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Capítulo 6: Recuerdos

-Oye...-dijo Kurebai en voz baja, llamando la atención de Sole que estaba a su lado y se sorprendió un poco al haber sido llamada por el pelinegro de ojos rosados.

-¿Qué sucede?-preguntó Sole curiosa.

-... Lo... Lo siento si soné insensible hace poco-dijo Kurebai mirando hacia el lado contrario de Sole, ocultando su tímido sonrojo. La peliblanca se sorprendió y terminó sonriendo tiernamente mirando al pelinegro.

-No, discúlpame tú a mí por gritarte de esa forma. Es que estaba preocupada por Danna chan. Ella, Kisara, Mary y yo somos amigas desde hace mucho tiempo, las quiero mucho-dijo Sole sonriéndole a Kurebai, el cual volteó a verla, menos sonrojado pero aún con un ligero rubor. El pelinegro sonrió aliviado tras escuchar a Sole.

-Bueno, me alegro de que no le pasara nada a tu amiga y... bueno... ya sabes...-dijo ahora apenándose un poco, lo que solo provocó confusión en Sole.

-¿Ya sé qué?-preguntó confundida la peliblanca.

-Ya... ya sabes... Que... ya todo está bien... bien... bien entre nosotros, eso...-dijo Kurebai que todavía se mantenía tímido, y el rubor en sus mejillas se propagó alcanzando su nariz. Sole estaba sorprendida, pero terminó riendo divertida-¡¿D... De qué te ríes?!-preguntó Kurebai apenado.

-Es solo que cada vez me sorprendes más, eres interesante-dijo Sole mirando al pelinegro con una tierna sonrisa, que hizo sonrojar aún más a Kurebai, este que terminó por voltear de nuevo su mirada, haciendo sonreír más ligeramente a la peliblanca.

-¡Jaden sensei!-dijo un chico de cabello negro y ojos verdes, acercándose a Jaden, el cual se detuvo junto a los demás, para atender al muchacho que medía aproximadamente 1.74 y parecía ser un chico serio pero amable a simple vista.

-Oh, Unde-dijo Jaden alegre por verlo.

-¿Quién es?-preguntó Kurebai curioso.

-Es uno de los magos que fueron parte del intercambio de Esmelt a Sefiro. Pero además, era mi discípulo allá en Esmelt-dijo Jaden orgulloso de su alumno.

-Sensei, lo estaba buscando porque ya deberíamos ir a la habitación donde residiremos aquí en Sefiro. Sería de mala educación con los dueños de la residencia-dijo Unde.

-Tienes razón-dijo Jaden comprendiendo la situación-Muy correcto de tu parte, Unde. Bien hecho-dijo ahora revolviendo un poco el cabello medio alborotado de su discípulo.

-Ah, por cierto, le presento a la hija de los dueños de la residencia. Es muy agradable. Como fui el primero en ir a la residencia, me la encontré y se ofreció a darme un pequeño recorrido por los lugares más interesantes de Sefiro, aprovechando que yo lo estaba buscando a usted, sensei-dijo Unde.

-Oh, bien, bien-dijo Jaden sonriente.

-Es ella-dijo Unde ahora señalando a una muchacha que se acercó sonriente hacia el grupo-Su nombre es Mirai Kuriyama.

-¡Encantada!-dijo muy alegre la muchacha.

-Encantados-dijeron los demás, excepto Kurebai que se había sorprendido enormemente, tanto que bajó sus brazos de detrás de la cabeza, lo que llamó la atención de Sole que notó los abiertos ojos del pelinegro debido a la impresión.

-Mirai...-dijo Kurebai sorprendido, llamando la atención de la mencionada, que se impresionó igualmente al ver al pelinegro.

-¡Oh, Kure!-dijo Mirai igual de sorprendida.

-Oh... Así que ella es Mirai...-dijo Sole observando ahora hacia la muchacha, la cual sonrió tiernamente viendo a Kurebai, quien seguía perplejo.

-Viviremos en la Mansión Kuriyama-dijo Unde.

-... Bueno, nosotros nos adelantaremos, Kure-dijo Josh, sorprendiendo al pelinegro de ojos rosados.

-¿Eh?-preguntó Kurebai confundido.

-Supongo que querrán hablar de sus cosas, ¿no? Te esperamos en casa entonces-dijo Hawk retirándose junto a Josh, de primeros.

-Nos... Nos vemos-dijo Sole retirándose, lo que sorprendió a Kurebai, este que se dispuso a extender la mano para detenerla, pero se arrepintió dudoso los últimos segundos. El resto se despidió de Kurebai con la mano, y luego de Jaden y Unde que se dirigieron hacia la Mansión Kuriyama.

-...-Kurebai miró sonrojado pero dudoso hacia Mirai, la cual le mostró una tierna sonrisa mientras cerraba sus ojos.

-Bueno, ¿damos un paseo?-preguntó Mirai.

-S... Sí. C... Claro-dijo Kurebai un poco desconcertado.

Mismo día, miércoles 10 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-Residencia de los hermanos ¨von Sefiro¨, 6:20 PM-

-Y aquí vais a vivir-dijo Orion mostrándoles la casa.

-¡El sofá es mío!-dijo Kisara corriendo hacia el sofá y sentándose en él.

-Bueno, eso lo discutirás con Kure cuando llegue. Él dijo que el sofá era de su posesión-dijo Tsuki mientras se quitaba las ligeras armaduras de su vestimenta.

-¿Su posesión? Es muy pequeño para hablar tan grande-dijo Kisara.

-Yuki chan, esta es tu habitación-dijo Arien señalándole el cuarto a la semihumana.

-Oh, gracias-agradeció la semihumana haciendo una formal reverencia.

-Te mostraré los demás lugares de la casa primero, ¿vale?-le preguntó Arien con su común tierna y risueña sonrisa.

-Sí. Gracias-agradeció Yuki nuevamente sin mostrar emoción alguna. En cambio, la alegría de Arien por estar junto a la semihumana, era muy evidente en su rostro, lo que no creían ver los demás.

-Lleva así de risueño desde que se reencontró con Yuki-dijo Danna.

-Pues sí-dijo Kisara mirando sin emoción desde el sofá.

-Sole, debiste quedarte con Kure-dijo Tsuki, llamando la atención de la peliblanca, la cual se sorprendió al ser mencionada.

-¿Eh? ¿Por qué?-preguntó Sole confundida.

-Porque parece que ahora tienes una rival. No sabía eso de Kure, la verdad-dijo Tsuki.

-Es su amiga de la infancia. Se conocen desde el orfanato-dijo Sole, sorprendiendo a Tsuki y de paso un poco a las demás.

-Espera, ¿Kure te contó sobre Mirai san?-preguntó Tsuki sorprendida.

-Sí. Fue en Esmelt, cuando le pregunté si alguna vez estuvo enamorado de alguien.

-Entonces... ¿no estás celosa de Mirai san?-preguntó Tsuki.

-¿Qué clase de pregunta es esa, Tsuki san?-preguntó Kisara arqueando una ceja.

-No veo por qué estar celosa, incluso le dije que lo ayudaría en lo que pudiera para que conquistara a Mirai-dijo Sole, sorprendiendo más a las demás.

-... ¿Y por qué no te quedaste con ellos en ese caso? Podrías ayudarlos aunque fuera a distancia, ¿no?-preguntó Kisara curiosa.

-Y luego la que hace preguntas incómodas soy yo-dijo Tsuki quejándose, pero Kisara o no la escuchó, o la ignoró, a lo que Tsuki infló sus cachetes un poco molesta.

