Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28

Hola amigos! lamento la tardanza.
les traigo un nuevo capítulo, aqui conoceran un poquito a Mads y Samuel.
pequeño spoiler alert



se acerca la confrontacion....



ahora si disfruten
























Samuel Brown 23 años, amigo y compañero de carrera de Anthony Alegre y divertido, Impulsivo, Mads siempre tiene que estar detras de el.




Mads Wood 30 años, superior en la escuela de Samuel y Anthony. Calculador y amable, es como el padre de Anthony y Samuel. No le gusta lo dulce




La llegada de Samuel y Mads trajo a Anthony un respiro de sus problemas, necesitaba alguien con quien conversar o simplemente, alejarse de los conflictos que George y Estela habían traído a su vida. Samuel era un joven de su edad, quien había sido su compañero inseparable en la escuela, junto a Mads, su superior, quien en un principio se mostró ajeno a su amistad, pero con el tiempo demostró que podía ser un gran amigo.

–¡Recuerdo aquella vez en que decidimos dejar la escuela y ser exploradores! –Dijo Samuel riendo– Casi nos perdemos en el bosque.

–Sí, y no olvides cómo tuvimos que escalar aquel árbol para salir de allí. –confirmó Mads con una sonrisa traviesa– ¡Estuvimos horas buscando el camino de regreso!, no sé cómo me dejé convencer por ustedes, niños.

–¿Disculpa? Si mal no recuerdo, la decisión se tomó porque TÚ aseguraste que tenías un mapa –se defendió Anthony sonriendo– pensar que todo lo que pasamos fue por tu culpa ¡Y todo por un mapa que hiciste a mano! Nunca creí que un dibujo tan simple nos llevaría a una aventura tan complicada.

–Ah, pero esas eran las mejores épocas –dijo Samuel asintiendo– Hablábamos de conquistar el mundo, de ser importantes y ahora, ¡míranos! Todos aquí, en el despacho de Mr. Crowley, ¿quién lo hubiera imaginado?

De repente, la puerta se abrió y Ms. Jones, entró con un aire de sorpresa al ver a los jóvenes en el despacho.

–Oh, disculpen, no sabía que tenía compañía, Mr. Crowley. –dijo la mujer con una ceja arqueada.

–Ms. Jones, permíteme presentarte a mis amigos. Este es Samuel, Samuel Brown y aquel es Mads Wood –Los presentó Anthony con una sonrisa amplia– caballeros, la dama es Ms, Jones, era mi nana y ahora es el ama de llaves de la mansión.

Samuel y Mads se inclinaron levemente, sonriendo. Ms. Jones, aunque aún algo sorprendida, les devolvió la reverencia.

–Un placer conoceros, jóvenes. –dijo la mujer en tono serio– No esperaba ver a dos de los amigos de Mr. Crowley, corregiré, no esperaba conocer algún amigo de Mr. Crowley.

Los hombres rieron ante el comentario de la mujer, avergonzando un poco a Anthony, quien con una mirada hizo callar sus risas.

–Me gustaría que preparara habitaciones para ambos. –dijo Anthony mirando a Ms, Jones, los hombres estaban a punto de objetar, pero, este se les adelantó– Serán mis invitados, no aceptare un no por respuesta. Está es mi mansión y pueden disponer de ella como les plazca. Estoy seguro de que disfrutarán su estancia.

–Por supuesto, lo haré enseguida. –aceptó Ms. Jones dando una ligera reverencia– me aseguraré de que no tengan problemas, señor Anthony.

–¡Claro que sí! –afirmó Samuel con entusiasmo– No hemos tenido una buena aventura en mucho tiempo.

–Y la idea de quedarnos aquí suena maravillosa. –Mads asintió ligeramente– Gracias, Anthony.

Anthony se río y los jóvenes intercambiaron miradas cómplices.

–No se preocupe, nana. Aún les queda algo de sensatez a estos caballeros. –bromeó Anthony sacando una carcajada a sus amigos.

Ms. Jones salió del despacho, dejando a los tres amigos a solas, llenos de risas. Una vez que los pasos fuera del despacho se dejaron de escuchar los hombres se acomodaron en sus asientos.

