Jungkook se quedó estático al oír eso. Por un momento no hubo reacción pero luego sintió el corazón golpear fuerte contra su pecho. 

— Entonces tú... — pero no encontraba las palabras. 

— Descuida, fue hace siete años. Cuando ambos teníamos dieciocho. Ahora tengo veinticinco y estoy bien... quiero decir, mi vida es normal. Seguí adelante y ya. 

Jungkook bajó la cabeza, se sentía mal otra vez. 

— Y yo no borré las fotos que posteaba con él en redes sociales — confesó rascándose la nuca, era un tic que tenía  — tampoco tiré a la basura las pocas fotos que teníamos en papel. Las dejé en un álbum guardadas y ordenadas. No me deshice de sus regalos ni de las cosas que me recordaran a él. Dejé todo en unas cajas y las cajas todavía están en mi casa, guardadas en el armario. 

Jungkook hizo un pucherito. 

— Yo le devolví las cosas de Yoongi a sus padres. 

— Está bien de todas maneras. 

— Les devolví todo. Solo me quedé con las fotos. 

Tae le apoyó una mano en el hombro. 

— Tu asunto es bastante reciente. Las heridas tardan mucho tiempo en sanar, pero confía en mí. Estarás bien al final. Todas las heridas que se abren se curan... ¿alguna vez te raspaste la rodilla y te quedó la herida colorada?

Jungkook negó con la cabeza. 

— Exacto. El tiempo lo cura todo, hasta lo que parece incurable. 

Jungkook se atrevió a mirarlo a los ojos. A pesar de las palabras adoloridas que le decía Taehyung, sus ojos brillaban e irradiaban amor y compasión. 

El perrito Yeontan se les acercó mientras le pedía a Jungkook con la patita que por favor lo alzara a upa. Tae sonrió. 

— Te lo dije, le caes bien. 

Jungkook miró al perro ya no tan desinteresando. Se animó a alzarlo y lo abrazó como si fuera un peluche. El perro se sintió feliz y lo lamió con euforia. Jungkook le quitó la cara porque le daba asco. 

— Ugh, me dejó todo babeado — al decir eso Tae se le acercó para agarrar al perro entre sus brazos. Yeontan también lamió a su dueño — es suavecito. 

— ¡Es una hermosa bola de pelos! — le dijo mirando al perro con infantil inocencia — Yeontan tiene problemas de corazón, por eso lo adopté ¿sabes? nadie lo quería y mi familia tampoco lo amaba, así que cuando comencé a vivir sólo, me lo traje a mi hogar. 

— Debe ser todo un problema cuidar a un animal así. 

— Bueno, hay animalitos que están peor que Yeontan. No me da mucho trabajo, es calmado y obediente. Solo tengo que tener cuidados extra como llevarlo al veterinario una o dos veces al mes para controlar el asunto y ya. 

Jungkook acarició al perro porque estaba muy suave y no quería dejar de tocarlo. Taehyung volvía a mirar las fotos de Yoongi. 

— Tu chico tenia cara de que le gustaban los gatos. 

Jungkook sonrió. 

— Sí, le encantaban. Pero no podíamos tener uno, yo soy alérgico. 

— ¿De verdad? — Jungkook le asintió con la cabeza — vaya, pensar que son adorables. 

Jungkook no dijo más nada y Tae se fue a sentar al sillón. Palmeó el lugar a su lado y le indicó que fuera a sentarse con él porque supuso que Jungkook quería evadirlo yendo a lavar los platos. Jungkook no le hizo caso y fue a lavar los platos de todas maneras. 

Ya había hablado más que suficiente. Y no iba a admitirlo, pero su corazón se sentía mucho más tranquilo y en paz. No del todo, pero al menos por ese día se sentía un poco mejor.