Taehyung se hubiese quedado por largos minutos agarrando a Jungkook de la cintura y acariciándole la mejilla con el dorso de sus dedos, si no hubiera sido por la interrupción del delivery.

El timbre sonó y ambos despertaron de su trance romántico. Taehyung fue a buscar su billetera mientras se reía con nerviosismo, por otro lado, Jungkook simplemente se quedó mirando todos los movimientos que hacía el mayor.

Había besando a alguien más.

Por un momento el cerebro de Jungkook no supo funcionar. El beso con Taehyung había sido hermoso, nada que reprocharle, nada para comparar.

Había sido tierno y sexy al mismo tiempo.

Había sido diferente.

Y eso estaba bien.

Taehyung pagó por la comida y dejó todo en la mesa, se acercó a Jungkook y lo volvió a atraer hacia su cuerpo. Le sonrió con los labios apretados y luego se acercó a su boca, y empezó a besarlo otra vez.

Jungkook no supo porqué, pero soltó una risita y luego entrelazó sus manos detrás de la nuca del mayor, y dejó que él lo hiciera, que lo guiara en ese segundo beso.

El segundo beso de muchos otros.

. . .

— No está muy rico el sushi — comentó Jungkook dejándolo de lado, su mirada se encontró con la de Taehyung y por un momento ambos se ruborizaron. 

 —Para mi está rico. Siempre lo pido aquí. 

Pero lo gracioso es que ambos apenas habían probado algún bocado de la comida. No tenían apetito y Jungkook estaba demasiado nervioso como para tener hambre. 

Todavía no procesaba el beso que le había dado. Era extraño, pero se sentía súper bien. 

Jungkook se mordió el labio y se levantó de la mesa para ir a guardar la comida sobrante a la heladera. Yeontan lo siguió por toda la casa y Jungkook se fijó en que el perro tenía el plato de comida casi vacío. 

— ¿Dónde guardas la comida de Yeontan?

Tae se levantó para llevar los platos al lavadero. 

— Mmm, por aquí — Tae sacó el tarro de la comida que guardaba arriba de la heladera. 

— Ah, no lo vi antes. 

El mayor le sonrió y le dio de comer a su perro. Yeontan lo corría por todos lados y le ladraba emocionado. Finalmente comió de su plato y el mayor dejó el tarro donde estaba, antes de que pasara al fregadero, Jungkook se le puso delante y le pidió un abrazo. 

—Awwwww — soltó Tae atrayéndolo entre sus brazos — ¿por qué eres como un algodón de azucar?

Jungkook apoyó la cabeza en su hombro pero luego la escondió entre el hueco de su cuello y su hombro. Taehyung le hizo mimitos en el cabello. Esa imagen lo era todo. Jungkook seguía sintiendo el calor que Taehyung emanaba. 

— Te ofrezco una disculpa por haberte tratado mal desde el comienzo —masculló el menor ahogado en el cuello del mayor. Estaba recibiendo mucho amor — creo que fue muy testarudo de mi parte. 

—No te preocupes por eso, Koo. Estás de duelo, es obvio que no vas a querer saber nada con nadie. Aun sigo creyendo que Jimin te impuso una cita que tu no querías. 

—La verdad sí — Jungkook acomodó su cabeza y lo abrazó más — pero quizás me haya echo un favor. En estos poquitos días creo que he mejorado apenas. ¿sabes? No siento ese vacío de antes. 

— Me alegra mucho que te sientas un poquito más completo. 

Esa era la palabra. Ni feliz, ni alegre ni tranquilo. 

Completo.