Capitulo 38
Jimin estaba empecinado en ganar los malditos dulces de la maldita caja de dulces.
Resultaba que era un aparato en donde los dulces volaban por medio del aire y Jimin debía agarrarlos manejando una palanca que movía una cajita y los dulces entraban.
Pero él quería los que sabían a mora y hasta ahora no había podido atrapar ninguno y ya se había gastado todo el crédito de la tarjeta de juegos, tenía que ir a cargarla otra vez.
— Tranquilo, mejor ve a la tienda y compra esos dulces — le aconsejó Jennie mientras le daba una palmadita al hombro.
— Creo que ya tienes suficientes — dijo Tae viendo que los bolsillos de Jimin estaban a punto de reventar luego de haber guardado caramelos.
Aun así Jimin fue a cargar la tarjeta otra vez y volvió para conseguir esos benditos dulces de mora.
Luego de otros tres intentos, logró agarrar varios.
— ¿Podemos ir a otro juego? Hemos estado media hora en este — dijo Jennie.
Jungkook regresaba del baño y preguntó:
— ¿Ya atrapó los dulces de mora?
Jimin se los mostró contento y todos se dirigieron a las garras de peluches.
— Estas cosas me estresan — dijo Jennie mientras se arreglaba un mechón de cabello.
Taehyung pasó su tarjeta de juegos por la máquina y luego empezó a mover la garra que estaba dentro. Quería atrapar un llavero que tenía un conejo rosado y tuvo que intentarlo dos veces hasta poder atraparlo.
— Ay, que lindo — dijo Jennie — intentaré conseguir uno.
Ella pasó a la maquina y Jimin fue a ver cómo jugaba, mientras tanto Tae fue con Jungkook al ver que estaba en otro juego de aplastar cabezas de cocodrilo que salían de un hoyo en un tiempo veloz.
Jungkook terminó de jugar y se guardó los tickets de canje en el bolsillo.
— Mira lo que conseguí — dijo Tae sorprendiéndolo por la espalda — este conejito se parece a ti. Es adorable pero tiene cara de gruñón.
Jungkook observó el llavero con el conejito rosado y luego soltó una risa.
— Es verdad, sí me parezco.
— Te lo dije — Tae le acarició la cabeza con amor — Eres adorable.
Jungkook solo puso los ojos en blanco y volvió a pasar la tarjeta para jugar otra vez a los cocodrilos aplastables. Esa vez Taehyung lo ayudó aplastando los muñecos con su mano, así Jungkook logró sacar el doble de tickets que antes.
Como Jimin y Jennie seguían ocupados con la maquina de los peluches, Tae y Jungkook buscaron un juego de tiro al blanco.
Encontraron uno en donde debían lanzar pelotas de goma suave a unas botellas de plástico.
— Las reglas son simples — les comunicó la chica que atendía el juego muy amable — Deben derribar todas las botellas sin ver para ganar un peluche.
— ¿Cuál sería el primer premio?
— Hay tres clases de premios. El primero es un peluche tamaño grande a elección del jugador. El segundo premio consiste en una caja de golosinas y el tercer y último premio son dos llaveros de TinyTan — La chica les mostró unos muñequitos adorables y cabezones — si logran derribar las diez botellas se llevarán el peluche. Si derriban cinco la caja de dulces y si caen menos de cinco botellas se podrán llevar los llaveros.
Jungkook dejó que Tae jugara. El mayor se vendó los ojos con un pañuelo negro que le pasó la trabajadora y empezó a derribar las botellas.
Jungkook lo miraba al ver que caían una detrás de la otra. Taehyung había derribado cinco, fallando dos pelotas en en el intento.
Luego fue una sexta botella.
Séptima.
Un fallo.
Otra más.
La novena.
Y...
Un fallo.
Esa era la última pelota.
Taehyung se quitó la venda decepcionado de sí mismo. La trabajadora lo aplaudió y Jungkook también había quedado decepcionado.
— ¡Aish no puede ser! Solo faltó una.
La trabajadora se rio amablemente y luego sacó un peluche de un oso blanco gigante de la góndola de arriba.
— Puedes llevarte este. Lo has hecho muy bien.
Taehyung casi salta de la emoción y luego agarró al peluche con sus brazos. Era gigante, medía lo mismo que su torso.
— Espera, yo lo intentaré — se animó a jugar Jungkook — Quiero los llaveros.
La chica le pasó la venda y las pelotas. Jungkook le falló los dos primeros golpes pero luego logró derribar tres botellas y la chica le mostró los llaveros a elección.
Jungkook podía elegir dos llaveros, así que eligió al rubio de traje verde y al pelinegro de traje gris claro con jeans azules.
Jungkook regresó con Tae (que seguía abrazando a su oso de peluche) y le mostró los llaveros.
— Mi oso está más lindo — le dijo el mayor mientras le sacaba la lengua como todo un niñito.
Jungkook se quedó por un segundo observado a Tae. El mayor tenia los ojos cerrados y abrazaba al oso con mucha ternura.
Taehyung se veía lindo. Esa era la palabra.
Jungkook miró al techo del salón de juegos y se preguntó si Yoongi se molestaría con él por dejarlo de una vez por todas. ¿Acaso los muertos se molestaban con uno? Era una idea un poco tonta y amarga.
El menor apartó todo pensamiento de su cabeza y cuando Tae lo miró con los ojos relucientes de alegría, una parte de él no tuvo miedo en empezar una nueva historia.
Con alguien más.
Porque Tae era lindo, inteligente e intrigante. Tenía muchas cosas para contar, era tierno y amable. ¿Qué más podía pedir?
Taehyung se había preocupado por él desde siempre. Su corazón no podía negar un sentimiento como el que estaba sintiendo en ese mismo momento.
Jungkook vio a Jimin y Jennie acercarse a paso lento y entonces antes de que llegaran él separó los labios para decirle algo a su Hyung.
— Luego de este 22 de septiembre quiero tener una cita contigo, Tae.
AHAHAHAHAHAHAH LES DEJO UNOS FANARTS PORQUE NO PUEDO DE LA EMOCIÓN!!!!!!
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