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Extra 2

¿Han pensado en la muerte?

Es una de las cosas que más me da miedo y eso que ya tengo treinta años, cada que pasa por mi cabeza siento que me dan escalofríos y no puedo evitar sentir que en cualquier momento puede llegar a mi vida tan triste noticia.

— ¡mamá! —, miro a un costado y sonrío cuando la pequeña Jihyo me da un gran abrazo, — ¡mami dice que no me va a dar de comer! —, subo la mirada y cruzo de brazos cuando Tzuyu hace acto de presencia, la puedo amar mucho, sin embargo, ha estado actuando como una niña pequeña desde hace un largo rato, — ¡mirala con su cara de que no hizo nada! —, la veo hacer pucheros y siento que se me comienza a derretir el corazón, — ¡no mami, no te dejes engañar! —, me levanto y le doy un abrazo a Tzuyu.

— ¿por qué no le quieres dar de comer a Hyo? —, suspira y se esconde en mi cuello, — Chou Tzuyu no hagas que no sabes hablar y que tampoco me escuchaste —, la regaño y hace como un perrito bebé, ni cuando teníamos a Appa actuaba de esa manera, ruedo los ojos y le doy pequeños besos por todo el rostro para que se calme un poco.

— es que...ella quiere comer helado pero yo no le quiero dar porque ya comió en la tarde —, miro a nuestra hija que está boquiabierta por lo que acaba de decir su madre.

No puedo negar que ambas tienen una relación que trasciende al más allá, son tan perfectas juntas que a veces me da algo de miedo que me dejen de lado, se llevan tan pero tan bien que considero que Jihyo la prefiere a ella antes que a mí, quien la tuvo que aguantar nueve meses difíciles en el vientre como para que venga Tzuyu y me la quite así.

Sacudo la cabeza alejando esos pensamientos que se supone ya había dejado de lado, la psicóloga me dijo que tenía que alejarlos y claro que lo hice, solo que ahora están volviendo nuevamente, — mamá, comí helado solo porque ella me dijo que lo hiciera además ella también comió —, se defiende tan bien que estoy segura que lo sacó de mi.

Volteo a ver a Tzuyu, ahora es ella la que está boquiabierta, — ¡Chou Minatozaki Jihyo! —, grita y la señala, — ¡deja de mentirle a tu preciada madre y mi esposa hermosa! —, con eso me hace saber que lo que dice la niña es verdad, si no lo hubiera dicho para manipularme entonces no me hubiera dado cuenta de que lo que decía eran puras trampas.

Acomodo mi pantalón y arrodillo para ver a la pequeña que está con las cejas fruncidas, quiero creerle a mi esposa pero es demasiado mala mintiendo e intentando que haga las cosas solo porque me está adulando, la pequeña Jihyo lo hace mejor y eso que no supera los años suficientes como para saber hacerlo bien.

— ¿qué quiere comer la princesa? —, pregunto y le sonrío, muevo un poco las cejas para que entienda que lo que debe comprar es algo que nos guste a ambas.

— pues quiero comer pizza —, ambas volteamos confundidas a ver a Tzuyu que está buscando en el teléfono algo, — hay una pizzería cerca si nos apresuramos podemos estar más tiempo y que Jihyo juegue en el parque —, la veo y parece que está a unto de caer en las garras de lo que su mamá quiere pero al verme a los ojos se da cuenta de que algo anda mal así que me levanto y siento en el sofá, — ¿no les gusta mi idea? —, cruzo las piernas y enciendo la televisión.

— Hyo, te daré un poco de carne y verduras para que te sientas mejor, ¿Bien? —, pregunto y la niña responde con una afirmación con su dedito levantado hacia mi, — si te lo comes todo te daré un poco más de helado pero hasta ahí, espero que ninguna de las dos incumpla con lo acordado —, señalo la lista de las cosas malas que hacen por semana, — están a una sola cosa de que tengan que ir a la casa de Mina a ayudarla con el bebé —, mi hermosa y perfecta mejor amiga ya parece un conejo, ahora tienen otro bebé, muy lindo pero demasiado grosero y siempre que ve a Tzuyu por alguna extraña razón siente que es su rasca encías, y con Jihyo es preferible que no la vea porque siempre hace todo lo posible para pegarle.

— ¡amor no serías capaz! —, se acerca y se arrodilla frente a mí, comienzo a cambiar canales sin verla a los ojos porque sé muy bien que voy a caer, — amorcito —, acaricia mis muslos y trago saliva, detesto que conozca cada uno de mis puntos sensibles, — no sabía que todavía te provocaba eso —, me inclino y la beso, al poco tiempo para tomo ddl cuello y con un mordisco en el labio inferior me separo.

