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Capítulo 11

Anuncios parroquiales

Hola amigos!

Les traigo por fin el capítulo 11.

He de decir que es uno de los capítulos mas emocionales que he hecho (a parte de los cariñosos de By my Love)

Y tomando las palabras de mi editora, la hicieron llorar.

Les recuerdo que pueden seguirme en mi Instagram, donde publico algunas cositas de la historia.

El sábado es mi cumpleaños, y aun divago en si publicar un capítulo extra... pero será sorpresa. n.n

Sin más preámbulo, ¡disfruten!


























Las hojas de los árboles bailaban con el viento, la luna blanca iluminaba la escena. Anthony se acerco a Aziraphale, observando su notable nerviosismo, sus ojos enrojecidos amenazaban con derramar lágrimas en cualquier momento.

–¿Fell?, estás... ¿estás bien? –preguntó Anthony desconcertado – creí que todo salía como querías, las jovencitas allá adentro nunca se habían sentido tan atraídas a ti como ahora –dijo con apuro – acaso... ¿hice algo mal?

–Solo, necesitaba salir de ahí –contestó Fell, presionando el puente de su nariz en un intento fallido por detener las lágrimas– necesitaba aire fresco.

–¿Te sientes mal?, ¿quieres que te revise?

–Crowley – llamó Fell – ¿te has preguntado quién serías de haber vivido en otro sitio, o nacido de otra forma, tal vez en otro tiempo...?

–De nuevo con eso –Crowley se acercó a Fell tomándolo de un hombro– dime, ¿qué te pasa?

–Es solo que... –Aziraphale agachó la vista– a veces pienso que todo sería más fácil de haber nacido diferente, o en otro tiempo – defendió – posiblemente las cosas serían más fáciles de ser así.

–Aziraphale – llamó Anthony, esta había sido la primera vez que lo llamaba así, el escuchar su nombre salir de sus labios, fue lo más hermoso que pudo oír en la vida – escúchame, por más difíciles que sean las cosas, nunca, NUNCA, desees ser otra persona, tal vez no hemos tenido la vida que quisiéramos, pero ahora lo podemos lograr.

–Te equivocas – dijo Fell en un susurro – es más complicado que eso.

–Nada es imposible – comento Anthony

–Si fuera otra persona, no tendría miedo y así, me casaría con quien amo – confesó levantando la vista – sin peligros ni miedos.

–Claro, porque te es difícil casarte ahora. – dijo Anthony con una pequeña sonrisa.

–Las jovencitas no son interesantes, nunca llaman mi atención o despiertan en mi.... El deseo – confesó Fell – y la persona que me interesa... es complicado

–No tengo idea de lo que estás diciendo. – habló Anthony soltando a Aziraphale, quedando así un poco de distancia entre ellos.

Era el momento, tenía que decirlo, tenía miedo. Su corazón latía más rápido que un caballo huyendo de una serpiente, pero si no lo decía ahora, corría el riesgo de perder la única oportunidad de confesarse. ¿Lo rechazaría?, ¿lo aborrecería? ¿perdería su amistad?

–Háblame Fell – habló Anthony, sacándolo de sus pensamientos – te ayudaré en lo que necesites, pero, habla conmigo.

Aziraphale inhaló profundamente, levantó la vista, las estrellas empezaban a brillar por lo alto, ¿su madre lo estaría viendo?, tal vez, probablemente si lo hacía le daría una patada en su trasero, alentándolo a hablar. Suspiró, dejando una nube blanca con su aliento debido al frio.

–Te quiero – le dijo en voz baja - te amo con todo lo que soy, todo lo que he sido y lo que espero ser...

–¿Qué?

–Quizás no lo sabías – continuó Fell - pero TÚ eres una de esas razones por las cuales me levanto cada día. Pensarte y recordar tu sonrisa me da fuerza para seguir. Saber que siempre puedo contar contigo me trae una calma profunda, eres esa persona especial a la que quiero contarle todo, si mi día fue bueno o malo, si me gusto el olor de las flores...

–Aziraphale...

–Jamás me había conocido a mí mismo tan bien como lo hago cuando estoy contigo... - las lágrimas salieron, dejando un camino húmedo por las mejillas del mayor

–Pero.... Fell, el trato, tú estás buscando esposa... - dijo Anthony desconcertado.

–Todo fue una excusa para estar contigo – confesó Fell – en un principio si era así, pero... - Aziraphale tomó la mano de Anthony con delicadeza - ¿Quieres saber cómo me enamoré de ti? – habló bajo– Fue poco después de haber comenzado a frecuentarnos y hablarnos cada día, cuando una tarde como cualquier otra, me di cuenta de que quería que tu estuvieras ahí, nadie más, solo tú.

