Capitulo 34
Taehyung entró a la casa unos veinte minutos más tarde. Resultaba que había ido a comprar muchas verduras para cocinar (más bien para que Jungkook cocinara, porque él era un desastre y no quería prepararle algo que no fuera de su agrado).
Yeontan volvió a su almohadón y allí se quedó durmiendo. Taehyung se había tenido que ir a cambiar la ropa mientras Jungkook ayudaba a guardar las compras en la heladera y en la alacena.
— Oye Tae... — lo llamó Jungkook al tiempo que terminaba de guardar el ultimo paquete de galletitas — ¿Podría hablarte de algo?
Taehyung se acercó a él y se echó el cabello rubio mojado hacia atrás, tenía la toalla sobre los hombros.
— Dime. Puedes contarme lo que sea.
Jungkook miró sus pies como si se trataran de la cosa mas interesante del mundo. Tragó saliva y luego habló.
— Sé que no eres un psicólogo, pero tú ya has pasado por eso.
— Mmmj...
— Yo... —Jungkook se mordió el labio —Me siento culpable por la muerte de Yoongi.
Tae dio un paso hacia él instintivamente y lo agarró de los hombros con suavidad, luego esperó a que el menor continuara con su monologo. Era necesario que sacara todo lo que llevaba dentro del corazón.
— Como ya sabes, a Yoongi le gustaba vestirse como una chica y también quería operarse para colocarse pechos. Yoongi se sentía feliz de esa manera, simplemente era su personalidad y ya.
—Si lo se.
—Pero Yoongi a veces también se vestía con ropa de chico, mas que nada para salir conmigo a restaurantes lujosos, porque una vez habían querido echarlo. fue una mierda, pero ya no importa. Yo le prestaba mi ropa muy de vez en cuando — Jungkook soltó un bufido que pareció mas una risa — todavía recuerdo que se acomodaba los pantalones todo el tiempo, los odiaba.
— Supongo que sería súper incomodo que no pudiera vestirse como quería.
Jungkook le dijo que si con la cabeza.
— El día de la marcha LGBT Yoongi se vistió como quería. A pesar de que hacia frio se llevó un vestido y unas medias negras, también una de mis chaquetas porque le quedaba grande y era calentita — Jungkook recordó los zapatos — también se llevó unos zapatos viejos, le gustaban, eran sus favoritos porque tenían mucho taco y eran cómodos — Jeon volvió a tragar saliva pero no lloraba — Yo le pedí que cuando volviera trajera algo del supermercado. Había un supermercado en especifico a veinte cuadras del departamento en donde vivíamos —Tae lo escuchaba atentamente, sin hacer el menor ruido —se lo pedí porque le quedaba de camino.
A Jungkook había empezado a temblarle la voz.
— Pero el supermercado se desviaba un par de cuadras por el camino normal que se suponía que Yoongi debía tomar para llegar al departamento.
Taehyung creía saber por donde iba la conversación, aún así dejó que acabara de recitar aquello que tanto lo carcomía por dentro.
— Si yo no le hubiera pedido que comprara unas palomitas jamás hubiera ido por esas cuadras. Yoongi hubiera venido por el parque de siempre. Hubiera habido más personas a su alrededor. ¡Pero no las había ese día! O sí...— Jungkook lo recordó — hubo un testigo y yo le había ido a preguntar a esa personas porqué no había llamado a la policía. — Jungkook se limpió las pocas lagrimas que le habían caído —simplemente me respondió con un comentario homofóbico.
— Tú no puedes culparte por eso, Kookie.
— Sí. Es posible que si no le hubiera pedido las malditas palomitas, Yoongi hubiera venido por el camino de siempre, no se hubiera encontrado con un par de ratas apestosas y homofóbicas... — Jungkook bajó la cabeza y luego dejó escapar el aire — lo molieron a golpes. Yo... yo vi el cuerpo, casi no lo reconocía.
Taehyung se acercó para abrazarlo y Jungkook lo apretó entre sus brazos. Era raro abrazar a alguien con su misma altura, pues Yoongi tenía una estatura baja. Ahora el hombro de Tae estaba súper cerca de su cabeza y Jungkook no debía agacharse para estar cómodo.
— Me siento como un asesino.
— Tu no lo has matado.
—Pero contribuí a hacerlo.
Tae le acarició la cabeza.
— No Jungkook. Las cosas suceden por una razón. Yoongi llegó a este mundo y aprendió todo lo que tenia que aprender. Yoongi vivió el tiempo que era necesario, al igual que todos. Nuestro destino está escrito desde el momento en el que estamos en el vientre de nuestra madre. Desde ese momento se decide absolutamente todo, solo que uno no es consiente de ello. Quizás Yoongi hubiera muerto el mismo día a la misma hora por un paro al corazón, o bien pudo haberlo atropellado un auto aquel día y la misma hora. Tú no lo sabes, tú no eres culpable de lo que le sucedió. Y Yoongi tampoco es culpable por haberse vestido de una manera que la sociedad no está acostumbrada a ver, ni es culpable por haber tomado otro camino que no fuera el de siempre.
Jungkook seguía llorando, y algo le decía en su interior que seria la ultima vez que lo haría.
— Los culpables son y serán por siempre esas personas homofóbicas que lo único que saben hacer es tocarle los cojones a los demás para estar mas orgullosos de su propia hombría. Esas personas no son seres humanos, no tienen capacidades mas allá del odio, el asco y el regocijo. Sé que esto que diré sonará espantoso, pero... es posible que lo hayan asesinado para burlarse, para hacerle saber que ellos eran mejores. Que ellos eran más "hombres".
Jungkook lo miró a los ojos.
— Yoongi no debió haber sufrido. Yoongi solo quería ser feliz, a su manera, claro.
Tae volvió a acariciarle la cabeza con una mano mientras le limpiaba las lagrimas. El menor se veía como un perrito recién adoptado.
— No, Yoongi no lo merecía. Ningún ser humano lo merece.
— Ellos no son "mas hombres" por haberlo matado — esa palabra sonaba fea en su boca — ellos son unos monstruos.
Tae asintió y le besó la frente y se quedó así por un largo, largo tiempo. Jungkook dejó que le diera besos allí. Muchos, muchos besos.
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