— si te portas bien puede que te haga recordar algunas cositas que tenemos pendiente la desde hace dos días —, le guiño y como si fuera un robot se levanta.

— ¡cómo ordene mi capitán! —, por el reflejo de la ventana veo como se va Jihyo a su habitación y luego a Tzuyu que abre la nevera mientras tararea.

No sé qué haría sin ninguna de las dos, ambas son todo lo que tengo y por lo que existo, las causantes de mis risas, sonrisas, alegrías y emociones más hermosas que alguna vez he llegado a sentir.

Estoy tan enamorada de Tzuyu como la primera vez que la vi y amo tanto a mí hija como la primera vez que la vi, son lo más grande que tengo y lo daría todo por ellas.

Vuelvo a cambiar de canal y suspiro con una gran sonrisa en mi rostro, tengo todo por lo que alguna vez llegue a luchar para alguien más, que estúpida era antes que creía que iba a conseguir a otra persona o que si me controlaba Tzuyu estaría más interesada en mi, si no fuera tan tonta entonces tendría más tiempo con ella.

Tal vez las cosas salieron como debían porque el tiempo que le dimos a todo fue perfecto.

— ¿quieres el sándwich con o sin tomate? —, me mira y me levanto, amo verla cocinar es de las mejores cosas que he llegado a ver en toda mi vida, se ve tan hermosa y concentrada que daría todo porque siempre lo haga, — sin porque te quiero a ti en medio —, la acorralo contra el mesón y miro hacia el pasillo, no parece que Jihyo vaya a salir mucho menos al escuchar como está cantando la intro de subserie favorita, — ¿hace cuánto tiempo no lo hacemos? —, le beso el cuello y se tensa.

— ayer lo hicimos —, dice y se ríe.

— demasiado tiempo para mí —, suelto un quejido cuando suena el horno, — ¿no crees que deberíamos obligar a tus padres a que la cuiden? —, se fue más fuerte y yo la miro sin entender la risa.

— bebé, tenemos demasiado tiempo para hacer lo que quieres hacer, toda la noche y toda la vida —, la miro a los ojos y le robó un beso antes de alejarme con las manos hacia arriba, ella ha ganado solo esta vez.

— ¿crees que somos eternas? —, suelto y la pregunta queda en el aire, tomo un poco de agua fría y me echo un poco en el rostro para que se me baje la calentura, es que cuando estoy cerca de ella siento que me estoy quemando, las hormonas las tengo alborotadas desde hace un rato y no se han calmado, puede que sea el tiempo que tenemos sin estar solas o porque Tzuyu cada día se vuelve mas hermosa.

— tú misma dijiste que somos eternas —, tiene razón, la vez que lo dije está ebria pero sigo pensando en eso que es lo importante, la veo cortar y me acerco, rodeo su cuerpo con mis brazos y le doy un beso en la nuca, — vamos a durar toda la vida —, le miro la mejilla, me pongo de puntillas y le doy un beso.

— somos eternas enamoradas que siempre se han amado por más que por un tiempo fuera a escondidas —, da la vuelta y me mira a los ojos, — te amo tanto Sana —, sonrío y uno nuestros labios, no en un beso que lleve a algo más.

Más bien a uno que hace que me dé cuenta una vez más que la amo con todo mi corazón e incluso más allá de eso porque no hay nadie mejor que ella en este universo, de eso estoy más que segura.

— te amo mucho más Tzuyu —, hay que sumarle a la lista una cosa más por la que la amo con toda mi anatomía.

Tiene la capacidad de recordar cosas que le dije al comienzo todo y es algo que nunca se le ha ido, esa y millones de cosas mas haven que me sienta igual de enamorada que siempre de mi hermosa esposa.

— mi único amor —, susurro sobre sus labios antes de robarle otro beso.

— tú eres mi único amor —, sonríe y miro detalladamente cada parte de su rostro.

Hemos crecido juntas y eso es lo que me llena el pecho cada que tengo que contarle a alguien nuestra historia de amor, fuimos capaces de salir adelante sin importar las barreras que los demás nos impusieron o que nosotras mismas construimos.

Pasamos de ser una desconocida que necesitaba ayuda y una chica que deseaba ayudarla a dos personas que se aman con locura y que darían todo por la otra.

Y si, le tengo miedo a la muerte pero gracias a Chou Tzuyu siento que somos eternas.

Tan eternas que nunca existirá un final.

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