Capítulo 20
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HOTARU
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Llegué al instituto muy temprano, era un día nevado y frío, pero más importante que eso hoy era el día de San Valentín.
Eché una mirada rápida al aula, algunas chicas desde temprano ya comenzaban a entregar sus chocolates, aunque claro, las que fueran a entregar chocolates de sentimientos sabía que esperarían hasta la hora del receso, al igual que lo haría yo.
Al final decidí si confesar mis sentimientos a Tachibana aún sabiendo lo de Sanae. Mi amor era sincero asi que no tenía porque abstenerme.
<<En algo tiene razón Keiko, si sigo pensando antes en los demás que en mí misma nunca seré feliz>>, me había dicho la noche anterior mientras miraba los chocolates que yo misma elaboré y que ahora reposaban en mi maletín envueltos en una pequeña caja rosada. Ya no habría titubeos, ni dudas. Lo haría. El rato pasó, llegó Tachibana-kun y un rato después Sanae, quien llevaba una caja de chocolates entre las manos. Sabía que eran para él.
—Hotaru vamos un momento al corredor a hablar—era Sanae con sus tres amigas que se habían dirigido a mi. Acepté, era el momento. Sería sincera con ella. No sería justo ocultarle mis sentimientos a Sanae, como amiga tenía que decírselo.
—Entonces, ¿creen que le gustarán?—nos preguntó Sanae mientras nos enseñaba la caja de chocolates que había preparado para él—. Sé que el envoltorio es sencillo pero los chocolates eran los mejores de la tienda, y bueno, creo que las cosas se expresan mejor de forma escrita asi que se lo confesaré en una carta.
—¡Le encantarán sin lugar a dudas! Solo dáselos y ya, estamos seguras que te aceptará. Además, todas te apoyamos, ¿verdad chicas?—pronunció su amiga la de lentes extraños, era el momento de decir la verdad.
—¿Pasa algo Hotaru?—me cuestionó la misma chica.
—Yo también tengo pensado darle a Tachibana-kun chocolates de sentimientos. A mi también me gusta él.
No sé de donde saqué fuerzas para decirlo, pero lo hice. No bajé la mirada, ni tartamudeé. Hablé con convicción, pero de cualquier manera todas me miraron en un inicio sorprendidas para después poner miradas de molestia, menos Sanae. Sabía que venían ahora los reclamos y tal vez el fin de la amistad de Sanae y yo.
—¿Estás bromeando, no es verdad? Si es asi dejate de bromas—exclamó una. Yo respiré.
—No, lo estoy. Esa es la verdad.
—Hotaru, Sanae te lo ha confiado y tú actuas de semejante manera, ¡qué mala eres! No me esperaba eso de ti—no respondí ante tal comentario, en su lugar me dirigí a Sanae.
—Sanae sé que eres maravillosa y yo probablemente una tonta por pensar que puedo compararme contigo. Pero no renunciaré. Aún quiero intentarlo, además no porque tu hayas dicho que te gustaba antes significa que tengas más derecho que yo. Y no te pienso pedir perdón, porque de cualquier manera me declararé a Tachibana y si lo hiciera siento que sería deshonesto.
En cuanto terminé de hablar se hizo un silencio. Yo misma me había sorprendido de mis palabras y convicción; e internamente le agradecí a Keiko. Probablemente sino me hubiera dicho eso hace unos días atrás jamás hubiera hecho lo que ahora.
—Tienes razón—respondió al fin Sanae—. No porque yo haya hablado antes de mis sentimientos significa que lo que tú sientas esta mal. Ambas tenemos las mismas posibilidades.
—¡Pero Sanae!—protestó otra.
—Basta, pasé lo que pasé hoy quiero que todas nos sigamos llevando bien como hasta ahora, ¡qué él elija a quien deseé!
Sanae me ofreció su mano con una sonrisa y yo la tomé. De verdad que era maravillosa.
—No importa quien se los de primero, él siempre podrá rehusarlos de cualquier manera. Aceptará solo a una, o puede que nos rechace a ambas—rió ligeramente—. Sin rencores Hotaru.
A lo que yo le agradecí con una reverencia.
Regresamos a clase. Y aunque Sanae se había comportado de la mejor manera sus amigas seguían un tanto molestas conmigo, pero no le dí importancia, tenía que concentrarme en Tachibana-kun.
<<Piensa en ti>>, me decía constantemente. <<Si sedes ante alguien Tachibana-kun se ira>>. Me estremecí. La sola idea me parecía horripilante, debía apurarme. Llegó la hora del receso.
Volteé a mirar al asiento de Tachibana-kun, ahi estaba él rodeado de muchas chicas, sin duda muchas de ellas tenían la intención de darlé chocolates de sentimientos. Tomé aire. <<O pueda que nos rechace a las dos>>, recordé las palabras de Sanae. No... era imposible. Todo saldría bien, me dí ánimos. Sabía que Tachibana-kun solo aceptaba chocolates de amistad o de cortesía, si alguna chica intentaba darle chocolates de sentimientos y él no sentía nada por ella los rehusaría. <<Mientras no tenga ningún chocolate de sentimientos no tendré de que preocuparme>>.
Tachibana-kun salió del aula, pues otra chica de otra clase lo esperaba afuera. Ella también lo intentaría.
—Es tu oportunidad Sanae. Cuando Tachibana-kun venga de vuelta entrégaselos—la apoyaron sus amigas, ella asintió y salió corriendo.
Me sentí precipitada, ¡yo pensaba hacer lo mismo! No hayaba ya el momento, solo estaba rodeado de personas. <<No importa quien se los de primero, él siempre podrá rehusarlos de cualquier manera>>, recordé y eso me dió fuerzas.
