con insignias y la placa que lo identificaba como Jefe de la Policía Nacional de Sefiro, lo llevaba como una capa sobre los hombros. Debido a que era realmente alto y fornido, su presencia imponía bastante-¿No tenía otra misión, jefe?

-...-Edgard miró a su alrededor observando los cadáveres, sangre y armas usadas-... Es imposible que me encargue de una misión tan mediocre comparada con esta masacre de aquí. Esto es realmente serio. Debo encargarme yo mismo de hallar la verdad detrás de todo esto. Un simple robo de mercancía no puede ocupar mi tiempo en estos momentos.

-¿Y entonces?-preguntó un poco confundido el oficial.

-Envié otro grupo de policías en mi lugar, no te preocupes-dijo Edgard aún serio.

-Ya veo-dijo el oficial más calmado.

-¡¡Papá!!-aquel que gritó tras entrar a la mansión, muy cansado por tanto correr, era Zaykos, llamando la atención de todos.

Edgard se viró hacia su hijo pero continuaba mirándolo serio, sin inmutarse.

-¿Qué haces aquí, Zaykos?-preguntó el padre.

-¡Eso mismo te iba a preguntar a ti, papá! ¡El Rey Orland se enteró de que renunciaste a la misión del robo de mercancía y me pidió que te llevara para que cumplas dicha misión!-dijo Zay un poco molesto con el comportamiento de su padre.

-Este caso es mucho más importante, Zaykos. Además, ya envié a aquella misión, a un grupo perfectamente capacitado. Así que vuelve a tus tareas como representante de Sefiro-dijo fríamente Edgard mientras se volteaba ignorando de espaldas a Zay, el cual parecía enfurecerse más.

-¡Ya un equipo se está encargando de este caso, no tienes por qué involucrarte! ¡¿Por qué insistes en contradecir las órdenes del Rey Orland?! ¡Me causa muchos problemas a la hora de defenderte ante él!-se quejó Zay.

-No necesitas defenderme. Sé defenderme solo. Además, soy el Jefe de la Policía Nacional de Sefiro, no necesito pedir permiso para tratar el caso que me dé la gana.

-Tiene una lengua afilada ese hombre-pensó Sole sorprendida de forma incrédula.

-¡¡Agh!!-se quejaba Zay sin saber qué más hacer, cuando se sorprendió al observar a Kurebai y los demás-... ¿Eh?-tras sorprenderse, el chico demonio terminó yendo a una habitación de la mansión que parecía una especie de comedor, para conversar con el grupo de su amigo de ojos rosados. Mientras, Rico y los demás niños pequeños se quedaron cerca de la mansión pero supervisados por un oficial que los cuidaba.

-Así que es tu padre...-dijo Sole tratando de analizarlo todo.

-Mi padre adoptivo, para ser exactos-dijo Zay con los brazos cruzados y los ojos cerrados, mientras hablaba levemente irritado-... En el caso de los demonios que trabajan como representantes de un reino, tenemos que ser adoptados por alguna familia humana y así integrarnos con la misma. Igual, si un demonio cualquiera, no necesariamente uno que ejerza el cargo de representante, quiere integrarse con los humanos y formar parte de su sociedad, debe ser adoptado por una familia humana. Fui adoptado por la Familia Zasgard, y Bloom fue adoptado por la Familia Blossom.

-¿Qué sucede con el caso de Kisara san?-preguntó Tsuki curiosa.

-Ella es una mitad demonio, ya con ser hija de una humana, no necesita ser adoptada por una familia humana para formar parte de la sociedad humana-explicó Zay.

-¿Y por qué es necesaria esa formalidad entre demonios y humanos?-preguntó Josh.

-Es normal, ¿no? Los demonios de por sí, varios siglos tuvieron mala fama. La mayoría realmente se dedicaba a acciones despiadadas. Una vez que los demonios y humanos hicieron un pacto de apoyo mutuo, muchos demonios comenzaron a ocupar cargos importantes en la sociedad humana. Aún así, como demonios, solemos tener una conducta característica por naturaleza. Somos bastante agresivos y a veces impredecibles. Al menos, bajo la educación directa de una familia humana, somos capaces de aprender sus costumbres y estilos de vida, de tal forma que sería como...

-¿Amaestrarlos?-preguntó Sole con la intención de terminar la idea que decía Zay, este que abrió solo su ojo izquierdo para mirar disimuladamente a la albina, levemente sorprendido por el análisis de la chica.

-... Sí. Exactamente-afirmó el chico demonio-En el caso de los dioses, estos son muy similares a los humanos en apariencia y actitud. De hecho, la única diferencia notable podría ser la cantidad excesiva de poder que tienen los dioses... E incluso así, se ha dado el caso de humanos con poderes descomunales, que sobrepasan la fuerza de algunos dioses-dijo Zay.

-¿Y no te llevas bien con tu padre adoptivo?-preguntó Hawk curioso.

-No. Él siempre me trata como a un niño pequeño. Cree que no estoy capacitado aún para ser un representante de Sefiro-dijo Zay un poco molesto abriendo los ojos.

-Y después de venir aquí y no poder convencer a tu padre de que vuelva a su anterior misión... ¿qué planeas hacer?-preguntó Sole.

-Tenía que intentarlo al menos. Ese hombre es impredecible, después de todo. Nunca se sabe cuándo le podría ¨dar el loco¨ y hacerme caso de una buena vez. Aunque es cierto que este repentino caso es algo demasiado grave. De hecho, hace tiempo que en Sefiro no ocurría un asesinato tan violento. Es el peor que he visto-dijo Zay, lo que pareció incomodar un poco a los demás, que comenzaban a sentirse mal-En fin...-dijo levantándose de su asiento y colocando las manos en los bolsillos con la intención de retirarse-Me iré... Y por cierto...-dijo mirando especialmente a Yuki y Sole-... Espero que los de Esmelt no tengan nada que ver con esto-obviamente, lo dijo con unas palabras amenazantes dirigidas con mucha frialdad y desconfianza, a lo que Yuki ni se inmutó como de costumbre, pero Sole frunció el ceño molestándose grandemente.

-Mejor vete ya, Zay-dijo Kurebai de forma cortante.

-... Sí, sí-dijo el chico demonio saliendo.

-... Justo como había pensado Kisara chan, sospechan de la gente de Esmelt-dijo Sole una vez que los ocho de los ¨Humility Brotherhood¨ estaban solos en aquel comedor.

-Dentro de poco comenzarán a preguntarnos a nosotros acerca de lo que pasó-dijo Orion-En mi caso, solo podré limitarme a decir que ayudé a cuidar al bebé dragón, así que ustedes deberían decir lo mismo para respaldarme ya que en realidad no estuve con ustedes, y decir menos que ustedes haría que sospecharan igualmente de mí.

-¿Y si algo de lo que podríamos decir fuera una buena pista para los oficiales?-preguntó Tsuki curiosa y preocupada.

-¿Crees que haya alguna pista así?-preguntó Orion serio sin inmutarse. Tsuki se quedó callada unos segundos mientras pensaba su respuesta, pero terminó negando con la cabeza-... En ese caso, será mejor no mencionar mucho acerca de este incidente. No tenemos la culpa de esto, después de todo. Es mejor no meternos en más problemas.

-... Arien, Orion, Kurebai...-dijo Sole llamando la atención de los tres chicos mencionados, y un poco del resto-... Ustedes ya han visto morir a gente, ¿verdad?-tras preguntar esto la albina, los tres chicos se sorprendieron ligeramente-... Están relativamente tranquilos para lo que ha sucedido... En cambio, Tsuki, Josh y Hawk... ellos... se nota a la legua que no han visto morir a nadie. Es su primera vez en esta situación-dijo la peliblanca con una expresión seria e indiferente en su rostro.

-... ¿Y tú has visto morir a alguien, Sole?-preguntó Tsuki curiosa.

-Obviamente. No creo estar tan tranquila de haber sido mi primera vez...-dijo Sole con mucha seguridad en su rostro y sus palabras-... En el caso de Yuki... Ella creo que aún no comprende lo que está sucediendo, así que...-esto lo decía mientras observaban a la semihumana Neko mirar por la ventana del comedor, apartada de ellos-Así que, Arien...-dijo la albina llamando la atención del peliazul menor-Cuando terminen los interrogatorios de los oficiales, llévate a Yuki para que le expliques todo con sumo cuidado, ¿sí?-preguntó seria la peliblanca.

-¿Yo? ¿Por qué tendría que hacer yo algo tan importante?-preguntó Arien preocupado.

-Eres el que mejor se lleva con Yuki... Bueno, yo también, pero estaré ocupada haciendo otras cosas, no puedo concentrarme en eso. Además, aunque no lo creas, tienes un increíble don para tener el tacto justo con Yuki.