–Pero yo... - hablo Anthony tratando de alejarse un poco de Fell – yo no...

–Anthony – llamo Fell atrayéndolo a él– Antes de conocernos, ¿imaginaste alguna vez que encontrarías una pareja perfecta? ¿acaso creías en el amor verdadero?, aborreces la idea del matrimonio, ¿y si la razón de eso es porque no habías encontrado a alguien que despertara en ti el amor? Ni en un millón de vidas, pensé que conocería a alguien tan maravilloso como tú.

–No es correcto – argumentó Anthony soltando la mano de Fell – esto no, no es lo normal.

–¡¿Crees que no lo sé?! – dijo Fell alterado – los últimos días me he pasado divagando entre los pros y contras de esto, pero, ya no puedo más, el verte ahí adentro, tratando de encontrarme esposa, una compañera para mí, cuando mi corazón ya te pertenece... – confesó Fell – eso me alteró, sé que las probabilidades de que aceptes mis sentimientos hacia ti son mínimas, pero, tenía que intentarlo, tenía que decirte lo que siento, no podía vivir un día más sin decírtelo.

–Agradezco que te abrieras así conmigo – dijo Anthony – pero, no... no puedo... es.

–¡No puedo evitar amarte! – gritó Fell, dejando a Anthony anonadado ante esa acción, los sentimientos de Fell, aquellos que ocultaba con tanto recelo, estaban saliendo a la luz – no puedo, cuando con tu sola presencia, curas mi alma, cuando te tomas el tiempo de escucharme, cuando recuerdas cosas que te he dicho, cuando me tratas con tanta delicadeza a pesar de todo, cuando me miras como si fuera lo más hermoso del mundo. No puedo evitar amarte... cuando eres todo lo que siempre soñé.

–Aziraphale, yo...

–Te quiero – dijo Fell, con la voz ahogada – y no me importa si no sientes lo mismo. Si me dices que no sentiste una conexión especial conmigo, lo dejaré, pero, estoy seguro que tú sientes algo por mí, tal vez no lo mismo, pero.... – Aziraphale se acercó a Anthony tomándolo delicadamente del mentón – Te amo...

Sus labios se juntaron en un beso delicado, un beso anhelado por Aziraphel, la unión de sus labios provocó reacciones distintas en ambos hombres.

En Aziraphale, parecía que las estrellas se unían a su alrededor para bailar, la luna los iluminaba proporcionándoles el ambiente necesario, no sentía frio, al contrario, el calor que Anthony le proporcionaba en cuerpo y alma, eran suficientes para ignorar las inclemencias del tiempo.

En Anthony, fue todo nuevo, ese era su primer beso, nunca imagino que sería con su amigo, la única persona a quien consideraba cercana, al principio trato de alejar a Aziraphale, pero al sentir cómo sus labios encajaban en un virtuoso baile, se dejó llevar. ¿esto es lo que se siente cuando amas? ¿Por qué no le incomodaba? Tal vez Fell tenía razón y sentía algo por él.

Por un momento sintió que sus pies se alejaban del piso, una sensación de liviandad apareció en él, como si sus problemas y todos sus pendientes ya no existieran más.
























Cuando se separaron, Anthony estaba a punto de decirle algo a Aziraphale, pero el sonido de unos cascos chocando contra el piso, los alertó. Instintivamente Anthony apartó a Aziraphale, justo a tiempo, Arthur se acercaba velozmente a donde los caballeros estaban.

–¡Señor Crowley! –llamó– por fin lo encuentro, pensé que se encontraba en el baile de debutantes, pero al llegar ahí los cocheros me dijeron que había salido con Mr. Fell, imaginé que estarían aquí.

–Arthur –Anthony carraspeó– ¿Qué sucede?

–Pasó algo en la mansión.

–¿Ms. Meryton? -preguntó ansioso.

–No, Ms. Meryton se encuentra en sus habitaciones, no ha salido de ahí desde el atardecer Señor.

–¿Qué paso?

–Necesita verlo usted mismo. –Arthur bajó del caballo, ofreciéndole las riendas a Anthony, este las tomó con decisión, antes de partir miro a Aziraphale, quien le dedico una ligera sonrisa e inclinó un poco su cabeza de forma afirmativa, ya tendrían tiempo de aclarar lo que había ocurrido.

Anthony partió a gran velocidad acercándose cada vez más a las luces que iluminaban la entrada de la mansión. Mientras Arthur se quedó con Aziraphale en la oscuridad

–Espero que el Señor Anthony no se altere demasiado – habló Arthur – ya lo conoce Mr. Fell, se altera con facilidad.

–¿Qué paso Arthur? – preguntó Fell con curiosidad

–Espero que nada grave, pero de ser así, mi Señor necesitará un médico pronto.

