Viernes 5 de septiembre. Cayendo la noche.  

Jungkook se había tomado un baño de agua caliente y sales de baño sin mucho aroma, eran más bien suaves, no le agradaban los olores excesivamente fuertes. Cuando acabó de bañarse se probó la camisa nueva que se había comprado el día anterior, le quedaba bonita, pero un poco grande. Al momento de comprarla no se percató que su talle había cambiado hacia ya meses, Jungkook seguía pensando que la ropa que usaba antes le quedaba bien al cuerpo, pero no era el caso. 

Le quedaba bastante holgada, lo cual no significaba nada bueno. 

Pero Jungkook no se daba cuenta. 

Mientras se empezaba a quitar la camisa para ya ponerse el pijama alguien llamó a su puerta, cuando Jungkook fue a observar por la mirilla a ver de quien se trataba no era nada más ni nada menos que Park Jimin, su mejor amigo. 

Jungkook soltó un suspiro y finalmente lo dejó pasar, le daba igual estar en calzones, la camisa le tapaba todo lo que no debiera verse. 

Jimin lo recibió con una gran sonrisa en el rostro y lo abrazó, pero Jungkook no respondió al abrazo. Jimin desistió de su intento y se alejó a verlo. 

—Nos vamos a la cita —fue lo primero que le dijo. 

Jungkook puso los ojos en blanco. 

— Tú iras a tu estúpida cita y yo solo voy a ponerme mi pijama — le dijo entrado otra vez al departamento. 

— Claro que no, abróchate esa camisa, ponte unos jeans y nos vamos. 

—Te dije que no — le dijo sentándose en el sillón. 

— Vamos, Jungkook, harás que pierda la reservación. 

— Pues piérdela entonces — contestó apoyando la mandíbula en su mano, aburrido. 

Jimin se sentó a su lado y le dio una palmadita en el hombro con suavidad. 

— Jungkook, de verdad, debes salir, hacer algo para darle una mejor calidad a tu vida. Por favor, iremos a comer pizza, podemos pedir una de jamón y queso, se que te gusta —le dijo usando un tono de canto, animado — y para el postre podemos pedir helado o pastel. 

—No. 

Jimin le sacudió el brazo. 

—¡Andaaa! — le dijo haciendo un puchero. 

— Que no. Vete, perderás tu reserva. 

Jimin soltó un gruñido y se levantó del sillón para buscar en la habitación de Jungkook un conjunto de ropa. Sacó la campera de cuero, un suéter, pantalones de jean negros y los guantes de cuero que Jungkook siempre usaba cuando hacia frio. 

El mayor fue a dejarle la ropa a su lado en el sillón y Jungkook ni siquiera la miró. 

— No me interesa salir — le dijo finalmente siguiendo a Jimin con la mirada mientras el mayor le traía unas medias y las botas todo terreno.  

Jimin le lanzó las medias a la cara y Jungkook las dejó sobre su regazo.

— Vístete. 

— Estás violando mi derecho a quedarme en casa —le dijo al mayor. 

— Te lo acabas de inventar. 

Jungkook se alzó de hombros y miró hacia otro lado. No tenía ganas de que alguien le fuera a joder la paciencia en esos momentos. 

Jimin miró el reloj digital que llevaba en su muñeca. Finalmente suspiró y se arrodilló enfrente de Jungkook para hablarle cara a cara:

— Tú cita quiere conocerte. Le hablé de ti hace como dos semanas, está ansioso. 

— Pues que mal porque yo no estoy ansioso por conocer a nadie — le dijo echando la cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos. Se le hizo un nudo en la garganta al imaginar que su cita no seria Yoongi. 

Todavía recodaba cómo se habían conocido. Había sido por medio de Tinder, una aplicación para citas. Jungkook recordaba que no había estado muy confiado y que pensaba que estaba siendo victima de un pedófilo o algo por el estilo, pero cuando vio a Yoongi entrar al restaurante se había quedado embobado al verlo. 

Aquella misma noche Yoongi le había dicho que seria la única vez que lo vería vestido de chico, porque a él no le gustaba. Jungkook le preguntó cómo debía referirse a él y Yoongi le dijo que "solo Yoongi, puedes decirme él o ella, no me molesta, pero soy Yoongi". 

Jungkook volvió a abrir los ojos y Jimin lo miraba cautelosamente. El menor tenía los ojos llenos de lagrimas. 

— Nadie necesita conocerme — le dijo al final. 

—Este chico quiere verte —le volvió a decir — aunque sea ve con nosotros a comer, no le hables si no quieres. 

Jungkook hizo un puchero y se secó las lagrimas, ahora tan solo recordaba que su psicólogo le había dicho que necesitaba juntarse con amigos y conocer gente nueva, esa era la razón por la cual Jungkook había dejado de asistir a las reuniones del psicólogo. 

El menor se puso las medias y Jimin se fue a sentar en la mesa a esperar a que se vistiera. 

— Será la ultima vez que haga esto — le dijo Jungkook poniéndose los pantalones. 

— Con eso me basta.