-... Va... Vale-dijo Arien aunque aún parecía inseguro al respecto, y luego volvió a mirar a la semihumana que se mantenía estoica mirando por la ventana, sin haber escuchado lo que sus compañeros hablaban más alejados de ella.

Después de unos minutos de interrogatorio, los ocho de los ¨Humility Brotherhood¨ salieron del orfanato. Si bien no los culparon, las sospechas eran casi nulas, lo que era bastante increíble tomando en cuenta la seriedad con la que Edgard los interrogaba como si tuviera certeza de que todos eran culpables.

Aún así, les indicaron que se quedaran cerca frente al orfanato, en lo que revisaban detalles del interrogatorio.

-¿Qué cree, Jefe Zasgard?-preguntó un soldado parado al lado de Edgard, quien revisaba unos papeles con sumo cuidado y seriedad.

-... Dudo seriamente que sean culpables. Lamentablemente presenciaron esta masacre, pero no son culpables... Al menos... No fueron ellos los que mataron a estas personas-dijo Edgard, aunque parecía que aún sospechaba de algo-Pero... No sé... siento que me están ocultando algo esos chicos...

-¿Algo como qué?-preguntó el soldado curioso.

-Mmm... Antes de eso, ¿me puedes pasar los registros de esos ocho?-preguntó Edgard, a lo que el soldado aunque confundido, asintió con la cabeza.

-Claro, un momento-dijo y se retiró a buscar los registros.

Detrás de una pared, los ¨Humility Brotherhood¨ conversaban acerca de lo sucedido. Orion los escuchaba a la vez que era el único al lado de la pared en vez de detrás, vigilando la entrada del orfanato.

-¿Qué hacemos ahora?-preguntó Tsuki preocupada. El bebé dragón se asomaba por el bolso de la mitad elfo, pero ella trataba de ocultarlo sin lastimar a la pequeña criatura.

-Mmm... ¿Qué les dijeron, Sole?-le preguntó Kisara en lo que evaluaba la situación.

-Nos pagarán lo que trabajamos de esta misión hasta el día de hoy. En cuanto al dragón... aún tienen que preguntar a los altos cargos del gobierno qué harán con respecto a él. Creo que solo han dejado que Tsuki aún lo lleve porque al menos ella sabe cómo cuidar correctamente de la criatura-dijo Sole.

-Ya veo... Tiene sentido-dijo Kisara, ahora colocando los dedos de su mano derecha en la barbilla, de forma pensativa-... El problema realmente es... que vinimos a Sefiro para encargarnos del asunto de Yuki y... dudo que ahora podamos ignorar algo como esto.

-Realmente me gustaría descubrir quiénes fueron los culpables. Simplemente no puedo perdonar algo así. No es justo para Oskar y los demás-dijo Josh mostrándose un poco molesto en su tono de voz.

-Me lo imaginé. Es normal que te sientas así-dijo Kisara.

-¿Y Rico, Rikki y los demás?-preguntó Arien.

-La N.P.S. los está cuidando. Ellos también serán interrogados, pero más tarde-dijo Sole.

-Solo son unos niños. Es demasiado para nosotros, mucho más para ellos-dijo Tsuki un poco agobiada.

-Chicos, creo que nos están buscando-dijo Orion que notó que un soldado había salido del orfanato y miraba alrededor como buscando a alguien.

-Vayan-dijo Kisara y los ocho testigos de los ¨Humility Brotherhood¨ asintieron con la cabeza, excepto Orion y Yuki, aunque por razones diferentes.

-¡Oh!-el soldado se sorprendió al ver al grupo acercándose. Les hizo un gesto con la mano indicándoles que se acercaran, lo que finalmente hicieron-El Jefe Zasgard dice que ya pueden irse. Si necesitamos su colaboración, puede que terminemos localizándolos en vuestra residencia. ¿Entendieron?

-Sí-afirmó Orion serio como de costumbre.

-Bueno. Me retiro-dijo el soldado haciendo una pequeña reverencia y volviendo adentro del orfanato.

-... ¿Y ahora qué hacemos?-preguntó Kurebai.

-... Preguntémosle a Kisara chan-dijo Sole.

Volviendo con la mitad demonio, esta se agachó con su espalda contra la pared, y se llevó las manos a la cabeza.

-¡¡Ahhh!!-se quejó Kisara-¿Por qué siempre me preguntan a mí? Todo yo, todo yo... ¡¡Ahhh!!

-... Ciertamente suena incómodo-dijo Kurebai que como si nada, continuaba con sus manos en los bolsillos.

-... Sole...-dijo Kisara aún con la cabeza gacha y sus manos encima de su cabello, llamando la atención de la peliblanca que se sorprendió ligeramente-... Quieres hacer algo, ¿verdad?-tras preguntar esto, la albina abrió los ojos mucho más sorprendida.

-... Qué bien me conoces, Kisara chan-dijo Sole con una sonrisa confiada y victoriosa. En cambio, Kisara continuaba seria y colocó sus manos sobre sus rodillas mientras continuaba agachada.

-Entiendo que quieras aclarar algunas cosas, pero es arriesgado. No sabemos si Edgard san está relacionado con algo turbio o incluso con este incidente. Por lo que me habéis contado, parece alguien dedicado a la justicia, pero no podemos confiarnos. ¿Aún así lo vas a intentar, Sole?-preguntó Kisara.

-... Sí-afirmó Sole seria y decidida después de pensarlo con cuidado.

-... Siento como que estas dos se comunican con el pensamiento. No entiendo de qué están hablando, ¿tú sí, Danna san?-preguntó Kurebai refiriéndose a Sole y a Kisara y las miradas de entendimiento que estas dos se daban.

-Yo tampoco sé de qué están hablando, pero siempre es así con estas dos-dijo Danna sonriendo un poco divertida-Kisara y Sole comparten esa sincronía que es común para las personas que han pasado por mucho juntas... Saben lo que piensa la otra sin necesidad de decirlo en voz alta.

-... Ya veo-dijo Kurebai ligeramente sorprendido.

-... Está bien. Te ayudaré-le dijo Kisara a Sole, la cual sonrió contenta.

Edgard se encontraba analizando los registros con las características y datos de los integrantes de ¨Humility Brotherhood¨. Se detuvo un momento en la de Sole. Una leve intriga surgió en Edgard. Pero justo en ese momento, sintió que lo llamaban.

-Jefe Zasgard-dijo un soldado entrando a la sala del orfanato donde Edgard leía los registros.

-¿Qué sucede?-preguntó el padre de Zay.

-Esta muchacha quiere hablar con usted-el soldado señaló a Tsuki, la cual entró un poco dudosa y nerviosa.

-... Déjala pasar-dijo Edgard. El soldado le hizo una seña a Tsuki y esta entró a la sala. Fue invitada a sentarse frente al hombre, en un sofá-... Bueno, ¿qué se le ofrece?-preguntó serio pareciendo sin emoción.

-... Antes... ¿Cómo usted puede trabajar aquí? Aún no han recogido los cadáveres. ¿No le resulta incómodo trabajar en este ambiente?-preguntó Tsuki mirando un poco asqueada hacia los cuerpos de los muertos alrededor de la sala, y algunos incluso incrustados en la pared.

-... Este es el lugar del crimen. Para mí es más fácil llegar a una conclusión acertada si me encuentro aquí. Además, es más fácil. Cuando tengo alguna duda sobre la posición de los cadáveres, por ejemplo, solo tengo que mirar a mi lado y comprobar mi duda. En cambio, si estuviera en mi despacho en la Estación de Policías, venir hasta aquí solo por una duda es algo trabajoso, ¿no crees?-preguntó Edgard con una ligera sonrisa, que no parecía común en aquel hombre serio y rígido.

Tsuki cerró un poco sus ojos, aunque no por completo. No parecía muy cómoda con esa situación ni con la actitud tranquila y despreocupada que le había mostrado aquel hombre. Tragó un poco de saliva y comenzó a conversar.

-En fin. Me gustaría preguntarle qué le parece esta situación-dijo Tsuki. Edgard se mantuvo serio durante unos segundos, pero suspiró aún con calma.

-Tomando en cuenta que aún sois sospechosos, no puedo darles muchos detalles. Hasta que no encontremos al culpable, o a los culpables, todos son sospechosos. Entiendes mi punto, ¿no?-preguntó Edgard con una ligera sonrisa.

-Sí...-afirmó Tsuki por lo bajo.

-De hecho, incluso si encontramos a los culpables... ¿hay alguna certeza de que realmente sean los únicos culpables?-preguntó el hombre con una confiada sonrisa, sorprendiendo ligeramente a Tsuki.

-¿Eh?-preguntó la mitad elfo.

-Si viene alguien y dice ¨soy el único culpable¨... el penoso sistema policial que tenemos hará que lo encarcelemos sin buscar otra confirmación. Así podemos solucionar muchos delitos y crímenes, ¿no crees? Es bastante fácil-dijo Edgard con una sonrisa.