En la Mansión Crowley, Anthony entró a gran velocidad, observando grandes maletas en la entrada, su instinto lo decía que saliera de ahí, pero necesitaba saber qué era lo que pasaba.

Al entrar al comedor las risas de Ms. Jones se dejaron escuchar acompañadas de otras más delicadas. Anthony entró despacio a la habitación, conservando atentamente la escena que ahí se mostraba.

–¿Estela...?

–¡Anthony!

Una joven delgada, de tez blanca y hermosos ojos azules se abalanzó hacia Anthony, regalándole así un fuerte abrazo, mientras Ms, Jones se enternecía al ver la escena de dos jóvenes enamorados, a ojos de ella.

–Ms. Bobary me platicaba de su largo viaje y del retraso de este, también me platicó algunas cosas de ti Tony. – comentó Ms. Jones con una sonrisa en el rostro

–Estela, pero que... que sorpresa, ¿Cómo llegaste aquí? – preguntó Anthony tratando de sonar relajado

–Eres malo Anthony, ¿acaso no recuerdas que te mandé una carta?, fui a tu cabaña, pero me sorprendí al ver que se encontraba sola, por suerte un caballero que cuida la cabaña me dijo que ahora estabas aquí, vine y me encontré a la dulce Ms. Jones –comentó alegre Estela– ¿de quién es esta mansión Anthony?

–Ah.... Pues.... – ¿qué le diría?, ¿que era suya?, ¿que era el hijo de un hombre que tenía dinero y todo este tiempo se había ocultado en un pueblo alejado, esperando no verlo nunca más? ¿Qué ahora es el encargado de toda su fortuna?

–Es suya obviamente – hablo Ms. Jones Mierda - ante usted, señorita, se encuentra el Señor Anthony Crowley, heredero del difunto (gracias a dios) Señor Crowley.

–Muchas gracias Ms. Jones –interrumpió Anthony– Ms Jones, haga el favor de llamar a alguien que lleve las pertenencias de Ms. Bobary a sus habitaciones, Estela acompáñame.

Había olvidado por completo la carta de Estela, diciéndole que lo visitaría, no recordaba haberla contestado, pero imaginaba que en uno de los momentos en los que se encontraba más distraído, probablemente le mandó una carta de aceptación a su visita.

Ahora tendría que encontrar la manera de hacerle ver que no quería que su padre se enterara de su posición, esperaba que Estela lo comprendiera, de no ser así no podía imaginar qué sería lo que haría.

–Estela –Empezó Anthony– ¿Cómo te ha ido?

–Muy bien –contestó alegre– dejando de lado que mi padre sigue insistiendo en que me case lo antes posible...

–Tu padre nunca cambia –río Anthony por lo bajo– Estela.... Espero que no lo tomes a mal, pero...

–No quieres que mi padre se entere de que ahora eres alguien importante –comentó Estela– ni que tienes dinero.

–¿Cómo?...

–Sé lo que mi padre es capaz de hacer si se entera de que tienes dinero –confirmó Estela– también sé que tu detestas la atención y que prefieres vivir en tu cabaña, lo que me hace preguntarme, ¿Qué haces aquí?

–Es una larga historia, pero es hora de dormir, ven, te llevare a tu habitación.

Anthony se alegraba de saber que Estela comprendía la situación, no tendría que preocuparse de Mr. Bobary. Por ahora lo único que ocuparía sus pensamientos sería Aziraphale Fell, y su declaración de amor, se preguntaba ¿Qué pasaría ahora?

Su relación cambiaría inevitablemente, pero él tenía la opción de cambiarla para bien o para mal. No quería perder al único amigo que había tenido en años, pero de eso a aceptar sus sentimientos, era un gran paso.

¿Lo amaba?

Amor... nunca se había planteado la posibilidad de amar a alguien. Anteriormente, aborrecía la idea del matrimonio debido a la insistencia de su padre, además que ninguna mujer lograba lo que le decía Aziraphale, no despertaba la curiosidad o deseo en él.

¿Y Aziraphale lo hacía?

Tendría mucho en qué pensar.

Mientras tanto, en una mansión no muy lejos de ahí, Aziraphale miraba las lejanas luces, aquellas que salían del hogar donde su amado vivía. Se encontraba satisfecho ante el hecho de al fin dejar salir sus sentimientos y expresárselos a Anthony, pero ahora la duda y la ansiedad por saber cuál sería su respuesta lo carcomía por dentro.

Por ahora solo le quedaba esperar.























Estela Bobary

Es tres años menor que Anthony (20ª edad actual)

Su padre guarda la esperanza de poder casarla con alguien con dinero o titulo.

Ha estado enamorada de Anthony desde el momento que lo vio.

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