–Bien Anthony, hemos venido como pediste ahora dinos, ¿Qué paso? –dijo Mads con seriedad frunciendo el ceño– ¿es verdad que George llego tan lejos? Porque si es verdad, esto no es solo un juego, Anthony. Estás en peligro.

–¿Y qué si lo está? –dijo Samuel sarcástico–¿Acaso vamos a dejar que un miserable como George lo arruine todo?

–No es solo George. –dijo Anthony mirando a la ventana–Aziraphale se ha comprometido, y aunque me duele, no puedo hacer nada al respecto.

–Pero... ¿y su promesa? ¿Lo que compartieron?, tú nos comentaste que incluso intercambiaron anillos... uno pensaría que esa promesa sigue, de no ser así, ¿Por qué aun usas el tuyo? –dijo Mads acercándose a Anthony.

–Él lo ha hecho. Lo hizo y se olvidó de todo –suspiró regresando la vista a sus amigos– ¿Qué planean que haga?, ¿Qué vaya por él y huyamos lejos?, ¿Y Estela?, Ella merece más, ya la he hecho sufrir demasiado.

–Entonces, ¿qué harás, Anthony? –dijo Samuel fingiendo despreocupación– ¿Te quedarás aquí lamentándote? Sabes que no podemos permitir que esto continúe.

–He pensado en confrontarlo. Hablo de George, pero, ignoro qué es lo que está en juego, sé que tiene que ver con él, pero al parecer Arthur no logro escuchar de lo que hablaban. Estoy seguro que George tuvo mucho que ver con que Aziraphale cambiara de un día a otro –dijo Anthony con determinación.

–Eso podría ser un desastre. –dijo Mads con preocupación– Si George se entera...

–Ya lo sé. –lo interrumpió Anthony– Pero, ¿acaso debo vivir así, en las sombras? No puedo seguir viendo cómo se desmorona mi corazón.

–Entonces hazlo. Enfréntalo. –dijo Samuel con tono de desafío– La vida es demasiado corta para esconderse.

–Si lo hago, es una declaración de guerra. –aseguró Anthony observando a sus amigos– no sé cuáles serán las consecuencias de eso.

–Sea lo que sea, te apoyaremos, Anthony. –afirmó Mads– daríamos nuestras vidas por ti.

Anthony observó con cariño a sus amigos, agradecido por su amistad, los tres guardaron silencio por unos minutos, hasta que Samuel habló.

–¿Y si hacemos un plan? –dijo, llamando la atención de los otros– podemos buscar un lugar seguro, donde puedan reunirse sin que George lo descubra.

–Eso es arriesgado –comentó Anthony– por otro lado, no creo que Aziraphale haga algo así. Imagino que George debe estar jugando con algo muy importante para que aceptara casarse con Estela.

–¿Qué puede ser tan importante para Aziraphale como para aceptar eso? –preguntó Samuel despreocupadamente.

Anthony agachó la mirada, tratando de imaginar qué era "eso" que Aziraphale preferiría proteger.

–Anthony –dijo Mads, Crowley lo observo con curiosidad hasta que este volvió a decir su nombre– Anthony.

–¿Cómo? –cuestionó Samuel sin entender lo que pasaba.

–Si, Anthony –volvió a decir Mads– ¿Qué es lo más importante para Aziraphale?, por lo que nos has dicho... eres tú.

–Estás diciendo que Aziraphale aceptó casarse con Estela, ¿por mí? –preguntó Anthony desconcertado.

–Tal vez lo hizo por tu bienestar. –comentó Mads

–Pues le salió mal, no estoy para nada bien –dijo Anthony dejándose caer en su sillón.

–Piénsalo bien, Anthony –Mads se puso frente a Crowley para poder verlo a los ojos– George solo quiere a alguien que se case con Estela, y eso solo por el dinero, y al ver que tu no lo harías buscó a alguien más y ¿quién mejor que un hombre que, según tus palabras, tenía urgencia de casarse? –comentó con obviedad.