-No sé...-dijo Sole, llamando la atención de las chicas, las cuales se sobresaltaron levemente sorprendidas-... me sentí incómoda... como si estorbara-tras decir esto, las féminas no pudieron evitar sentirse apenadas con esa reciente tensa atmósfera.

Mientras, los chicos habían ido cada uno a lo suyo. Arien se quedó junto a Yuki dándole un leve recorrido a la humilde residencia, en lo que los otros tres varones jugaban a las cartas en la habitación de Orion. Más bien se divertían Josh y Hawk, ya que el peliazul solo leía un libro, serio como de costumbre, sin darle mucha importancia a lo demás.

-¡Sí, gané!-celebró Josh que luego recogía las cartas para barajarlas y jugar una nueva partida, en lo que Hawk se quejaba pero amigablemente con una sonrisa, ansioso por seguir jugando.

-¡Ah, qué rabia! En esta te voy a ganar-dijo Hawk.

-Ya quisieras tú, jaja-se rió Josh confiado.

-Hawk, si te sale una mala mano, es inevitable. Aunque seas más inteligente que Josh para crear mejores estrategias, no puedes hacer mucho contra una buena mano si solo tienes una mala mano-dijo Orion ignorando por un instante su lectura.

-Deberías jugar también, Orion-dijo Hawk con una sonrisa.

-Es cierto, ninguno de nosotros ha logrado ganarte jugando a las cartas-dijo Josh.

-Y eso que hemos probado con muchos tipos de juegos de cartas-comentó Hawk.

-No me gusta jugar con gente como ustedes. Sienten que cada vez están más cerca de ganar y por eso piden más partidas. Y tengo cosas que hacer, no puedo jugar eternamente y esa es la impresión que dais. Juegan como si solo fueran a parar cuando ganen-dijo Orion.

-Tan serio como de costumbre, jeje-sonrió Josh divertido por la actitud de Orion.

-Así es Orion-sonrió Hawk.

-Por cierto, ¿de qué estarán hablando las chicas ahora?-preguntó Josh curioso.

-Ni idea-dijo Hawk-Las dejamos en la sala y ya no sabemos más. Cuando estaba únicamente Tsuki todo bien porque no le quedaba de otra que conversar con nosotros, pero ahora tiene cinco chicas con las que conversar. Seguro hablan de amoríos y esas cursilerías, jeje.

-Vamos, nosotros también somos así cuando vemos a una chica linda-dijo Josh.

-Excepto Orion. Nunca lo he visto hablar de chicas-dijo Hawk.

-¿Te gusta alguna chica, Orion?-le preguntó Josh.

-No-respondió rápidamente Orion, serio sin inmutarse, mientras continuaba con su lectura, sorprendiendo a sus dos amigos.

-... Oye, alguna te debe gustar-dijo Josh confundido-Tenemos a 6 bellezas como compañeras de equipo. ¿Quién te gusta más? Elige una.

-¿Qué son ellas, Josh? ¿Trofeos?-preguntó Hawk bromista por el comentario de Josh.

-No lo decía en ese sentido-dijo Josh-Solo quería saber cuáles son los gustos de Orion, para que en el futuro no nos sorprenda si nos dice que le gusta una chica. Por ejemplo, a mí me gustan las bajitas. ¿Y a ti, Hawk?

-Las bien dotadas de pecho-dijo Hawk.

-Tú sí eres directo, ¿eh?-preguntó Josh un poco sorprendido.

-Me preguntaste, pues yo te respondí-dijo Hawk como si nada.

-Vale, vale. ¿Y tú, Orion?-preguntó Josh.

-Nunca he pensado en eso-dijo Orion serio.

-¿Nunca has pensado que una chica es linda? Al menos dinos por qué lo piensas-dijo Josh, aún confundido por la actitud de Orion.

-Nunca he pensado que una chica es linda. ¿Hay algo malo con eso?-preguntó Orion aún serio, sorprendiendo a Josh y a Hawk.

-Vale, vale. Aunque no es muy común que digamos, jeje-sonrió Josh.

-Pero en serio, Orion, si tuvieras que elegir a una de las seis para pasar el resto de tu vida con ella... ¿a cuál escogerías?-preguntó Hawk.

-¿Por qué me vería en la necesidad de escoger a una para vivir el resto de mi vida con ella?-preguntó Orion confundido.

-¡Ah, qué aburrido eres!-dijo Hawk que decidió retomar su partida con Josh, este último que sonrió divertido por la reacción de Hawk debido a su conversación con Orion.

Yuki se sentó en la cama de su habitación y daba leves saltitos para probar el colchón.

-Bueno, ya viste toda la casa. Te dejo sola en tu habitación. Búscame si necesitas algo-dijo Arien que se encontraba fuera de la habitación y se disponía a retirarse con un poco de nerviosismo. Yuki dejó de probar el colchón y miró hacia el peliazul.

-¿Por qué no entras?-preguntó la semihumana confundida.

-¿Eh?-preguntó Arien ruborizándose un poco apenado.

-Cuando me mostraste las demás habitaciones entraste conmigo. Pero ahora te quedaste fuera mientras yo entraba sola... ¿Te da miedo mi habitación?

-¡No, no, claro que no! No es eso...-decía Arien apenado.

-¿Y entonces de qué se trata? No lo entiendo. Si no tienes problema con entrar, entra. Siéntate a mi lado-dijo Yuki, aún con su imperturbable rostro inexpresivo, colocando su mano izquierda en un costado del colchón, indicándole a Arien que entrara y se sentara. El peliazul tragó en seco, nervioso y ruborizado.

-Va... Vale. Voy a entrar-dijo Arien caminando nervioso hacia Yuki, sentándose a la izquierda de esta, en la cama. Los dos solo miraban hacia el frente, la semihumana con su rostro estoico, y Arien con un nerviosismo donde sentía que se le podía salir el corazón. El chico tragaba en seco varias veces pero el silencio se sentía cada vez más largo. Yuki solo se limitó a mover sus dos pies como una niña pequeña, en lo que Arien trataba no moverse ni lo más mínimo, aún incómodo con esa situación.

-¿Te pasa algo?-preguntó Yuki, sobresaltando a Arien.

-¡¿Eh?! ¡Ah! ¡No!-dijo el peliazul muy nervioso, calmándose aunque solo un poco.

-Estás extraño-dijo Yuki confundida, aún sin mirar al muchacho-¿Por qué no hablas de algo? Sueles ser tú el que inicia una conversación conmigo.

-Ah... Eso... ¿te molesta?-preguntó Arien apenado.

-No. Me gusta-dijo Yuki, y el hecho de que lo dijera con esa seria naturalidad a la que el peliazul estaba acostumbrado, para él sonó mucho más tierno, sonrojándolo-... Pero ahora estás callado y no comprendo el por qué... Mmm...-reflexionaba Yuki colocando su dedo índice izquierdo en su barbilla-... ¿Se trata de algo difícil de entender para nosotros los semihumanos Neko?-preguntó la chica, esta vez volteando su mirada hacia Arien, quien se sonrojó más al coincidir las miradas de ambos.

-No, no es eso. Son solo cosas mías-dijo Arien sonriendo apenado, pero ya hablando con más naturalidad.

-¿Y no puedo saber?-preguntó Yuki jorobando ligeramente su cabeza, al mismo tiempo que sus orejas de gato se movían, causando una imagen mucho más tierna a la vista de Arien, al cual se le comenzaban a poner rojas hasta las orejas.

