7.-Efecto Mariposa
•DekuKatsu
Título:
•》Un mundo donde tome tu mano
Recuerda que una vez cuando era niño había entrado al bosque con su grupo de amigos y mientras cruzaban un tronco que funcionaba como puente él resbaló y cayó al pequeño río que fluía debajo del improvisado cruce natural.
A su memoria llega la sensación fría del agua y su cabello goteando, su ropa húmeda pegandose a su cuerpo y ver a sus amigos solo esperando para que subiera y continuaran su aventura por el bosque. Ninguno le preguntó si estaba bien, ninguno se preocupo por si se había lastimado.
Ninguno, excepto Izuku.
Escuchó su grito asustado llamándolo por su apodo de siempre: Kacchan. Luego sus pasos rápidos que intentó ignorar hasta que se volvieron chapoteos y vio su mano extenderse frente a él.
Katsuki la miró, lo escuchó preguntarle si estaba bien pero sus ojos no se separaron de su mano que esperaba que la tomara y lo ayudara a levantarse.
Frunció su ceño, odiaba recibir ayuda porque él no la necesitaba, solo los débiles aceptaban apoyo de otros y él no era ningún débil o al menos, eso fue lo que pensó.
No la iba a tomar, podía levantarse por sí mismo pero cuando su mirada chocó con sus ojos esmeraldas él dudó. No había rastro de nada más que genuina preocupación, Izuku no lo estaba viendo como menos. Solo era Izuku... siendo Izuku.
Y él extendió su mano y la estrechó con la de Izuku, sin saber que esa pequeña acción cambió muchas cosas.
—Estoy bien, tonto.
—¿Seguro? —preguntó luego de ayudarlo a levantarse—. ¡Te caíste desde muy alto, Kacchan! Vamos con mi mamá o con la tía Mitsuki para que te revisen.
—¡Qué no! ¡Estoy bien! —gritó y extendió sus brazos y los movió—, No me duele nada, ¿ves?
Izuku asintió pero Katsuki pudo ver sus ojos volverse brillosos y ya sabía lo que vendría después.
Otra cosa que le molestaba a Katsuki, era cuando Izuku lloraba. No le gustaba verlo de esa manera, era mejor cuando solo le sonreía.
Katsuki se acercó a Izuku y puso sus manos en sus mejillas para elevarlas y que formaran una extraña sonrisa en su rostro.
—¡No llores, mejor sonríe! ¡Ya te dije que estoy bien!
—¡Kacchan eso duele! —se quejó el pequeño peliverde y Katsuki soltó un bufido antes de soltarlo.
—¡Entonces hazlo por ti mismo!
Izuku secó sus lágrimas y lentamente la comisura de sus labios se elevó en una sonrisa temblorosa. No había parado de llorar del todo pero para Katsuki eso fue suficiente por el momento.
—¿Así está bien...?
Él asintió y volvió a tomar su mano. Luego comenzó a caminar por donde Izuku había bajado anteriormente.
—Esto es por si te caes mientras subimos.
Aun así, Katsuki no lo volvió a soltar durante el resto de la tarde. Según él, para asegurarse que Izuku no volviera a llorar y también para mostrarle que estaba bien y no le había pasado nada.
El recuerdo se esfuma y ahora está en su habitación en los dormitorios de la U.A. Izuku está frente a él, murmurando mientras lee su libreta y su lápiz se desliza entre la hoja escribiendo. Su ceño se frunce concentrado a al vez que sus ojos se mueven por las letras plasmadas en las páginas y muerde su labio de vez en cuando.
Katsuki acomoda su brazo en la mesa de manera que puede dejar su cabeza en la palma de su mano y no deja de observarlo. Era un sábado por la tarde y habían acordado reunirse en su cuarto para hacer las tareas pendientes pero Katsuki ya se había aburrido de leer sobre las leyes y historia de los héroes.
Era más entretenido observar las manías que tenía su novio.
Una idea pasa por su cabeza y no le parece tan mala así que se levanta con rapidez y le arrebata la libreta a Izuku y camina a su cama.
—¿Kacchan?
Katsuki mueve la libreta en el aire y palmea el espacio vacío a su lado en el colchón.
—Yo no te la daré, tú tienes que quitármela si quieres seguir con eso —dice con una sonrisa altanera—. Claro, si es que puedes, nerd.
—¿Es en serio? —Izuku ríe y se levanta para seguirlo—, está bien, está bien, hagamos eso.
Izuku se acerca a él para tomar la libreta pero Katsuki es más rapido y lo evita para después arrojarla al otro lado de la habitación. Luego jala a Izuku y lo tira al colchón para colocarse encima suyo con sus brazos a cada lado de su cabeza para sostenerse.
—Perdiste —dice y deja un beso en sus labios. Solo se separa un poco cuando siente que le falta el aire—, yo gane.
—¿Este era tu plan desde el inicio verdad? —pregunta Izuku antes de volver a unir sus labios una vez más—, y sobre lo otro...
Katsuki soltó un jadeo de sorpresa al sentir a Izuku hacerlo rodar por la cama para que ahora él estuviera debajo.
—Yo gano.
—Idiota —rió Katsuki y llevó sus manos a su cuello, después lo atrajo para volver a besarlo; a sentir sus labios contra los suyos en una danza que desde la primera vez que los probó los adoró. Enredó sus dedos entre los rizos verdes del chico que lo enamoró mientras sentía una de sus manos acariciar su cintura y se limito a separse un poco para tomar aire—. Esto es mucho mejor que estar con la tarea, ¿no crees?
Izuku le sonrió y besó sus mejillas, luego su frente y la punta de su nariz antes de dejar un último beso en su boca.
—Todo en lo que estés tú siempre será mucho mejor —susurró y se dejó caer a su lado sin apartar su mirada de la suya. Katsuki se gira para verlo mejor y también le sonríe, solo Izuku era el único que podía lograr eso con mayor facilidad.
Es extraño como un recuerdo de hace tantos años atrás aparece en su mente por casualidad porque ahora que tiene frente a él a la misma persona de sus memorias no deja de preguntarse si de alguna manera él cambió algo.
Katsuki toma una de las manos de Izuku y la coloca contra la suya mientras sigue pensando. Coloca sus dedos a la par y ve cómo los de Izuku se volvieron más grandes que los suyos. Izuku entrelaza sus dedos y las lleva a sus labios para dejar un suave beso en el dorso de su mano.
En ese momento, él se pregunta cómo sería su mundo si no hubiera tomado su mano cuando se cayó al río.
Pero al instante lo olvida, a Katsuki no le importa eso, le da igual. Él decidió en ese momento y si eso los llevó a este ahora, él volvería a elegir esa opción.
¡Séptimo día! Muy atrasada pero avanzando de apoco.
En este mundo su relación nunca se rompió, ellos nunca se separaron y luego les tomó tiempo aceptar sus sentimientos por el otro y ver que el
¡Gracias por leer!
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