Anthony se puso a pensar con mayor detenimiento en lo que acababa de decir su amigo.

–¿Y si los vio? –cuestionó Samuel llamando la atención de sus amigos– ¿y si George los vio?

–Imposible –dijo Anthony– Aziraphale y yo siempre fuimos cuidadosos.

–Es posible que ustedes no se hayan dado cuenta, pero, ¿y si los vio por equivocación? –Mads tomó la idea de Samuel y siguió– Tal vez un día que ustedes hayan hecho algo en público, o simplemente por mala suerte, que se yo.

Anthony empezó a recapitular todas las veces que se encontró con Aziraphale, sus platicas y encuentros, los bailes a los que asistió con George y Estela, los días de campo...

–El día de campo –dijo por fin– ese día Aziraphale y yo nos alejamos para pasear, nos tomamos de la mano y..., –se ruborizó un poco– pero... al escuchar un ruido extraño decidimos... regresar... después de eso, en el baile Aziraphale empezó a comportarse extraño...

Ahí estaba, ante él se había mostrado la verdad, Aziraphale se había desposado con Estela, todo por su estúpida cursilería y por querer pasar un momento a solas con Aziraphale. Anthony caminó hacia la ventana con la cabeza baja, ahora todo cobraba sentido, todo lo que había pasado era por su culpa.

–Todo es mi culpa, si no hubiera llevado a Aziraphale hacia...

–¡Oye! –gritó Samuel interrumpiéndolo y acercándose a él– tú no tienes la culpa de nada, la culpa la tiene el maldito viejo que lo único que busca es dinero, tú lo único que hacías era pasar tiempo con la persona que amabas, escúchame bien Anthony –Samuel tomó su rostro entre sus manos obligándolo a mirarlo– TÚ no tienes la culpa de nada. –Anthony asintió ante las palabras de su amigo recibiendo unos suaves golpes de apoyo en su mejilla.

–Bueno ahora ya sabemos el motivo, puede que George le haya dicho a Aziraphale que los vio y para evitar escándalos se ofreció a desposar a Estela con el fin de que George no dijera nada –comentó Mads desde su lugar.– ¿Qué vamos a hacer al respecto?

–¿Y si hacemos que George crea que has olvidado a Aziraphale? –dijo Samuel regresando a su lugar– hacerlo creer que sigues tu vida como si nada. Eso podría desarmarlo.

–Exactamente. –concordó Mads, asintiendo– Si le hacemos creer que no te importa, tal vez baje la guardia.

–Pero.... eso significa que tendrás que actuar. –Continuó Samuel– Deberás asistir a esos eventos sociales, reírte con los demás... coquetea un poco.

–Pero Aziraphale sabe que no me llaman la atención las mujeres... eso será en vano, al ver que Aziraphale no tiene reacción alguna, George se dará cuenta que todo es una mentira.

–Ahí es donde entraremos Samuel y yo –dijo Mads con una sonrisa ladina– ¿y si coqueteas con nosotros?

–¿Disculpa?

–Oh vamos, siempre has sentido algo por mí, Anthony – dijo Mads sacando una sonrisa de parte de Samuel– solo te estoy dando la oportunidad de que lo hagas con mi consentimiento.

–Por mucho que me alague su propuesta... –dijo Anthony restándole importancia a lo que había dicho su amigo– ¿están seguros de esto?, podría traerles problemas.

–Me gustan los problemas –replicó Samuel con alegría.

–Hablo en serio, chicos...

–Anthony, hablamos enserio, daríamos la vida por ti –ambos amigos asintieron.

–Sí, lo sé. –Anthony sonrió ante la respuesta de los hombres– lo haré... no encuentro otra manera de distraerlo y ganar tiempo. Mientras tanto, podemos organizar algo más en secreto.

–Necesitamos que George se sienta cómodo. –Mads sonrió levemente – Que piense que ha ganado. Así, cuando menos lo espere, le mostraremos que no tiene control sobre la situación.

–Este es un juego muy peligroso. –comentó Samuel mirando a Anthony con seriedad– Pero, si vamos a hacerlo debemos hacerlo bien y con cuidado. No podemos permitir que nos atrapen.

