Los últimos días el trabajo de Taehyung había subido. Su emprendimiento de fundas para celulares personalizadas iba muy bien.

Y había museos que le habían pedido alquilar sus obras para la sección de artistas amateur.

Entonces... ¿por qué se sentía tan vacío?

Tenía que entregar los últimos trabajos de la universidad. Dar los exámenes finales y también tenia varias carcasas de celulares para preparar y vender. Sus días eran atareados y sin distracciones.

Pero él se encontraba todo el día pensando en Jungkook. Se distraía todo el tiempo recordando el malestar del menor.

No era capaz de quitárselo de la cabeza.

Pero él había decidido darle a Jungkook lo que él mismo exigía: soledad y poca importancia.

Taehyung no quería insistir más. Sabía que las probabilidades de una relación romántica con ese chico eran bajas. Él empezaba a creer que hubiese sido mejor si Jimin jamás le hubiese platicado acerca de ese amigo que le quería presentar.

Hubiera sido mejor si él no se hubiera presentado a la cita doble.

Taehyung deseaba encontrar un amor bonito y Jungkook tenia miedo de volver a amar, de sentirse culpable por abandonar a Yoongi de una vez por todas. Tenia miedo de no ser capaz de volver a querer. Por eso hacia las cosas que hacia. Su vida no tenía mucho sentido, viviría con miedo hasta el final.

— Evidentemente no somos compatibles... — masculló Taehyung mirando a Yeontan y en ese momento le llegó una notificación al celular de que alguien más había pedido otra funda para celular.

Tae revisó el pedido y averiguó lo que quería la persona. Luego miró la dirección de en donde debía entregar el pedido.

Y entonces empezó a reírse como si le hubieran contado el mejor chiste del mundo.

El lugar de entrega era el edificio de Jungkook. No era su departamento, unos pisos más abajo a decir verdad.

Pero ahora Taehyung tenía una excusa para ir a tocar su puerta.

Ahora se sentía un poco más feliz. Él no quería dejar a Jungkook, no le gustaba la idea de que el menor pudiera lastimarse o tomar somníferos estando solo y sin que alguien lo cuidara.

Taehyung se había dado cuenta del atisbo de decepción en el rostro de Jungkook el día que le dijo que se iría de la casa. Lo había notado y desde ese momento se había culpado por dejarlo a solas.