Y ahí estaba yo, sentado en una de las mesas de la cafetería. Pensando si realmente iba a confesarle mis sentimientos a una chica que en un principio me insultaba y humillaba, hiriéndome varias veces de manera verbal y no física.

—"¿Le digo o no le digo?" —Pensé—. "Ósea, ella me gusta mucho, y debería de decirle lo que siento por ella" —Seguí—. "Pero, ¿Y si ella me dice que solamente jugó conmigo?, sería un completo tonto al haber seguido su juego" —Llevé mis manos a mi rostro, tapándome la cara debido a la presión que tenía.

De la nada, una voz me sacó de mi trance.

—¿____?, ¿Te encuentras bien? —Me preguntó Dahyun con una miraba de preocupación.

—No... No estoy bien —Respondí aun con mis manos tapando mi rostro.

—¿Qué tienes? —Su mirada reflejó más preocupación, sentándose a mi lado.

—Es... que... —Ni siquiera podía hablar correctamente. No se debía a la presión, sino su reacción al saber el motivo de mi inquietud, ya que recordé que Dahyun odiaba a Nayeon, o al menos eso creía.

—Dime, ¿Qué tienes? —Inquirió.

—P... ¿Prometes no enojarte? —Solté esa pregunta.

—Para nada —Sonrió, provocándome un aura tranquilizante—. ¿Por qué debería de enojarme?

—Es que... Nayeon...

—Ajá...

—Eh, no sé cómo decírtelo...—Bajé la mirada.

—Déjame adivinar —Pausó brevemente—. Te le quieres declarar a Nayeon, pero no sabes cómo decírselo, ¿Verdad? —Adivinó, dando justo en el blanco.

—¡¿Cómo supiste?! —Cuestioné sorprendido de su respuesta, quitándome mis manos de mi cara.

—¿Eso es? —Preguntó confundida—. Yo lo dije a manera de broma —Exclamó aun sin poder creer su predicción.

—Pues... Eso es lo que me pasa —Volví a taparme la cara.

—Ya veo... —Murmuró—. ¿Desde cuándo te le quieres declarar? —Preguntó.

—Desde hace unos días —Respondí.

—¿Crees que su relación funcionara? —Su pregunta me dejó confundido.

—Tendré que averiguarlo —Contesté.

—Escucha, ____ —Llamó mi atención—. El amor es un sentimiento afectuoso que nos ha llegado tarde o temprano, como cuando me enamore perdidamente de ti, aunque tú no sentías lo mismo por mí —Suspiró—. Es un sentimiento que no se puede reprimir. Es el que nos impulsa a realizar las cosas bien, al igual que lo más importante... Amar a la persona de tus sueños... —Una lagrima brotó de sus ojos.

—Dahyun... Y-yo... —Me acerqué a ella, sacando una servilleta que andaba ahí, pero ella me negó que hiciera eso.

—Ignora esa lagrima, es que me inspiré bastante —Rio.

En eso el timbre sonó, indicando que las clases habían terminado, los exámenes habían concluido.

—Muy bien, esta es tu oportunidad —Exclamó ella, formando una leve sonrisa en sus labios—. ¡Levántate y dile todo lo que sientes! —Ordenó en tono militar.

—¿Crees que me va a rechazar? —Dije esa torpe pregunta.

—¿Cómo que te va a rechazar? —Rio—. ¡Ella también está enamorada de ti! —Alzó la voz—. ¡Ahora ve con ella! —Ordenó.

—¡Si, señor! —Respondí con ese mismo tono, saliendo de la cafetería en un abrir y cerrar de ojos.

—"Y allá va mi primer amor..." —Dijo Dahyun en su mente, derramando varias lágrimas a la vez que decía esas palabras—. Ay, Dahyun, eres tan sentimental —Comentó mientras se secaba la cara.

Por mi parte yo estaba buscando a Nayeon. Eso en la hora de salida era como buscar una aguja en un pajar, debido a que todos los alumnos salían al mismo tiempo, impidiéndome ver con claridad.

La busqué durante un buen rato, recorrí toda la escuela como un loco, encontrándola a las afueras del plantel, era mi oportunidad.

—¡Nayeon! —Grité a pocos metros de ella.

—¡____! —Sonrió al verme—. Creí que ya te habías ido, ¿Dónde estabas? —Comentó la mencionada.

—Estaba esperándote en la cafetería —Dije—. Creí que nos veríamos ahí —Supuse.

—Lo siento, es que los exámenes me dejaron mareada —Expresó a carcajadas.

—¿Lograste terminarlos a tiempo?

—Todos y cada uno de ellos respondidos en tiempo y forma —Contestó al dejar de reír.

—Me alegra escuchar eso —Con una leve sonrisa la tomé de la mano, acto en el que me sonrojé—. ¿Quieres ir a dar una vuelta al parque? —Pregunté aun sonrojado.

—Claro, me encantaría —Fue lo único que dijo antes de empezar nuestra caminata.

Durante el largo trayecto íbamos platicando de varias cosas, entre ellas acerca de comida, artes, gustos musicales y otras cosas que ni me acuerdo, pero no iban al caso.

Llegamos al parque, compramos unos helados y nos sentamos en una de las bancas.

—Parece que estas caminatas ya se hicieron costumbre —Comentó, posando su mirada en mí.

—Eso mismo digo —Recalqué.

—Oye, ¿Puedo preguntarte algo? —Pidió ella con su característica voz aguda.

—Dime

—¿Te gustan las rosas? —De su mochila sacó una rosa hecha de varias hojas de papel.

Aquella rosa de papel había desbloqueado un lindo, pero a la vez triste recuerdo dentro de mí, un recuerdo que aun hasta la fecha me sigo acordando.

—Wow, es hermosa... —Dije al apreciar detenidamente aquella rosa totalmente decorada—. ¿Tú la hiciste? —Pregunté asombrado.

—Así es, la hice para ti —Afirmó Nayeon, dándome un beso en la mejilla.

—Nayeon... hay algo que quiero decirte —Suspiré con nerviosismo.

—¿Qué pasa? —Preguntó en voz baja, casi como un murmullo.

—Nayeon... Desde hace mucho tiempo he estado enamorado de ti, siempre lo he estado. Desde que te vi sentí ese sentimiento al que muchas personas llaman "Amor" y... —Tomé aire—. Quería saber si, ¿Quieres ser mi novia? —Solté aquellas palabras con un miedo tremendo.

—____... —Sus ojos comenzaron a brillar de ilusión—. Si, si quiero ser tu novia —Aceptó.

—¡¿De verdad?! —Casi me caigo de la banca de no ser por ella que me sostuvo.

—Si, ____, si quiero ser tu novia —Volvió a afirmar.

Ambos estábamos viendo fijamente, era un momento bastante particular. Los pájaros cantaban una tenue melodía, parecía que ellos se habían puesto de acuerdo.

Nayeon comenzó a acercarse a mí lentamente, cosa que yo también hacía.

Al estar cara a cara cerramos nuestros ojos, dejando que aquel beso de amor verdadero fluyera entre nosotros dos, un amor que hasta el día de hoy sigue marchando bien.

Después de todo, solo el anhelo crece...

EL FIN