-... Es realmente penoso-dijo Tsuki en voz baja, pero el hombre sonrió.

-Ciertamente-afirmó él-Si tuviéramos que solucionar este delito, solo tendríamos que culpar a una persona cualquiera y ya, solucionado. Es un sistema bastante lamentable. Aún así, estoy aquí esforzándome por hacer bien mi trabajo. Si no hubiera sido Policía, tal vez, siendo sincero, no me hubiera preocupado por estas vidas que fueron arrebatadas... aún así... fue mi sentido de la justicia lo que me llevó a convertirme en Policía... Así que se supone que estoy aquí para hacer justicia. Supongo que aunque no hubiera sido Policía, igual intentaría traer justicia por mis propios métodos.

-...-Tsuki se encontraba seria, más bien porque no encontraba palabras.

-... Puede dejarnos a solas-dijo Edgard, y el soldado que había dejado pasar a Tsuki, aunque se sobresaltó un poco sorprendido por haberse dirigido a él de repente, asintió con la cabeza y les hizo un gesto al resto del equipo policial. De esta forma, quedaron solos en aquella mansión, Edgard y Tsuki.

Gotas de sudor frío pasaban por las mejillas de la mitad elfo, que apenas pestañeaba por la incomodidad del repentino silencio. Edgard en cambio, solo sonreía, como si estuviera muy convencido de algo.

-...-el silencio comenzaba a incomodar más de lo normal a Tsuki, por lo que se disponía a hablar cuando Edgard se le adelantó.

-¿Tienes alguna otra pregunta, Tsuki san?-preguntó el hombre.

-... ¿Por qué el Jefe de Policías fue llevado a encargarse de una misión tan simple como la de un robo de mercancía?-preguntó la mitad elfo-¿No lo cree sospechoso?

-Decimos ¨robo de mercancía¨, pero lo cierto es que es un caso de contrabando. En todo caso, creo en las casualidades, aunque entiendo tu punto. E igual creo que muchas casualidades son perfectamente convenientes, ya me entiendes-sonrió Edgard-Aún así, ¿estás tratando de meterte en el trabajo de la policía, Tsuki san?

-Esa no es mi intención, pero...

-¿Por qué viniste aquí, Tsuki san?

-Este incidente es demasiado grave. Me siento mal por las víctimas. Son niños desamparados como Rico y Rikki que en el futuro no podrán tener una vida feliz por culpa de hechos como estos.

-¿Y planeas ayudar entonces a encontrar al culpable, Tsuki san?

-Por supuesto.

-¿Tienes alguna pista sobre quién pudo ser, Solitude san?

-No tengo ninguna. Pero como le dije, podemos empezar por...

-...

-...-Tsuki de repente se detuvo tras no poder articular palabra alguna por la impresión. Edgard sonrió orgulloso pero sin malicia, y gotas de sudor frío pasaban por las mejillas de la mitad elfo que no sabía qué decir en ese momento-... Usted...-fue la única palabra que salió de su boca.

-Tranquila. No planeaba atacarte después de descubrir tu verdadera identidad-dijo Edgard cerrando los ojos aún con una sonrisa.

Tsuki, o al menos la mitad elfo en apariencia, pareció sentir un pequeño alivio. Su rostro ya no estaba tan rígido como hacía unos segundos.

-Puedes mostrarme tu verdadera apariencia si quieres, nadie más la verá. Y puedes transformarte antes de salir de la mansión-dijo Edgard, y al instante, un sonido acompañado de una neblina alrededor de la apariencia de Tsuki, desapareció dejando ver que en realidad, la chica frente al Jefe de Policías, era Sole, mirando seria a aquel hombre.

-¿Cómo lo supo?-preguntó la albina.

-Sé que me estabas poniendo a prueba-sonrió Edgard-Aún así, supongo que lo supe porque... Hasta donde recordaba, la bolsa de Tsuki se estaba moviendo ligeramente desde dentro, debido al bebé dragón que está cuidando hasta nuevo aviso. Otro aspecto que me llamó la atención, fue que actuaste idéntico a como Tsuki hubiera actuado, pero a medida que continuábamos hablando, cada vez pasabas a actuar como la personalidad de Solitude que mostraste durante el interrogatorio.

-... Vaya, fue muy perspicaz-dijo Sole con una ligera sonrisa.

-Tienes una capacidad de actuación y reacción bastante buenas... Diría que excelentes. Si hubiera estado otro en mi lugar, no hubieras sido descubierta. Tus pequeños errores solo los podría haber notado yo. Otro en mi lugar, se hubiera creído que eras Tsuki san hasta el final. O sea, tu actuación era perfecta, excepto delante de mí-dijo Edgard con una sonrisa.

-Estoy impresionada, la verdad-mencionó Sole sinceramente.

-Aún así, incluso yo tenía mis dudas. Por eso te comencé a hacer preguntas llamándote con el nombre de ¨Tsuki¨ para que bajaras la guardia. De esa forma, cuando te llamara por tu nombre real, continuarías hablando con normalidad, afirmando que efectivamente, no eres Tsuki-dijo Edgard.

-Fue una buena estrategia-sonrió Sole.

-Además, en Esmelt practican la magia de hechicería y brujería. Solo de esa forma podrías haberte transformado en otra persona, con una poción de brujería. Y dado que revelaste tu verdadera apariencia antes de salir de la mansión, supongo que tienes contigo aún más de esa poción para salir sin levantar sospechas-añadió el hombre, y la albina sonrió cerrando los ojos, sacando de su bolso, un frasco con un líquido de color rosado.

-Efectivamente. Es esta la poción que usé-comentó la peliblanca-Aunque... En realidad, preví que todo esto podría pasar. De hecho, estuviera decepcionada si el grandioso Jefe de Policía de Sefiro, no hubiera visto a través de la poción...-pensaba Sole con una sonrisa orgullosa mientras abría solo su ojo izquierdo para mirar de forma disimulada hacia Edgard que tenía sus dos ojos cerrados aún-... Aunque Kisara chan o Danna chan pueden cambiar la apariencia de cualquier persona con su magia demoníaca y divina respectivamente, le pedí a Mary chan que me prestara una de las pociones que ella siempre lleva consigo. Mary chan es una bruja, después de todo. Siempre se puede confiar en ella para este tipo de cosas. Obviamente, no quería ponerle las cosas tan difíciles a Edgard san, así que aunque en una situación normal de infiltración hubiera pensado en detalles como el dragón dentro del bolso de Tsuki, lo pasé por alto. De esa forma, si Edgard san me descubría, cumpliría los requisitos mínimos para que yo comenzara a confiar en él. Aún así, no puedo decirle detalles como que los clones de una mitad demonio y una semidiosa representantes de Esmelt están dentro de Sefiro, por eso, seguiré haciéndole creer que la única forma que tengo para cambiar de apariencia, es esta poción... Después de todo, es de conocimiento general en todo ¨OnMortal-Line¨ que Esmelt es uno de los pocos reinos que practica la hechicería y brujería. Por supuesto, Sefiro no posee pociones como estas, y mucho menos sabe hacerlas, ese aspecto fue importante para ejecutar mi plan...-pensaba Sole orgullosa.

-Bueno, si estabas dispuesta a ponerme a prueba... Es algo que tengo que admirar-dijo Edgard abriendo los ojos para mirar a Sole, la cual ya tenía los ojos abiertos y observaba con una afable sonrisa al Jefe de Policías-No todos tienen tanto coraje como has tenido tú. Es admirable.

-¿Usted no tiene ningún problema con la gente de Esmelt?-preguntó Sole sonriendo amablemente.

-Realmente no. Durante la guerra nórdica, fui compañero de muchas personas de Esmelt. Especialmente me llevaba bien con Bilius san, que en paz descanse. Formamos una linda amistad, y de no ser por la rivalidad entre Sefiro y Esmelt, podríamos haber pasado más tiempo juntos-mencionó Edgard con una sonrisa.

-Bilius... ¿El maestro de Jaden san?-se preguntó Sole curiosa en su pensamiento.

-Es por eso que... No juzgo a las personas según de dónde proceden. Tiene más sentido juzgarlas según hacia dónde quieren ir-tras decir esto, Sole se sorprendió por las palabras de aquel hombre que parecía recio, pero ahora por alguna razón, su voz sonaba gentil.

-... Son unas palabras muy sabias-dijo la albina con una afable sonrisa.

-No importa lo que digan los demás, todas las personas no son iguales, no importa si se criaron en el mismo lugar. Si fuera tan fácil identificar quiénes son los malos y quiénes son los buenos, la maldad no existiría, así como la bondad.

-... Supongo que tiene razón-dijo Sole medio reflexiva por las palabras del adulto.

-... En cuanto a tu sugerencia, Solitude san...