-Cla... Claro que puedes saber, pero... ¿Por qué querías que entrara a conversar contigo?

-...-Yuki se sorprendió con esa pregunta, y al parecer buscando una respuesta en su mente, miró de nuevo hacia el frente. Arien volteó a ver confundido a la semihumana, extrañado debido a que no esperaba que la chica se tuviera que pensar esa pregunta-... Me... Me siento bien a tu lado-dijo, sorprendiendo al peliazul que continuaba escuchándola-... Me gusta conversar contigo. Tienes un aura muy agradable a tu alrededor. Nunca había conocido a alguien... con un aura tan encantadora y bella.

Tras decir esto, Arien se quedó sin palabras. Se sentía conmovido y a la vez alegre porque Yuki parecía tener una muy buena opinión de él, pero no sabía qué decir a continuación, así que se volvió a notar un silencio, que increíblemente, no resultaba incómodo para ninguno de los dos.

-Yuki... ¿De qué color está mi alma?-preguntó Arien ahora no sonrojado, pero con una encantadora y tierna sonrisa en su rostro.

-... Rosada. Vuelve a estar rosada. Últimamente solo muestras ese color-dijo ella, a lo que Arien sonrió alegre, para confusión de la semihumana que volvió a mover sus orejas de gato, abriendo un poco más sus ojos ante la curiosidad-¿Qué sucede?

-Creo que ya sé lo que significa ese color-dijo él sonriendo.

-Ah, ¿sí? ¿Qué significa?-preguntó Yuki acercándose solo un poco más al muchacho, interesada en el asunto.

-No te lo voy a decir hasta estar seguro-dijo Arien sonriendo divertido.

-... No lo entiendo. No le encuentro sentido a por qué harías eso-dijo Yuki confundida.

-Jeje, supongo que no tiene sentido, ¿verdad?-preguntó él divertido.

-Arien... La historia que contó Kisara san... ¿Estaban hablando de otra semihumana que no soy yo?-preguntó Yuki confundida, sorprendiendo a Arien que parecía aturdido ante eso-Es decir... Hablaban de dos hermanas semihumanas... No estaban hablando de mí, ¿verdad? Pero... ¿acaso encontraron aparte de mí a otra semihumana de Sefiro en Esmelt?... No entiendo-dijo, y Arien tras comprender, comenzó a reírse muy divertido-¿Dije algo gracioso?-preguntó aún estoica Yuki, moviendo sus orejas nuevamente.

-Perdona, perdona...-se disculpaba él en lo que terminaba de reírse-Es que te mantuviste callada todo ese tiempo con la duda. Es increíble.

-¿Hice mal? Sentía como que hablar sin saber sería un error-dijo Yuki.

-Hiciste muy bien-dijo Arien colocando su mano encima de la cabeza de la muchacha, acariciando el cabello de esta y de paso sus orejas, a lo que Yuki se mantenía estoica pero moviendo ligeramente su cola en señal de que no le disgustaba la caricia-Kisara san contó esa historia para engañar a los representantes de Sefiro. Si hubieras hablado, podrían haberse arruinado los planes de Kisara san, así que lo hiciste muy bien. Luego te explico a detalle lo que sucedió.

-Mary san me explicó en Esmelt, que en momentos de duda, lo mejor es escuchar todo en silencio y luego analizar lo sucedido-dijo Yuki.

-Oh, fue bueno que te dijera eso. Tal vez Mary san presintió que algo así pudiera pasar al llegar a Sefiro. Parece que los de Esmelt confían mucho los unos en los otros-dijo Arien con una sonrisa, y luego se sorprendió ligeramente al recordar algo-Oh, ¿por qué te registraron con el apellido de Sole san?

-El Rey Arthur pidió a la familia Silversnow que me adoptaran-dijo Yuki.

-Ah, fue como pensó mi hermano-dijo Arien sonriente-Así que Sole es algo así como tu hermana adoptiva, ¿no?

-Sí. Nos bañábamos juntas-dijo Yuki aún estoica.

-Yuki chan, por favor, no digas ese tipo de cosas delante de un hombre como si nada.

-¿Qué tipo de cosas? ¿Y por qué no puedo?-preguntó Yuki jorobando su cabeza de un lado a otro mientras sus orejas se movían igual de curiosas que ella.

-A ver... ¿Cómo te explico?...-se preguntaba Arien, el cual prosiguió a darle la mejor explicación que se le fue ocurriendo.

Luego de eso, conversaron durante muchos minutos en lo que los demás hacían diferentes tareas dentro de la casa.

-Estoy aburrida. ¿Alguien quiere acompañarme al gremio para buscar una misión interesante?-preguntó Tsuki sentada en el sofá junto a Kisara y Danna.

-Yo iré, igual estoy aburrida-dijo Mary.

-¡Y yo!-dijo Sole entusiasta como de costumbre.

-¿Tsuki con ganas de trabajar? Ah, debe tener fiebre-dijo Josh bromeando.

-Ja, ja. Muy gracioso-dijo Tsuki sin pizca de haberle hecho gracia-¿Alguien más se apunta? ¡Oh, Arien, Yuki!-dijo al verlos acercarse mientras conversaban.

-¿Qué sucede?-preguntó Arien confundido.

-¿Quieren acompañarme a ver si hay alguna misión interesante?-preguntó Tsuki sonriente-Sé que es un poco tarde, pero si hay alguna que podamos hacer para mañana, podemos reservarla a tiempo.

-Yuki y yo solo vinimos para tomar agua, pero... Vale-dijo Arien un poco apenado.

-¡Bien!-celebró Tsuki-¿Alguien más se apunta?

-¿Qué dices?-le preguntó Josh a Hawk.

-Está bien. Es mejor que no hacer nada-le respondió el chico elfo al semihumano.

-¿Ustedes no seguían jugando cartas, por cierto?-preguntó Tsuki confundida.

-Orion nos botó de su habitación-dijo Josh sonriendo apenado.

-¿Y para qué demonios os vais a jugar a la habitación de un tercero que ni quiere jugar?-preguntó Tsuki arqueando una ceja.

-¿Por qué siempre usan la palabra ¨demonios¨ para ese tipo de frase?-se preguntó Kisara con un poco de molestia.

-Ups, perdón. Es que no estoy acostumbrada a convivir con demonios-dijo Tsuki sonriendo apenada.

-Yo sí y a veces se me escapa igual esa palabra, jeje-sonrió Danna divertida.

-Es que la habitación de Orion es más cómoda-dijo Josh.

-¿Por qué es más cómoda?-preguntó Tsuki confundida.

-Porque el colchón es más suavecito-dijo Hawk sonriendo, y Josh asintió varias veces con la cabeza, a lo que Tsuki arqueó una ceja incrédula.

-Pero si se suponía que cada uno escogiera su colchón el día que fuimos a comprarlos-dijo Tsuki incrédula, a lo que Josh y Hawk silbaron haciéndose los despistados.

-En fin, ¿nos vamos ya?-preguntó Mary que parecía un poco molesta.

-Sí-afirmó Tsuki recogiendo rápido sus cosas y disponiéndose a retirarse.

-Por cierto, Mary, ¿estás molesta o algo?-preguntó Sole curiosa.

-Me molesta no poder estar con el Rey Arthur en estos momentos-dijo la pelimorada de mechas rosadas.

-Bueno, no te podías negar a una petición que te hizo tu adorado rey, ¿no?-le preguntó Sole medio bromeando con Mary, la cual volteó a verla molesta.

