La música del restaurante no estaba fuerte ni era molesta, pero Jungkook se sentía como si acabara de salir de un concierto de rock pesado. Cuando Jungkook se sentía así era porque pronto le daría un cuadro de ansiedad en público.

Pero él hacia todo lo que podía para controlarse. Se repetía a si mismo que estaba bien, que dentro de una hora (al menos eso esperaba) se largaría de allí, entraría a su departamento y se iría a la cama a dormir, luego volvería a su rutina.

Pensar en eso lo calmaba. Necesitaba su lugar seguro, no estar afuera en un restaurante que no conocía con otras dos personas que tampoco conocía ni eran de su agrado... más bien ya nadie era del agrado de Jungkook, ni siquiera los insoportables alumnos de la escuela en donde trabaja. Antes los quería, antes hacia bromas con los niños y siempre les sonreía. Era él quien les llevaba el desayuno a las aulas y las niñas se mostraban encantadas por su apariencia; solían decirle que parecía un príncipe de Disney.

Y ahora tan solo se había reducido a nada. Jungkook ya no era quien repartía el desayuno ni le hacia bromas a los niños, ahora él trabajaba detrás de las puertas de la cocina, donde no convivía con otra cosa mas que con la comida y el agua, donde nadie lo veía. Donde estaba a salvo de ser juzgado y observado por todos.

Taehyung empujó su plato de pizza hacia adelante porque sentía que el estomago le reventaría.

— ¡Delicioso!—comentó Tae y Jennie también asintió con la cabeza—creo que jamás había comido una pizza tan rica.

—Dices eso porque nunca has probado las pizzas que prepara Kookie— dijo Jimin mirando a Jungkook quien estaba sentado a su lado —¿verdad?—le dio un puntapié muy sutil por debajo de la mesa para que respondiera.

— Ya no preparo nada de eso — fue lo único que dijo Jungkook quien miraba desinteresado una televisión que había en la pared de la entrada. Estaban transmitiendo un partido de futbol americano. Jungkook odiaba el futbol, pero en esos momentos era lo único que tenía para distraerse.

En esa media hora que había pasado, no había intercambiado más palabras con Taehyung. El mayor le hacía preguntas alentadoras pero Jungkook solo se limitaba a asentir o a negar muy sutilmente con la cabeza. No le daban los ánimos siquiera como para mover un musculo.

Taehyung le dirigió una mirada a Jimin, preguntándole con los ojos qué podía hacer o decir para que Jungkook le prestara atención.

Pero Jungkook se lo había dicho a Jimin. Él no quería estar ahí y lo estaba dejando muy claro. Lo peor era que Jimin le había dicho que si no quería que no le hablara...

Al parecer Jungkook se lo había tomado muy en serio.

— Iré al baño—anunció Jungkook levantándose de la mesa. Taehyung lo vio irse con curiosidad. Cuando Jungkook desapareció escaleras arriba Jimin fue quien habló.

—No sé cómo haces para conservar tus energías, viejo. Lamento que Jungkook no te esté dando ni la hora.

Tae le sonrió.

Aunque algo en el fondo le dolía. Una decepción amorosa más. Taehyung casi nunca tenía suerte en sus citas, según muchos chicos era demasiado para ellos. Casi siempre su belleza le jugaba en contra. Nadie se interesaba por sus gustos culturales ni de lo que era capaz de hacer, sino por su cara, y Taehyung no buscaba algo como eso.

Él soñaba con uno de esos amores a la antigua. Donde regalabas flores y te lo devolvían con una carta o una preciosa noche.

—Jimin, deberías de darle un coscorrón a Jungkook—propuso Jennie.

— Supongo que es mi culpa que se comporte así— dijo Jimin—Tae, perdón. Estabas muy emocionado por conocerlo.

Tae se alzó de hombros.

— El chico lleva su tiempo estando así -le dijo el rubio manteniendo la sonrisa — no puedes pedir que de la noche a la mañana tenga ánimos de hacer cosas diferentes.

Jimin solo hizo una mueca y acabó con su porción de pizza.

Jungkook volvió a la mesa luego de cinco minutos muy bien calculados. Solo había ido a lavarse las manos y se había quedado revisando su celular y las tontas noticias que le salían en el inicio de Facebook.

— ¿Comerás postre, Jungkook? —le preguntó Taehyung mirando la carta que tenía a su lado —mira, aquí hay dos bochas de helado, podemos compartir el gasto —le dijo amablemente.

—Estoy lleno.

Pero la realidad era que solo había comido una porción de pizza, y para colmo, había dejado el borde.

Jimin y Jennie pidieron una tarta pequeña de frutillas con crema, exquisita. Al final Taehyung tampoco pidió postre. Jungkook volvía a mirar por la ventana.

— Supongo que aunque no quieras postre sí comes helado.

Jungkook se alzó de hombros desinteresado, decidido a no dar ningún tipo de información acerca de absolutamente nada. Nadie necesitaba conocerlo, después de todo él no aportaría mucho a la vida de otra persona. Él no quería comentar datos suyos (por más insignificantes que fueran) No quería que alguien más lo conociera.

No quería. Tenía miedo.

Él estaba bien así, o eso era lo que creía. Por supuesto que Jungkook no se daba cuenta del mal estado en el que se encontraba (hablando en todo sentido)

—A mi me gusta el helado de chocolate y crema del cielo ¿lo conoces?

Jungkook solo negó con la cabeza.

— La crema del cielo es color celeste —le dijo Tae mientras buscaba una foto en su celular y luego se la enseñó —es mi helado favorito desde que tengo como cinco años - luego Tae soltó una risa sin darse cuenta , Jungkook lo miró de reojo —aunque caí enfermo luego de comerlo, valió la pena.

—Es el helado más horrible que haya probado jamás — dijo Jennie mientras comía una frutilla - Jungkook no le hagas caso, el helado de dulce de leche de Argentina es el mejor.

—Es mejor el de menta - dijo Jimin.

Jennie, Tae y Jungkook hicieron una mueca de asco al mismo tiempo.

—¡Ustedes están locos!—dijo Jimin mientras se reía.

-Más bien tú eres un psicópata—le dijo Tae con una ceja alzada sin parar de reír —siempre has sido un tipo extraño.

Jimin miró hacia otro lado, ofendido.

—Ustedes son los psicópatas.

Tae y Jennie rieron.

Jungkook solo volvió a ver por la ventana.