CAPITULO 2

"Su padre y yo llegaremos tarde. Hay comida en el microondas para que puedan calentarla a la hora de la cena y no se olviden de hacer su tarea."

-Con amor mamá y papá.

Aurora dejo la nota de su madre nuevamente sobre la mesa, al parecer iba ser otro día en el que sus padres no estarían hasta tarde, no era algo que le molestaba ya que, sabía bien que su trabajo les tomaba la mayor parte del tiempo. Vio la hora y divisó como aun faltaba tiempo para la hora de la cena, así que tomó su mochila para dirigirse a su habitación. Había tenido un cansado día puesto que, se había dedicado ayudar a Clara con los preparativos para las audiciones de mañana, ya tenía memorizado lo que diría, pero aun así, cruzó por su mente el no a verle contado a Clara que ya lo tenía. Negó divertida ¿Aquien engañaba? fue divertido a verla ayudado con todo eso y lo volvería hacer.

Colocó sus cuadernos en su pequeño escritorio, no importaba lo cansada que estuviera, aun había tarea que entregar para mañana.

-Let's call it what is, it's a masterpiece. Got a whole lotta love for them city streets...

Aurora...

Soltó un brinco de su asiento al sentir por unos momentos como su hombro fue tocado. Se quitó los audífonos mientras no dejaba de mirar por toda su habitación en busca de encontrar algo, pero no había nadie ¿pero que rayos...? Pensó. Lo único raro que lograba observar fue por la ventana, había comenzando a soplar un fuerte viento de la nada, pero agradeció que tenía su ventana cerrada por que eso hubiera causado un gran desastre en su habitación.

-Que raro... -murmuró para si misma, pero al final decidió restarle importancia colocándose nuevamente sus audífonos y continuar con sus labores.

- ¡Lo harás bien!

Clara se encontraba dándole ánimos a la joven de diadema naranja. Al fin era hora de las audiciones para la obra de Romeo y Julieta, aunque Aurora se sabía sus líneas, no podía evitar sentirse un poco nerviosa. La joven de mechones coloridos la obligo a mirarla sosteniéndola de los hombros.

-Yo se que puedes, creo en ti y se que serás una gran Julieta -sonrió con seguridad.

Aurora asintió ante el apoyo de la castaña.

-Ahora que ya no siento nervios...ya no siento los hombros.

-¡Huy! Perdón -la soltó apenada-. Lo importante es que se, que lo harás bien.

-Lo dice quien será la directora de esta obra y me insistió tanto en que audicionará para Julieta -soltó en broma.

-Todo por tu mejor amiga.

La peli azul le dio un codazo para después soltar en risas ambas.

-La siguiente es Aurora Anderson.

-Muy bien, te toca ¡Suerte! -se despidió antes de dejarla sola y colocarse en su asiento correspondiente que estaba a lado de la profesora.

Aurora respiro profundo antes de armarse de valor y subir al escenario. Que el universo me ayude, pensó.

-Muy bien Aurora ¿Cuál es el personaje por el qué audicionas?

-Para el de Julieta.

-Muéstrenos entonces.

Cuando las líneas comenzaron a salir de su boca, Aurora se sintió un poco más tranquila, tenía ya todo memorizado no tendría que a ver ningún problema en hacer la audición. Pero cuando estaba a la mitad de sus diálogos, pudo divisar en la entrada del gimnasio como un Alexander se encontraba grabándola con su celular y levantando un pulgar en cuanto vio como logro notarlo. La de blusa roja sonrió internamente, sabía perfectamente que ese video pararía a manos de sus padres y apostaba toda su mesada a que ellos fueron quién lo enviaron para que la grabara en las audiciones.

-"Dame a mi Romeo, y cuando el muera, tómalo y córtalo en pequeñas estrellas. Dejara la fas del cielo tan bella que todo el mundo se enamorara de la noche."

Cuando pudo terminar con sus líneas, notó como sus amigas y los demás que habían logrado asistir comenzaron aplaudirle. Un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas.

-Gracias, Señorita Anderson -agradeció la profesora sin antes de hacerle una seña de aprobación. Al parecer lo había echo bien para que le gustara su interpretación.

Aurora se despidió haciendo una pequeña reverencia y se dedicó a salir del escenario. Su vista se colocó en un azabache con armadura brillante frente a ella, ocasionando que detuviera su paso.

-¿Jim? ¿Vienes a las audiciones?

El de ojos azules comenzó a titubear, lo único que le faltaba era que Aurora lo viese con la armadura puesta. Toby le dio un codazo tratando de que su amigo se controlase.

-Ya sabes, me gusta demasiado la obra que quise tratar de audicionar para Romeo ¡una de las mejores obras!

La peli azul sonrió de lado al observar la actitud de Jim, no podía evitar que se le hacia lindo cada vez que actuaba de ese modo.

-Veo que te encanta -sonrió. Observó con asombro el disfraz que portaba el azabache, parecía ser echo con el más de los finos detalles y daba la ilusión de que fuera un verdadero caballero-. ¿Este será tu atuendo? ¡Esta increíble! ¿Lo hiciste tú mismo?

-Noooo -negó el castaño-. Encontró un amuleto que lo aparece -exclamó fingiendo una voz misteriosa y moviendo las manos "magicamente".

- Ohhh entiendo -guiño un ojo divertida siguiéndole la corriente-. Eres divertido.

-Eres todo un comediante ¿sabías? -soltó Jim enojado fingiendo una sonrisa. El de frenos solamente levanto ambos hombros inocente.

-¡Siguiente!

-Sigues tú, Romeo. Rómpete una pierna.

-Hubiera preferido mejor eso...-murmuro para sí mismo.

-Lo hará bien, es un profesional -alago Toby con confianza.

Aurora no pudo evitar sonreír ante el castaño. Tenía que admitir que el actuar de ambos amigos era un poco más extraño de lo habitual, pero no iba a decir nada sobre ello, tal vez tenían un plan en manos o algo parecido. Aunque le agrada bastante el cómo Jim se había interesado en ser parte de la obra, en los casi 3 años que lleva aquí, jamás había visto ese lado de el y se encontraba sumamente interesada en como seria.

- "Destino... el destino es un regalo. Algunos pasan toda su vida, viviendo existencias de desesperación silenciosa, sin saber nunca la verdad sobre lo que se siente como si una carga nos empujara hacia abajo, en realidad es un sentido de propósito que nos eleva a mayores alturas. Nunca olvides que el miedo no es más que el precursor del valor, que esforzarse y triunfar frente al miedo es lo que significa ser un héroe. no pienses...séalo."

Todos comenzaron a levantarse y aplaudir, sin duda alguna les había fascinado la actuación del azabache. La profesora no paraba de apuntar emocionada en su libreta, sin lugar a dudas ya había echo una elección. Jim se despidió para volver a salir del escenario, encontrándose con una sonrisa encantada a cierta chica de diadema naranja.

-Jim... en serio que fue maravilloso -alago con emoción.

-¿De verdad? Y eso que no pensé solo...lo dije -dijo con pena rascándose la parte detrás de su cabeza.

Aurora le dio un ligero empujón en el hombro, su actuación sin duda no fue algo que salió de nada, parecía que ya lo tuviera en su mente.

-Eso se llama actuación y no dudo en que consigas el papel.

Las orejas de Jim no se hicieron esperar en tonarse de un color rosado ante las palabras de la peli azul. Ambos no pudieron apartar la mirada del otro, se habían sumergido en un silencio cómodo que no le extraño a ninguno de los dos. La mirada de la peli azul se desvió por unos segundos hacia el circulo brillante que portaba el traje de Jim, por alguna razón desde hace un rato le causaba una extraña sensación de tan solo tenerlo cerca ¿serán imaginaciones mías? Pensó.

Sin embargo, aquella extraña sensación no desapareció hasta cierto tiempo.

- ○ • ○ • ○ -

-El cazatrolles vive o muere con tres reglas -exclamó con fuerza el troll azul caminando en círculos alrededor de Jim, sin embargo, este abrió los ojos demás ante lo dicho por su mentor- regla número uno: siempre tener miedo.

-Ese no va hacer un problema -concordó a la vez que esquivaba rápidamente una piedra asustado.

-¿Lo ve? ¡El miedo lo mantiene atento, lo mantiene en guardia! -lanzó varias piedras más siendo esquivadas con torpeza por el azabache-. Un héroe no es el que tiene miedo si no el que no se detiene ante él.

-Entiendo - hablandó su espada con firmeza.

-¡Dos! Siempre terminar la pelea. Un oponente no debe recibir piedad -nuevamente comenzó a lanzarle piedras a Jim haciendo que este comenzara a golpearlas con su espada mandándolas lejos de él, pero mientras más piedras le llegaban más pasos daba hasta que quedo fuera del círculo.

-Bien, ya puedes dejar las piedras -soltó con voz cansada-. Espera ¿siempre terminar la pelea? -una roca golpeo su espalda sin aviso.

-Matar -dijo el gran troll verde.

-Exacto -concordó Blinky-. El cazatrolles siempre debe vencer a su oponente con la muerte.

-Eso es muy duro, amigos -soltó Toby angustiado.

-El nuestro es un mundo despiadado y se volvió más después de que nuestra protectora pereciera hace siglos -dijo con voz melancólica ante lo ultimo-. Ahora, en tercera regla: al dudar, siempre sus gronk-nuks patear.

-¿Gronk-nuks? ¿Protectora? -preguntó el cazatrolles, pero una de sus respuestas fue respondida cuando una enorme cuchilla afilada se posó frente a él-. Básicamente, dices que una tercera parte de ser cazatrolles es...golpearle la entrepierna a alguien.

El troll azul asintió con una sonrisa ante el entendimiento de su pupilo.

-Pero antes ¿Qué quieres decir con protectora? -preguntó-. ¿Acaso el cazatrolles no era como su protector? o ¿era alguien que uso el amuleto?

-Historia antigüa -respondió Arghh con tristeza. Extrañando a ambos humanos por su tono.

-Fue una persona que acompaño por breves momentos al primer cazatrolles. Los libros cuentan que tenía una magia más avanzada que sobrepasaba el poder del mismísimo Merlín. Dicen que era tan hermosa y generosa, pero que a la vez era demasiado letal con aquellos que desafiaban irrumpir el balance entre el bien o el mal.

-¡Eso suena genial! -dijo con emoción el de frenos.

-Era magnifica -soltó con orgullo Blinky-. Pero los libros no cuentan como fue su fallecimiento, solo hablan de como una de sus últimas acciones fue darle un poco de su magia a Merlín para que así el amuleto estuviese completado y buscara al primer cazatrolles. Aunque muchos dicen que como ayudo al primer cazatrolles, volverá para ayudar al ultimo de ellos, pero solo son rumores sin fundamentos, maese Jim. No hay nada de qué preocuparse -animo levantado ambos pulgares.

Tobías no podía evitar mostrar una expresión de terror al escuchar lo ultimo mencionado, incluso Arghh comenzó a tocarlo con su dedo al ver que se encontraba totalmente estático. En cambio, Jim no paraba de quedarse pensativo, le causaba una extraña sensación aquel relato por alguna razón. Con su mano, rozo el amuleto que se encontraba en su pecho, podía sentir claramente el poder que emanaba de él, pero ahora, por alguna extraña razón, sentía algo más. Sin duda, tenia un largo camino que recorrer.