–Lo sé. Necesitamos ser astutos. –dijo Anthony firme– Durante la próxima gala, podré actuar con naturalidad. Esa será nuestra oportunidad para confirmar si nuestras sospechas son ciertas.

–Y mientras todos se divierten, nosotros estaremos alejados y tratando de conseguir toda la información posible.– confirmó Mads con un guiño

–Gracias. –dijo Anthony mirando a sus amigos con gratitud y determinación– Sin ustedes, esto sería imposible.

–Entonces, a actuar. –Samuel sonrió y se acercó a Anthony– Pero primero, necesitamos planearlo todo con precisión. No me gustaría que te enamoraras de mí, sé que soy irresistible, pero ya tengo compromiso,. tú sabes.

























Mansión Fell

La noche era oscura, pero la mansión Fell brillaba con candelabros iluminados. La música suave sonaba desde el salón. Aziraphale se encontraba en el vestíbulo, inquieto. George entró con una sonrisa arrogante, y un plato en la mano.

–Alégrate Fell o los invitados dirán que eres un amargado –indicó George con voz alegre y santurrona– oh, espera, ¡ya lo hacen! –Aziraphale lo observó con desagrado ante el comentario– deberías agradecerme, he organizado un baile para celebrar tu compromiso con Estela. ¡Será la noche más grande de nuestras vidas!

–Te tomas demasiadas libertades, George. –comentó Aziraphale frunciendo el ceño– No es solo tu decisión.

–¡Bah! Los invitados estarán encantados de ver una celebración tan espléndida. –dijo George desestimando sus palabras– Estela merece lo mejor y si se espera a que tu tomes la iniciativa, ya estaría igual de vieja que la anciana de la mansión de Anthony.

Aziraphale se alejó de George, pero Estela apareció en la entrada, con un vestido brillante, iluminando la habitación con su sonrisa.

–¡Aziraphale! ¡No puedo esperar para celebrar esta noche! –Gritó entusiasmada– mi padre me dijo que organizaste esta fiesta, debo agradecerte por tomarte tantas molestias.

El corazón de Aziraphale se hundió, no podía evitar sentir pena al ver la felicidad de Estela. George le lanzó una mirada de satisfacción al notar que Fell no negaría lo que él dijera.

–Claro, Estela. Me alegra que estés emocionada –dijo Aziraphale forzando una sonrisa.

George se acercó a Estela, ignorando a Aziraphale. Mencionando detalles del baile y los preparativos, mientras Aziraphale se sentía cada vez más angustiado.

–He invitado a algunos amigos muy interesantes. –comentó George con un brillo en los ojos– obviamente, Anthony está más que invitado, no queremos dejarlo fuera de nuestra felicidad.

Al escuchar el nombre de Anthony, Aziraphale no tardó en dirigir una mirada fría hacia George quien con un guiño se alejó con su hija tomada del brazo. El aire se volvió tenso. Aziraphale empezó a sentir la impotencia recorrer sus venas, recordando su último encuentro con Anthony.

Con desánimo Fell se encaminó hacia el salón donde se encontraban los invitados observando cómo la puerta se abría, dejando ver a Anthony, acompañado por Samuel y Mads.

–Oh, ¿de nuevo esos hombres? –preguntó Estela mirando hacia la entrada– ¿Por qué estarán aquí?

–¿Quiénes son? –preguntó Aziraphale con curiosidad.

–Lo desconozco –dijo Estela con sinceridad– Dicen que son amigos de Tony. ¿Puedes creerlo Aziraphale?, pasaron mucho tiempo en su despacho.

El rostro de Aziraphale se oscureció mientras observaba a Anthony reír con sus amigos. Los celos lo consumieron. De manera rápida un nudo se empezó a formar en su estómago al ver la cercanía entre Anthony y sus "amigos".

–Deben de ser solo conocidos, nada más. –dijo Aziraphale en voz baja llamando la atención de George, quien sonrió al notar la incomodidad de Aziraphale.

