Capítulo 6
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HOTARU
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Estaba tan nerviosa que cuando quise soltar al oso este cayó al piso. Yoshida-kun seguía mirándome sorprendido.
—Lo... lo siento—intenté decir.
—¿Qué hacías?
—Sólo... me pareció lindo, a Keiko le gustará mucho.
Miraba mis nudillos mientras los apretaba fuertemente. No podía verlo a la cara estaba tan avergonzada.
—No te preocupes—lo levantó tomándolo entre sus manos, sin decir más.
—¿Por qué regresaste... Yoshida-kun?—intenté preguntar aunque también quería cuestionarle, "¿Fue por Keiko?"
—A mi padre al fin de cuentas el trabajo que le ofrecieron allí no le resultó tan beneficioso como le habían dicho que era—se encogió de hombros—pero creo que fue lo mejor, a nadie de mi familia ni a mi nos había convencido del todo nuestra nueva residencia. Entonces hicimos maletas y en menos de lo que nos tardo establecernos en Kioto regresamos. Es por eso que no me pude comunicar con nadie.
—Ya veo...
—Será mejor que regrese con Tachibana. Solo vine por mi celular, lo olvide. Espero una llamada.
—¿De Keiko?—solté involuntariamente y cuando me di cuenta de mi error me tape la boca pero ya era tarde.
—Asi es—contestó para después volver a salir.
Una vez que arreglaron el micrófono y los demás instrumentos para poder ya cantar, Tachibana fue el primero en probarlo, a continuación yo y asi nos rolamos entre los dos, pues Yoshida-kun no quiso cantar ni una sola vez pero aún asi parecía alegre. Esperaba que olvidara lo del oso.
Los días siguientes no vi que volviera a llevar a aquel oso al instituto para dárselo a Keiko, aunque claro que esta estaba más posesiva después de que se entero que habíamos ido al karaoke ¿Enserio se lo había entregado?
—Ya es verano chicos, y como saben pronto saldrán de vacaciones, pero antes deben saber que nos iremos de campamento y el grupo entero debera asistir. Iremos también con los otros grupos de primer año—nos anunció el profesor una tarde. Al terminar de decir el anuncio una ola de comentarios de emoción inundo el salón.
—Les dejare todo lo que necesitan saber para el campamento en esta hoja.
—¡Vaya un campamento!—soltó Tachibana.
—Suena bien—agregué.
—Pero aún así, ¿Nos veremos en vacaciones Hotaru-chan? Me gustaría mucho verte.
—Puedes venir a mi casa cuando quieras. Sabes donde es—le sonreí.
—¡Me encantaría! Y también estemos juntos en el campamento.
—¡Claro!—sabía que Tachibana sólo quería mi amistad y yo la suya, así que no había problema. Por lo que el día del campamento me dispuse a solo estar a su lado como dos buenos amigos.
—Escúchenme bien chicos, harán equipos de cinco personas para una actividad de recolectar banderines en el bosque. El primer equipo que llegué a la base con todos los banderines de su color ganará—dijo la profesora en cuanto bajamos de los autobuses y nos organizamos para el campamento.
—¡Somos el equipo azul!—gritó Tachibana emocionado.
—¿Somos?—preguntó Yoshida-kun dudoso.
—Exacto. Los equipos son del mismo grupo así que no puedes estar con tu Keiko, que quien sabe donde este—le hizo burla Tachibana—Asi que seremos tú, Hotaru-chan, yo y otros dos que quieran unirsenos.
Me sonrojé, otra vez con Yoshida-kun...
—El grupo de Keiko está en el extremo norte del bosque así que no nos reuniremos con su clase hasta el último día de campamento—aclaró—Hagamos equipo entonces, pero intenta ser más cortés.
—¿Cortés como?—protestó Tachibana.
—Koizumi es una chica, asi que antes pregúntale si quiere estar en tu equipo.
Tachibana se sonrojó y bajo la mirada.
—Lo siento. No quise ser grosero, pero no pude contener la emoción de que estuvieramos juntos como equipo.
—No, por favor. No te disculpes—también me avergoncé. No era algo agradable que alguien que no había hecho nada malo pidiera disculpas—De cualquier manera no faltaba que preguntarás, siempre te diría que si—Yoshida-kun me miró.
Cuando iniciamos la competencia los cinco nos separamos para buscar las banderas, al equipo se había unido un amigo de Tachibana quien también era miembro del equipo de basquetbol y Sanae la delegada de la clase, una chica muy inteligente.
Pase un rato buscando el banderín, pero cuando lo tomé y quisé regresar caí en una zanja. Intenté una y otra vez escalarla para poder salir, pero no podía, por lo que ya desesperada y aterrada comence a gritar pidiendo auxilio.
No fue hasta que oí unos pasos cerca que me tranquilice un poco por lo que grité volviendo a pedir ayuda.
—¿Koizumi?—era la voz de Yoshida-kun.
—¡Yoshida-kun!—grité.
—¿Dónde estas? No logro verte.
—Aqui abajo, solo ten cuidado de no...—pero antes de que pudiera finalizar mi advertencia Yoshida-kun estaba atrapado en la misma zanja conmigo—caerte también...
Después de sacudirse un poco el pantalón se intentó incorporar adolorido.
—¿Estas bien?—le pregunté preocupada.
—Lo estoy, aunque la altura desde donde caímos si es considerable... y además soy un desastre, he querido ayudarte y terminé igual atrapado.
—Perdóname.
—No ha sido tu culpa—suspiró—por ahora solo esperemos.
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