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HOTARU

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La hora del almuerzo de mi primer día de instituto finalmente llegó. Había estado muerta de hambre las horas anteriores, entre poniendo atención y entre recordando el pasado. Me dije a mi misma que ahora solo debía concentrarme en el presente y en lo que vendría, pues era más que obvio que no volvería a ver a Yoshida-kun y en todo caso que lo volviera a ver, no cambiaría la mala opinión que tenía hacia mí, por lo que me propuse disfutar de mi obento más tranquila, tanto que no me di cuenta cuando Tachibana se acercó a saludarme.

—¡Buenos días Hotaru-chan, que alegría verte!—saludó animadamente con su tono amigable de siempre. Era muy cierto que parecía el mismo Tachibana de la secundaria, pero al verlo mejor pude darme cuenta que estaba más alto e incluso se veía todavía más apuesto. Sabía que tendría tantas admiradoras como en el pasado y me alegre por él.

—Buenos días Tachibana-kun, lo mismo digo—dije tímidamente.

—Es grandioso que volvamos a estar en un salón juntos, aunque no sabía si en verdad poner este instituto como opción porque dicen que es sólo para la "élite", ya sabes chicos de lo más inteligentes.

—Oh pero si tu eres muy inteligente Tachibana-kun y el mejor en basquetbol—reí.

—Si bueno, gracias—se avergonzó por mi cumplido—pero no tanto en inglés... creo que sólo soy de los que se esfuerzan, tú en cambio si que eres muy buena en ello.

Era algo que me agradaba de Tachibana a pesar de ser un chico muy popular con todos siempre había sido humilde y tomaba los cumplidos con agradecimiento y modestia.

—Sabes Hotaru-chan, ¿Porqué no vamos a la cafetería y vemos un poco más del instituto? Aún queda tiempo—me sonrió con su brillante sonrisa.

—Vamos—también le sonreí. Cuando bajamos hacía la cafetería vimos muchísimas aulas y pasillos, tanto que casi nos perdíamos ¡Nuestro nuevo instituto era inmenso! Y lo que había dicho Tachibana-kun era enserio, ese colegio era de los más demandados en nuestra ciudad. Tal vez por eso la inmensidad del edificio.

Ya al llegar a la cafetería había varios chicos y chicas platicando, mientras reían o disfrutaban de su comida. No tarde mucho en divisar a Keiko con otras dos chicas conversando mientras les mostraba su celular.

—Tal como les he dicho este chico es mi novio ¿Acaso no es guapo?—escuché oírla decir.

—¡Demasiado, es muy lindo! ¿Cómo puedo encontrarme uno así?—preguntó una de las chicas que estaba con ella. Keiko parecía alegrarse mucho de los comentarios que le hacían cuando nuestras miradas se cruzaron.

—¡Hotaru!—gritó cuando me vio—...y ¡Tachibana!

—¡Oh ese chico es tan guapo como el de la foto! Ya se donde encontrar uno—dijo la chica anterior sonriendo sonrojada refiriéndose a Tachibana, Keiko ignorándola camino hacía nosotros.

—Vaya, parece que este instituto no es tan grande como se dice. No nos ha tardado nada en que nos encontremos de nuevo—dijo mirándose las uñas para después mirarme de la cabeza a los pies despectivamente.

—Hola Keiko—la saludé seriamente. No tenía ánimos de sonreir si estaba ella.

—¡Con que con Tachibana!—dijo ignorando mi saludo—¿No puedes hacer amigos por lo que tienes que estar pidiéndole al pobre de Tachibana que este contigo?

—Ella no me lo ha pedido, ha sido al revés Keiko—le aclaró Tachibana.

—Ya veo, eres tan generoso como creí que eras. Siempre he pensado que tú eres el amigable, divertido y alegre mientras que mi Yusuke siempre fue el amable, tranquilo y serio—agregó esto mirándome fijamente y remarcando "Mi Yusuke"—Es tan encantador que dos chicos tan guapos hayan sido tan amigos.

—Aún lo somos Keiko. Aunque Yusuke esta ahora en Kioto, ¿Sabes como está él? ¿Como le ha ido?

—Solo lo he visto dos veces en vacaciones pero estaba bien, aunque no ha contestado mis mensajes ni llamas desde las últimas dos semanas...—agregó esto visiblemente preocupada, pero se detuvo al recordar que yo estaba ahí pues volvió a mirarme.

—Bueno...—dijo recobrando la compostura—debió haberle sucedido algo a su celular u otra cosa porque Yusuke no dejaría de contactarse conmigo por nada.

Tachibana hizo una cara graciosa después de asentir ante la explicación de Keiko. Sabía que a él nunca le había agradado Keiko del todo, supongo que si hubiera sabido lo que yo sabía le hubiera agradado menos... Unos minutos después toco el timbre que daba la señal del fin del receso por lo que Keiko no tuvo más opción que callarse e irse a su salón con sus dos nuevas amigas.

Era extraño hablar con ella pues no lo habíamos hecho desde hace tanto, aunque sabía que sólo me había dirigido la palabra porque estaba Tachibana.

Los días siguientes me la pase adaptándome a mi nuevo instituto, comencé a hablar con algunas chicas y estaba frecuentemente con Tachibana que aunque ya hubiera hecho bastantes amigos seguía acercándose a mi para conversar. Todo marchaba con normalidad hasta que...

—¡Silencio por favor! Tengo que darles un anuncio—dijo el profesor mientras se acomodaba los anteojos—Hay un nuevo alumno que estudiara con ustedes ire por él.

Todos comenzaron a murmurar sobre la reciente noticia, hasta que el profesor regreso precisamente con el alumno ya mencionado, ¡Era Yoshida-kun!

—Es un gusto poder estudiar con ustedes—dijo a modo de presentación. El profesor anotó su nombre en el pizarrón y nos hizo mención de que Yoshida-kun había sido transferido desde Kioto.

—Bien Yoshida toma asiento por favor, al frente de Tachibana.

Por fin respiré. No estaba segura que por ahora se hubiera percatado de que yo estaba ahí, aunque sabía que tarde o temprano lo sabría. Pero por ahora estaba a salvo. Podía dudar muchas cosas, pero de algo si que estaba segura ¡No volvería a hablar con Yoshida-kun nunca más! Pues su llegada no me trajo consigo ninguna felicidad solo recuerdos dolorosos.

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