–No me digas que estás preocupado, Aziraphale. Anthony tiene una vida social activa. Es de imaginarse que tenga amigos por doquier. –George se puso frente a Aziraphale retándolo con la mirada– Pero esta noche, lo que importa es la celebración, ¿cierto?

La música empezó a sonar más fuerte mientras la atmósfera se cargaba de tensión. Aziraphale se sintió atrapado entre el deber y el deseo de correr ante Anthony para pedir una explicación, su mirada se encontraba fija en Anthony, que parecía ajeno a todo lo que provocó con su llegada.

–¿Qué he hecho? –susurró Aziraphale.

Anthony se encontraba en la esquina de la habitación, donde la música del baile resonaba en el aire. Samuel y Mads lo observaban, notando su mirada distante. La figura de Aziraphale se encontraba rodeada por más personas, con una expresión que Anthony conocía bien. Fastidio.

–Vaya, parece que alguien no estaba listo para la fiesta. –comentó Samuel burlón– ¿Qué te pasa, Tony? ¿No es emocionante ver a tu ex?

–No es eso. Es solo que... –Anthony suspiró–no esperaba verlo así... Se siente diferente.

Mads, se inclinó hacia Anthony, su voz conspirativa se dejó escuchar con suavidad.

–Entonces, ¿por qué no te acercas y lo saludas? –respondió con picardía – Deberías presentarnos. ¡Vamos a crear un poco de emoción!

–No sé, Mads. –comentó Anthony vacilante– No creo que sea buena idea. La situación se puede tornar... complicada.

–¿Complicada? ¡Eso es lo que lo hace interesante! –lo animó Mads con inocencia– Vamos, un poco de diversión no le hace daño a nadie.

Anthony sintió un nudo en el estómago al pensar en la situación. No quería hacerle daño a Aziraphale, pero la idea de ignorarlo le resultó aún más difícil. Su mirada se dirigió hacia George que, con una sonrisa lo saludó desde lejos, provocando un sentimiento de desagrado en su boca al contestar su sonrisa con amabilidad.

–Está bien –confirmó Anthony con firmeza– empecemos con esto. –Samuel, con una sonrisa cómplice, asintió mientras observaba a Aziraphale desde la distancia.– Iré a presentarlos. Pero no quiero que se metan en problemas.

–¿Ves eso, Mads? observa cómo nos mira, si sus ojos fueran cuchillos tu y yo ya seríamos estofado –comentó Samuel con una sonrisa.

Mads se rió. Mientras se acercaban a Aziraphale, Anthony se sintió cada vez más nervioso. Aziraphale se encontraba hablando con Estela y George, con su expresión endurecida. Mads le dió una palmada en la espalda.

–¡Ahí vamos! Solo sé tú mismo. –le dijo con una sonrisa– no queremos que sospechen desde el inicio.

Anthony se aclaró la garganta y se aproximó a Aziraphale, su corazón se latía con fuerza. Aziraphale lo vio acercarse, su expresión cambó levemente, pero no pudo ocultar la tensión que había entre ellos.

– Fell, ¿puedo presentarte a mis amigos? –logró decir con voz suave– Estos son Samuel Brown y Mads Wood.

La mirada de Aziraphale se endureció momentáneamente, pero rápidamente la suavizó para no dar un espectáculo frente a Estela y George.

–Encantado de conocerlos. –dijo Aziraphale forzando una sonrisa.

Samuel, sin contenerse, interrumpió con entusiasmo.

–¡Igualmente! ¡Anthony nos ha hablado mucho de ti! Dicen que tienes un gran gusto para las fiestas.

Aziraphale parpadeó, sorprendido por la audacia de Samuel, sin evitar dibujar un contraste totalmente diferente a cuando conoció a Anthony. Sus ojos buscaron los de Crowley encontrándose brevemente, y Anthony sintió una chispa de conexión, pero también un abismo entre ambos.

–Estaba pensando que podrías darnos algunos consejos sobre cómo hacer de esta fiesta algo inolvidable. –comentó Mads llamando su atención.

–Pienso que no soy la persona correcta para dar consejos sobre ese tema Mr. Wood –dijo Aziraphale con seriedad, apartando la mirada de Anthony.