-Ah, puede llamarme ¨Sole¨, lo prefiero-dijo la albina con una sonrisa.

-Bien... En cuanto a tu sugerencia, Sole san, obviamente quería investigar acerca de una posible conexión entre este incidente y el caso del contrabando.

-... Usted... ¿Sospecha de alguien en específico?-preguntó la albina hablando seria, a lo que Edgard sonrió confiado.

-Si no fuera el caso, no hubieras confiado en mí al punto de probarme, ¿no?

-... Sí, tiene razón-afirmó la peliblanca con una sonrisa-Ciertamente... la razón por la que decidí confiar en este hombre, fue por su actitud al llegar al orfanato. Desafió las órdenes del propio rey. Incluso en Esmelt o en el Imperio Sandler y en otros reinos donde he estado, no importa cuánto orgullo tengas o qué tan elevado cargo ocupes... las órdenes del rey son sagradas. Pero Edgard san las rechazó. Si bien fue de mi parte una actitud arriesgada, he avanzado hasta este punto gracias a mi instinto... Y Edgard san fue capaz de reconocer mi confianza y aceptarla, al punto de hacerla recíproca.

-Obviamente sospecho de Orland von Sefiro-dijo el Jefe de Policías con una gran seriedad. Si bien Sole esperaba una confirmación así, igual le resultó sorprendente la seguridad y firmeza con la que Edgard expresó su criterio.

-...

-Me convertí en Jefe de Policías tras obtener con mucho esfuerzo, varios méritos a lo largo de mis años de vida. Yo era un niño pobre, huérfano, vi muchas cosas horrorosas en una sociedad que me dispuse a cambiar... Y a pesar de mi procedencia, aproveché todas las oportunidades que vi y ascendí hasta este punto... Aún así, nunca pude confiar plenamente en el Rey Orland...-dijo Edgard, mientras Sole parecía cada vez más interesada en sus palabras-... Si bien él nunca dejó evidencia de que hiciera algo malo... tampoco mostró pruebas de que no hizo algo malo.

-Entiendo su punto.

-He tratado de desenmascararlo todos estos años, pero me ha sido muy difícil... Pensé que como Jefe de Policías, podría tener más acceso que el resto de las personas, pero... Resulta que justo por tener un cargo tan importante, a estas alturas mis acciones se ven limitadas.

-¿El Rey Orland también desconfía de usted?

-Posiblemente, pero no me ha despedido o siquiera intentado, porque he logrado ganarme mi puesto de forma demasiado honrada, y él lo sabe. Él sabe que tengo el apoyo de todo el pueblo de Sefiro. E incluso si intentara atentar contra mi vida, no le sería fácil. Soy un soldado, y uno muy fuerte sin intenciones de alardear sobre mí mismo.

-... ¿No tiene interés en saber porqué estoy interesada en estos detalles?

-... Eres una muchacha increíblemente honesta-sonrió Edgard gentilmente.

-Gracias, supongo-dijo Sole sonriendo levemente divertida.

-Sí, es un halago. Pero no te preocupes. Puedo hacerme una idea de cuáles son tus intenciones. Aunque fueras una espía de Esmelt, eso no me importa, de hecho, tal vez me beneficie. Si puedo desenmascarar a Orland con tu ayuda y la de Esmelt, estaría muy agradecido.

-¿Por qué no les ha pedido ayuda a otros reinos?

-No podría hacer algo tan imprudente-dijo Edgard, dejando un poco confundida a Sole-Nunca se sabe quién puede ser un enemigo real o no. Incluso si algún país hubiera aceptado ayudarme, no tendría la certeza absoluta de que fuera una farsa para ponerme en la palma de la mano de Orland. De ese hombre espero de todo. Tal vez tenga secuaces alrededor de todo ¨OnMortal-Line¨. Y aunque le hubiera pedido ayuda a Esmelt, si Orland se llegara a enterar por un medio u otro de mis acciones, resultaría en un error tremendamente imprudente. Sería echar por la borda todo el esfuerzo que he hecho hasta ahora.

-... Entiendo.

-Por eso, decidí confiar en ti-dijo Edgard con una ligera sonrisa, sorprendiendo levemente a Sole-... Una muchacha audaz que me atacó con una espada de confianza. No dudaste en confiar en mí pese al riesgo que podrías haber estado corriendo. En serio admiro tu coraje. Así como tú decidiste apostar por confiar en mí... yo apostaré por confiar en ti.

-... En serio agradezco su confianza-dijo Sole un poco ruborizada, tratando de no aparentar su sonrojo, pero Edgard sonrió tiernamente al verla.

-... Además, aunque pidiera explicaciones de tu parte, dudo que me las des. Supongo que si Esmelt ha enviado personas hacia aquí, significa que están actuando después de tanto tiempo. No quiero estorbar en sus planes mientras ustedes no estorben en los míos.

-Completamente justo-sonrió Sole orgullosa.

-Aclararé esto. Como Jefe de Policías, me especializo en investigar armas y su uso potencial. Puede que logre interferir para encargarles el cuidado del bebé dragón que al final, están usando para esos fines.

-¡¿En serio?!-preguntó Sole muy sorprendida.

-Sí-afirmó Edgard con una sonrisa-Pero tendría que cuidarlo alguien de vuestro grupo, que no venga de Esmelt.

-No hay problema. Es completamente entendible. De hecho, la verdadera Tsuki le estará muy agradecida por esto-dijo Sole sonriendo muy contenta.

-¡Achú!-detrás de la misma pared que antes, Tsuki estornudó y se rascó la nariz con los ojos un poco llorosos.

-¿Estás bien?-preguntó Kurebai confundido.

-¿Alguien estará hablando de mí?-preguntó curiosa la mitad elfo.

-¿Crees en esas cosas?-preguntó Kisara arqueando una ceja de forma incrédula.

-Lo que no creo es que Sole haya decidido ir hacia allá usando mi apariencia. Si me meto en un problema es por su culpa-se quejó Tsuki-Vale que soy la única chica del grupo de Sefiro, pero no quiero que abusen de eso.

-Te fastidias-dijo Kisara seria sin inmutarse, haciendo que Tsuki inflara sus mofletes un poco molesta, a lo que la mitad demonio continuaba estoica.

-Fue una petición de Sole, y Kisara la consiente mucho. Acostúmbrate-dijo Mary que se encontraba recostada a la pared, con mucha más pereza que la mitad demonio, que ya era demasiado decir.

-Oh, ¿Sole es como tu hija adoptiva, Kazari?-preguntó Kurebai colocando sus manos detrás de la cabeza mientras mostraba solo un ligero interés en el tema.

-De nuevo, ¿quién es Kazari?-preguntó Kisara un poco confundida.

-Sole vendría siendo la hermana menor de Kisara, aunque es cierto que por lo mucho que la consiente, Kisara vendría siendo su madre, o su abuela-bromeó Danna un poco divertida, y Kurebai sonrió de forma bromista.

-Sí, Kazari es ya una vieja-rió el pelinegro, mientras Kisara puso los ojos en llamas debido a la furia, y le metió una patada a Kurebai en el abdomen. El pelinegro se sorprendió mientras acostado en el suelo, colocaba ambas manos en su barriga, quejándose del intenso dolor-¡¡Ahhh!! ¡¡Qué fuerte pega esta vieja!!

-Bueno, haré como Arien y Yuki, y me iré-mencionó Mary seria como de costumbre, llamando la atención de todos los presentes-Después me cuentan cómo le fue a Sole. No tengo un interés en particular para recuperar esa poción, tengo muchas más-decía mientras se alejaba.

-... ¿Le pasa algo a Mary chan?-preguntó Josh confundido.

-Está un poco rara últimamente, la verdad-dijo Danna colocando sus dedos en su barbilla, de forma pensativa.

Miércoles 17 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-calles de la Ciudad Central de Sefiro, 4:40 PM-

-¿Quieres helado de menta o de chocolate?-preguntó Arien señalando los sabores que había en el letrero del puesto de helados al aire libre.

-... Chocomenta-mencionó Yuki en voz baja.

-¡Le agarraste el gusto estos últimos días, ¿eh?!-preguntó Arien sonriendo divertido, pero dejó de sonreír al notar la seriedad que continuaba en el rostro de la semihumana.

Ahora un poco incómodo, el peliazul pidió dos barquillos y le ofreció uno a ella.

Se sentaron en un banco a la sombra y mientras Arien observaba a niños jugueteando en el parque frente a ellos, los dos muchachos tomaban sus helados. Bueno, al menos Arien. Yuki solo sostenía el barquillo y lo miraba fijamente pero sin emoción en su rostro.

...

-¡Ah! ¡Yuki, se está derritiendo tu helado! ¡¿Por qué no has tomado tu helado todavía?!-preguntó Arien preocupado, en lo que sacaba un pañuelo de su bolsillo y limpiaba las manos de la semihumana, así como el barquillo sin embarrar demasiado el pañuelo.

-...

-... Tienes que tener cuidado con el helado, Yuki-mencionó como un regaño pero con un toque divertido en su voz, demostrando que en realidad no estaba molesto y solo lo decía en broma.

-...

-...

-... Arien...

-¿Sí?-preguntó el peliazul mientras continuaba limpiando el helado derramado por las manos de la semihumana.

-... ¿Cuándo Oskar y los demás del orfanato despertarán?

-...

-...

-...-Arien se abstuvo de seguir limpiando, ahora con los ojos bien abiertos, sin creerse lo que acababa de escuchar. Con un poco de esfuerzo, el peliazul logró finalmente levantar su cabeza y observar el rostro de Yuki frente a él.

La semihumana había volteado su rostro hacia Arien. La mirada de Yuki así como toda su expresión, demostraba cansancio y... tristeza. Esa aflicción en el rostro de la semihumana, entristeció de paso a Arien, quien parecía a punto de romperse a llorar en cualquier momento. Soportar aquella inocencia frente a él, parecía demasiado para el peliazul.

-Yuki... Yo...-decía Arien aún no muy convencido sobre lo que debía decir.

-... ¿Sus cuerpos estarán así para siempre? Es decir... ¿sus cuerpos no volverán a ser como antes? ¿Tendrán ese aspecto tan lamentable de ahora en adelante?... ¿No volverán a hablar? ¿Caminar? No... ¿no podrán abrazar otra vez?... Creo que le había prometido a Oskar darle un abrazo... ¿al menos... podría abrazarlo una vez más si ya no se pueden hacer tantas cosas?

Mientras Yuki preguntaba completamente curiosa y confundida, levantando una mano frente a ella y recordando la calidez de su tacto al tocar al adorable niño Oskar que apenas había aprendido a caminar antes de aquella horrible escena... Arien cada vez menos podía aguantar escuchar todas esas preguntas tan difíciles de responder. El rostro del peliazul comenzó a ponerse rígido. Él trataba de retener sus lágrimas, frunciendo sus labios con sus dientes.

-... Yu... Yu...-sin poder decir algo más, Arien colocó ambos brazos por encima de los hombros de la semihumana y la abrazó mientras lloraba muy afligido. Yuki en cambio, solo abrió ligeramente los ojos, aún sin comprender lo que sucedía. Arien aún sostenía apenas su barquillo en su mano derecha, ahora detrás de la cabeza de la semihumana tratando de no ensuciarla. Yuki pasó a sostener su cono con las dos manos, pero su cabeza sobre el hombro del peliazul aún mostraba una mezcla de sorpresa y confusión.

...

-... Están... muertos... ¿eh?-preguntaba Yuki después de que al parecer, Arien le había explicado todo. Ahora los dos se encontraban caminando por las calles traseras de la ciudad. El peliazul estaba un poco preocupado por la reacción que tendría la semihumana una vez que él le había explicado todo de la mejor manera que se le ocurrió, siéndole totalmente sincero.

-... Sí...-afirmó débilmente Arien.

-... Ya... Ya ve... o...-Yuki dividió las sílabas de esas dos palabras, con un toque de pesadez, hasta que decidió detenerse, para confusión de Arien que igual se detuvo preocupado por la chica ojiazul.

-... ¿Yu... Yuki?-preguntó preocupado.

-... Eso significa que... Significa que... ¿En serio no volveremos a interactuar nuevamente con Oskar y los demás?-preguntó la semihumana mirando al suelo sin rastro de emoción alguna en su rostro.

-... Sí...-respondió un poco triste Arien, luego disponiéndose a tratar de suavizar la situación, aún un poco nervioso-... Bueno... Es decir... Cada cierto tiempo podemos ir al cementerio donde los lleven, para visitar sus tumbas... No significa que tenemos que olvidarlos, todo lo contrario. Es algo lamentable, pero... Me gusta creer que... ellos no quisieran que nos sintiéramos eternamente tristes por su ausencia... ¿no crees?-preguntó Arien con una ligera sonrisa.

-...-Yuki asintió ligeramente con la cabeza, pero aún miraba solo hacia el suelo.

-... Maldita Sole... ¿De dónde sacó que tengo buen tacto con Yuki? Soy un inútil. De seguro Yuki solo se está sintiendo cada vez peor...-pensaba preocupado.

-... Arien...-Yuki mencionó el nombre del peliazul. Este volteó su cabeza hacia ella y se sorprendió al observar que la semihumana se encontraba llorando. Sus lágrimas caían de sus mejillas y salpicaban en el suelo-... ¿Estoy... llorando?...-preguntó la ojiazul que parecía confundida y afligida.

-... Sí-afirmó Arien comenzando a entristecerse también.

-Pero... ¿No se supone que ellos querrían que yo no estuviera demasiado triste por su ausencia?-preguntó Yuki entre lágrimas, mirando sentimentalmente a Arien, quien ya no parecía que fuera a llorar, pero sin dudas se sentía triste.

-...-Arien colocó su mano derecha en la cabeza de la semihumana-... Si te soy sincero... Eso de que ellos querrían que no nos sintiéramos eternamente tristes por su ausencia... es tan solo una forma egoísta de satisfacernos nosotros los vivos... Porque... sinceramente creo que no está correcto renunciar del todo a esa tristeza... porque significa que sufrimos porque ellos eran importantes para nosotros, ¿no?... Es triste, pero es hasta cierto punto... importante...-decía el peliazul mientras acariciaba la cabeza de la semihumana, la cual asintió con la cabeza y comenzó a secarse sus mejillas con las manos.

Miércoles 17 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-calles de la Ciudad Central de Sefiro, 5:00 PM-

-En serio, ¿cómo terminé enamorándome de esta persona?-se preguntaba Mary en su pensamiento, sentada al lado de un niño peliverde de ojos dorados, que disfrutaba un barquillo de helado mientras tenía un poco virado su cuerpo, observando lo que sucedía detrás de él. Precisamente, estaba mirando a las personas caminando en su día a día, no más que eso.

-¡Oh! ¡Mary chan!-dijo el niño virándose ahora hacia la muchacha pelimorada, que miró al pequeño de reojo, aún con seriedad y desinterés-¡Perdona, no te lo había dicho aún! ¡Gracias, muchas gracias por el helado!-agradeció el niño con una encantadora sonrisa.

Si bien Mary se encontraba seria, casi sin emoción, no pudo evitar apartar la mirada y ruborizarse hasta las orejas mientras escondía su rostro detrás de las rodillas levantadas, con los pies sobre el banco donde los dos estaban sentados.

-Maldición... ¿Por qué me enamoraría de él?-pensaba Mary-... Es decir... Es tan inmaduro... No, no es inmaduro. Es todo menos eso. Él es muy maduro, es solo que a veces, actúa muy infantil, justo como ahora... ¿Qué tiene precisamente en la cabeza?... Es más... ¿Qué tengo precisamente yo en la cabeza para haberme enamorado de esta persona?... Sí... ¿Cuándo fue que me enamoré de esta persona?... ¿Cuánto tiempo llevo enamorada... del Rey Arthur?-se preguntaba mirando aún al niño que sin voltear a verla, continuaba observando a las personas caminando frente a él.

5 de marzo del año 1993, Después de la Creación
-Pueblo Phadabis, cerca de los límites con el Reino Esmelt, 11:00 AM-

-Es una bruja, no puedes esperar nada bueno de ella-mencionaba una mujer hablando con desprecio.

-Sí. Tienes razón-dijo la otra mujer con la que hablaba.

-Dudo que la brujería sea importante en el futuro. Deberían matar a todos los hechiceros y a todas las brujas, antes de que decidan atacarnos-mencionó la primera mujer, mientras Mary, niña de 9 años en aquel entonces, parecía desilusionada, cabizbaja, mirando las pesadas esposas que aprisionaban las muñecas de sus manos.

-El Señor Fabius seguro esperará a que sea mayor para abusar de ella. Después de todo, es una bruja, pero es muy linda a pesar de ser tan joven. Cuando crezca, será sin dudas una belleza-comentó la segunda mujer.

-El Señor Fabius está siendo muy gentil en esperar a que crezca para abusar de ella, sí-afirmaba la primera mujer con una sonrisa convencida.

-¿Has visto su cabello bicolor? Dios Mío, eso es del diablo-dijo medio asqueada la segunda mujer.

-Sí, sí-afirmó sonriendo medio repugnada y de forma malévola la primera mujer.

-... Vámonos-dijo un hombre de pelo negro y ojos azules, saliendo de un edificio. Se acercó a la pequeña Mary y esta volteó a verlo al notar que hablaban con ella. El hombre, de unos 30 años, si bien era apuesto, tenía una mirada maliciosa, y más cuando se le quedaba viendo a la pequeña niña.

