Capitulo 31
El camino hasta la casa de Taehyung había sido de media hora por culpa del trafico. Resultaba que ambos vivían casi cerca el uno del otro. A veinte minutos de distancia para ser específicos. El barrio en el que vivía Tae era precioso. Eran todas casas bajas y ningún edificio alrededor. Parecía sacado de otro mundo. A Jungkook le sorprendía lo mucho que los barrios podían cambiar de una cuadra a la otra.
— Me apetece algo del Starbucks — comentó Tae dando la vuelta con el auto pasando de largo por su casa. Jungkook estaba con los auriculares puestos por lo que no lo había oído, así que el mayor le tocó la rodilla para que se quitara los auriculares — ¿Quieres que compre algo para llevar?
Jungkook se quedó pensando por un momento mientras Tae estacionaba el auto justo frente al local Starbucks. Era un lugar pequeño, pero decorado preciosamente. No había personas dentro así que la compra sería rápida.
— Un muffin está bien.
— ¿No quieres nada más?
Jungkook ya había sacado su billetera.
— No sé, quizás un café.
— ¿Un latte? ¿No te gustan los frappé?
— En estos momentos prefiero un latte — Jungkook le entregó el dinero, pero Tae no se lo tomó.
— Invito yo — y desapareció fuera del auto hasta el local. Jungkook lo vio formarse en la fila (ya solo habían entrado dos personas) y notó que Taehyung tenía la espalda bastante ancha. Jungkook no supo porqué se dio cuenta de esto, simplemente fue algo que notó al verlo así, parado recto, esperando su turno para ser atendido.
Jungkook también se dio cuenta que el cabello rubio de Tae necesitaba un retoque.
Taehyung pagó por la compra y al cabo de diez minutos estuvo dentro del auto otra vez. Le pasó las cosas a Jungkook para que las sostuviera mientras emprendía marcha con el auto hasta su hogar.
— Huele bastante bien — comentó Jungkook abriendo la bolsa del muffin, y se encontró con que Taehyung había comprado seis muffin. ¿Acaso estaba loco o comía demasiado?
— La chica me dijo que estaban recién horneados — Tae estacionó el auto frente a su casa, desde dentro del coche se oía a Yeontan ladrar —.Yeontan sabe cuando vengo — dijo Tae mientras miraba a Jungkook — incluso reconoce el sonido de mis llaves.
— Supongo que los animales saben reconocer sonidos.
Tae dijo que sí con la cabeza y también le contó que cuando era pequeño él había tenido de mascota un loro que lo único que sabía hacer era decir malas palabras, aquello hizo reír a Jungkook por una fracción de segundo y a Taehyung le agradó demasiado su sonrisa.
Antes de entrar a la casa el mayor le dijo descaradamente:
— Por favor, sonríe más. Me gusta verte alegre, te hace ver lindo.
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