-¡No te burles!-se quejó la pelimorada que decidió darse la vuelta y retirarse.

-Ara, Ara. Ya se enfadó-dijo Sole medio preocupada.

-¿Entonces ustedes no vienen?-les preguntó Tsuki a Danna, Kisara y Orion.

-Sí, iré. Será entretenido-dijo Danna decidiendo ir.

-Yo no, quiero dormir-dijo Kisara seria, como de costumbre.

-¿Y tú, Orion?-le preguntó Tsuki.

-Por hoy, paso-dijo el peliazul.

-Vale. Nos vemos luego-dijo Tsuki retirándose con Danna, las últimas en salir.

-¿En serio vas a dormir?-le preguntó Orion a Kisara.

-Quiero dormir, pero mi organismo en realidad duerme cuando le da la gana. Sobre todo cuando quiere contradecirme, jeje-sonrió Kisara divertida. Orion que estaba serio, terminó sonriendo sinceramente aunque solo de forma leve.

-¿Entonces te molestaría si damos una vuelta?-le preguntó el peliazul, sorprendiendo un poco a la en ese momento, pelirroja, la cual se mantuvo seria hasta dar su respuesta unos cortos segundos después.

-... No, no me molestaría-dijo Kisara sonriendo de forma leve.

Miércoles 10 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-calles de la Ciudad Central de Sefiro, 7:30 PM-

-Hemos pasado por muchos lugares pero sigues igual de callado, Kure-le dijo Mirai.

-Lo siento, sé que he hablado bien poco. Es que...-dijo el pelinegro haciendo una ligera pausa-Hace tiempo que no teníamos tiempo para hablar los dos... No sé qué decir. Tú tampoco, solo hablabas sobre lo que veías en las tiendas al pasar delante de ellas.

-Se llama ser astuto, jeje-sonrió Mirai divertida, a lo que Kurebai también dio una pequeña carcajada-... Pero es verdad. Hace tiempo que no teníamos tanto tiempo para conversar. Por eso debemos aprovecharlo y charlar más. Si no, estaríamos desperdiciando tiempo valioso, ¿no crees?

-Sí... Es verdad. Y bueno, ¿qué es de tu vida?-le preguntó el pelinegro.

-Mi padre quiere que estudie para ser la nueva embajadora de Sefiro-dijo Mirai.

-Suena complicado-dijo el muchacho.

-Y lo es. Pero no podría quejarme. Mis padres me adoptaron y desde pequeña me dieron todo lo que quería, o casi todo-dijo, esto último confundiendo al pelinegro-... Así que supongo que lo normal de mi parte, sería complacerlos en ese aspecto. Estoy muy agradecida con ellos por todo el cuidado que me han dado estos años. No quiero decepcionarlos. Es lo normal, ¿no?-le preguntó Mirai.

-... Sí... Supongo-dijo el muchacho bajando un poco deprimido, la cabeza.

-...-Mirai notó algo extraño en la respuesta de Kurebai-¿Quiénes te adoptaron a ti, Kure?-tras preguntar esto, en lo que los dos continuaban caminando, el pelinegro sintió un pequeño escalofrío y se le abrieron los ojos con asombro, o más bien un poco de pánico-... Es decir, nunca me dijiste o hablaste de tus padres adoptivos... ¿Quiénes son?

-...-Kurebai comenzaba a recordar aquella conversación con Sole.

-¿Y tú?-preguntó la peliblanca en el recuerdo del pelinegro, este que se sorprendió, pareciendo confundido al respecto-¿Por quiénes fuiste adoptado?-preguntó, impresionando aún más a Kurebai, quien terminó bajando la cabeza, un poco afligido.

-Preferiría no hablar de ello...-dijo él, sorprendiendo solo levemente a la peliblanca, hasta que el pelinegro volvió de su recuerdo-Pre... Preferiría no hablar de ello-le dijo a Mirai, la cual se sorprendió por la respuesta de su amigo.

-... ¿Por qué?-preguntó la muchacha, confundida.

-Porque no quiero hablar de ello, ya-dijo Kurebai un poco más serio, a punto de molestarse, lo que rápidamente notó Mirai.

-... ¡Ya sé! ¡¿Quieres helado?! Yo invito-dijo la muchacha con una sonrisa.

-No, debería invitarte yo-dijo el pelinegro.

-Boberías, es solo un helado-dijo Mirai que cogió de la mano a Kurebai y lo llevó hacia una heladería que había cerca. El pelinegro se sonrojó al sentir la mano de la muchacha, y se mantuvo así de tímido en lo que los dos corrían hacia la heladería.

Miércoles 10 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-calles de la Ciudad Central de Sefiro, 7:40 PM-

-¿Por qué Sefiro es tan frío?-preguntó Kisara que caminaba junto a Orion, y los dos tuvieron que salir con sus abrigos por el tiempo fresco que había.

-No es tan frío, es solo que por estos días suele ser más fresco que el resto del año, sin contar el invierno, claro-dijo el peliazul con una leve sonrisa.

-Pues yo me estoy muriendo de frío ahora. No quiero imaginarme cuando llegue el invierno-dijo Kisara mientras ella misma se abrazaba para darse calor.

-Bueno, los de Sefiro estamos acostumbrados. De hecho, muchos compran helado por estos días-dijo Orion.

-No lo veo mal. Ahora mismo me vendría bien un helado-dijo Kisara como si nada.

-¿En serio?-preguntó Orion divertido.

-Sí. El helado es rico no importa cuándo lo tomes. Si estás ocupado saboreando el sabor, te olvidas del frío a tu alrededor. ¿No lo ves así?-le preguntó la mitad demonio con una sonrisa confiada, a lo que el peliazul sonrió.

-Pues no. Nunca lo había visto así. Pero tiene su parte de razón-dijo él.

-¿Y por qué me pediste que saliéramos?-le preguntó ella.

-...-el muchacho hizo una ligera pausa, a lo que Kisara esperó pacientemente a que este respondiera-... No sé. Solo te lo pedí. Solo me salió pedírtelo.

-... ¿Sabes?-preguntó Kisara mientras ella miraba hacia el cielo, en lo que llamaba la atención del peliazul-En Esmelt la mayoría del tiempo se siente frío, pero creo que al igual que ustedes se acostumbraron a este tiempo fresco... nosotros nos acostumbramos a ese ambiente frío... ¿Lo notaste mientras estabas en Esmelt?

-... No, no lo noté-dijo Orion, que al principio estaba sorprendido por lo que parecía ser un cambio de tema bastante confuso para él.

-Muchas personas que visitaron Esmelt dijeron lo mismo... que no lo habían notado-dijo Kisara, llamando solo un poco más la atención del peliazul-... Y creo que eso se debe a que... No es el clima en sí lo que es frío... sino el entorno-tras decir esto, Orion se sorprendió comprendiendo a lo que la mitad demonio se refería-... ¿Ya lo percibiste?

-Sí... Ahora que lo dices así... Es verdad que al llegar a Esmelt, el ambiente se sentía pesado... Frío en cuanto a lo doloroso que resultaba ver a aquellas personas moribundas.

-Bueno, ya que lo entiendes... ¿Sabes entonces por qué me pediste salir?-tras preguntar esto, Orion confundido solo pudo reír.

-¿Qué tiene que ver lo que me acabas de decir con la razón por la cual te pedí salir?

-Solo es un cambio de perspectiva. Al cambiar mis palabras, pudiste entender a lo que me refería sobre la frialdad de Esmelt... Tal vez no sabes por qué me pediste salir... porque estás buscando la respuesta con la perspectiva equivocada-dijo Kisara, sorprendiendo a Orion.