-... Sí-afirmó Mary en voz baja, sin emoción.

La pequeña pelimorada de mechas rosadas, siguió al hombre durante todo el camino hasta llegar a la mansión donde este vivía. Como era costumbre, la niña luego fue acompañada por una sirvienta hacia la cocina. Sus poderes de bruja, eran útiles para todo tipo de labores y se veía obligada a trabajar más de 10 horas seguidas, sin descanso alguno. A veces la obligaban a levantarse un poco más temprano de lo habitual.

La mansión de Fabius era la casa más adinerada de aquel poblado. Se trataba de un pueblo cerca de la capital de cierto país. Era un lugar importante para que se llevara a cabo el comercio entre ese reino y Esmelt.

5 de marzo del año 1993, Después de la Creación
-Pueblo Phadabis, cerca de los límites con el Reino Esmelt, 2:00 PM-

-... ¡Mia, Mia!-llamó una pequeña niña a Mary, quien continuaba moviendo los objetos con su magia de bruja. La pelimorada sin emoción en su rostro, bastante exhausta por haberse levantado y no haber desayunado o almorzado algo en lo que ya eran casi las 10 horas que le tocaban de trabajo, volteó a ver a la otra niña.

La otra pequeña, era Fiola, la única hija de Fabius. Cabello rojo y ojos azules. Tenía solo un año menos que Mary. Fiola iba a cumplir sus 9 años en abril. Su mamá murió por una enfermedad y su padre sin pasar tiempo con ella, le compraba todo lo que quería para contentarla.

Fiola personalmente no se sentía mal por casi no pasar tiempo con su papá, después de todo, tenía a Mary, quien era la única niña en esa mansión aparte de Fiola.

-¡Mia, Mia! ¡¿Después de que termines de trabajar vendrás a jugar conmigo?!-preguntó Fiola muy contenta mientras abrazaba su oso de peluche contra su pecho.

-...-si bien Mary se le quedó mirando seria y fijamente los primeros segundos, después de pensarlo, sonrió amablemente pero con sus ojos entrecerrados por el cansancio-Sí... Por supuesto-afirmó la pelimorada, lo que alegró enormemente a la pequeña niña que comenzó a saltar con alegría.

-¡Sí, sí, Mia va a jugar conmigo!-festejó la pelirroja.

Si Mary hubiera podido, se hubiera negado a esa petición. Pero sus cadenas no eran solo fachada. Esas esposas tenían un hechizo. Mary no podía desafiar las órdenes de sus patrones y mucho menos escapar. Al mínimo intento, una descarga eléctrica recorrería su cuerpo y la dejaría más que debilitada. Ligeras quemaduras estarían con ella algunos días después de esas descargas.

Mary ya lo había intentado. No podía huir, no podía decirle que ¨no¨ a Fiola cuando le pedía que jugara con ella pese al cansancio de dormir tan poco y trabajar tanto. Incluso Mary intentó envenenar a sus patrones para escapar, pero el hechizo se activaba igual contra cualquier intento de atentado hacia sus jefes.

Una vez, jugando en la habitación de Fiola, Mary se desmayó por la falta de sueño. Aunque la pelirroja le pedía que se levantara y continuara jugando, Mary estaba inconsciente. Desmayada, no importaba si desafiaba las órdenes de sus patrones, así que no recibía descargas eléctricas... Puede que después de todo, haya sido mejor estar inconsciente.

-... En momentos como estos, te das cuenta de que no importa cuánto poder tengas... a veces solo puedes esperar a ser salvado por otros-mencionó la sirvienta que al lado de Mary, la ayudaba y supervisaba con sus labores todos los días. La sirvienta, llamada Hannah, era una persona agradable aunque reservada, que nunca trató mal a Mary a diferencia de algunas personas en esa mansión. La pequeña pelimorada ahora, miró hacia la mujer y se sorprendió ligeramente por aquellas palabras.

6 de marzo del año 1993, Después de la Creación
-Mansión de Fabius, Pueblo Phadabis, 2:00 PM-

-Bienvenido, Rey Arthur-dijo Fabius recibiendo al joven monarca en la amplia sala de su mansión. El Capitán Bilius lo acompañaba serio e imponiéndose como de costumbre-Trae un poco de té-dijo dirigiéndose a la sirvienta Hannah, la cual asintió con la cabeza y salió de la sala hacia la cocina.

-Gracias por la hospitalidad, Señor Fabius-dijo Arthur con una tierna sonrisa.

-No. Debo estar agradecido con vuestra presencia. Me sorprende que el Rey Arthur haya venido hasta aquí para atender personalmente los asuntos comerciales-sonrió Fabius sentado en el sofá frente al de Arthur.

-Bueno, he estado escuchando rumores-mencionó Arthur con una risueña y hasta adorable sonrisa, pero que hizo sudar frío a Fabius, quien sonreía pero mostrándose tenso, muy rígido.

-... Mmm... ¿Rumores?-preguntó Fabius fingiendo confusión, aún con una sonrisa.

-Entiendo que en este país está permitida la esclavitud, ¿verdad?-preguntó Arthur sin dejar su afable sonrisa.

-... Sí-afirmó levemente preocupado Fabius, aún tratando de mantener una sonrisa.

-... Mmm... Pero los ¨hechizos de dominio¨ hasta donde yo sé, están prohibidos en todos los reinos de ¨OnMortal-Line¨, ¿no lo sabía?-preguntó Arthur fingiendo sorpresa con una actuación completamente tranquila y parecía incluso infantil.

-S... Sí, por supuesto-asintió Fabius cada vez más nervioso pero aún tratando de mostrar una sonrisa.

-Qué bueno que usted no practica ese hechizo en sus dominios, ¿verdad?-preguntó Arthur sonriendo encantadoramente.

-N... No, c... claro que n...-iba a terminar de negar Fabius cuando el Rey Arthur aún en su fachada de ¨inocente¨ continuó hablando con más entusiasmo.

-¡He oído que pequeños pueblos practican el uso de ese tipo de hechizos! Pequeños pueblos parecidos a este, por ejemplo. ¡¿No le parece increíble?!-preguntó Arthur.

-... S... Sí... Co... Completamente increíble-dijo Fabius muy nervioso.

-Aquí traigo el té-tras escuchar esta voz, Fabius sintió un escalofrío. Esto obviamente, no estaba en sus planes. En cambio, Arthur sonrió levemente orgulloso... La que había hablado, entrando a la sala con una bandeja en su mano y dos tazas con té sobre ella, era Mary... por supuesto, usando sus esposas.

Fabius tragó en seco, completamente atónito, sin creerse lo que estaba ocurriendo. Mary dejó la bandeja sobre la mesa entre ambos sofás, y aunque se había mantenido completamente seria sin emoción, la confundió el extraño y repentino silencio. Al levantar la cabeza, primero volteó a ver confundida hacia Fabius. Este se mantenía perplejo, completamente preocupado. Más confusa aún, Mary miró ahora hacia su otro lado, sorprendiéndose al ver a aquel joven apuesto y encantador, que hizo sonrojar a la pequeña pelimorada. Además, Arthur miraba a la niña con una gentil sonrisa.

-... Esto...-Fabius trataba de idear una excusa, pero se encontraba evidentemente nervioso.

-¡Oh, qué curioso!-fanfarroneó Arthur levemente divertido-Se me está ocurriendo... ¿Será que el Señor Fabius practica el uso de los ¨hechizos de dominio¨?... Nah, no puede ser... ¡Jajaja!-se rió divertido Arthur, mientras que Fabius solo se limitaba a sonreír nervioso-... No puede ser... ¿Verdad?-la última palabra, resonó como un eco maligno, que erizó a Fabius. Efectivamente, Arthur le mostró una mirada tenebrosa al pelinegro dueño de la mansión, que estaba completamente asustado en esos momentos-... En fin-dijo Arthur levantándose-Tengo la autorización de la Organización Arkaika que rige el sistema de todos los reinos de ¨OnMortal-Line¨... para despojarlo de todos sus cargos y riquezas tras comprobar que realmente usted practicaba el delito de uso del ¨hechizo de dominio¨... Espero que lo haya disfrutado hasta hoy.

-...-Fabius estaba perplejo, sin habla alguna.

-... He escuchado unos rumores desagradables por el pueblo en lo que llegaba hasta aquí. Me gusta escuchar lo que tienen que decir las personas, es entretenido e interesante... ¿Acaso en serio... planeaba abusar de esta niña cuando ella fuera mayor?

-... E... Mi... Mi esposa murió... bastante generoso fui con la intención de esperar a que creciera...-sonrió pérfidamente Fabius.

-Mmm... De por sí ya tenía ganas de matarte, pero... Supongo que me controlo por el hecho de que aún no pusiste tus sucias manos sobre esta niña-dijo Arthur mirando hacia arriba mientras decía en voz alta sus pensamientos.

