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HOTARU

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Primer año de secundaria, abril.

Los cerezos estaban en flor aquel año. Eran hermosos y Natsuhi, Keiko y yo los contemplábamos desde la hierba donde estabamos sentadas almorzando en nuestra vieja secundaria. Cerca de ahi estaban unas canchas de basquetbol donde nuestros compañeros jugaban, esa fue la primera vez que hablé con Tachibana-kun.

—¡Vamos pásala! No falta mucho para que encestemos—se gritaban los unos a los otros, hasta que...

—¡Diablos! Sacaron la pelota, alguien vaya por ella—gritaron después de un rato cuando un chico al intentar hacer un pase termino arrojando la pelota hasta donde estábamos nosotras.

—Alguien tendrá que pasárselas—exclamó Keiko.

—Hotaru—sugirió Natsuhi con una sonrisa.

—N-No, yo no—tartamudeé nerviosa, pero aún con ello Keiko me empujó asi que tuve que tomar el balón. Un chico se acercó a recogerlo, era Tachibana.

—Aqui... tienes—lo miré de frente. Los petalos de cerezo revoloteaban en el aire, esa fue la primera vez que hablamos en aquel paisaje rosado.

—G-Gracias—tomó el balón sonriendo aunque parecía algo sonrojado—. Tú y yo vamos en la misma clase, ¿no?

—S-Si, asi es...—baje la mirada—. Soy Koizumi Hotaru.

—¡Mucho gusto! Yo me llamo Tachibana Ayato, no había tenido la oportunidad de verte bi...—pero no acabo de hablar, los chicos de las canchas le arrojaron en la cabeza otro balón que ya habían conseguido.

—¡Apúrate enamorado!—le gritaron, él desvió la mirada de mi.

—No les hagas caso, lo siento. Hablemos en otra ocasión, ¿de acuerdo?

—S-Si—respondí timidamente y el se alejó corriendo, no sin antes dedicarme una brillante sonrisa.

A partir de ese día Tachibana-kun comenzó a saludarme frecuentemente cuando nos topamos o al llegar por las mañanas, y yo aunque siempre fui tímida comencé a hablar un poco más con él, nos ayudabamos mutuamente en las tareas escolares y algunas veces charlabamos.

—¿Tachibana-kun te agrada mucho verdad?—me preguntó uno de aquellos días Keiko.

—Si, es buena persona—respondí yo inocentemente. Keiko comenzó a reír y Natsuhi sonrió.

—Nosotras creémos que tu también le agradas bastante. A nadie le sonrié tanto como a ti.

—¿De verdad?

Pregunté aún sin entender, y ellas se miraron con complicidad. Era cierto, parecía que nos gustáramos y yo probablemente estaba a un solo paso para enamorarme de él, ¿y quién no lo estaria? ¡Tachibana-kun era perfecto!

Pero entonces fue cuando apareció Yoshida-kun...

Era ya otoño de ese mismo año, nuestra clase había tenido que salir al auditorio de nuestro colegio para escuchar una conferencia sobre la importancia de dar lo mejor de si para nosotros y nuestro país. Yoshida-kun del otro grupo era el que daba aquella platica en compañía de otros dos de sus compañeros de clase. Se veía tan apuesto y brillaba ante mis ojos. Cada palabra, cada frase y su seguridad al hablar habían hecho que mi corazón brincara. Me decía enamorada, pero no. Solo me cegué ante una imágen de él sin saber que lo que estaba buscando ya estaba a mi lado, pero en aquella época yo no lo sabía.

El año siguiente cuando mis amigas, Tachibana-kun y yo iniciabamos segundo de secundaria Yoshida-kun le había tocado también en nuestra misma clase, ¡no podía estar más feliz! Nuevamente los cerezos adornaban el paisaje.

—¡Buen trabajo Koizumi!—me había dicho uno de esos días cuando ya habian finalizado las clases y los alumnos abandonabamos el aula.

Era el primer cumplido que me hacia, pues ese día habiamos hecho equipos de fila y me había tocado con él. Sabía que se lo dijo a todos los que conformaban el equipo, pero de cualquier manera me emocioné ante sus palabras.

—T-tú también lo hiciste muy bien—Yoshida-kun asintió con una pequeña risita y se alejó caminando.

Lo miré enamorada, en ese entonces sentía que definitivamente lo quería, y como flotando baje hasta al jardín de nuestro colegio. Ahi estaba Tachibana-kun mirando los cerezos.

—¿Qué haces?

—Observando. Es una linda flor, ¿no crees?

Era una escena maravillosa, Tachibana me sonreía calidamente como nadie lo habia hecho, su cabello castaño se agitaba a causa del viento y sus ojos solo me miraban a mi, ¿cómo pude preferir a Yoshida-kun en lugar de él por aquel entonces?

—También tiene un lindo nombre—agregué intentando tomar una del árbol pero no alcanzaba, asi que Tachibana-kun la tomó por mi y la puso en mi cabello.

—Si, tienes razón. Sakura es un nombre bonito—me miró tiernamente—. Pero Hotaru también lo es—yo sonreí, mientras él no apartaba la vista de mi.

—Hotaru-chan yo siempre...

—¡Son preciosas!—exclamé nerviosa, por alguna razón el ambiente se estaba poniendo diferente. Tachibana-kun guardo silencio un minuto, para después volver a sonreír.

—¡Claro que lo son! Tanto como el día en que nos conocimos.

Ahora sé que ese día estuvo a punto de decirme algo, pero yo no lo dejé. Me pusé nerviosa y escape, como siempre lo había hecho. Esa tarde me la pasé soñando despierta con Yoshida-kun, soltando cursilerías en mi habitación para mí... tanto que terminé olvidando ese viejo recuerdo bajo los cerezos en flor.

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Creo que no les había preguntado antes pero, ¿personaje favorito y por qué? 😊❤