-¿Perspectiva equivocada?-preguntó él confundido.

-Por ejemplo, si yo te pidiera salir, sería para obtener información que solo tú me puedes dar... Creo que si esa fuera tu razón, me la habrías dicho, pero en cambio, solo respondiste que no sabías la razón-dijo Kisara.

-O sea, que intento convencerme de la razón equivocada-dijo Orion.

-Exacto-dijo Kisara con una sonrisa-Es como tratar de resolver un problema matemático usando la fórmula incorrecta. Nos quedaríamos atascados en ese problema de por vida. No están mal los cálculos, está mal la fórmula que usas.

-Tienes una mente retorcida, ¿lo sabías?-le preguntó Orion con una sonrisa-Podías habérmelo explicado mejor desde el principio, pero optaste por la vía más larga.

-Si entendiste lo que quise decir, es porque tu mente es igual de retorcida que la mía, ¿no?-preguntó Kisara guiñándole un ojo con confianza, y él sonrió.

-Tienes razón... Entonces...-dijo Orion levantando la mirada, de forma pensativa-... Oh...-tras sorprenderse, Kisara sonrió.

-¿Ya sabes por qué me pediste salir?-le preguntó la mitad demonio.

-Creo que sí. Gracias a que me dijiste que cambiara mi perspectiva-dijo Orion.

-¿Y por fin?

-Eres especial para mí, así que quiero conocerte mejor-tras decir esto con una sonrisa, Orion continuaba caminando, pero Kisara se detuvo confundida por lo que acababa de escuchar.

-... ¿Hah?-preguntó la mitad demonio incrédula. El peliazul se detuvo y miró a Kisara que ahora se encontraba detrás de él.

-¿Qué sucede?-preguntó Orion confundido.

-No me esperaba una razón así-confesó Kisara-Me esperaba muchas cosas, pero no una respuesta así. Pensé que al cambiar tu perspectiva me dirías que...

-¿Qué?-preguntó Orion aún serio sin inmutarse, pero curioso.

-... ¡Ah, no sé! ¡Me has desconcertado del todo!-tras decir esto, Orion rió a carcajadas.

-¡Jajaja!-reía el peliazul mientras la pelirroja inflaba sus cachetes un poco molesta-... Tenías razón en cuanto a la perspectiva...-dijo después de reír, más calmado y sonriente-... Trataba de convencerme de que quería conversar contigo acerca de todo este lío sobre Yuki san, pero... La verdad es que desde aquel día que conversamos en Esmelt... creo que los dos somos parecidos.

-¿Parecidos? ¿Y solo por eso quieres conocerme mejor?-preguntó Kisara confundida.

-Cada vez me convenzo más de que somos bastante parecidos-dijo Orion-... Incluso ideaste toda una mentira perfecta que le soltaste a Deus sin titubeos... También eres similar a mí en ese sentido... Cuando mentimos, nadie se da cuenta.

-¿Sueles mentir mucho?-le preguntó Kisara confundida.

-Solo cuando es necesario. Como tú, ¿no?-le preguntó él aún con una sonrisa.

-No me gusta mentir, aunque sé que a veces es necesario.

-No he dicho que me guste mentir. Todo lo contrario. Pero si el mundo no fuera como actualmente lo es... no habría necesidad de mentir, ¿no crees?-le preguntó Orion.

-En todo caso... ¿qué ganas conociéndome mejor? ¿En qué te beneficia?

-Tus padres fueron asesinados de una forma similar a como fueron asesinados los míos...-dijo Orion-En cierto modo te admiro porque tuviste la oportunidad de vengarte pero por alguna razón, nunca lo hiciste...-tras decir esto, Kisara bajó la cabeza un poco afligida, hasta que se percató de un detalle y miró de nuevo hacia el peliazul.

-Espera... ¿Me admiras porque yo no me vengué pero tú sí quieres venganza?... Entonces no veo cómo podríamos ser parecidos-dijo la mitad demonio.

-... Sí... Tal vez no seamos tan parecidos...-dijo Orion sonriendo débilmente, lo que sorprendió a Kisara-... Pero incluso si es poco en lo que nos parecemos... Eres lo suficiente parecida como... para ser la única persona con la que me he abierto tanto acerca de mi intención de vengarme por la muerte de mis padres.

-... Orion...-sonrió Kisara compadeciéndose-Solo necesitabas una persona que fuera similar a ti aunque fuera solo un poco... porque necesitabas abrirte con alguien y desahogarte... Estás sufriendo y necesitas contarle a alguien tu dolor... No quieres conocerme, solo quieres hablarme sinceramente sobre un tema que está atascado en tu interior como una lanza que te encajaron y te está perforando por dentro...-mientras la mitad demonio decía esto, Orion había bajado su cabeza, y sus ojos eran tapados por los mechones de su cabello, manteniéndose serio y con las manos en los bolsillos-Fui la primera persona que te encontraste que pasó una situación similar a la tuya, pero... No soy especial... Te vendría bien cualquier otra persona con una situación similar... Eso no es ser especial.

-... Ya veo entonces que no te interesa escucharme-dijo Orion serio, sorprendiendo a Kisara, la cual extendió solo un poco su mano derecha hacia el peliazul.

-No, no quise decir eso. Solo decía que...-la mitad demonio no llegó a terminar lo que se disponía a decir, porque fue interrumpida por una tercera voz.

-¡Kissy!-dijo Jaden acercándose y abrazando a Kisara por la espalda. El pelinegro tenía los ojos cerrados con una sonrisa, y al abrirlos y notar que la mitad demonio estaba frente a Orion a una cierta distancia, se confundió volteando a ver al peliazul y a la pelirroja un par de veces, más aturdido-... Esto... ¿Interrumpo algo?

-No. Ya me iba-dijo Orion decidiendo retirarse, pasando por al lado de Kisara y Jaden hasta alejarse de ellos. El pelinegro dejó de abrazar a la mitad demonio para observar aún despistado hacia el peliazul que se alejaba.

-... ¿En serio no interrumpí nada, Kissy?-preguntó Jaden colocando su dedo índice en la mejilla, un poco preocupado al respecto-¿Hice algo malo? ¿Pasó algo, Kissy?

-... No. Olvídalo. No pasó nada-le dijo Kisara sonriéndole a su amigo.

-¿A qué venía yo?...-se preguntó Jaden metido en sus pensamientos-¡Ah, sí! Unde me dijo que por aquí había una buena heladería. Ya que te encontré de camino, ¡vamos juntos!-dijo el pelinegro cogiendo la mano de Kisara y llevándosela con él, para sorpresa de esta.

Después de que Jaden comprara dos barquillos, uno de menta para Kisara y uno de chocolate para él, se sentaron en un banco debajo de un árbol, a la sombra.

-¿Está rico el tuyo, Kissy? ¡El mío está muy bueno!-dijo Jaden.

-Sí... Está rico-dijo Kisara que probaba el helado pero no parecía animada, lo que notó el pelinegro que bajó un poco la cabeza.

-... Oye, Kissy, ¿qué conversaste con Orion san?

-Nada. En serio olvídalo, Jaden-le dijo Kisara con una débil sonrisa.

-Pero sé que interrumpí. Y si era algo importante, que parece ser el caso, me voy a sentir aún peor. En ese caso, yo debería buscar a Orion san en este mismo momento y disculparme-dijo el pelinegro.

-No nos interrumpiste con malas intenciones, Jaden. Nadie te puede culpar por eso... Toda la culpa es mía...-dijo Kisara, a quien le comenzaba a temblar un poco su mano izquierda, con la que no sujetaba el barquillo.

-¿Tu culpa, Kissy?-preguntó el pelinegro sorprendido, mientras la pelirroja abría y cerraba débilmente la palma de su mano izquierda.

-Sí... Solo le quería decir a Orion que no existía razón válida para que me considerara alguien especial, pero que aún así podía contar conmigo para lo que necesitara... Sin embargo...-dijo ahora haciendo una leve pausa mientras fruncía los labios con sus dientes-... sin embargo... No fui capaz de usar las palabras correctas... En el momento más importante, fallé... No es algo que me suele pasar. Yo siempre digo las palabras correctas en el momento correcto... pero... justo en un momento tan importante para Orion... pude haberlo ofendido o lastimado sin esa intención... Herí a alguien haciendo algo que no es común en mí... usé las palabras incorrectas en el momento incorrecto...-decía Kisara a punto del llanto. Jaden la observaba un poco entristecido escuchándola, pero luego sonrió para reconfortarla.

-Kissy, te digo lo mismo que me dijiste a mí... No lo hiciste con mala intención. Son cosas que pasan. Nadie puede culparte por eso.

-... Sí...-dijo Kisara aunque aún no muy convencida al respecto.

-Solo debes dejárselo claro a Orion san cuando lo veas. Dile lo mismo que me dijiste a mí-dijo Jaden con una sonrisa, y Kisara imitó el gesto aunque un poco más débil-Por cierto, tienes helado-dijo el pelinegro apartando el helado que tenía la pelirroja en su mejilla izquierda, y luego llevándoselo a la boca-¡Mmm, chocomenta, qué rico! ¡Jajaja!

-¡Jajaja!-rieron los dos debido al comentario de Jaden.

-Qué bueno que sonreíste-dijo el pelinegro.

-¿Cómo no? Desde que nos conocemos no sé cómo, pero siempre consigues hacerme sonreír-dijo Kisara sonriendo aún por las carcajadas que habían tenido.

-¿Recuerdas cuando nos conocimos, Kissy?-le preguntó Jaden.

-Claro-dijo Kisara, la cual comenzaba a recordar aquel momento-Era mi primer trabajo como representante de Esmelt...-narraba la mitad demonio.

10 de octubre del año 1994, Después de la Creación
-¨Capital Kingdom¨, sede diplomática entre los reinos de ¨OnMortal-Line¨, 4:00 PM-

-Siéntese aquí, Su Majestad-le dijo un hombre de cabellera azul clara, al rey Arthur de Esmelt que se sentó en el asiento que había sobre un palco, apartado de las demás plazas en el interior de lo que parecía ser un teatro de ópera.

Todos los reyes de cada uno de los reinos de ¨OnMortal-Line¨ estaban reunidos en aquel lugar, y debajo de los palcos de cada uno, se encontraban los representantes de cada reino, en medio de una conferencia para debatir el destino de cada  gobierno.

Al menos un representante debe asistir, o si no, podría repercutir en graves consecuencias para el reino que no envíe al menos a uno de sus representantes. Muchos reinos han intentado sabotear a otros impidiéndoles llevar a alguno de sus representantes, lo que queda mal visto por los demás gobiernos y les aplican penalidades que suelen ser desfavorables para sus monarquías.

Los reyes como tal, no están obligados a asistir, pero algunos lo hacen para observar lo que hacen sus respectivos representantes, ya sea para probarlos, o bien para saber de primera mano, lo que se trató en la reunión.

Un joven Jaden de 13 años, serio y mostrándose reservado y estoico, se encargaba de junto a aquel hombre de cabellera azul, proteger como guardaespaldas al rey Arthur. El rubio semihumano lobo, llevaba una armadura pequeña de la talla de un niño.

-¿En serio cree que lo hará bien, Su Majestad?-le preguntó el hombre de cabello azul a Arthur, este que le sonrió gentilmente.

-Ya hemos discutido esto, Bill-dijo Arthur llamando al hombre de cabello azul claro, por su nombre o bien por su apodo-Danna san es un año menor y ha hecho un estupendo trabajo como representante de Esmelt, ¿por qué Kisara san que es un año mayor, no podría hacerlo igual de bien?

-No sé. La veo muy nerviosa-dijo el hombre. Jaden que miraba hacia Bill atendiendo la conversación de este, decidió voltear su mirada. Ahora pasó a observar a una niña de 12 años, con cabellera negra y mechas rojas naturales, así como ojos rojizos. Efectivamente, la infante parecía muy nerviosa. Cuando aún no comenzaba la reunión, la muchacha estaba sudando de los nervios. Danna, en aquel momento con 11 años, colocaba su mano en el hombro de la pelinegra para reconfortarla dándole de paso algunas palabras alentadoras. La niña sonreía avergonzada mientras asentía con la cabeza, aún tímida.

-... Está demasiado nerviosa... El Capitán Bilius tiene razón... Esto no puede salir bien...-pensaba Jaden observando serio y con una expresión fría en su rostro, aún viendo hacia la nerviosa niña de 12 años llamada Kisara.

La reunión había comenzado y los representantes discutían cada uno sus puntos e informes. Danna habló todo el tiempo, y Kisara solo se mantenía observante.

-... ¿Y exactamente qué tiene que decir Esmelt sobre eso?-preguntó un adulto representante de uno de los reinos-Solo tienen a dos niñas para representarlos. Por favor, parece un chiste. Para colmo no son ni dioses ni demonios completos. Son solo una semidiosa y una mitad demonio. Patético.

-Sin faltas de respeto, Rufus-le dijo el hombre de cabellera negra y ojos grises, que se encontraba en el centro de aquella mesa de reunión para los representantes, y que parecía ser la figura más importante de los ahí presentes. El llamado Rufus, se preocupó por ese regaño y decidió callarse momentáneamente. El hombre de ojos grises continuaba con sus dedos entrelazados y ambos codos sobre la mesa, guiando la reunión-... Continúen, Esmelt-les cedió la palabra a las representantes Danna y Kisara.

-Gracias, Lord Byron-agradeció Danna con una pequeña reverencia al hombre de ojos grises-Bueno, como seguía diciendo...-iba a terminar de decir la semidiosa peliverde, pero fue interrumpida por un nuevo representante.

-Un momento...-dijo una niña de 11 años aproximadamente, de mirada adormecida y sonrisa confiada, con cabellera castaña y ojos cafés-¿Por qué solo habla una de las dos representantes?-preguntó, sorprendiendo a todos, y llamando la atención de Arthur que miró hacia uno de los reyes a su lado que volteó la mirada nada más coincidir con la del rey de Esmelt. El Capitán de Ejército, Bilius, se molestó rápidamente por la actitud de la niña de cabellera castaña. En cambio, Jaden no parecía inmutarse.

-Era evidente que las cosas se complicarían...-pensaba Jaden estoico y aún frío.

-Adelante... Esto... ¿Kisara san? ¿Así te llamas?-preguntó la castaña aún con una sonrisa.

-... S... Sí... A... Así me llamo-dijo la mitad demonio.

-Pues adelante. Deja descansar a tu compañera. Danna san ha hablado mucho últimamente. En cambio, tú deberías tener más energía, ¿no?... O... ¿acaso no estás a la altura?-preguntó la niña con una sonrisa un poco perversa. Todos habían sido atraídos por el momento. Danna estaba preocupada y solo miró hacia la mitad demonio sin saber lo que podría ser mejor hacer en esa situación. Arthur decidió observar serio pareciendo imperturbable hacia Kisara, la cual decidió levantarse aunque lentamente de su asiento.