-Bueno, procedo a detenerlo-dijo Bilius apartando la pipa que estaba usando sin la más mínima emoción.

6 de marzo del año 1993, Después de la Creación
-fuera de la Mansión de Fabius, Pueblo Phadabis, 2:00 PM-

-¡Bien!-exclamó Bilius tras blandir con impulso su espada, de forma tal que cortó las cadenas de Mary, finalmente rompiéndolas. La niña pelimorada estaba sorprendida mientras ya no sentía la presión de las esposas en sus muñecas-No te sorprendas tanto. Es normal. Esta espada puede cortar absolutamente todo. Es la Espada Legendaria-mencionó orgulloso Bilius con una sonrisa de alarde.

-Nunca pierdes tiempo para presumir sobre tu espada, ¿eh?-preguntó Arthur divertido aunque a la vez incrédulo por la actitud de su escudero.

-Obviamente-afirmó Bilius.

-... Esto...-mencionó Mary un poco tímida, llamando la atención de los dos hombres.

-Oh, ¿qué sucede?-preguntó Arthur con una gentil sonrisa.

-... ¿Qué va a suceder con Fiola san?-preguntó curiosa Mary.

-Ah, ya veo. No te preocupes, Fiola san será enviada con su familia materna que se encuentra en el siguiente pueblo. No son tan adinerados, pero podrán encargarse de ella-le explicó gentilmente Arthur a Mary, la cual se mantuvo seria, en silencio.

-... ¿Cómo sabían lo que pasaba aquí?-preguntó Mary estoica pero curiosa.

-¿Por qué crees que Hannah san te pidió que trajeras tú el té?-preguntó Arthur sonriendo encantadoramente, sorprendiendo a Mary-Fue Hannah san quien lo planeó todo. Su hermano mayor hace unos años comenzó a trabajar en Esmelt como soldado de nuestro Ejército. Hannah san le contó todo lo que sucedía aquí, y su hermano me lo contó a mí. Hannah san en especial estaba preocupada por tu situación. De hecho, deberías agradecerle, ¿no crees?-preguntó risueño.

-... S... Sí...-afirmó aunque un poco débil Mary. Justo en ese momento, Hannah estaba saliendo de la mansión junto a Fiola que parecía confundida sobre lo que estaba sucediendo.

-¡Hannah san!-gritó Arthur levantando la mano derecha para llamar la atención de la sirvienta. Mary se tensó por la actitud despreocupada del joven rey, pero Hannah volteó hacia Arthur, y luego de dejar a Fiola con uno de los soldados de Esmelt enviados por el joven rey, se acercó al mismo.

-¿Sí?-preguntó con fineza la sirvienta.

-Ella quiere agradecerte-dijo Arthur señalando con una sonrisa a Mary, la cual se ruborizó avergonzada.

-Eh... Yo... Esto...-decía la niña pelimorada, mirando inconstantemente de un lado a otro. Hannah se sorprendió, pero sonrió agachándose de tal forma que su cara estuvo frente al rostro de Mary, llamando la atención de esta.

-No fue nada-dijo con una gentil sonrisa la sirvienta.

-... Aún así... en serio, gracias...-finalmente Mary seria, encontró el coraje para dar su agradecimiento-... Siempre cuidaste de mí lo más que podías, muchas gracias.

-Solo quería que los crímenes de Fabius no siguieran aumentando. Tú fuiste una razón de gran baluarte para que me llenara de coraje para luchar contra ello-dijo Hannah con una tierna sonrisa.

-... ¿Y ahora hacia dónde irás?-preguntó Mary curiosa-Ya no tienes trabajo, ¿verdad?

-Ah, trabajará en mi Palacio-afirmó Arthur con una confiada pero alegre sonrisa.

-¡Rey Arthur!-se quejó Bilius un poco molesto, confundiendo al joven monarca.

-¿Qué?-preguntó confundido Arthur.

-¿Cuándo entenderá que no puede andar por ahí acogiendo a todas las personas que se encuentren desprotegidas? Esmelt no es tan rico como para eso. Nuestra posición de alto rango en ¨OnMortal-Line¨ es solo por fuerza física y mágica, pero no económicamente-explicó Bilius como regañando a Arthur.

-Ya lo sé, pero... Creo que Hannah san puede tener un lugar perfectamente en estos momentos, ¿no?-preguntó el joven rey un poco nervioso, esperando la aprobación de Bilius, quien arqueó una ceja y sacó su pipa mientras cerraba los ojos analizándolo.

-Mmm...-Bilius continuaba pensándolo detalladamente, y Arthur cada vez se encontraba más nervioso, sonriendo intranquilo.

-No se preocupe por mí, Rey Arthur-dijo Hannah, sorprendiendo tanto a Mary, como a Bilius y al propio monarca-Tenía pensado ir a trabajar en la nueva casa de la Señorita Fiola. Ella debe sentirse muy confundida con todo esto sucediendo de repente. Salude a mi hermano de mi parte, por favor-mencionó con una sonrisa la sirvienta.

-... Cla... Claro-asintió Arthur no muy contento con la decisión de Hannah-¿En serio no quieres venir a mi Palacio? Allí además podrás estar cerca de tu hermano. De hecho, como son hermanos, podrán dormir en la misma habitación. ¡¿Viste, Bilius?! ¡Genial, ¿no?! ¡Así ahorramos en habitaciones!-pasó de preguntar confundido a la sirvienta, para dirigirse a su guardaespaldas que volvió a arquear una ceja, incrédulo ante el comportamiento de su rey.

-No. En serio lo prefiero así...-expresó Hannah gentil pero débil, para luego mirar hacia Mary, la cual tenía ligeramente su boca abierta, un poco confundida. La sirvienta sonrió al ver a la pequeña pelimorada, sorprendiendo a la misma que seguía confusa-... A cambio...-mencionó ahora dirigiéndose al joven rey, que al igual que Bilius, volteó hacia la sirvienta-... Si no resulta una molestia para usted... ¿acogería a Mary chan?-preguntando esto, la niña pelimorada abrió sus ojos con gran asombroso. Arthur se sobresaltó ligeramente confuso, para luego sonreír.

-Pero esa era la idea, ¿no? Eso habíamos acordado-dijo el joven rey con una sonrisa.

-Bien. Eso sigue siendo lo único que deseo-dijo Hannah haciéndole una pequeña reverencia a Arthur. La sirvienta acarició la cabeza de Mary y le sonrió-Pórtate bien. Seguro a partir de ahora sí lograrás ser plenamente feliz-diciendo esto, la pelimorada se sorprendió, para luego notar que Hannah apartó su mano de la cabeza de la niña, alejándose junto a Fiola, la cual aún sin comprender lo que sucedía, se encontraba caminando de espaldas hacia Mary, pero mirando por encima del hombro hacia la pelimorada.

Aunque aún confundida, Mary levantó su mano derecha como despidiéndose de la pequeña niña pelirroja, esta que se confundió, y sin comprender aún, solo se limitó a imitar el gesto de la pelimorada, despidiéndose de esta con la mano.

-... Entonces, te vienes con nosotros-dijo Arthur con las manos en las caderas, sonriente y tratando de sonar confiable, pero una vez que ni Fiola ni Hannah miraban hacia Mary, y se habían alejado lo suficiente, la pequeña pelimorada bajó la cabeza con gran seriedad.

-¿Por qué tendría que ir con usted?-preguntó Mary de forma fría, sorprendiendo grandemente al joven rey y a su escudero que casi se atraganta con el humo de su pipa.

-¿Eh?-preguntó Arthur confundido.

-A usted solo le conviene que una bruja termine apoyando a su reino Esmelt o como sea que se llame. Por eso me quiere dar asilo-mencionó Mary virándose seria hacia Arthur, quien boquiabierto no parecía creerse lo que oía, pero no había malicia o enfado en la expresión de confusión del joven rey-No le prometí a Hannah san que iría con usted. Ella y usted, ambos, solo asumieron eso. Ni siquiera me preguntaron lo que me parecía mejor. Lo siento, pero no quiero volver a sentir que me están usando. Quiero ser libre... Mis padres fueron asesinados por los esbirros de Fabius solo para poder capturarme. Como soy de ese 1% de brujas que nacen con poderes de brujería sin tener padres con dicho poder, obviamente para Fabius, solo yo era necesaria. Mató a mis padres justo delante de mí...-decía mientras recordaba pequeñas escenas de aquel horrible momento para una niña tan joven-... Eso me hizo comprobar que los humanos, en especial aquellos que gozan de una buena situación económica, son crueles.

-Vaya, esto no me lo esperaba. Pensaba que tendría que regañar a Arthur de nuevo por traer a un huérfano más al Palacio...-mencionó por lo bajo Bilius, ocupado con su pipa mientras observaba fijamente lo que sucedía con la niña pelimorada.

