42: Batseñal
Cuando he encendido mi teléfono, prácticamente ha explotado con tantas notificaciones. He tenido que dejarle sobre la mesa un buen rato hasta que se ha calmado.
Gabi también está jodida. Ha venido a casa para ayudarme a meter algunas cosas en cajas. Si mi padre quiere que me vaya, lo haré cuanto antes.
—¿Qué te dijeron en la reunión?
—Él lo negó todo frente al claustro. Dijo que jamás se había relacionado conmigo. —Me cuenta mientras dobla las camisetas de manga corta—. No hemos vuelto a hablar desde entonces y creo que es lo mejor.
—¿Y le creyeron?
—No llamaron a la policía, así que imagino que sí.
Aunque suena convincente, sé que por dentro es un mar de lágrimas. Yo tampoco he podido saber nada de Álvaro después de que me enteré de lo que le hizo a Rodrigo. En realidad, solo le han tenido que dar unos puntos en la zona de la ceja, no es nada; pero sus padres quería presentar cargos contra él y mi padre les ha convencido para que no lo hagan. David tampoco ha venido y eso sí que es extraño. Y Evelyn no me quiere decir nada. He ido incluso al puente donde me llevó, su refugio, pero ni rastro.
Es como al principio, cuando no estaban, y les echo demasiado de menos.
Cada vez que mi padre regresa del instituto, yo me voy de casa y no vuelvo hasta que se ha ido a dormir. Investigo por el pueblo, me entretengo con Gabi jugando al voleibol o viendo alguna película en su casa. No he encontrado ningún lugar donde quedarme, pero ella me ha ofrecido la cama del cuarto de invitados y sus padres están dispuestos a acogerme.
Entro por la puerta de la cocina cuando ya es de noche con la intención de buscar más cosas que he dejado arriba y me encuentro a un chico comiendo cereales. Me freno en seco y mi corazón se salta unos cuantos latidos. Luego avanzo unos pasos más y le abrazo con fuerza. Sé que no es Álvaro, pero verle me hace casi la misma ilusión.
—¿Dónde habías estado?
Me separo y veo que tiene los mofletes hinchados. Con impaciencia, espero a que trague la comida mientras hace gestos con las manos para darse ánimos a sí mismo.
—Estuve... fuera.
Entrecierro los ojos al darme cuenta de que me está ocultando algo y aparto los cereales de su alcance para que no me evite con la comida.
—¿Fuera qué significa?
Desvía la mirada descaradamente y agarra la cuchara. También se la quito. Él resopla e hincha las mejillas para luego soltar el aire.
—He pasado estos días con mi padre —explica con cautela y mira a su alrededor—. Y con Álvaro.
—¿Por qué os habéis ido sin avisar?
De repente me coge de la mano y tira de mí hasta el jardín trasero, junto a la caseta.
—Nos tuvimos que ir por lo de la pelea.
—Mi padre dijo que no habían presentado cargos.
—Ese no es el problema. —Me encojo de hombros esperando a que diga algo más—. Mi padre le está intentando convencer.
—¿De qué?
La mirada de David se vuelve tan seria que me asusta.
—Para unirse al servicio militar.
—Al... —incapaz de continuar la frase, sacudo la cabeza y vuelvo a hablar—: ¿Estás de broma, no?
Él niega con la cabeza.
—Se enteró de lo que pasó —explica con cautela—. Álvaro siempre se ha metido en problemas y mi padre cree que es lo mejor para él.
—Pero lo de Rodrigo no ha sido nada, no puede hacerle eso. Álvaro es mayor de edad, puede negarse, ¿por qué no lo ha hecho ya?
Sus cejas se juntan hasta formar una única línea y deja caer su cuerpo sobre el metal de la caseta.
—Mi padre sabe bien cómo tiene que decir las cosas para convencer a alguien. Mi madre nos apartó de él por ese motivo.
Doy un paso hacia él.
—Dime dónde está —le ruego, alzando mis manos entrelazadas para parecer más convincente, pero él agacha la cabeza.
—No puedo hacerlo.
—David —insisto algo desesperada—, tengo que hablar con Álvaro.
—Adriana, no me pongas en este compromiso, por favor. Prometí que me mantendría al margen.
Sé que esto es difícil también para él y que la situación tampoco le beneficia.
—Al menos dile que me llame —consigo decir tras la decepción y él esboza una sonrisa triste.
Estoy a punto de marcharme cuando vuelve a hablar.
—¿Tú cómo estás? Mi madre me contó la discusión que tuviste con tu padre.
Me cruzo de brazos, sintiéndome de nuevo desanimada. Todo está yendo a peor y me siento cada vez más frustrada.
—Me voy en un par de días.
—¿Tienes algún sitio? ¿Quieres que le diga algo a Charlie?
—Gabi me deja su cama.
—¿Y después?
Suspiro y me siento en la hierba. Él me imita, poniéndose frente a mí. Aunque es de noche, la luz de la calle alumbra bastante.
—Necesito un trabajo, puede que le pida a Lu ir todos los días o quizá busque otra cosa. Ahora no se me ocurre otra nada mejor.
—¿Y la cafetería?
Arrugo la nariz al recordarlo.
—Era un sueño muy absurdo. Tal vez lo consiga en un futuro.
—Vaya mierda todo —dice al cabo de un rato mirando al cielo. Esta vez sí se pueden ver las estrellas—. ¿Has pensado alguna vez en las últimas veces?
Desvío la mirada un momento hacia él.
—¿A qué te refieres?
—A que puede que sea la última vez que estemos aquí sentados y me da una jodida pena.
—Pues nos sentaremos en otro lugar, a mí no me importa mientras te siga viendo.
—Eres adorable —bromea tras hacer un gesto de sorpresa.
—Y tú un aguafiestas.
Entonces se empieza a reír como si estuviera loco.
—¡A la mierda!
Se levanta y camina hacia la casa. Me incorporo corriendo y le sigo hacia donde quiera que vaya. Todas las luces están apagadas, así que imagino que ya se han ido a dormir.
—¿A dónde vas? —pregunto totalmente confusa al ver que no para.
—No puedo llevarte donde está Álvaro, pero puedo hacer que venga.
—¿Cómo? —añado en un susurro, ya que estamos a los pies de las escaleras que conducen a las habitaciones y nos pueden escuchar.
Me hace un gesto con la mano para que le siga. Trato de hacer el menor ruido posible hasta que llegamos a su habitación. Empieza a buscar entre el montón de ropa que hay sobre su cama y saca su móvil del bolsillo de unos pantalones.
—No tiene el teléfono, pero lo entenderá cuando mi padre le diga a dónde va.
—¿Tenéis un código? —pregunto maravillada.
—Mejor aún —me mira con los ojos llenos de emoción—. Una batseñal.
Me echo a reír al instante.
*****
¿Conseguirá David hacer que Álvaro regrese? ¿O se separarán para siempre? QUÉ TENSIÓNNN jajaja
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