Capítulo 15 - Plan C
Ha llegado el día. :)
Les traigo el capítulo de esta semana. Espero que les guste :)
Estaba preocupado.
¿Cómo no podía estarlo? Era Verónica de quién hablábamos, mi Roni. Y estaba en peligro. Pero no podía ignorar todas las alarmas que se me encendieron en cuanto colgué esa llamada. Sabía que existía una gran posibilidad de que todo aquello no fuese más que una patraña de los Merino para matarme, y eso no podía permitirlo.
Así que mandé a Carlos, el único en el que confiaba y a Jason, el tipo que siempre le acompañaba en cada viaje al extranjero. Su eterno guardaespaldas. Sabía que él me daría las mejores soluciones y salvaría a mi palomita.
Ya no solo era el hecho de que los Merino pudiesen matarme, también sabía que la familia pondría el grito en el cielo, me destronarían si se enteraban de que iba a salvar al hijo de puta que puso el explosivo en el coche de mis padres, el mismo que había trabajado durante años para los Merino, la mano derecha de Alex Merino.
No. No podía arriesgarme, a pesar de lo mucho que quería volver a ser el eterno protector de esa mujer, tenía que pensar con la cabeza aquella vez.
- Galaxy – llamé, encerrado en el despacho, sin poder soportar aquel puto silencio una vez más, aquella maldita desinformación que me estaba matando poco a poco – infórmame de la situación.
- Se ha complicado – aseguró la voz de mi eterna mejor amiga. Mierda. Esa no eran buenas noticias – Una emboscada a retrasado la misión.
¡Joder! Lo sabía.
Tuve razón desde el principio.
- El coche está en marcha – dijo entonces esa voz. Sonreí, al darme cuenta de que lo habían logrado. Justo irían al piso franco, donde les esperaba un doctor de caballos, que tendría que servir, porque no había podido conseguir a un médico de verdad, y más tarde, tendrían que cambiar de coche, y reunirse conmigo en el aeródromo, dónde tenía preparado un avión que los sacaría del país. La necesitaba a ella a salvo, y sabía que en Italia no lo estaría. Era lo que tenía que hacer, ese tipo de sacrificios, para mantenerlos a salvo – tiene una llamada entrante.
- ¿Quién es?
- Carlos.
- Pásamelo.
- Dime, tío, ¿cómo ha ido? – quise saber, aunque estaba mucho más calmado después de conocer la noticia de que se dirigían a su destino.
- Las cosas no han ido como esperábamos, Nate – aseguró Carlos, terriblemente preocupado. Quería pensar en que estaba exagerando, pues si Galaxy no había descubierto ninguna anomalía, nada podía pasar – dudo que ese médico que nos has buscado pueda hacer algo. Necesitamos a un especialista de verdad.
- Dile que consiga a un médico de verdad – insistía Jason desde atrás – no tenemos tiempo para pararnos en el piso franco.
- ¿De qué mierdas estáis hablando? – me quejé.
- Vamos directamente al aeródromo de San Luis, no podemos pararnos en el piso franco – iba a mandarlo a la mierda, pero entonces él dijo algo más – Han disparado a Verónica.
- ¿qué? – mi puto mundo entero se detuvo. No podía respirar, un puto ataque de pánico, por lo que tuve que agarrarme a la mesa, porque por un momento lo vi todo negro, de forma literal.
- Se desangra, Nate – insistía mi amigo, trayéndome de nuevo a la realidad – Es grave. La puta bala ha gangrenando la herida.
- ¿Qué mierdas me estás diciendo, Carlos? – grité, fuera de mí.
- Te repito, es grave, Nate. La bala estaba envenenada.
- No – negué, porque no vi venir el puto peligro hasta ese momento. Iba a perderla. A mi Roni, ya no podría mirar hacia esos preciosos ojos nunca más.
La desesperación, la desolación, el arrepentimiento y la culpa pronto me golpearon, haciendo que todo dejase de tener sentido. Me importaba una mierda la puta venganza, la familia, el puesto que tenía en ese momento y mi propia vida, joder. Si no podía tenerla a ella, no quería nada.
- Consigue al cirujano, Nate – escuché la voz de su padre por detrás, trayéndome de vuelta a ese momento de la historia – sálvala una vez más, y te deberé la vida. Tendrás todo mi respeto, hasta mi lealtad, pero ... - se detuvo, roto de dolor, y pude darme cuenta de lo grave que era la situación por eso – sálvala.
- De acuerdo – acepté, poniendo a mi cabeza a pensar rápidamente, no podía permitirme el lujo de flaquear en un momento como ese, más cuando mi palomita estaba debatiéndose entre la vida y la muerte – Cambio de planes, Carlos – pedí hacia él – vais al aeródromo, tendréis un cirujano allí en seguida.
Colgué el teléfono, me rebané los sesos durante un momento y entonces hablé con la única persona, más bien máquina, que podía sacarme de este apuro.
- Consígueme un cirujano y mándalo al aeródromo de San Luis – ordené. Mis órdenes eran la ley para ella, lo sabía bien, ni siquiera preguntaba cómo hacer las cosas, tan sólo las hacía sin rechistar – Planea un protocolo de escape y desaparición.
- ¿Código de confirmación? – sonreí
- YodaPaloma88
- Identidad confirmada. Planeando protocolo de escape y desaparición – podía escuchar el ruido que hacía mientras se ponía manos a la obra, yo por el contrario abrí la caja fuerte, metí la pasta y los documentos en una bolsa, eché también un par de armas, abrí el armario junto a la puerta, y eché todo el arsenal en otra bolsa, y me preparé para lo peor. Sabía que no iba a ser fácil, pero confiaba ciegamente en Galaxy.
- Orden 1 completada. Nombre: Adam Clawson. Edad: 63 años. Profesión: Cirujano exmilitar de la unidad AlfaBravo5543234k, expediente clasificado. Situación familiar: Sin pariente vivo. Actuación: Oferta de 3 millones de dólares. Coste: Pérdida de acciones por valor de 2 millones y medio. Protocolo de escape y desaparición en proceso.
- Bien hecho, Galaxy.
- Protocolo de escape y desaparición completado al 60% - insistió, dejándome claro que aquello iba a llevar un poco más de tiempo.
- Galaxy – la llamé, haciendo que dejase de trabajar un momento y pusiese todo su radar en mí – modo silencioso del avión privado de Roni.
- Misión Salvación Paloma completada al 100% - contestó, dejándome claro que ese tema ya estaba resulto – Protocolo de escape y desaparición completado al 63%.
- Sigue trabajando en ello, vieja amiga.
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