-... ¿Vas a hablar tú ahora?-preguntó Byron.

-... Sí-respondió Kisara un poco nerviosa.

-Puede sentarse entonces, Danna san-dijo Byron, y la peliverde sin más remedio, se sentó, viendo preocupada hacia Kisara.

-La idea era que la mitad demonio aprendiera cómo funcionan las reuniones de los representantes... Pero... Para eso hubiera sido mejor traerla junto al Rey Arthur y que observara desde este palco así como el Capitán Bilius y yo... Era evidente que teniendo Esmelt tantos malos ojos puestos... usarían a la nueva representante como el punto débil del reino... Intentarán desacreditarnos de todas las formas posibles-pensaba Jaden.

-Adelante, Kisara san-dijo Byron.

La mitad demonio asintió con la cabeza y aunque estaba nerviosa, con pequeñas gotas de sudor frío recorriendo desde su frente hasta su mejilla, se dispuso a comenzar, agarrando los papeles que tenía frente a ella, para guiarse.

-El reino de Esmelt lo que pro...-se disponía a continuar Kisara cuando alguien la interrumpió, siendo nuevamente la chica de cabellera castaña.

-Perdona-interrumpió la muchacha de ojos cafés, llamando la atención de la mitad demonio y del resto de los presentes en aquel teatro de ópera-... ¿Es necesario que tengas que leer lo que dices?-tras preguntar esto, muchos se sorprendieron, en especial Kisara-Es decir... Todos aquí hemos hablado sin leer. Se ve realmente mal que tengas que leer para referirte a algo tan importante como el destino de todo un reino, ¿no crees? Sería como observar a un niño leyéndole una carta de felicitación a su padre por su cumpleaños, o igual como observar a un niño leyendo delante de la clase, una narración que el profesor le pidió que hiciera... O sea, se ve inmaduro, ¿no?-preguntó la castaña sonriendo mientras levantaba sus hombros y cerraba los ojos como señalando que lo que decía era una obviedad.

Automáticamente todos alrededor comenzaron a comentar en voz baja. Kisara tenía los ojos bien abiertos por la sorpresa, y Jaden los cerró tras convencerse de que todo iba según lo que él había previsto.

-Ya está... Se desmoronó. Justo como lo pensé... Fue inútil traerla... No sé en qué estaba pensando el Rey Arthur. Fue patético...-pensaba Jaden aún serio y con los ojos cerrados.

-... ¿Cuál es tu problema?-preguntó una voz que según el acto de Jaden de abrir los ojos rápidamente con sorpresa, al parecer él conocía. Se trataba de Kisara, dirigiéndose a la niña castaña, mirándola con seriedad y madurez.

-¿Eh?-preguntó la castaña sinceramente sorprendida, así como muchos.

-Mientras se diga lo que se tenga que decir... ¿qué importa la forma en la que lo digas?-preguntó Kisara que pasaba a comportarse de forma más natural, sin timidez o titubeo alguno, lo que comenzaba a dejar medio desconcertada a la castaña que se disponía a responder a las preguntas de la mitad demonio, pero ahora ella siendo la que estaba nerviosa.

-A... Ah, eso es porq...-iba a terminar de decir la castaña pero fue interrumpida por Kisara.

-No como la mayoría de ustedes que solo dicen cosas para tratar de desacreditar a los demás reinos-dijo Kisara, dejando sorprendida a la niña castaña y a los demás presentes, incluso a Jaden que seguía escuchando atentamente-Al final siempre se desvían del objetivo inicial de esta reunión que es mantener la paz estable entre todos los gobiernos de ¨OnMortal-Line¨. He estado aguantándome toda la reunión para no criticarlos, pero en serio merecen todas las críticas negativas que puedan existir. Los patéticos son ustedes. En vez de buscar formas para que todos los reinos convivan en armonía, se muestran únicamente como las pirañas que realmente son. Atacan a otros reinos a veces sin pruebas, únicamente para hacerlos quedar mal. Solo les interesa su propio bienestar y no les importa si para eso otros tienen que salir perjudicados. Esa forma de vida es penosa. ¿Y ahora me atacas porque estoy leyendo un papel? Existen límites. Todos aquí tenemos un papel delante de nosotros. Algunos lo usan para guiarse y no dejar ningún punto importante fuera de cuestión. Si se nos permite traer un papel, ¿por qué no podría leerlo?-preguntó Kisara, dejando sorprendidos a todos, en especial ahora a la castaña.

Al terminar de hablar la mitad demonio, se sintió un silencio, que fue rápidamente interrumpido por un aplauso dado por un muchacho de cabello blanco alborotado y ojos azules, sentado junto al rey que Arthur había volteado a ver. Tras todos notar a este muchacho aplaudiendo, rápidamente el resto de los presentes reyes comenzaron a aplaudir también, seguidos por algunos de los representantes. Kisara estaba sorprendida por esto, mientras Jaden sonreía alegre admirando a aquella niña, la cual dejó de estar impresionada por los aplausos y decidió proseguir con su informe sobre la situación de Esmelt, que era su principal objetivo en aquella reunión. Los que aplaudían, al ver que ella los ignoraba, decidieron dejar de aplaudir. Kisara había colocado nuevamente el papel sobre la mesa, y solo pocas veces se guiaba de él para asegurarse de que no se le escapara algún punto importante que tratar. El Capitán Bilius estaba sorprendido pero asintió reconociendo como aliada a la mitad demonio, y el rey Arthur sonrió orgulloso.

10 de octubre del año 1994, Después de la Creación
-fuera del ¨Capital Kingdom¨, 6:00 PM-

-¡¡AAAHHH!! ¡No me puedo creer que haya dicho todo eso delante de tanta gente!-dijo Kisara agachada y con las manos sobre la cabeza, aún en estado de negación-¡Borrar, borrar, borrar, borrar...! ¡Por favor, que alguien me borre ese momento de la cabeza! ¡Qué vergüenza! Se suponía que me mantendría tranquila durante toda la reunión. ¡AH! ¡Yo y mi bocaza! ¡AH!-se seguía quejando Kisara, cuando Jaden apareció casualmente detrás del teatro de ópera, donde se encontraba la mitad demonio bajo la sombra de aquel edificio. El rubio se alegró al verla, y sus orejas de lobo se movieron afirmándolo.

-¡OH! ¡Eres tú, te encontré!-dijo Jaden acercándose a ella, la cual se levantó confundida.

-... Y... ¿Y tú eres...?-preguntaba Kisara confundida.

-¡Estuviste increíble allá dentro!-dijo Jaden mirando con ojos brillosos a la mitad demonio, la cual comenzaba a echarse disimuladamente hacia atrás, preocupada por el comportamiento del semihumano-¡Te defendiste maduramente sin parecer una atacante! ¡Solo dijiste tus verdades y por eso todos te aplaudieron! ¡Te merecías cada uno de esos aplausos y más! ¡Wow! ¡Te admiro!

Jaden terminó de hablar mientras todo ese tiempo no se había detenido de mover su cola de lobo, emocionado, y continuaba mirando con ojos brillosos fijamente a la mitad demonio. Ninguno de los dos habló durante unos cortos segundos.

...

...

...

-... ... ¿Y tú eres?-volvió a preguntar Kisara por si no se le había escuchado la primera vez. El semihumano se sorprendió y luego sonrió apenado llevándose una mano detrás de la cabeza.

