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HOTARU

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Miré a Yoshida-kun quien estaba al otro lado del salón sentado con Tachibana, con quien comenzaba a conversar ¡En verdad que era él!
No lo podía creer, ¡Entonces había regresado de Kioto!

El resto del día escolar apenas y pude concentrarme pues me la pase mirando sólo hacía al otro lado del aula donde estaba Yoshida como si quisiera que él también me volteara a ver... ¿¡Pero qué estaba pensando!? Si lo que menos quería era volver a hablar con él.

—Que tonta soy—me dije a mi misma en voz alta inconscientemente.

—Señorita Koizumi, ¿Podría por favor escuchar mi clase?—me llamó la atención nuestra profesora de inglés al escucharme—Solo ha estado mirando a otros lados menos al pizarrón y aparte hablando sola.

—Lo siento—exclamé sonrojada ¡Ahora si que me veía Yoshida-kun! Pude sentir su mirada e incluso la voz alegre de Tachibana diciéndole "Mira ahí está Hotaru-chan ¿No es genial que estemos juntos de nuevo?"

—Hotaru-chan—me llamo a la salida Tachibana cuando ya estaba guardando mis cosas.

—Hola Tachibana-kun, ¿Qué sucede?

—¡Acompañame al Karaoke!

—No se si hoy pueda...—dije dudando—Es muy repentino.

—Por favor, hoy es viernes y no tenemos ningún trabajo.

—Bueno... pues en ese caso podría ir—reflexioné un momento no quería pensar más en Yoshida-kun tal vez el karaoke me distrairia.

—¡Gracias! Vamos entonces—salimos del edificio y comenzamos a caminar hacía la salida del instituto. ¡Ahi estaba Yoshida-kun! Tenía una expresión seria en su rostro y cargaba un enorme oso de peluche en sus brazos. Su mirada también cambio a sorpresa en cuanto me vio.

—Lo siento, ¿Esperaste mucho?—le preguntó Tachibana.

—No tanto en realidad—nuestros ojos se cruzaron por un instante. Seguían tan grises y profundos como la última vez ¡Mi corazón parecía que iba a estallar!

—¿Y ese enorme oso qué?—rió Tachibana—Me temo que has emocionado a muchas chicas Yusuke.

—Lo traje para Keiko. Lo guarde hasta ahora para dárselo a la salida, pero no sabía que tenía que asistir a su club, así que no pude entregárselo.

—Vamos Yusuke si ya la diste una enorme sorpresa hoy, ¡Estas aquí! Creo que ya fueron muchas sorpresas para ella en un día.

—Aún asi se lo dare mañana. Por ahora vámonos—se dirigió a los dos. Incluso volteó a mirarme. ¿Qué estaba pensando? Yoshida-kun no sería grosero conmigo a pesar de lo que había pasado, pero algo si que pude notar después de pensarlo un momento ¡Estaba siendo indiferente! Lo que era aún más hiriente, quise desaparecer... Tomamos el transporte para llegar al karaoke y en algún momento cuando Yoshida-kun estuvo distraído pude por fin hablar.

—Dijiste que si iba al karaoke contigo, pensé que sólo te referías a tú y yo—dije en voz muy baja y mirando al suelo.

—Lo siento, ¿Qué no te agrada Yusuke? Se que nunca han hablado mucho, pero no creí que te desagradara. Pensé que sería divertido darle una buena bienvenida llendo al karaoke—me contestó Tachibana visiblemente preocupado.

—No, no es eso. ¿Pero crees qué a Keiko le moleste?

—A Keiko todo le molesta. Dime Hotaru-chan ¿Tienes algún problema con Keiko? Desde nuestro último año de secundaria parecen distanciadas...

—Yo no tengo ningún problema con ella. Ella es la que al parecer tiene problemas conmigo.

El autobús en que ibamos se paró dejándonos en nuestro destino, Yoshida-kun seguía cargando el enorme oso lo que le hacía parecer algo tierno. Si tan sólo las cosas hubieran sido diferentes...

Pagamos y nos dirigimos a nuestro cuarto para comenzar a cantar. Tachibana fue el primero en querer intentarlo, pero cuando quiso comenzar a cantar su voz no se escucho a todo su volumen.

—Este micrófono no sirve—se quejó intentando arreglarlo.

—Deberíamos ir con algún empleado para ver si nos puede ayudar—sugerí.

—¡Buena idea!

—Iremos Tachibana y yo, tú espera aquí Koizumi—¡Yoshida-kun me dirigió la palabra por primera vez! Asentí nerviosa, quizá sonrojándome... dije que no quería volver a hablar con él, pero entonces ¿Qué me pasaba?

—Regresaremos pronto Hotaru-chan—volví a asentir apenas. Cuando ambos abandonaron el cuarto quise soltarme a llorar de rabia ¡Todo había sido culpa de Keiko! ¡Y justo a ella le pertenecia su amor! Intenté calmarme y cuando lo logré mire al enorme oso que estaba sentado al lado mío, tenía una expresión tan tierna como la sonrisa de Yoshida-kun. Y sin siquiera pensarlo lo tomé entre mis brazos como si fuera un regalo que Yoshida-kun hubiera hecho especialmente para mi.

—Es tan cálido como tú expresión al sonreír Yoshida-kun—susurré sonriendo.

—Koizumi... ¿Qué haces?—era Yoshida-kun quien acaba de abrir la puerta y me miraba sorprendido—¿Tan cálido?

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Creo que si tuviera que ambientar esta historia en algún período de tiempo sería a principios del 2000 debido al hecho de la tecnología y los celulares, más específicamente en el 2005.