Decidí esperarlo a que volviera y poder hablar bien, por lo que permanecí en mi lugar pensativa. <<Sino la quiere los rechazará>>. Al levantar la mirada después de un rato ahi estaba Yoshida-kun pasando, quien también estaba lleno de chocolate. Tenía algo para él. Pronuncié su nombre y él se acercó.
—¿Chocolates de amistad?—preguntó mientras tomaba entre sus manos la pequeña caja que le entregaba.
—Si... espero te gusten.
—Más que cualquiera de los que he recibido hoy—asentí, no tenía más que decirle, por lo que él continuó hablando.
—Parece que estás fechas cambian a muchos, hasta la delegada a traído chocolates de amistad.
—No son de amistad—bajé la mirada tristemente.
—Oh, ya veo. Entonces tienes competencia—me miró. Era evidente que lo había descubierto—¡Suerte Hotaru!
Fue todo lo que dijo, Yoshida-kun no me ayudaría, pero de cualquier manera le agradecí.
Unos momentos después Tachibana-kun volvió al aula solo que sin la caja de Sanae, ni niguna otra por lo que sentí cierto alivio. Ese día apenas y habíamos hablado, pero ya lo hariamos.
Era mi oportunidad hasta que...
—Guarden sus cosas el receso termino—¡Vaya suerte la mía!
A lo largo de la hora escolar no ví que Tachibana-kun tuviera los chocolates de Sanae, pero de lo que no me había dado cuenta era si ella regresó con ellos. En ningún momento se vió que ella o sus amigas celebraran de que él le hubiera dicho que si, ¿entonces que habría pasado? ¿en verdad se los había entregado? Llegamos a la última hora y yo seguía con mis preguntas. Giré la vista y ví que ambos conversaban sonrientes.
¿Qué podría significar eso? Él no traía los chocolates, Sanae no se veía triste, pero tampoco escuché comentarios de celebración por parte de sus amigas. Los dos charlaban y reían juntos. Estaba en definitiva muy confundida, pero aún dispuesta a confesar mis sentimientos.
<<A la hora de la salida, y no habrá nada que lo impida>>. Una vez finalizaron las clases corrí hasta el área de casilleros. Tachibana-kun estaba allí solo. Era mi oportunidad.
—Tachibana-kun...—pronuncié su nombre, pero unos chicos se me adelantaron sin que él me llegara a escuchar.
—Vámonos Ayato, llegaremos tarde a la práctica de basquetbol.
—Enseguida—respondió él sonriente, mientras sacaba sus cosas de su casillero. Ahi estaba la caja de chocolates de Sanae.
—Esos chocolates... ¿¡te los dió la delegada!? ¿son de sentimientos no es así?—preguntó su amigo. Él asintió sacándolos.
—¡Vaya amigo, eres muy afortunado!
Era todo para mí. Al mirar atrás y recordar todas las cosas difíciles que me habían sucedido desde mis días de secundaria, me daba cuenta que todo aquello era nada con el dolor que ahora sentía. Podía seguir aún con lo que fuera, menos si sabía que mi amado Tachibana quería a alguien que no fuera yo.
Me dí la media vuelta, y corrí tan rápido como pude. Corría para olvidar. <<¡Eres una tonta Hotaru!>>, me decía. Si lo hubiera aceptado desde el principio ahora estaría a mi lado, ¿cómo pude ser tan ciega?
—Es una pena que no se pueda regresar al ayer—pronuncié para mi. Ya había dejado de correr, por lo que decidí sentarme en la acera de un parque cercano al instituto.
El clima seguía frío y con nieve. Algunas parejas pasaban con sus presentes de San Valentín. El que yo pensaba darle a Tachibana-kun probablemente ya se había aplastado en mi maletín. Pasó más de una hora y yo seguía ahí sentada pensando entre lágrimas en todas las veces que Tachibana-kun había estado a mi lado, me había querido, protegido, había estado ahí para mi, aunque yo muchas veces lo hice sentir mal por estar pensando en Yoshida-kun... tal vez Sanae lo merecía más que yo, pero no podía aceptarlo. ¡Aquella imágen de ellos juntos me propiciaba tanto dolor!
—Nunca lo aceptaré—murmuré secándome las lágrimas con mis manos—. Pero al final las cosas han terminado asi.
—¡Hotaru-chan!—gritó a lo lejos Tachibana que se acercaba. No podía estar mas sorprendida.
—¡Tachibana-kun!
—¿Qué haces aqui sola?—me cuestionó visiblemente preocupado—Y llorando...
Me ofreció un pañuelo que sacó de su malentín. Lo rehusé negando con la cabeza.
—Más bien, ¿qué haces tú aqui? ¿no tenías práctica de basquetbol?—baje la mirada. Debía tener la cara roja de tanto llorar y no quería que él me viera asi.
—Al final no asistí. Tenía que hablar con Sanae...
¡Sanae! Entonces tenía que ser verdad, ¡pero en mi mente me seguía pareciendo una mentira!
—¡Basta por favor!
—Hotaru-chan no me gusta verte asi, ¿qué es lo que sucede?—preguntó preocupado.
—Déjame a mi hablar, ¿Sanae se te declaró no es verdad?
—Hotaru-chan, ¿eso que tiene que ver...
—Contesta—supliqué.
—Sí, asi fue.
—¿Y tú aceptaste sus chocolates de sentimientos?—Tenía que escucharlo de su boca, solo asi podría resignarme a la verdad. Él me miró como queriendo estudiar cada rasgo de mi rostro, después desvío la mirada y suspiró.
—Sí, lo siento mucho Hotaru-chan...
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Opiniones ❤ Abucheos? 😅😆 Espero haya sido de su agrado 💐
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