Aziraphale se rió, pero su mirada era seria, como si estuviera evaluando cada palabra. La tensión se volvió palpable. Samuel, tratando de aligerar el ambiente, interviene.

–Vamos, es solo un baile. ¿Quién no disfrutaría de una buena celebración? –dijocon emoción– iré a ver si alguna dama quiere bailar conmigo, o tal vez... un caballero, quien sabe.

Estela, ajena a la carga emocional del momento, sonrió, disfrutando del ambiente.

–Qué cosas dice Mr. Brown –comentó Estela con una sonrisa.

–Una disculpa, Ms...?

–Estela, Estela Bobary, soy la prometida de Mr. Fell y este de aquí es mi padre, George Bobary –al ser presentados Samuel y Mads observaron con detenimiento a George, quien manteniendo su máscara, los saludó con respeto y alegría.

–Bueno, ¡Debemos disfrutar de esta velada, chicos! –exclamó Samuel– vamos Anthony vayamos a buscar con quien bailar, un gusto señores, señorita

Samuel abrazó por los hombros a Anthony y ambos caballeros se alejaron siendo seguidos por Mads. Anthony observó a Aziraphale, con su corazón dividido. Sabía que eso era parte del plan, pero el deseo de acercarse resultaba más fuerte. Mientras la música siguó sonando, se sentía atrapado entre la emoción de la fiesta y el anhelo de lo que una vez compartieron.

Estela se abrazó del brazo de Aziraphale y George, con una sonrisa santurrona los obligó a bailar juntos para demostrar lo enamorados que estaban Anthony sintió que el tiempo se detuvo, la distancia entre ellos creció de golpe, y la noche se llenó de palabras no dichas.

–¡Vaya, Anthony! ¡Eso fue un espectáculo! –dijo Samuel riendo– parecía que en cualquier segundo te desmayarías, ¿Viste la forma en que Aziraphale nos miró? ¡Se notaba que estaba completamente celoso!

–Totalmente. No puedo creer que George se quedara ahí parado, confundido. –coincidió Mads– La situación se le escapó de las manos.

Anthony sintió una mezcla de felicidad y confusión al escuchar a sus amigos. Aunque el corazón le latía con fuerza, también se preguntaba qué pensar de todo esto.

–¿De verdad crees que estaba celoso? –preguntó Anthony inquieto– no lo parecía...

–¡Por supuesto! –dijo Samuel con entusiasmo– Se notaba a kilómetros. Estaba que ardía. No cabe duda que ya seríamos estofado. –Anthony no pudo evitar sonreír, imaginando la expresión de Aziraphale, y esa chispa de esperanza floreció en su pecho.– ¡Y George! Parecía un pez fuera del agua. No sabía si enfadarse o unirse a la fiesta.

Ambos amigos estallaron en risas, pero Anthony se quedó pensativo. La realidad de la situación lo golpeó de nuevo, pero el ambiente ligero de sus amigos lo reconfortó.

–Supongo que al menos eso significa que no todo está perdido. –suspiró Anthony.

–Exacto. No sé cuánto tiempo más puedes ignorar lo que sientes.

Anthony miró hacia el salón, donde Aziraphale se encontraba hablando con Estela y George. Su mirada se detuvo en Aziraphale, que parecía más distante, pero aún manteniendo una tensión palpable en su postura.

La risa de Estela resonó en el aire, mientras George, al notar la presencia de los tres hombres, lanzó una mirada furtiva hacia Anthony. La sensación de desafío se intensificó

Anthony sintió que una corriente de energía fluía a su alrededor.

–¿Vas a intentar hablar con Aziraphale de nuevo? –preguntó Mads con complicidad.

–No, es suficiente por hoy, quiero que George se dé cuenta de que no me interesa en lo más mínimo, aunque por dentro sienta que mi corazón está a punto de estallar. –contestó Anthony con determinación.

La música resonaba a su alrededor, y el baile continuó en la mansión, mientras el destino de todos se entrelazaba en esa velada llena de secretos, anhelos y decisiones que marcarían sus vidas.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro