O1━━ BRUTAL
Danny Mills POV:
La vida es un romántico cuento de hadas en Storybrooke... Pero no para mi.
La boda de Neal Nolan, no es para nada como el se la había imaginando, nadie, si soy sincera, en realidad, aquello se había vuelto un caos que podría parecer precioso.
—Si, quiero — Neal se encontraba diciendo aquella frase de aquel ritual, en el castillo de sus padres, justo donde ellos se casaron alguna vez. Ahora, todos deberían prestar atención a la futura esposa de mi mejor amigo, aquella hermosa y dulce mujer, digna de un Nolan.
—Y tu Ingrid, ¿Quieres tomar a este hombre como esposo y amarlo para toda la eternidad? —Y entonces, esa hermosa y dulce mujer, es tu mejor amiga, mis mejores amigos estaban uniendo su vida en una misma, yo debía ser la persona más feliz, ¿correcto?
—Si quiero —Aquella rubia sonreía con una alegría muy notable, con aquella inofensiva sonrisa, esa sonrisa que mi mejor amigo vería cada mañana al despertar. Y es cuando entiendes a Rumplestilskin "Es irónico cuando puedes ver el futuro", no, no veo el futuro, pero todos saben este cuento mejor que a la palma de su mano (y a esa no la conocen tan bien)
—Ahora los declaró marido y mujer— Todos aplaudían felices, por supuesto, en Storybrooke, eso solo puede durar contados minutos, mi parte favorita
—Llegó tarde, perdonen —Si ya sabes como funciona esto, me alegro por ti; si eres nuevo, deja te planteó en lo que esta pasando, es la típica esa que viene a darle un giro a la escena, para esta ocasión, podría tornarse en un drama
—¡Es la reina, corran! —Charlie Dwarf se acercó a la pareja de recién casados. Todos miraban a aquella enemiga, a la cual se le acercaban los guardias reales, que ella, como si fueran fichas de ajedrez, los tiraba con la magia de sus manos. Y aquella dulce rubia, de inocente sonrisa, rápidamente dejo ver su verdadera cara, arrebatando la espada que su esposo traía
—Ella ya no es mas la reina, no es más que una bruja malvada —apretó el mango con fuerza y furia. Bruja y malvada de golpe, nuevo récord para la gente prejuiciosa, muchos dirán que era un karma
—No, no bajes a su nivel —Neal se acercó, obligándola a bajar aquella espada, pero, parecía haber algo más, algo mucho más profundo que nadie entendería. Las miradas de la reina y el príncipe se habían cruzado, parecía complicado para el resto, entender aquel gesto, pero por dentro, ellos siempre lo sabrían. Todos tienen más de una historia por contar.
—No malgastes tu tiempo Danielle, ya perdiste— Y ahí esta, donde quedo expuesta a la villanía de la gente que te convierte en la causante de las desgracias en las historias, y se atreven a echártelo en cara; ante esta revelación, pensarás que esta historia, es solo para salvar mi reputación. No, es una historia tan vieja, aquel viejo cuento que tus padres te leían antes de dormir, jamás hubo secretos ocultos, excepto, lo que había sido, mi vida como una persona aceptada en la civilización, de ahí en fuera, todos conocían aquello como la palma de su mano.
—Yo no vine aquí a arruinar nada, todo lo contrario, vengo a darles un obsequio —Sonreía con un tono malvado pero inocente a la vez, aunque todos se ocultaban para no verme
—No queremos nada que venga de ti —Ingrid reprendió. Era irónico que ella se sintiera ofendida, como si ella no hubiera inventado el termino "traición". En cambio, Neal suplicaba (tal como lo deseaba) con su mirada, que no me atreviera a cumplir la antigua profecía, pero era demasiado tarde, ellos me hicieron así
—Lo tendrán de todos modos... —Hubo un silencio— Mi obsequio, es que seas feliz hoy, porque mañana empieza mi trabajo —Todos pusieron atención, como si su vida dependiera de ello— Han dicho sus votos, ahora oigan mis votos —Aquella sonrisa, rápidamente se tornó en una mirada llena de sed de venganza— Pronto, todo lo que aman, se les será arrebatado, para siempre... ¡Y de ese sufrimiento, surgirá mi victoria! Yo destruiré toda su felicidad. No voy a descansar hasta lograrlo —No tenía que decir más detalles, a punto de mi partida de aquel castillo, una vez sellada la sentencia. Empecé a alejarse hacia la salida de aquel gran salón
—¡Alto! —Aquel rubio llamó mi atención, dispuesto a jugar su papel, lanzando su espada desde lejos, con la intención de atentar contra mi vida
...
Me desperté bruscamente, teniendo grabado profundamente en mi mente, aquel reciente sueño, si se le puede llamar así a uno de los sueños que más me ha perseguido en toda mi vida. Como cada ocasión, miraba el techo, tratando de encontrar la paz. Y como cada una de esas ocasiones, terminaba levantándome de la cama, preparándome para iniciar un nuevo día, lo único que cambiaba aquella mañana, era mi destino: Storybrooke Academy
—¡Danny! ¡Brooke! ¡Margot! ¡Se nos hará tarde! —Roland, mi medio hermano gritaba saliendo de su habitación, apresurado. Rápidamente, termine de empacar mis cosas, y me aseguraba por última vez, que tuviera un aspecto impecable.
Como cada mañana, escondía mi pequeña crisis después de un típico sueño donde maldigo a todos como una pequeña reina malvada, porque siempre me hacía plantearme, ¿Quién era yo? ¿Acaso todos solo éramos una sombra de alguno de los adultos con los que compartimos sangre? Con una maldición pisando nuestros pies, podía ser así.
Claro, podíamos empezar conmigo, ni siquiera tengo que dar más detalles para poder descifrar que era el joven retrato de mi mamá, Regina Mills. Algunos incluso me catalogaban como la reina malvada de la escuela (lo que no sabían es que ellos me ponían de malas, y usaba el título como increíble excusa), sabían que terminando la preparatoria, todo eso terminaría. ¿Debía sacrificar mis deseos más profundos por un reinado? ¿Mis sueños eran una alerta? Estaba condenada a repetir la historia, al igual que todos. ¿Porqué tendría que traicionar a mis amigos?
Me replanteaba aquello siempre en el desayuno. Mis sueños solo relucían parte de mis deseos más ocultos o eran una gran alerta de lo que vendría. Porqué siempre, siempre, Neal Nolan y yo fuimos algo en esos sueños, y sin importar que pasará, no tenía relación tener esos sueños mucho antes de llevarnos bien. Pero no quería dar un paso en falso.
Después del desayuno, donde todos hablaban, y yo solo asentía, fingiendo escuchar lo que decían; todos nos dirigimos a la salida de la mansión, la última vez que la veríamos, ¿hasta cuando? hasta las vacaciones, pero se veían demasiado lejanas, por alguna razón, como si tuvieran que pasar años para unas vacaciones, incluso. Posiblemente era porque aquí no existía el sueño americano, teníamos cosas como jerarquía estudiantil, yo estaba por encima de todos, solo por ser la reina malvada, pero realmente no era un titulo que me diera tanta felicidad.
Se que parezco una pequeña malcriada, si tengo una jerarquía, podía destruirla yo misma, y así todos podríamos disfrutar del arte de juventud. Pero no se puede, cosas malas siempre pasan a quién quiere romper la jerarquía que determina la maldición. Todo porque un ser malvado, embrujo al pueblo cuando yo ni siquiera había nacido
Volviendo a la realidad, me encontraba justo frente al autobús, miraba por última vez a mis padres y a mi tía desde lejos, y luego mire a mis hermanos: Brooke, Hen, Rob, y Rolly, buscando un poco de comodidad en esta etapa. Que vida se iban a dar en la mansión sin nosotros.
Por supuesto, Brooke, esa pelirroja chispa de alegría y esperanza, la hizo subir primero. Ella estaba lista para explorar una nueva vida, donde no se dirigieran a ella como la heroína de la guerra multiversal. Ese no era el caso de nosotros y todos los que estaban en aquel autobús: Heather Hopper, Alexandra Boyd, Grace Hatter, Lydia Booth, Lucy Fairy, Charlie, Violet Morgan, Niall Hatter, Hope y Nashira Swan, y otros.
Mi melliza, había notado la presencia de Heather, y supo que tenía una posible amiga que jamás la traicionaría; pero solo por si similar físico, ambas pelirrojas. Con una sonrisa ambas iniciaron su amistad en cuanto Brooke tomo asiento, continuada de una plática. Era raro, Heather era hija de Pepito Grillo, Archie Hopper, quien era psicólogo en la URS
Observe el resto el autobus, Lydia y Niall obviamente estaban juntos, eran mejores amigos desde que tengo memoria, eran de las personas más honestas, Niall porque estaba tan loco como su padre y Lydia era hija de August, Pinocho, no tengo que explicarlo
Rolly, rápidamente corrió hasta la parte trasera del auto, donde las hermanas Swan-Jones le aguardaban un lugar. Ellos eran tan diferentes, y era precisamente eso lo que los unía, sumado al meterse en problemas y en buscar justicia
Margot dispuso a sentarse con Charlie, ambos eran grandes amigos, al igual que las niñas Swan con Rolly, no tenían mucho en común, pero se llevaban genial. Seguidos de Hen y Violet, realmente no hay mucho que explicar de ellos, son pareja, de las pocas, o la única existente en URS; después encontrábamos a Alexandra y Grace, tampoco es que tengan algo en común, desde que se conocen han tenido una química que solo pocos han llegado a tener, son de aquellas amigas leales de pies a cabeza, inseparables como la misma palabra
Y luego estaba yo, parada en medio del pasillo, buscando mi simpatizante, pero nada, solo un asiento vacío, a lado de Lucy Fairy, protegida del hada azul, claramente, no congeniábamos mucho.
—Hola Danielle — Lucy me dedico una tímida sonrisa. Ella era tan linda o me tenia miedo, todos siempre hacían el mismo tono.
—Hola, Lucy— correspondí por educación, aquella sonrisa, y casi tan pronto, saque mi celular
Principito Encantador
¡Niño!
Se que te encanta desaparecer, pero por Merlin, ¡Te estaba esperando en el autobús! Es el primer día de clases.
te extraño
8:05 a.m
Suspiré apagando mi teléfono. Sin saber, que estaba alimentando un rumor del pueblo
—¿Ni siquiera a su mejor amiga llamo? —Lucy intento congeniar trayendo ese tema a conversación, era claro que había visto mi teléfono— tal vez se pudo enojar por la última vez que estuvieron en Granny's —automáticamente, me gire a verla
—No —respondí secante, no iba a preguntar que sabía— Eres amigo de el, no mía, y no me gusta que la gente se meta en mi vida sin saber por que paso —¿Era malvada por establecer limites? Ella inmediatamente se giro a la ventana asustada, haciendo que un silencio incómodo nos abordara. Tal vez se volvía aún más incómodo escuchando las risas de Heather y Brooke, que parecían conocerse fe siempre. Lo que daría por ser Brooke, tan despreocupada, era feliz
—Y como reina del baile de graduación, nuestra única e inigualable... ¡Danielle Mills y su pareja como rey! —El señor Johnson, el director de Storybrooke Academy, indicando que subiera al escenario. "Larga vida a la reina" Jamás se había sentido tan glorificarte, hasta el momento en que yo me convertí en aquella reina con aquella corona en mi cabeza. A veces, siempre era lindo escapar hacía tus ensoñaciones hasta cumplirlas. Tal como siempre lo había imaginado, mi sueño adolescente. Por primera vez, sentía que la gente me elegía por lo que era, y no por lo que creían. Lamentablemente, siempre debe haber un pero
—¿Dónde esta tu chico, Danny? —Destiny Bell, protegida de Tinkerbell, mi hada madrina, se acercó con preocupación— Traes uno, ¿no? Te hubiéramos ayudado —Ella me dedicaba una cálida sonrisa, y yo nunca había correspondido tan relajada
—Calma, Tiny, el debe estar por ahí, de seguro no escucho que lo llamaron —Me acerqué al director dispuesta a llamar la atención de mi acompañante— ¿Me permite el micrófono? Gracias —Una vez que estuve en mis manos, mire a todos con la sonrisa más hermosa que incluso yo me había visto— Muchas gracias a todos, de verdad, de todo corazón, sin ustedes jamás habría logrado esto —me limpie algunas lágrimas antes de continuar— pero, no puedo continuar sin mi rey —volví a sonreír— Solicito que mi principito venga a tomar su trono —Mi mirada buscaba rápidamente a aquel chico, pero solo pude ver a Aiden llegando a las escaleras del escenario, tomando aire como si no supiera como decir lo que tenía en mente— ¿Aid? —mi sonrisa se desvaneció mientras me acercaba al borde del escenario, el negaba sin ser capaz de hablar
—El...
—¿Qué pasa, rulos? Aiden, contéstame —El simplemente volteó para ver la puerta del gimnasio, inmediatamente miré hacia el mismo rumbo, para intentar entender de quien hablaba. Mi sueño se había vuelto una pesadilla. Neal Nolan, mi mejor amigo y compañero de baile, besándose con mi mejor amiga
—Jamás escaparemos de la maldición Danny —Aiden repetía en seco, como si me quisieran aferrar a una idea, para sacarme de otra. Yo solo negué, aún dentro del shock. Sin saber que todo se pondría peor
—Siempre serás una reina malvada, ¿Qué no lo ves, Regina? —Aquello se escuchaba tan raro, que inmediatamente busqué la fuente de aquella frase— Y el siempre será el príncipe encantador, ella será su princesa; porque la reina malvada y el príncipe encantador jamás están juntos —La hada azul, hablaba con un gran enojo, como si me odiaría, por querer cambiar la profecía. Ella rápidamente intento arrebatar la corona de mi cabeza— Llamen a la reina Ingrid
—¿Qué le sucede? ¿Escucha lo que dice y aún así se atreve a llamarme malvada? —Forcejeaba con ella, hasta que me aventó al suelo al pisar mi vestido, cuando alcé la vista, ella tenía la corona en sus manos
—¡Hada azul, esto es injusto, Danny ganó limpiamente! —Aiden intentaba defenderme, pero ambos éramos arrastrados por los guardias fuera del escenario
Y aún en el momento más oscuro, la vida me demostraba que podía confiar en la alma libre de mi hermana
—¡Merlín salve a la reina! —Aquella pelirroja atacaba por detrás al hada azul, o lo intento, cuando una chica pelinegra alcanzó a ponerle un brazalete neutralizador de magia, apartándola de la misma manera que lo hicieron con Aiden y conmigo
Y hasta ese momento, Ingrid y Neal entraron triunfantes a recibir sus coronas, nosotros gritábamos pidiendo ayuda, pero parecía como si nos ignoraran o incluso nos hubieran borrado de la existencia, porque nadie volteaba a vernos, ni siquiera ellos
Bastaron un par de palabras intercambiadas con la gente del escenario, al recibir las coronas, para que nos volvieran a llevar al escenario. Por primera vez, le tenía miedo a la sonrisa de mi mejor amiga, porque no era la dulce sonrisa que conocía
Nos hicieron quedar a los tres, a los pies de Ingrid, quien nos miraba como si hubiera cazado el premio de la temporada.
—Gracias, por su decisión de ultimo momento... Demostrando que, podemos romper los ciclos de maldad —Ingrid caminaba por el escenario, y el eco de sus tacones resonaban de una manera impresionante. Cada paso, yo la sentía como una puñalada por la espalda— Rompieron la maldición que Danielle controlo por tantos años junto a sus cómplices, todos merecen la tortura que nos hicieron pasar —Ella se agachó, para vernos cara a cara— Crearon problemas, y ahora deberán pagarlo. Según las leyes, podrían ser exiliados a la tierra sin magia... o en el peor, o mejor de los casos; tendrán un castigo aún más doloroso
—¡Llévense a estos perturbadores de Storybrooke! —El director rápidamente finalizo el discurso de Ingrid
Pero yo no me iba a detener, iba a pasar hasta el último minuto luchando. Aunque era inútil
—¡Neal! ¡Por favor di algo! —Suplicaba al borde del llanto— ¡Debes escucharme, yo no he hecho nada! —Me aferra buscando mi libertad
...
—¡Danny! Hey, despierta —Al abrir los ojos, podía notar, que todo solo había sido un mal sueño. Enfrente mío estaba Brooke, sonriente y radiante— ¡Llegamos a Storybrooke Academy!
Ambas bajamos del autobús, y en cuanto toque el piso de las afueras de aquel majestuoso castillo donde estaba la escuela, supe que tal vez jamás podrían sacar la maldición de Storybrooke, pero no de nosotros. Era brutal aquel lugar.
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