Jungkook no supo en qué momento se quedó dormido, solo supo que despertó abrazado a Taehyung.

Hacía meses que no despertaba abrazando a alguien, y ahora se sentía algo cálido y muy cómodo.

Jungkook notó que Tae seguía durmiendo y se acomodó sobre su pecho para abrazarlo mejor. El mayor apenas se movió, pues seguía roncando.

Jungkook era una persona diferente ahora que se dejaba descubrir y llenar de amor y felicidad. Aquel momento, mientras sentía el corazón de Taehyung latir dentro de su pecho, con la habitación a oscuras y la tranquilidad del departamento, se sentía como antes.

Solo que Yoongi no estaba a su lado. Ahora había alguien más y Jungkook se sentía preparado mentalmente para ir a despedirse de Yoongi en unos días.

Quería sentirse feliz, recuperar la persona que había sido antes. Quería demostrarle a Tae que él no era un maldito amargado y gruñón.

Quería que lo conociera tal como él lo habia sido sienpre: alegre, muy amoroso y cariñoso (un poco insoportable con los cariños a decir verdad, pero no importaba, así era él).

El menor divisó la hora en el reloj que estaba en la mesa de luz del lado de Taehyung. Eran las nueve de la mañana. Jungkook decidió que era muy temprano para despertar a Tae o como para ir a desayunar.

Así que le dio un besito en el cuello y se acomodó para seguir durmiendo.

. . .

A eso de las cuatro de la tarde, Jungkook tuvo que ir a pasear a Yeontan porque Taehyung debía ir a entregar un pedido a unas cuadras de allí.

Yeontan era muy amoroso con Jungkook, aunque le hizo pis en la zapatilla y Jungkook se estuvo quedando media cuadra hasta que llegó a la casa de Tae. El mayor recién llegaba con una bolsa de verduras.

—Tu perro me meó el zapato — Se quejó Jungkook mientras se quitaba la zapatillas derecha.

— Oh, lo siento. A veces lo hace, es un loquillo.

—Si ya lo noté. ¿Puedo lavarlo en la bañera?

— Claro, no hay problema.

Jungkook fue a lavar su zapatilla y mientras tanto Tae le llevó unas pantuflas de conejito para que usara.

— Me veré ridículo con esto.

—Oye que malo. Yo las uso. Son tibias.

Jungkook puso los ojos en blanco y luego se colocó las pantuflas de conejito.

—Te detesto — le dijo Tae al notar que él se reía.

—Awwww. ¡Te ves adorable! ¿Sabes qué? Te las regalo, te quedan hermosas.

Jungkook lo miró con cara de pocos amigos y Tae se volvió a reír mientras se acercaba a él.

—Tengo muchas ganas de comerte a besos — susurró Tae al tiempo que lo agarraba de la cintura. Jungkook puso las manos en sus hombros anchos y varoniles.

Jungkook se mordió el labio de las ansias.

—Yo... bueno, me da un poco de vergüenza decirte esto, pero...

—Dime.

—Es que... tan solo quisiera abrazarte todo el día. Es lo único que quiero hacer : estar horas y horas abrazado a ti, sin soltarte.

A Taehyung casi le da un shock de ternura verlo así.

—Bien, puedes abrazarme todo lo que quieras. Pero con una condición.

Jungkook lo miró con curiosidad.

— ¿Qué me pedirás?

—Que cocines tú porque no quiero quemar la cocina.

Jungkook soltó una gran carcajada.

— Claro, claro. Seré tu chef personal por hoy. ¿Qué quieres comer, Hyung?

Taehyung sonrió de lado y lo agarró del cinturón para pegarlo por completo a su cuerpo. A Jungkook se le escapó un gemido, Taehyung no lo sabía, pero el menor tenía un problema, pues se ponía caliente con demasiada facilidad. Eso era un peligro.

— Quiero comerte a ti.

— Suenas como un caníbal.

—Aish, acabas de arruinar mi arma de seducción.

Jungkook volvió a reírse. A Taehyung le agradaba verlo feliz.

— ¿Te das cuenta que estás usando tu arma de seducción en medio de tu baño con una zapatilla orinada en la bañera?

Taehyung soltó una risita e hizo salir a Jungkook del baño, luego empezó a darle cariño.

— Quiero comerte a besos, Koo.