Yoongi había sido su mundo. 

Ahora que Jungkook lloraba solo podía recordar los momentos que había vivido en su compañía. Yoongi le había caído bien desde un principio. Era una persona muy liberal, le gustaba de todo, sus gustos eran un poco raros pero a fin de cuentas estaba bien. 

Todo con respecto a Yoongi estaba más que sensacional.

Le gustaban las películas de los ochenta en especifico. Solía decir que eran las mejores y que las historias eran mucho más dignas y hermosas que las de ahora. Jungkook difería con eso, pues las películas viejas no tenían el presupuesto descomunal en efectos especiales y por eso le aburrían. Aunque a veces admitía que Star Wars y Volver al Futuro le encantaban más que a Yoongi. 

Más de una vez Jungkook había intentado que Yoongi viera las películas de Marvel, pero solo había logrado que viera las del hombre araña viejas, nada más. 

 A Yoongi le gustaba Titanic. 

Y Jungkook la odiaba. Pero siempre la veía para contentarlo. 

Lo extrañaba tanto... por una mierda, tan solo ahora se había dado cuenta de lo mucho que le hacía falta. Extrañaba su música vieja, las charlas sobre la música vieja. Yoongi siempre se quejaba de la música nueva, siempre contaba que en Latinoamérica tenían por costumbre escuchar reggaetón y que no era música sana, Jungkook estaba de acuerdo pero de vez en cuando buscaba música de ese estilo porque era alegre y para bailar, y Yoongi siempre se la sacaba con el pretexto de no escuchar esas letras diabólicas. 

Jungkook siempre le decía que no entendida nada y Yoongi le decía que no importaba, que no escuchara eso. 

Jungkook no podía decir que extrañaba el perfume de Yoongi porque para ser sinceros él siempre olía a rosas y no era su aroma favorito. Él siempre le decía que le recordaba al perfume de una vieja de 120 años y Yoongi se reía a carcajadas y se ponía mas perfume a propósito para molestarlo. 

Se amaban tanto. 

Eran perfectos. 

Hasta que alguien (o más bien unos cuantos idiotas) decidieron acabar con ese cuento de hadas. Se lo habían arrebatado solo porque Yoongi había decidido salir vestido como quería. 

¿Acaso era una amenaza? 

Un vestido no era un arma, no era peligroso. Pero al parecer unos idiotas decidieron que sí lo era. Que era molesto, que era poco digno, poco hombre. 

Yoongi solo quiera ser Yoongi. Le daba igual si las personas se referían a él como un "él" o como un "ella" Solo era Yoongi y eso tenía que bastar.  Jungkook lo llamaba de las dos maneras cuando le apetecía y Yoongi siempre contestaba. "solo soy yo" solía decirle.

Yoongi solo quería hacerse una cirugía de pechos, le daba pánico y hasta horror tener que quitarse sus genitales. 

Lamentablemente nunca había podido cumplir nada de eso. Por usar la ropa que le apetecía terminó injustamente humillado y asesinado. 

Alguien golpeó la puerta del departamento de Jungkook y el menor se levantó a abrir, solo que en el camino se tropesó con sus propios pies y se clavó la punta del a mesa cerca de sus partecitas. Se quedó un momento adolorido y algo mareado, hasta que por fin pudo ir a abrir la puerta. 

Jimin estaba ahí al momento en el que Jungkook perdía la consciencia.