-¡OHHH! ¡Qué despiste tan grande el mío, jiji! ¡Mi nombre es Jaden Jallais, a tu servicio! ¡Soy aprendiz para ser el Capitán de Ejército de Esmelt en un futuro! ¡Estoy bajo la tutela del asombroso Capitán Bilius, héroe entre los héroes que salvó a muchos durante la guerra nórdica de 1969! ¡El grandioso hombre que...!-iba a continuar diciendo Jaden cuando fue interrumpido.

-¡Por favor, no me des una clase de historia!-imploró Kisara colocando frente a Jaden las dos palmas de sus manos. El semihumano se sorprendió y sonrió avergonzado.

-Perdón, cuando me emociono me pongo así, jeje-sonrió el rubio apenado-¡Oh! Te llamas Kisara Kardia Redfire, ¿no?-preguntó aún emocionado pero más calmado.

-Eh... Sí, ¿por?-preguntó la mitad demonio aún nerviosa.

-Mmm... Mmm... ¡Ya sé! ¡¿Te puedo llamar ¨Kissy¨?!-preguntó Jaden entusiasmado con ojos cada vez más brillosos.

-¡¿Kissy?! ¡¿Y ese apodo a qué viene?! ¡¿Es un insulto?! ¡¿Hice algo malo?! ¡Hice algo malo, ¿verdad?!-preguntó Kisara ahora preocupada al respecto.

-¡No, no! ¡Es un mote cariñoso! ¡¿No te gusta?! ¡A mí me parece muy lindo! ¡Si no te gusta lo cambio, pero en serio me gusta! ¡Seamos amigos, ¿sí?!

-A... ¿Amigos? Ah... ¿Entonces todo esto es porque quieres ser mi amigo?-preguntaba Kisara más calmada comenzando a comprender todo lo que había sucedido en cuestiones de segundo.

-¡Obvio! ¡¿No quedó claro en las primeras líneas?! ¡Vaya, tendré que cambiar mi forma de expresarme entonces! ¡Oye, aún no me respondes! ¡¿Te puedo llamar ¨Kissy¨?! ¡Dime que sí, dime que sí! ¿Sí~~?-preguntó Jaden al final haciendo una prolongación con el último ¨sí¨, mientras juntaba las palmas de sus manos a modo de petición.

Kisara aún parecía un poco confundida, pero terminó riendo a carcajadas, para confusión de Jaden que se limitó a separar las palmas de sus manos y a mover sus orejas de forma involuntaria. La mitad demonio seguía riendo y el semihumano decidió esperar a que esta terminara, moviendo su cola de un lado a otro en lo que trataba de entender el motivo de aquella risa.

-Mientras no sea un insulto, llámame como quieras, jeje-sonrió Kisara después de tanto reírse, y a Jaden volvieron a brillarle los ojos.

-¡Entonces, Kissy, ¿somos amigos?!-preguntó Jaden entusiasmado.

-Sí. Supongo que sí. Ahora que lo pienso mejor, es verdad que me estabas felicitando hace rato por lo que hice durante la reunión. Perdona, es que estaba muy aturdida y no pensé bien las cosas, jeje-sonrió Kisara, y Jaden alegre saltó a abrazarla, sorprendiendo a la mitad demonio.

-¡Seremos amigos inseparables, ya lo verás!-dijo Jaden mientras abrazaba fuerte a Kisara, la cual comenzaba a preocuparse.

-Lo de ¨inseparables¨ es en sentido metafórico, ¿verdad? Porque te vas a separar en algún momento, ¿no? Dejarás de abrazarme en algún momento, ¿verdad?... ¡¿Verdad?!-preguntaba Kisara cada vez más preocupada porque Jaden no parecía escucharla y solo la seguía abrazando.

Los dos muchachos ahora siendo adolescentes que cumplirían 19 y 18 años respectivamente en el 2000, volvieron de sus recuerdos y comenzaron a reír de forma nostálgica.

-Eran buenos tiempos-dijo Kisara divertida.

-Estos también, Kissy. Todos los momentos desde que nos conocimos han sido buenos tiempos para mí-dijo Jaden, y sorprendida por estas palabras, Kisara sonrió tiernamente y le asintió con la cabeza al ahora pelinegro.

-Tienes razón. Bueno, me tengo que ir, gracias por el helado. Mañana nos vemos, ¿vale?-preguntó la ahora pelirroja, levantándose.

-Sí, claro, Kissy. ¿Te acompaño?-preguntó Jaden sonriente como de costumbre.

-No hace falta. Igual gracias. Y también gracias por estar conmigo ahora, siempre me animas-dijo la mitad demonio con una tierna sonrisa.

-Pues me alegra mucho hacer tan bien mi papel, My Lady-dijo Jaden aún sentado pero igual imitando lo que parecía ser una pequeña reverencia, haciendo sonreír a Kisara y de paso a él mismo.

-Nos vemos mañana-dijo ella retirándose.

-Nos vemos, Kissy-dijo él.

Al doblar por una casa que había detrás del árbol donde estaban sentados Jaden y Kisara, esta última se sorprendió al observar que Orion estaba de espaldas a la pared trasera de dicha casa por donde decidió caminar la mitad demonio de vuelta a la residencia de los hermanos ¨von Sefiro¨. El peliazul tenía sus manos en los bolsillos y un pie en la pared.

-¿Orion?-preguntó Kisara sorprendida por observarlo en ese momento. El peliazul volteó a verla, un poco sonrojado tímidamente, y la mitad demonio sonrió alegre-Supongo que lo escuchaste todo desde que nos sentamos en el banco, ¿no?

-... Perdona por eso-dijo Orion apartando ligeramente la mirada mientras inflaba un poco sus cachetes, lo que hizo que Kisara sonriera más divertida.

-En parte me alegro porque me evito repetirme, pero... Si no vuelves a cotillear a escondidas, te perdono-dijo la mitad demonio señalando con su dedo índice derecho a Orion, el cual se sintió ligeramente presionado, pero sonrió asintiendo con la cabeza.

-Vale, no lo volveré a hacer-dijo el peliazul, y la pelirroja le dio una última sonrisa.

-Está bien. Caminemos juntos de vuelta a casa-dijo Kisara siendo la primera en retomar el paso, seguida por Orion que se colocó a su lado en lo que conversaban de vuelta.

-En serio te felicito por actuar tan rápido diciendo una mentira tan creíble. No te lo dije directamente, pero te felicito. Estuviste increíble en ese momento-le dijo Orion.

-¿A qué viene eso ahora? Jeje-sonrió Kisara mientras los dos continuaban conversando.

Miércoles 10 de mayo del año 2000, Después de la Creación
-calles de la Ciudad Central de Sefiro, 8:00 PM-

-Ya se está haciendo tarde-dijo Kurebai-¿Te llevo a tu casa?-le preguntó a Mirai.

-Oh, qué caballeroso. ¿Es este el mismo Kurebai que siempre conocí?-preguntó ella divertida, a lo que el pelinegro sonrió y levantó la mirada de forma confiada.

-Siempre he sido, soy y seré todo un caballero. ¿Por quién me tomas?-preguntó él confiado, mientras Mirai sonreía divertida.

-Oh, qué bien mientes. Casi me lo creo-dijo ella bromeando.

-¡Oye!-se quejó falsamente Kurebai mientras los dos sonreían divertidos.

-Mirai-se escuchó la voz de un muchacho, que al voltear los dos a ver, se trataba de Akihito Kanbara, y por supuesto, Kurebai se molestó por verlo.

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