Capítulo 16
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HOTARU
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—¿Qué estás diciendo Hotaru?
—Lo siento en verdad Yoshida-kun. Es lo que escuchaste, ya no quiero estar contigo.
—Lo sabía—rió amargamente—Siempre fue Tachibana. Hoy, antes y después ¿Cómo pude convencerme de que a quien querías era a mi? Que equivocado estaba.
—¡No es así! Yo te quería, antes, mucho antes, desde nuestros días de secundaria. Siempre pensé que eras alguien maravilloso, y sé que lo eres. Pero luego el tiempo paso, tú estabas con Keiko y Tachibana estaba siempre ahi para mi. Yo... me enamoré de Tachibana—una pequeña sonrisa apareció en mi rostro al pensarlo, y me sonrojé. Yoshida-kun torció el gesto. Sabia que estaba furioso.
—¿¿Entonces por las mentiras de Keiko yo tengo que pagar??—me tomó por los hombros en un gesto de desesperación—Yo no sabia que Keiko estaba conmigo para molestarte a ti por lo de Shinta ¡Responde! ¿Yo también soy el malo aqui?
En ese momento fue que me di cuenta de algo que antes no habia pensado y tenía que saberlo ahora.
—¿Quién fue quien te dijo sobre eso?—le cuestioné mirándolo intrigada.
—Hotaru, eso no importa ahora.
—Claro que lo hace—tomé su mano que aún reposaba en mi hombro—Por favor, yo sé que no habría sido nunca la misma Keiko.
Él me miró sorprendido. Para después suspirar y retirar sus manos de mis hombros. Se veía tan afligido. Ya había vuelto a guardar el regalo que suponía iba a ser para mi.
—No fue tu culpa—exclamé al fin—Solo caíste en una de sus tantas mentiras como muchos otros lo hicieron.
—Pude no haberme dejado engañar—soltó con pesar, como reflexionando.
—¿Cómo ibas a saberlo?—le dije a modo de consuelo.
—Confiando un poco más en ti. Decía estar enamorado, pero de cualquier manera en la primera prueba de amor te fallé. Debí ver a través de todas esas mentiras, porque se que eres buena.
—Gracias Yoshida-kun—agradecí sinceramente.
—Entonces ya no hay nada más que decir Hotaru. Perdí.
—Cualquier chica estaría feliz de estar contigo.
—Pero nunca serías tú.
—Yoshida-kun yo se que...
—Tachibana fue el que me lo dijo. El día de la reunión con Natsuhi una vez que te dejo en tu casa vino corriendo hasta mi y me dijo todo.
—¡Tachibana-kun!—exclamé conmovida.
—Él queria que fueras muy feliz y se que lo serás, pero no conmigo.
Yoshida-kun me sonrió por primera vez pero de forma triste, hacia tanto frío y continuaba nevando, por lo que yo en un gesto de agradecimiento lo abracé. No como se abraza a quien se quiere, sino como a un viejo amigo.
—Hotaru, si Keiko jamás hubiera actuado así ¿Habrías estado conmigo? ¿Estaríamos juntos ahora?
—Claro que si—respondí terminando el abrazo—Pero me alegro ahora por todo lo que Keiko hizo, estoy feliz que las cosas hayan sido como fueron y no las cambiaria por el mundo entero, porque entonces jamás hubiera podido conocer bien a Tachibana y quererlo tanto como lo hago ahora.
—Ahora lo sé, Hotaru. Tú eres más fría que esta nieve que cae—exclamó riendo.
—Gracias en verdad y perdoname por favor Yoshida-kun—dije esto último avergonzada por el comentario que hice. Todo era cierto, pero había sido muy cruel para Yoshida-kun.
—No hay nada que perdonar. Ahora ve con él.
Sonreí. Ahora sabía lo que tenía que hacer, me dirigí hacia el interior del salón emocionada y a la vez exhaltada ¡Tenía que encontrarme con Tachibana! Pero entre tantas caras no lo veía, comenzaba a desesperarme. Ya llevaba rato buscandolo.
—¿A quién buscas Koizumi?—me preguntó uno de nuestros compañeros.
—A Tachibana-kun ¿Sabes dónde está?
—Se fue hace un rato, creo que cuando aún tú estabas afuera con Yusuke.
Se me cayó el alma a los pies. ¡Tenía que verlo! No sabía donde vivía su abuela, pero me dijo que era cerca, podía aún alcanzarlo y si en muy extremo caso de que no, podía ir a buscarlo a su casa al siguiente día y...
—Hotaru—era otra vez Yoshida-kun.
—Yoshida-kun—pronuncié su nombre al borde de las lágrimas—No lo encuentro.
—Ya lo sé. Escuche que ya se marcho, ahora ponme mucha atención. Yo no soy como Tachibana y nunca podré serlo, no soy de los que sacrifica su propia felicidad por alguien más, aún por muy amable que sea, pero él me ayudo, es mi amigo. Asi que lo ayudaré pero no volverá a repetirse nunca más. Su abuela vive en Tokyo, si es lejos, me dijo que está noche tomarían el tren de las 10 para ir a verla. No volverá hasta terminadas las vacaciones, debes apurarte o no lo verás hasta mucho después. Queda poco más de media hora, apúrate.
Asentí agradeciendole. Salí del salón y corrí a todo lo que daban mis piernas, hasta tomar un taxi. Había un poco de tráfico y mi corazón latia presurosamente. En cuanto llegamos a la estación volvi a correr lo más rápido que pude, ¡Tenía que llegar hasta el andén! ¡Ya quedaban menos de 5 minutos! Me costo un poco evadir a la gente pues había bastante. Se muy bien que aqui en Japón no celebramos la Navidad como en occidente, pero las personas aprovechan estos días de vacaciones para hacer viajes de placer, de ahi la razón porque la estación estaba a tope. Cuando finalmente logré evadir el mar de personas pude ver el tren donde iba Tachibana-kun, comenzaba a moverse. Si podía al menos hacer que me escuchara y volteara a verme. Le gritaría cuanto lo amaba.
—¡Tachibana!—grité con todas mis fuerzas mientras corría a los torniquetes—¡Ayato Tachiba...
Mis pies se atoraron uno con otro. Caí al suelo en un golpe seco antes de llegar al andén y el tren siguió hasta perderse. No pude llegar hasta él.
—¿Está bien señorita?—me preguntó un guardia ofreciendome su mano para levantarme yo la tomé con dolor—¿Perdió el tren?
—Estoy bien, gracias. Y no, no perdí ningún tren—me di la vuelta y me alejé tristemente. Me dolía la rodilla, se me habia raspado. Pero habia algo que me dolia más... Me recargué en una pared para descansar un momento y comencé a llorar.
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