-... Has pasado por mucho, ¿eh?-preguntó Arthur analizando todo lo que la niña decía.

-Ni siquiera sé por qué le estoy diciendo todo esto a usted-dijo Mary aún seria-En resumen, que estoy en deuda con Hannah san, pero no me siento en deuda con usted. Si tuviera que sentirme agradecida con todos los que me ayudaron ahora, tendría que estar agradecida con todos los soldados que están a su cargo y que vinieron desde Esmelt, ¿no? Así que estar agradecido no es algo tan especial. Es imposible estar agradecido con todo el mundo. Además, ¿agradecida porque me sacaron de una situación en la que no pedí estar? ¿Agradecida porque me salvaron solo para llevarme a Esmelt para al final beneficiarse ustedes con el uso de mis poderes? Lo siento, pero ustedes son solo un poco diferentes de Fabius.

-¡Oye, niña, deja las faltas de respeto!-se quejó Bilius, pero Arthur estiró su brazo, dejándolo horizontal frente al escudero con la pipa, que terminó mirando confundido hacia su rey, el joven monarca que se mantenía serio. Tenía una expresión muy madura en su rostro, y decidió agacharse para que su rostro estuviera frente al de Mary, la cual también se encontraba estoica. Pero Arthur sonrió gentilmente.

-Entonces hagamos lo siguiente-mencionó el joven rey, confundiendo un poco a Mary-Puedes irte ahora mismo si lo deseas, pero... En serio estoy preocupado por ti. Exactamente porque sé lo mucho por lo que has tenido que pasar, considero que está mal de mi parte no ayudarte un poco más de lo que ya te ayudé. Eres libre de irte si quieres, claro, pero... Aprovechando tu poder de brujería... ¿por qué no hacemos un pacto de sangre?-preguntó Arthur, dejando grandemente impresionados a Mary y a Bilius, este que volvió a atragantarse con el humo de su pipa.

-¡¿Espere, qué?! ¡¡Rey Arthur, exijo una explicación!!-se quejó Bilius, pero el joven rey parecía no escucharlo, o mejor dicho se encontraba más atento a las expresiones de la niña.

-... ¿Un pacto de sangre?-preguntó Mary aún sorprendida y confundida.

-Sí, he leído de esos pactos en algunos libros. La mayoría de los hechiceros y brujas saben hacerlos, ¿no?-preguntó Arthur aún con una tierna sonrisa.

-... Sí... Yo sé hacerlos, pero... ¿en serio está dispuesto a entregarme su vida?-preguntó Mary aún confundida, y Arthur solo sonrió cerrando los ojos.

-Solo si tú estás dispuesta a entregarme la mitad de la tuya-expresó el joven rey, con una naturalidad y franqueza que hizo ruborizar a la pequeña pelimorada.

-¿Solo la mitad?-preguntó Mary impresionada.

-Sí. Es un buen trato para ti, ¿no?-preguntó Arthur mientras abría los dos ojos-Si te soy desleal, si te traiciono, si hago algo para lastimarte o perjudicarte... te entregaré toda mi esperanza de vida. Pero si tú me eres desleal, si me traicionas, si haces algo para lastimarme o perjudicarme... me entregarás solo la mitad de tu esperanza de vida-explicó Arthur mientras Bilius estaba completamente boquiabierto sin creerse lo que estaba oyendo, y Mary solo se encontraba sorprendida y sonrojada-... Si me traicionas, la mitad de tu esperanza de vida me será transmitida a mí, o sea, solo vivirás la mitad de tiempo que tenías destinado, pero... Si te traiciono, yo automáticamente moriré y todos los años que podía haber vivido, serán años de más que podrás vivir en mi lugar... ¿No es un buen trato?-preguntó Arthur ahora guiñándole el ojo derecho a Mary, la cual se ruborizó un poco más.

-... S... Sí... Es un buen trato-afirmó Mary aunque un poco tímida.

-¿Entonces aceptas el trato?-preguntó Arthur con una tierna sonrisa.

-S... Sí-afirmó la pequeña pelimorada.

-Bien...-dijo el joven rey que pasó a sujetar gentilmente la mano derecha de Mary, con sus dos manos, como un caballero o príncipe encantador hincando una rodilla en el suelo, a punto de una confesión-¿Cuál es tu nombre completo?-preguntó Arthur aún risueño, de forma encantadora.

-... Mia Mary Strega Samhain Blackwood-respondió la niña.

-Bien... Mia Mary Strega Samhain Blackwood...-mencionó Arthur sin titubear ni confundirse al mencionar el nombre de la pequeña pelimorada, la cual se sorprendió nuevamente cuando mencionaron su nombre completo-... Prometo siempre respetarte, serte siempre fiel y nunca defraudarte... Nunca te traicionaré ni lastimaré... ¡Puedes estar segura de ello!-expresó el joven rey, con una sonrisa gentil y unas palabras firmes pero dulces, que hicieron ruborizar a la pequeña Mary de ese entonces.

Hablando de ella, la ahora adolescente pelimorada, volvió de su recuerdo. Aún observaba a aquel niño que ya pareció terminar de tomar su helado, y que supuestamente era el Rey Arthur, y a saber por qué estaba en esa situación.

-... Él en ese momento sabía que el pacto no podría hacerse así como así, solo diciendo un par de palabras... Aún así... él dijo esas palabras. Sintió la necesidad de transmitirme esos sentimientos... Fue tan... Tan tierno...-pensaba Mary ruborizada, observando al niño que se chupaba los dedos con un leve rastro de helado en ellos.

-¡Listo!-dijo el pequeño Arthur levantando las manos con emoción.

-Sí, sí. Vámonos antes de que te descubran, Rey Arthur-dijo Mary levantándose, y siendo seguida por el pequeño y adorable niño.

-Si dices mi nombre acompañado de mi título de nobleza, me descubrirán más rápido, jeje-sonrió Arthur divertido.

-Fue usted solito quien se metió en este problema. Si sale mal, será solo culpa suya-dijo la pelimorada seria, pero aunque trataba de ocultarlo del pequeño niño, aún se encontraba sonrojada.

Miércoles 17 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-calles de la Ciudad Central de Sefiro, 5:20 PM-

-¿En serio quieres volver al orfanato?-le preguntaba Arien a Yuki, aunque los dos ya iban camino hacia allá.

-... Sí. Los demás deben estar sufriendo... Y tengo que disculparme por haber sufrido después que ellos, por culpa de mi ignorancia-mencionó Yuki, sintiéndose deprimida tras decir esto, sorprendiendo a Arien, quien sonrió débilmente.

-No tienes que disculparte, Yuki. Es decir, si quieres disculparte está bien, pero somos tus amigos, te comprendemos. No nos molestaríamos contigo por algo así, en serio-dijo Arien con una tierna sonrisa.

-... ¿Lo dices en ser...?-iba a terminar de preguntar Yuki después de una ligera pausa mirando al peliazul, pero de repente la semihumana tropezó con algo frente a ella. Tanto la chica como Arien, se sorprendieron, y más al darse cuenta de que no era un ¨algo¨, sino un ¨alguien¨.

-Ah, lo siento mucho, estábamos distraídos y no miramos por dónde íbamos, así que...-iba a continuar diciendo Arien como modo de disculpa, pero al levantar la mirada, su afable sonrisa desapareció para mostrar una leve preocupación. Sus ojos se abrieron con gran impresión mientras Yuki se rascaba ligeramente la nariz por chocar contra el fuerte pecho de aquel alguien, un hombre.

La semihumana también terminó levantando la cabeza y aunque ella particularmente no conocía a esa persona, Arien sí.

Después de todo...

Se trataba del Rey Orland von Sefiro.

Dicho rey miró serio y fijamente a la semihumana, a pesar de que había notado a su hijo al lado de la chica.

-Pa... ¿Papá?-preguntó Arien sorprendido por verlo, sin dejar de encontrarse nervioso y preocupado ante esa repentina situación.

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13 de diciembre del 2020
Aquí Karla :D

No pensaba escribir después de un capítulo de OnMortal, pero aquí estoy :V
Para disculparme por tanto tiempo sin actualizar xD

Este capítulo fue largo ;-;
Más de 11 mil palabras :V

¿Quieren el 9 ahora? :3

Pues nop :b

Realmente estoy muy entusiasmada con esta historia, y mientras más entusiasmo le tengo más quiero revisar antes de subir los capítulos. Quiero hacer un buen trabajo.

Al mismo tiempo no quiero abandonar mis otras historias como algunas que debo por ahí xD

Siento que si abandono una de mis otras historias, al final solo estoy fracasando después de tanto esfuerzo :V
Quiero resubir algunas historias como el fic de SAO y tengo que organizar mi tiempo para poder hacer todo lo que me propongo, lo que no es nada fácil xD

Ténganme paciencia :V

Besos, los quiero :D

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